Las evaluaciones son un elemento necesario en la formación de cualquier profesional. Los exámenes de opción múltiple son la herramienta más frecuentemente utilizada para estos fines y, en consecuencia, el formato al que más se enfrentan los estudiantes de medicina. Existen prácticas usuales al presentar un examen, y cada persona ha adoptado un estilo de resolución. Sea cual sea este, el artículo propone algunas actividades que potencialmente optimizarían el desempeño del sustentante al convertir vicios o defectos en la construcción de pruebas, en argumentos para optar por una u otra respuesta. La estrategia para adquirir una ventaja competitiva requiere sumar las recomendaciones con la experiencia del estudiante.
Assessments are key elements in the professional training. Multiple choice tests are the most frequently format chosen for evaluation, and thus, the one to which medical students are more exposed. There are common practices to solve a test; each individual adopts a particular way of doing it. Whichever the personal preference for its resolution, the article proposes some activities that could potentially optimize the student's success by turning tests ' flaws into arguments supporting the choice of a particular answer. In order to truly develop a competitive advantage, the strategy requires joining the student experience to the given recommendations.
El título del artículo es atractivo porque usted seguramente ha presentado, por lo menos, una docena de este tipo de pruebas en su vida académica. La resolución exitosa de éstos no sólo implica conocer lo que se evalúa, sino servirse de algunas estrategias que potencian la comprensión de las intenciones de los creadores del examen. Para ello, es preciso detallar primero algunos términos a los que se referirá posteriormente. Una pregunta de opción múltiple se compone de tres elementos: el tallo o pregunta, es decir, el enunciado que plantea el problema a resolver; la respuesta correcta (probablemente se acerca mucho o responde con precisión la pregunta) y los distractores, que constituyen alternativas posibles, idealmente plausibles, independientes, y representantes de conocimiento cercano al evaluado, esencialmente erróneos o inadecuados como respuesta a la pregunta.1
La práctica que pretendemos desarrollar se resume en dos términos anglosajones difíciles de traducir: Testwiseness (inteligencia para resolver el examen) y educated guessing (adivinar de forma educada/habilidad para discriminar sobre distractores no plausibles). Ambos son ampliamente utilizados para describir el comportamiento de los estudiantes al resolver un examen.2 La inteligencia para resolver exámenes resulta de la exposición previa a muchos de ellos; usted indudablemente conoce diversas características de las preguntas y opciones, el tiempo que tarda en resolverlo, los errores y confusores comunes, el estilo y vocabulario que se emplea, etc. Todo ello le brinda una ventaja competitiva al enfrentarse a un nuevo examen. Es muy raro que los estudiantes intenten adivinar a ciegas, aún cuando desconocen totalmente el contenido de la pregunta. En la mayoría de los casos existen ítems mal construidos que permiten reconocer, al menos, las opciones indudablemente erróneas, las preguntas reiterativas o con información excesiva e irrelevante, la tendencia de posición de las respuestas y los vicios lingüísticos de los autores. Así, es mucho más fácil y probable elegir la solución correcta, y se trata de una decisión informada y sustentada en evidencia que provee el propio examen.
El texto contiene seis incisos: estudiar, controlar las emociones, leer con precaución, preguntas con negativos o respuestas inclusivas, respuestas que saltan a la vista y revisar. Éstos integran actividades o elementos importantes a considerar al presentar un examen y surgieren tácticas para superarlos con éxito.
EstudiarLa cantidad de información siempre excede el tiempo disponible para aprenderla, por ello, es necesario centrarse en comprender lo esencial y los puntos relevantes de cada tema.
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Estudiar un tiempo considerable antes del examen, asegurarse de dominar las definiciones y procesos básicos del tema, ya que de ello pueden resultar deducciones informadas aunque no se conozcan con precisión los detalles.
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Memorizar aquellos datos cardinales, éstos siempre son evidentes porque el libro de texto y los docentes enfatizan en ellos y algunos serán muy probablemente incluidos en la evaluación.
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Razonar, analizar, comparar y contrastar, sintetizar y reflexionar en la medida de lo posible; entre más profundo sea el ejercicio cognitivo más fácilmente será responder tanto a una pregunta de memoria como a una de aplicación o solución de problemas.
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Intentar recitar la información o explicarla, aquello que se enseña suele convertirse en aprendizaje significativo y perdura con el tiempo.
El examen siempre será una situación estresante, es fundamental acostumbrarse a ello y canalizarlo de modo que no interfiera con su desempeño.3
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El control del estrés es básico para leer adecuadamente las preguntas, recordar la información necesaria y asegurarse de responder lo mismo que se piensa.
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Es trascendental reconocer que siempre habrá algunas preguntas que no sabrá responder y el reto más grande es no bloquearse al enfrentarse a ellas, sino seguir adelante. Es una prueba más, conoce el contenido que se evaluará, estudió para él y ha presentado muchos exámenes de opción múltiple en el pasado. No hay nada que temer.
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No piense demasiado sobre el formato o redacción de la pregunta, ni sobre las distintas formas de interpretar los enunciados. Lo más útil es tratar de adoptar la perspectiva del evaluador para no complicar el ejercicio. Casi siempre, el conocimiento que se tiene sobre el tema excede el que se evalúa en el examen, y así surge un confusor más al pretender explicar la pregunta, en vez de sólo responderla. Mantenga en mente la lógica, el orden y el sentido común.
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Antes de leer las opciones, solucione la pregunta, así será más fácil encontrarla o asociarla a una con contenido semejante.
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Si no encuentra la respuesta en el primer intento, valdrá la pena eliminar aquellos distractores evidentemente incorrectos y pensar sólo sobre los que restan, esto reducirá las posibilidades e incluso aumenta la probabilidad de acertar al azar.
Tenga especial cuidado con las preguntas que contienen “NO” o “EXCEPTO”, aún más cuando éstos se combinan y resultan en una afirmación, ya que es común errar desde el inicio, si no se comprende adecuadamente la pregunta.
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Las respuestas inclusivas pueden ser absolutas (“todas las anteriores”, “ninguna de las anteriores”) o relativas a opciones previas (“a y b son correctas”) e introducen más incertidumbre que cualquier otra opción.
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Es casi imposible encontrar inclusivas absolutas y relativas en una sola pregunta, por lo que el desafío básicamente radica en encontrar la cantidad de opciones correctas.
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Es habitual que “todas las anteriores” y la combinación de dos opciones sean correctas porque la intención del evaluador se evidencia desde que existen, “ninguna de las anteriores” es menos probable, a veces sólo representa el último recurso o la incapacidad para escribir otro distractor plausible.
Si usted identifica una opción que destaque por ser distinta en contenido o apariencia, está seguramente frente la respuesta correcta o ante una opción ridicula. Estos hallazgos suceden repetidamente e introducen más incertidumbre, por tanto, deben atenderse con cautela.
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Si la opción corresponde a un modificador presentado en la pregunta (género/número, temporalidad, idioma), será fácil determinar que ésta es correcta. Si contradice el modificador, será entonces evidentemente incorrecta.
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Si la opción contiene más detalles que las demás, es probable que sea correcta. El evaluador usualmente las refiere tal cual lo encontró en su fuente de información, o enfatiza en ella justamente por ser correcta.
Al final, asegúrese de haber respondido a todas las preguntas y copiado adecuadamente a la hoja de respuestas (en caso de existir).
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Vaya a las preguntas que le resultaron confusas y reconsidere las respuestas, no cambie alguna a menos de que tenga certeza sobre haberla respondido erróneamente. Con frecuencia, los primeros recuerdos tienen mayor probabilidad de guiarnos hacia la respuesta correcta.
Los estudiantes tienen la oportunidad de obtener mejores resultados en los exámenes de opción múltiple si aprovechan las deficiencias en la construcción de éstos y utilizan a su favor la experiencia que adquieren al someterse repetidamente a ellos. A través de dirigir la forma de estudiar, fomentar el control emocional, evidenciar ciertos elementos comunes en las pruebas, y asegurar una revisión al final, es posible optimizar el desempeño del sustentante.
FinanciamientoNinguno.
Conflicto de interesesLa autora declara no tener ningún conflicto de interés.
Presentaciones previasNinguna.