En 1905, los 2 hombres que introdujeron la radiología en España participaron en el congreso fundacional de la Sociedad Alemana de Radiología. Entre muchos de los más importantes investigadores mundiales en el ámbito de la radiología, realizaron 2 ponencias sobre el diagnóstico de la litiasis renal y el tratamiento del cáncer con rayosX.
In 1905, both of the men who introduced radiology to Spain took part in the founding Congress of the German Radiology Society. Among many of the most important researchers in the world in the area of radiology, they gave two lectures on the diagnosis of renal lithiasis and the treatment of cancer with X-rays.
César Comas Llabería (1874-1956) y Agustí Prió Llabería (1873-1929). Dos médicos. Dos pioneros. Ambos primos hermanos, introductores de la radiología en España1 y portavoces de la radiología española en el extranjero durante los primeros años de evolución de la disciplina. Las más primitivas prácticas de Comas radiografiando diferentes objetos en el laboratorio de la Facultad de Farmacia de Barcelona, en febrero de 1896, han sido descritas en un artículo publicado con anterioridad en esta revista2. Los mayores avances de los 2 investigadores en la aplicación de los rayosX en la medicina se produjeron tras la apertura de un gabinete radiológico compartido en Barcelona. Era el año 1898. Entonces fueron destacables sus prácticas diagnósticas sobre la litiasis renal, lesiones óseas y localización de cuerpos extraños, así como sus prácticas terapéuticas en el tratamiento del cáncer. Sus experiencias les llevaron a publicar en 1901 un trabajo en la primera publicación periódica dedicada a la radiología habida en el mundo, la revista editada en Hamburgo Fortschritte auf dem Gebiete der Röntgenstrahlen [Avances en el campo de los rayosX], que en su 5.° volumen incluyó el artículo «Algunas observaciones sobre el diagnóstico de los cálculos renales con ayuda de los rayosX»3, donde Comas y Prió dieron a conocer sus observaciones sobre la litiasis renal en —así lo señalaron los autores— «el primer trabajo de este tipo efectuado en España». En septiembre del mismo año participaron en Hamburgo en la 73.ª Asamblea de Naturalistas y Médicos Alemanes, exponiendo un trabajo sobre terapia con rayosX3.
El congresoMientras Comas y Prió progresaban en su clínica, en Alemania se desarrollaba la principal actividad médica en torno a los rayosX. Habiéndose fundado en marzo de 18984, la Asociación de RayosX de Berlín convocó con motivo del décimo aniversario del descubrimiento de Röntgen un congreso especial a celebrar entre los días 30 de abril y 3 de mayo de 1905 (fig. 1). Uno de los fines de la convocatoria era fundar la Sociedad Alemana de Radiología, hecho consumado el 2 de abril. Durante el congreso, al que asistieron más de 500 especialistas médicos y técnicos, se dieron hasta 70 ponencias que versaron sobre técnica, diagnóstico y terapia. Se dispuso asimismo una exposición en la que se exhibieron imágenes y aparatos radiológicos de diversa naturaleza. Fue un congreso de muy elevado nivel científico, dada la presencia de muchos de los más importantes investigadores alemanes y mundiales en el ámbito de los rayosX: Heinrich Albers-Schönberg, Max Levy-Dorn, Hermann Gocht, Hermann Settegast, Alban Köhler, Hermann Kümmel, August Hoffmann, Max Immelmann, Tage Sjögren o Charles Leonard. Y entre todos ellos, Comas y Prió, la presencia española en un congreso que contó con las ponencias de investigadores de 11 países: Alemania, Austria, Francia, Suiza, Suecia, Hungría, Bulgaria, Gran Bretaña, Estados Unidos, Países Bajos y España5.
La exposiciónEn la sala de exposiciones en la que se exhibieron multitud de adelantos técnicos y radiografías, Comas y Prió expusieron el aparato de rayosX con que Comas hizo la primera demostración pública en España2,5, así como diversos ejemplos de imágenes radiológicas: una aguja en la tráquea, un quiste dermoide, osteosarcomas, osteomas o luxaciones5. No obstante, la participación de los 2 investigadores catalanes en el congreso no se limitó a esta exposición. Su principal aportación consistió en la realización de 2 ponencias muy distintas, las 2 firmadas por ambos autores.
Primera ponenciaEl lunes 1 de mayo, en torno a las 15:30h, expusieron su trabajo «De la casuística del diagnóstico de la piedra renal con la ayuda de los rayosX»6. Indicaron que aunque ya habían tratado el mismo tema en la revista Avances en el campo de la radiología y en el 14.° Congreso Internacional de Medicina de Madrid (1903), presentarían ahora un número de casos que no habían sido publicados antes. De manera prudente y elegante, hicieron notar que este congreso «nos ha concedido valor para, entre los numerosos y eminentes trabajos de manos maestras que aquí concurrían, presentar también los humildes resultados de nuestra ya prolongada actividad en el campo por el que aquí caminamos». Para realizar los estudios renales habían empleado radiografías bilaterales obtenidas en proyección anteroposterior o posteroanterior, así como radiografías unilaterales realizadas con el diafragma de compresión de Albers-Schönberg3, un aparato de rayosX que aportaba como innovación un cilindro de plomo colocado en la base el tubo de rayos, en la dirección de emisión del haz. El extremo opuesto del tubo de plomo debía entrar en contacto con el paciente7 (fig. 2). Su función era la de limitar y centrar la radiación en un área deseada de pequeño tamaño, reduciendo la divergencia del haz incidente a la vez que aumentando la nitidez de la imagen. De los 112 casos estudiados con sospecha clínica de litiasis renal, expusieron 27 con concreción (se citaba el nombre de pila del paciente y la inicial de su primer apellido). Del total de casos, 85 resultaron negativos y 27 positivos tras la prueba de imagen. De los positivos, 15 fueron sometidos a cirugía (9 nefrotomías y 6 nefrectomías), confirmándose en cada caso los hallazgos radiológicos. De los 85 casos negativos, 11 fueron objeto de cirugía: en un caso se encontró una piedra en la vejiga que al ser extraída alivió los síntomas, mientras que en los otros 10 se confirmó la ausencia de litiasis. De los otros 74 casos negativos, 12 mejoraron sus síntomas patológicos tras tratamiento médico; los restantes 62 no fueron objeto de seguimiento posterior. Con estos y otros datos, Comas y Prió concluyeron que «la anamnesis del paciente, el curso de la enfermedad, así como la propia enfermedad son insuficientes para establecer un diagnóstico certero de la formación de cálculos renales». La radiografía resultaba de gran valor «tanto en los casos positivos como en los negativos», pues ningún método de exploración clínica ofrecía al cirujano lo que el examen radiológico podía proporcionar. «Ni la naturaleza ni el tamaño de la piedra, ni el volumen del paciente, ofrecen ninguna dificultad que no pueda superar la técnica en sus posiciones actuales».
Segunda ponenciaEl miércoles 3 de mayo, a media mañana, ofrecieron la ponencia «Del tratamiento del cáncer mediante rayosX»8. Comas y Prió presentaron en ella los resultados y conclusiones de un trabajo realizado a partir de 65 casos de neoplasias diversas tratadas por ellos con rayosX; entre otros, 15 casos de mama, 12 de nariz, 7 de labio, 7 de lengua, 5 de párpado, uno de laringe, uno de estómago y uno de recto. Expusieron los casos con detalle, describiendo su tratamiento, evolución y resultado particular. Las conclusiones finales de los autores incidían en que la aplicación de los rayos podía hacerse tanto en neoplasias cutáneas como en las localizadas en niveles intersticiales, así como en glándulas y órganos internos si no eran muy extensas, aunque en estos casos su acción se mostraba más limitada y se enlentecía el tratamiento. También incluyeron dentro del campo de acción de la terapia con rayosX los tumores inoperables, «como único refugio, porque después de todo, se espera que sea un éxito». El empleo de la radiación, al menos como paliativo contra el dolor, también se concluyó como beneficioso, así como su aplicación para la reducción o la supresión de la «secreción pútrida» o para la «curación parcial de las partes ulceradas». En estos casos, dijeron, «deben evitarse las reacciones violentas, pero esto no siempre es posible». Del mismo modo, concluyeron que también era beneficiosa la aplicación de la radiación en casos de recidiva tras la cirugía, pues «casi siempre disminuyen o se detienen». Lo mismo defendieron respecto a la irradiación de las cicatrices postoperatorias: «sostenemos que de esta manera el número de casos de recaída podría ser muy limitado».