Investigación y bibliotecas públicas
Investigation y biblioteca pública son conceptos vinculados en estrecho maridaje. La biblioteca pública es objeto permanente de indagación sobre sus orígenes, funciones, impacto y trascendencia.
El Manifiesto IFLA-Unesco define a la biblioteca pública como […] una organización estableada, respaldada y financiada por la comunidad, ya sea por conducto de una autoridad u órgano local, regional o nacional, o mediante cualquier otra forma de organización colectiva. Brinda acceso al conocimiento, a la información y al trabajo intelectual a través de una serie de recursos y servicios, y está a disposición de todos los miembros de la comunidad en igualdad de condiciones, sin distinción de raza, nacionalidad, edad, sexo, religión, idioma, discapacidad, condición económica y laboral y nivel de escolaridad.1
Como se sabe, entre los indicadores que miden el desarrollo de un país se encuentran los de la infraestructura educativa y cultural con que cuentan sus habitantes. Un eje fundamental de esta infraestructura lo representan las bibliotecas públicas, que son una alternativa inmejorable para expresar y manifestar el aprecio por los valores culturales y artísticos entre los diversos sectores que conforman una sociedad, y sobre todo, estas bibliotecas son un espacio democrático por excelencia para fomentar el uso de la información que a su vez genere conocimiento. Precisamente las bibliotecas públicas son aquellas instituciones promotoras del derecho mundial a la información. No obstante, en países como México, la prevalencia de las bibliotecas públicas todavía presenta grandes desafíos, pues su presencia, continuidad y eficacia requiere de la generación y aplicación de conocimientos que las mejoren y las actualicen de manera constante.
Biblioteca pública e investigación científicaEn este contexto, la investigación científica, entendida como un proceso intelectual que permite un acercamiento real a los fenómenos que nos circundan, establece fundamentos teóricos que resultan puntos de partida para cualquier actividad, además de profundizar sobre la percepción de los problemas que los seres humanos requieren resolver, relacionando hechos, buscando y describiendo las causas y las explicaciones de los fenómenos diversos. La investigación, según el Diccionario de la Real Academia Española, consiste en “realizar actividades intelectuales y experimentales de modo sistemático con el propósito de aumentar los conocimientos sobre una determinada materia”.2 Aunque, sin duda alguna, la investigación ha sido considerada desde tiempos de antaño una función importante no sólo para ampliar los campos del conocimiento, sino para hacer más eficientes los procesos de trabajo, para mejorar nuestras decisiones cotidianas y para la creación de proyectos y modelos innovadores. En efecto, la investigación científica de carácter teórico y pragmático en bibliotecas públicas es una actividad relevante en el ancho mar de las indagaciones de la bibliotecología y las ciencias de la información. Y esta idea se confirma al revisar que una de las recomendaciones recientes establecidas por la Unesco es que en las agendas gubernamentales se incluya a la investigación científica para reducir la desigualdad y la exclusión, aspectos donde las bibliotecas públicas intervienen de manera directa. Asimismo, diversas instituciones mundiales como la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA por su sigla en inglés) aconsejan para este tipo de bibliotecas, creadas y financiadas en su mayoría por los gobiernos, que las decisiones se construyan a partir de conocimientos derivados de la investigación científica.
Por ello consideramos que invertir en investigación científica en bibliotecas públicas es totalmente viable, y así lo demuestran países como Colombia, donde equipos de investigación como el de la Universidad de Antioquia han estado ligados durante muchos años a diversos proyectos en materia de bibliotecas públicas, entre los que se encuentran las denominadas “Bibliotecas Parque”, las cuales han marcado un hito importante en el saneamiento social de la ciudad de Medellín, así como otros planes nacionales de carácter cultural y educativo que han logrado un evidente impacto social y en donde la investigación ha estado casi siempre presente. Este es un caso significativo en el que la generación de conocimientos científicos sobre bibliotecas se deriva de la vinculación entre universidades y gobiernos con el objetivo de colaborar de manera estrecha en la generación de proyectos que han dejado huella en la sociedad.
Teoría y prácticaOtro caso interesante es el de la Fundación Bill y Melinda Gates y su iniciativa Global Libraries, que destina una parte de sus recursos a la investigación sobre el impacto social y los resultados que han logrado sus programas de acceso a las tecnologías de la información y comunicación en países en vías de desarrollo, utilizando acertadamente la infraestructura de las bibliotecas públicas.
En efecto, debemos enfatizar que la investigación práctica sobre la materia que aquí nos ocupa no deberá descuidarse, pues se habrán de detectar problemas especialmente vinculados a las preocupaciones de todas las personas y a la realidad de nuestro entorno, ya que como argumenta Rodríquez Gallardo “la investigación puede tener como objetivo documentar las buenas prácticas, ofreciendo experiencias para la solución de problemas reales”.3 En este aspecto, algunos ejemplos son las posibles investigaciones para detectar los índices de lectura y el comportamiento lector de los usuarios de bibliotecas públicas; los cálculos para dimensionar la capacidad de almacenamiento de las colecciones de una biblioteca; los cambios de comportamientos y hábitos que experimenta una persona al aprender el manejo de la información mediante las nuevas tecnologías; o bien, cómo la biblioteca pública ayuda a modificar la calidad de vida de la población.
Las investigaciones pragmáticas involucran el estudio de una variedad de materiales empíricos, casos, experiencias personales, introspecciones, historias de vida, entrevistas, artefactos, contextos culturales y productivos, observaciones, relaciones históricas que describen la rutina, los problemas y significados de la vida cotidiana.4 Así pues, y retomando a Rodríguez Gallardo, […] debemos transformar el conocimiento en algo práctico para no quedarnos en la especulación, abordando un puente entre la investigación y el nuevo conocimiento con la práctica profesional: la que se lleva día a día en la biblioteca, la que tiene la necesidad de atender a los usuarios reales. Es necesario promover la investigación práctica o la también nombrada investigación, desarrollo e innovación (I+D+I).5
De todo ello se enriquece la bibliotecología, al ver crecer sus objetivos de investigación y aparecer una vez más como una disciplina que aporta los elementos teóricos y prácticos para la planeación, organización, dirección, evaluación y operación de las bibliotecas públicas.
El caso de MéxicoUn factor importante a considerar es la participación de México en diversos programas nacionales e internacionales de investigación bibliotecológica, lo que amplía las perspectivas para crear modelos eficientes de operación de bibliotecas públicas con el fin de atender las necesidades socioculturales y de información en la población mexicana, principalmente en las poblaciones de bajos recursos.
Así, a través de la amalgama de problemáticas que presentan las bibliotecas públicas, se abre el panorama de temas de estudio que aportarían soluciones desde el campo científico a las situaciones que presentan día a día estas importantes instituciones. Por ejemplo, en materia de infraestructura y edificios de bibliotecas públicas queda todo un campo fértil por indagar, pues las necesidades sobre cómo planear y organizar espacios bibliotecarios que sean funcionales, ergonómicos y seguros son latentes. La alfabetización digital e informacional es otro campo que requiere nuestra atención, ya que la diversidad de fuentes, documentos y tecnologías obliga a la biblioteca pública a formar usuarios que puedan aprovechar al máximo los contenidos y nuevos servicios digitales. Un factor fundamental es investigar en materia de recursos humanos, que son el centro de toda organización, ya sea pública o privada. Asimismo, temas como la evaluación de los servicios bajo la percepción del usuario; los estudios de comunidad, que resultan imprescindibles para el desarrollo adecuado de las colecciones; la generación de proyectos de financiamiento como los denominados fitndraising (búsqueda de fondos) o el advocacy; la construcción de indicadores, así como el impacto social de la biblioteca pública, son tópicos necesarios de abordar y que pueden incluirse en una agenda de investigación continua.
En suma, son diversos y abundantes los rubros donde la investigación en bibliotecas públicas puede materializarse en proyectos que sean de utilidad para las sociedades actuales. Sin duda, en la Universidad Nacional Autónoma de México se abre una línea de investigación necesaria para este tipo de instituciones, pues en la actualidad México cuenta con una red de 7 320 bibliotecas públicas distribuidas en todo el territorio nacional. Se trata de una de las redes de bibliotecas públicas más grandes del mundo que comparten la federación, los estados y los municipios, y que requiere nuestra atención como investigadores para generar conocimientos de vanguardia que brinden soluciones a los problemas que atañen a estas importantes bibliotecas que facilitan el desarrollo de las sociedades.
Las breves reflexiones que hemos esbozado nos permiten señalar algunas de las cuestiones que, a nuestro juicio, deben tenerse en cuenta a la hora de plantearnos la viabilidad y posibles repercusiones positivas del binomio investigación/biblioteca pública. Debemos entonces destacar que la biblioteca pública es uno de los logros más grandes de la humanidad, en tanto que garantiza el derecho universal a la información y a la posibilidad, desde esta perspectiva, de generar nuevo conocimiento y disfrutar del mismo. De aquí arrancan todas las consideraciones vinculadas al estudio de la función social de la biblioteca pública y a su función instrumental académica como coadyuvante de los procesos de investigación, desarrollo e innovación. Pero, además, la reflexión sobre la misma repercute en aclarar y actualizar conceptos con los objetivos que persigue la Bibliotecología y la propia figura del profesional de esta área del conocimiento. Se nos antoja, finalmente, proponer que siendo la biblioteca pública uno de los pilares de las unidades de información donde se dan citan muchos de los procesos de carácter informativo y cultural, las reflexiones sobre sus problemas pueden constituir una piedra angular de numerosas investigaciones de la disciplina que nos ocupa como originadora de nuevos problemas científicos y como marco de aplicación de nuevos hallazgos obtenidos por los investigadores de nuestras diversas especialidades.
En definitiva, el nuevo papel de la biblioteca pública exige el estudio o investigación, tanto teórico como práctico, de todos los fenómenos que la circundan para hacerla más visible y con ello justificar su relevancia en todos los planos de la sociedad.
Philip Gill, Directrices IFLA/Unesco para el desarrollo del servicio de bibliotecas públicas, 2ª ed., México: CNCA/DGB, 2007, p. 26.
Real Academia Española, Diccionario de la Lengua Española [en línea], 22ª ed., 2001, s. v. ‘investigación’. Disponible en: http://lema.rae.es/drae/?val=investigacion (Fecha de consulta: 25 de junio de 2013).
Adolfo Rodríguez Gallardo, “Algunas reflexiones sobre la investigación aplicada a los servicios bibliotecarios” [en línea], I Coloquio de Investigación Bibliotecológica y de la Información, disponible en: http://www.youtube.com/watch?v=dGItflASjUE&list=PLl-lcaDjIF8fAVuzPKvyAaMrhc3DthlBt∈dex=4 (Fecha de consulta: 4 de octubre de 2012).