La aparición de las primeras noticias de prensa sobre el descubrimiento de los rayos X se produjo durante la primera semana de enero de 1896. Surgiendo en Viena, la información se difundió con rapidez por el mundo con ayuda del telégrafo. En España es difícil saber qué periódico fue el primero en informar sobre ello. Se conocen informaciones publicadas a partir de la segunda semana de enero que combinan sorpresa, entusiasmo y suposiciones fantásticas.
The appearance of the first press news on the discovery of the X-rays occurred in the first week of January 1896. Appearing in Vienna, with the help of telegraph the information spread fast around the world. In Spain, it is difficult to know which newspaper was the first to report it. There is information on it being published from the second week of January, with a mixture of surprise, enthusiasm and fantastic speculations.
Tras descubrir los rayos X, Wilhelm C. Röntgen dio a conocer sus hallazgos exclusivamente dentro del ámbito científico. Mediante una comunicación preliminar dada el 28 de diciembre de 1895 en la Sociedad Físico-Médica de Wurzburgo y, a continuación, mediante varios envíos postales a otros científicos en Alemania y el extranjero1, un número reducido de personas tuvo conocimiento del nuevo fenómeno. Como consecuencia de esos envíos postales, la información se filtró a la prensa.
Viena: surge la noticiaAunque el descubrimiento se realizó en Alemania, la primera noticia de prensa apareció en Austria. Ello se debe a que el 1 de enero de 1896 Röntgen envió la transcripción de su comunicación y diversas imágenes obtenidas con rayos X a varios colegas. Uno de ellos, Franz S. Exner, de Viena, enseñó el material a otros compañeros el día 4. Entre estos estaba Ernst Lacher, profesor de la Universidad de Praga e hijo del editor del diario vienés Die Presse, el cual informó esa misma noche a su padre de lo visto. El editor pidió entonces a su hijo que redactara urgentemente una descripción del fenómeno para la edición del día siguiente, domingo 5 de enero1. Y así salió a la calle, en portada, el descubrimiento del nuevo tipo de rayos. Die Presse tituló la noticia «Un descubrimiento sensacional», describiéndolo acertadamente como algo que «marcará una época» y que «en el ámbito de la física y de la medicina puede tener consecuencias muy valiosas»2 (fig. 1). Curiosamente, el nombre del descubridor apareció como profesor Routgen, un error que el propio diario corrigió 2 días después, pero que se reprodujo los días 7 y 8 en otras ciudades de la monarquía austrohúngara como Praga, Budapest o Zagreb.
Vista parcial de la primera noticia aparecida sobre el descubrimiento de los rayos X, en un diario de Viena2.
Aparecida la noticia, el corresponsal en Viena del Daily Chronicle (Londres) telegrafió a su redacción un despacho:
«De un sensacional descubrimiento, el cual, si los informes se confirman, estará acompañado probablemente de importantes consecuencias para las ciencias físicas y médicas, se está hablando en los círculos científicos de aquí. Un nuevo conductor de luz ha sido descubierto por el profesor Routgen, el conocido físico de la Universidad de Wurzburgo. Sus experimentos han resultado en el descubrimiento de que la luz penetra la madera y la carne de hombres y animales, sin, no obstante, penetrar huesos y metales. El profesor tuvo éxito fotografiando pesas de metal colocadas en una caja de madera cerrada. La fotografía enviada a Viena muestra sólo las pesas, nada de la caja. Otra fotografía de la mano de un hombre muestra sólo los huesos, mientras la carne permanece invisible»3.
Daily Chronicle y otros diarios británicos publicaron la noticia el 6 de enero, a la vez que se difundía telegráficamente el despacho recibido. El día 7, este llegaba a los EE.UU., y el Frankfurter Zeitung (Fráncfort del Meno) transcribía el texto original de Die Presse. El diario Deutsches Volksblatt (Viena) publicó la noticia «La fotografía de lo invisible» el día 8, al tiempo que el norteamericano The Salt Lake Herald (Salt Lake) informaba del «Maravilloso triunfo de la fotografía». El día 13 Le Matin (París) ofreció la noticia «Rayos luminosos. Un descubrimiento», y al día siguiente La Stampa (Turín) publicaba «Un descubrimiento importantísimo». El 18 de enero, el diario en lengua alemana Bukowinaer Rundschau (Chernivtsi) explicaba «Lo que a través de la carne fotografía los huesos de la mano humana». Las primeras informaciones dadas en Europa señalaron la importancia del descubrimiento para la física, medicina y cirugía.
En EspañaResulta complicado saber qué diario español fue el primero en informar del descubrimiento, pero no es difícil observar en las informaciones sucedidas desde enero cómo se mantienen 3 constantes: errores al transcribir el apellido Röntgen (se le da hasta 5 formas equívocas: Freuch, Boutgen, Routgen, Roeutgen y Röutgen; abundancia de suposiciones fabulosas acerca del uso de los nuevos rayos y, por último, su clara y beneficiosa utilidad para la medicina.
Una de las primeras informaciones se encuentra en el diario barcelonés La Vanguardia del 16 de enero de 1896, un discreto texto que comienza indicando: «Hace unos días, y debido a una casualidad, acaba de hacerse un descubrimiento que está llamado a dar grandes resultados científicos y que puede contribuir de un modo poderoso a hacer fructuosas ciertas investigaciones que ahora eran sumamente difíciles y ocasionadas a errores». Citando al descubridor, se cometió un estrepitoso error: «Mister Freuch pudo sacar una fotografía de una figurita de metal que estaba encerrada dentro de una caja de madera», y seguía: «Haciendo luego experimentos con la opacidad de los huesos y la transparencia de la carne, nervios y piel, obtuvo también una preciosa fotografía del esqueleto de una mano. A pesar de que esa mano pertenecía a una persona viva, la fotografía reprodujo únicamente los huesos, de modo que podía creerse la mano de un cadáver». Señalando las aplicaciones médicas del descubrimiento, añadía que era posible «averiguar la posición exacta de un proyectil alojado en el cuerpo humano». Finalmente, la noticia cerraba sospechando que: «Con una de esas luces en la mano podría un agente de policía o un curioso empedernido enterarse de muchos secretos guardados bajo llave; del contenido de documentos bien guardados —como no lo fueran en una caja de hierro— y de cuanto ocurre detrás de esos tabiques o puertas de madera que en muchas fondas son la única barrera entre habitación y habitación»4.
El 18 de enero, el diario La Unión Católica publicó un texto con el encabezamiento «Maravilloso descubrimiento»5. Continuando la serie de errores en los nombres extranjeros, anunciaba que «El Sr. Boutgen, profesor de física en la Universidad de Nurtzbourg, acaba de hacer un descubrimiento notable», para cerrar varios párrafos después diciendo que: «Será curioso poder uno fotografiar su propio esqueleto. Este descubrimiento podrá ser al mismo tiempo de inmensa utilidad para las ciencias médicas y quirúrgicas». El día 24 el periódico madrileño El Liberal publicó la noticia bajo el encabezamiento «La fotografía a través de los cuerpos opacos»6, mientras El Siglo Futuro advertía: «¡Figúrense Vds, si al bueno de M. Roentgen se le ocurre pasar por delante de sus casas de ustedes con su nueva máquina fotográfica, en el momento preciso en que Vds. experimentan la más vehemente y apremiante necesidad de meterse en cualquier parte, en un baño por ejemplo, o de cortarse los callos, o de atender a cualquiera de las innumerables exigencias del aseo, limpieza o higiene del cuerpo humano!»7.
Progresivamente toda la prensa informaría sobre el descubrimiento. El diario La Correspondencia de España lo hizo el 26 de enero con una agradable prosa: «Se trata de la fotografía de lo invisible; hermosa rama arrancada al árbol de lo ignorado y que será laurel de victoria para la ciencia»8. El semanario La Ilustración Española y Americana del día 30 publicó un excelente artículo técnico llamado «La luz X del Dr. Röntgen»9, firmado por el prestigioso científico vasco Ricardo Becerro de Bengoa, el mismo día que el diario madrileño La Época indicaba que, en Francia, se había discutido si los rayos X explicaban «los supuestos fenómenos de visión de los médiums espiritistas a través de espesas vendas»10. El 31 de enero, el diario menorquín El Bien Público advertía de «la revolución que producirá este invento en la medicina»11. El 3 de febrero, el diario El Imparcial publicaba «La fotografía ascética»12, un curioso comentario que continuaba la serie de ingenuas —algunas veces no serias— hipótesis sobre el uso de los rayos: «Cualquiera de nuestras lindas Isabeles, sea o no emperatriz, convertirá hoy si se le antoja a su más rendido y fiel enamorado en otro San Francisco de Borja, sea o no duque de Gandía, con solo regalarle una fotografía ascética, obtenida con los rayos catódicos de Crookes. Más de cuatro pasiones ardorosas se apagarán de buenas a primeras, como con un Niágara de agua fría, ante la contemplación de una fotografía Roentgen» (fig. 2).
Dibujo que ilustra el comentario «La fotografía ascética»12.
Como muestran estos ejemplos, las primeras informaciones en España sobre el descubrimiento de los rayos X revelan sorpresa, extrañeza y también entusiasmo ante el fenómeno. Todo ello se refleja en las noticias con una combinación de información técnica e información hipotética, fantástica, que más allá del desconocimiento e imaginación de los informadores de entonces, hoy resulta simpática.