Juan José Calva, creador del modelo NEIN, reitera su condición de investigador y de promotor en la difusión del conocimiento en la coordinación de un nuevo libro titulado Estudios de usuarios en diferentes comunidades: Necesidades de información y comportamiento informativo, que viene a sumarse a otros anteriores como Investigaciones sobre las necesidades de información, el comportamiento informativo y la satisfacción en diferentes comunidades (2011) o Usuarios de la información en diferentes comunidades académicas y sociales (2013). Se pueden encontrar características de estos últimos libros en el más reciente, pues es fruto de los esfuerzos y del trabajo en conjunto de investigadores, profesores y alumnos de posgrado que participan y comparten diversos conocimientos, experiencias e ideas en el Seminario Usuarios de la Información, realizado en el Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información (IIBI) de la Universidad Nacional Autónoma de México.
La finalidad de esta obra es mostrar algunos estudios de usuarios, directos e indirectos, que se han llevado a cabo en diferentes sectores sociales, entre ellos los indígenas amuzgos, los matemáticos, los geógrafos y los vitivinicultores, todos ellos en torno al análisis de las necesidades de información y comportamiento informativo. También se exhibe un listado de comunidades no exploradas por la bibliotecología, al menos en México. Por otra parte, se describe el desarrollo teórico de los estudios de usuarios en España entre los años de 1994 al 2009. Indiscutiblemente los resultados vertidos en esta publicación pueden ser utilizados como referencia para el desarrollo de colecciones o para la modificación o creación de servicios en las unidades de información Latinoamericanas. El contenido total de la obra contribuye, sin duda, al marco teórico del denominado fenómeno de las necesidades de información.
La materia del libro queda estructurada en ocho trabajos, ordenados conforme al criterio de presentar primero asuntos teóricos (“Aportaciones españolas a la teoría del fenómeno de las necesidades de información” y “Probables causas del cambio de la identidad étnica”); después se muestran cinco estudios de casos que tratan aspectos de las necesidades y comportamiento informativo de comunidades académicas -matemáticos y geógrafos- y no académicas -vitivinicultores- y, por último, un texto que atiende el estudio de usuarios como línea de investigación desde tres vertientes: la teoría, la metodología y el tipo de comunidad de usuarios. Cabe mencionar que cada trabajo cuenta con una bibliografía esencial para aquellos que deseen conocer más sobre los temas presentados.
El primer trabajo que se presenta es “Aportaciones españolas a la teoría del fenómeno de las necesidades de información”, cuya autora es Isabel Villaseñor Rodríguez; en su estudio detecta una carencia notoria de trabajos publicados sobre el tratamiento teórico en torno a las necesidades de información o a alguno de sus componentes en España. La investigación de Villaseñor no se constriñe únicamente a identificar cuál es la fuente, el año, el tipo de acercamiento al tema, la autoría o si citan a Elias Sanz Casado, autor del primer trabajo completo sobre usuarios de la información aparecido en España en el año de 1994, sino que va más allá de ese nivel de análisis y estudia las fuentes escritas y publicadas en ponencias de congresos y revistas especializadas en biblioteconomía y documentación durante el periodo comprendido de 1994 a 2009.
En los resultados del estudio de Villaseñor se destaca que a partir de 1997 empiezan a surgir textos donde citan a Sanz Casado. Sin embargo, una conclusión interesante que la autora plantea es que “no parce que la influencia de este autor haya sido determinante o, al menos, reconocida por los autores que han escrito sobre algún asunto relacionado con el fenómeno de las necesidades de información”. Por lo anterior, este trabajo es relevante para la comprensión del fenómeno de las necesidades de información en España y demuestra asimismo la carencia de estudios de usuarios publicados no sólo en México sino también en otros países.
Por su parte, César Augusto Ramírez Velázquez nos presenta el trabajo “Probables causas del cambio de la identidad étnica: un avance de análisis teórico”. El propósito que anima al autor es ver, desde una perspectiva histórica-social, que después de la conquista española las comunidades indígenas enfrentaron guerras, desintegración, epidemias, nuevas formas de organización social, mezcla de razas y de lenguas, etc., lo que provocó la adopción de manifestaciones culturales simbólicas de otros grupos sociales que motivaron la transformación de la identidad indígena a través del tiempo.
Ramírez analiza cinco postulados sobre los integrantes de las comunidades indígenas en Mesoamérica a partir de opiniones de autores como Spalding, Gruzinski, Lockhart, Farriss y Wasserstrom. Se aporta asimismo una teoría donde advierte “la falta de comunicación entre generaciones ocasionó la pérdida de información de su cultura y organización social; asimismo, la recepción de nueva información producida por la cultura española y la de toda Europa repercutió también en la modificación paulatina de la identidad indígena”. El autor concluye que entender las necesidades, el comportamiento informativo así como las fuentes y herramientas de consulta de las comunidades indígenas derivará no sólo en la planeación de sistemas de información, organización de cursos y talleres o desarrollo de colecciones, sino también en la preparación de personal que atienda, auxilie y asesore a los usuarios indígenas en la búsqueda de información.
La contribución de Angélica Guevara Villanueva se titula “El conocimiento de las necesidades y comportamiento informativo de los matemáticos a través del análisis de sus referencias: avances”. La autora menciona una serie de documentos que describen algún elemento de las necesidades, comportamiento o satisfacción de información en comunidades de las ciencias exactas, puras o naturales, y detecta la falta de investigaciones en México sobre las necesidades y comportamiento informativo de la sociedad científica, en específico de matemáticos. Como primer acercamiento a la materia, Guevara presenta algunos elementos metodológicos para estudiar a esta comunidad y propone un método indirecto, denominado análisis de referencias, para emplearlo con los investigadores del Instituto de Matemáticas de la UNAM, considerando también el idioma y la actualidad en que se encuentran las fuentes que utilizan los matemáticos para elaborar sus trabajos además de las fuentes de información y los formatos que usan para la realización de sus investigaciones. Por último, Guevara considera que los resultados obtenidos pueden ser de utilidad a quienes laboran en estos centros.
Se presenta después el trabajo de Antonia Santos Rosas, titulado “Usuarios de la revista Investigaciones Geográficas. El caso del personal académico del Instituto de Geografía”. La autora, que continuamente se ha dedicado al análisis de la comunidad de geógrafos mexicanos, ahora nos presenta una nueva forma de conocer las necesidades y el comportamiento informativo de estos usuarios. A través de un método directo e indirecto, es decir, un cuestionario y la base de datos ISI-Thomson, Santos Rosas pudo revelar la procedencia de los autores que publican en la revista Investigaciones Geográficas, quiénes la utilizan, los temas abordados, el factor de impacto, el número de citas, las revistas citantes, entre otros aspectos circunstantes con los cuales pudo validar nuevamente que la disciplina geográfica es interdisciplinaria, además de que los investigadores que más publican en la revista de Investigaciones Geográficas pertenecen al área de la geografía física. Este trabajo lleva a la reflexión sobre las fuentes bibliográficas que deben considerar los investigadores al escribir sus publicaciones.
Bajo el título “Necesidades de información de los vitivinicultores en Zacatecas y Aguascalientes: resultados”, José Tomás Palacios Medellín escribe que en 1524 se inició formalmente el cultivo de Vitis vinifera en la Nueva España con su consecuente proliferación en diversas regiones. Palacios seleccionó dos estados del norte de México para su estudio, los cuales son considerados entre los principales productores de vino; aunque las regiones se encuentran relativamente próximas pudo constatar que las necesidades de información de los responsables del cultivo de uva y de la elaboración del vino son muy específicas y que se desprenden de problemas que presentan en su trabajo. Señala que al conocer las necesidades de información de los vitivinicultores se conocen los problemas habituales a los que se enfrentan y por tanto podría dar una idea clara al bibliotecario para que los ayude a satisfacer sus necesidades informativas.
Fermín López Franco nos brinda el trabajo “Los vitivinicultores de Baja California: necesidades y comportamiento informativo. Algunos resultados”, en el que nos muestra un estudio más profundo que el anterior sobre las necesidades y comportamiento en la búsqueda de información de los vitivinicultores de otra región del norte de México. El estado de Baja California se distingue por la producción de vino a gran escala así como por sus variedades, este contexto repercute directamente en sus necesidades ya que los temas de mayor interés son la economía y administración de la vinícola, mercadotecnia, plagas, etc. Su comportamiento informativo gira en torno a colecciones de libros propias, otros colegas, asesores, Internet, entre otros medios; es de notar que varios entrevistados son ingenieros agrónomos y enólogos, de ahí que presenten necesidades y comportamientos informativos específicos.
En cambio, el texto titulado “Los productores de la vid en el estado de Guanajuato: algunos resultados de su perfil informativo” que nos ofrece Ana Laura Peña Aguilar identifica a dos productores artesanales de vino que tienen necesidades de información diferentes en comparación con los trabajos de López y Palacios. Algunas necesidades informativas de los pequeños productores de vino de la región oeste suelen enfocarse hacia los costos de producción en México, el pago de impuestos, los distintos tipos de barricas y la maquinaria a emplear. Con respecto al comportamiento informativo pudo detectar que ninguna de las empresas cuenta con biblioteca o colección de documentos en las instalaciones, de ahí que se utilice como fuente principal de información la experiencia pasada y el contacto con colegas. Sin embargo, una aportación esencial de Peña es que los niveles de productividad son una variable que afecta directamente en las necesidades y comportamiento informativo de los productores de vid.
El punto final de los trabajos presentados, y parte medular del libro, es un escrito de Juan José Calva acerca de lo que él conceptúa como “El fenómeno de las necesidades de información: su investigación desde diversas perspectivas”. El autor indica que existen pocos textos publicados en Hispanoamérica sobre el tópico de las necesidades de información, el comportamiento de búsqueda de información, la satisfacción de las necesidades informativas o alguno de sus elementos. También enfatiza que el desarrollo de las tecnologías de información y comunicación ha provocado que se aumente el espectro de los estudios de usuarios por la disponibilidad de recursos electrónicos en la Web y el crecimiento de las bibliotecas digitales. El capítulo concluye con un listado de términos pendientes de conceptualizar sobre el denominado fenómeno de las necesidades de información, y da cuenta de algunas comunidades reales y virtuales de las que se siguen desconociendo sus necesidades y comportamiento informativo. Así, el estudio de usuarios es un área multidisciplinaria e interdisciplinaria casi virgen de investigación.
Se cierra la obra con una conclusión atinada, dejando ver que las comunidades de usuarios de la información tienen particularidades por su actividad, contexto, su acceso a la información, educación, edad, entre otros factores que imperan y configuran sus necesidades y comportamientos informativos. El abordaje metodológico para cada comunidad (directo o indirecto, cualitativo o cuantitativo) no es siempre el mismo, pues se ajusta dependiendo del contexto de los sujetos de estudio.
Naturalmente, vale la pena echar un vistazo a esta publicación no sólo por el respaldo de buenos argumentos teóricos y su fácil comprensión, sino también por los resultados que presenta, mismos que pueden utilizarse en el campo laboral como referencia en el desarrollo de colecciones y servicios en aquellas unidades de información que carecen de perfiles de usuarios de académicos (geógrafos ymatemáticos) o de grupos sociales de producción (vitivinicultores). Además, ofrece a investigadores, profesores y estudiantes de bibliotecología nuevas líneas de investigación en el tópico de los estudios de usuarios que ayudarán a comprobar el fenómeno de las necesidades de información. Aunado a esto lleva a la reflexión de lo valioso de la investigación en este campo.
Finalmente, espero que Estudio de usuarios en diferentes comunidades: Necesidades de información y comportamiento informativo sea de su utilidad y agrado, su versión electrónica puede consultarse libremente en la dirección siguiente: http://132.248.2423/~publica/archivos/libros/estudios_de_usuarios_diferentes_comunidades.pdf