Plural en la cultura literaria y política latinoamericana es la culminación de una larga investigación que John King inició en los años ochenta en los archivos personales de Octavio Paz relacionados con la revista Plural. El proyecto de una revista de crítica, literatura y política tiene un largo árbol genealógico que inicia con Contemporáneos, Taller y El Hijo Pródigo, junto con el suplemento del periódico Novedades, México en la Cultura y la Revista Mexicana de Literatura. La revista argentina Sur sería una especie de pariente lejano y los intentos de Mundo Nuevo, que dirigió Rodríguez Monegal, y el semanario Primera Plana fueron algo así como primos hermanos. Naturalmente, el ambiente político y cultural mexicano posterior a la matanza de Tlatelolco y el halconazo del Jueves de Corpus fueron el contexto social para publicar una revista que apoyara el arte vanguardista, la crítica del totalitarismo soviético y el autoritarismo priísta, que, como sabemos, provocó un golpe de Estado que acabó con la dirección de Julio Scherer en Excélsior y le dio un golpe mortal a la dirección de Octavio Paz en Plural; después surgiría Vuelta como una continuación de aquella.
El recorrido inicia con una revisión de las colaboraciones de Paz en la revista Sur, entre la que destaca la del número 197, de marzo de 1951. El famoso dossier de David Rousset en torno a los campos de concentración en la urss. Lo que marcaría la ruptura de Paz con la izquierda stalinista latinoamericana. King señala que este hecho fue significativo en la gestación, en la agenda cultural de Paz, de una revista que como Sur publicara obra literaria, periodismo, política y filosofía. Por esos años, Paz era escritor y diplomátic de tiempo completo. No fue sino hasta su regreso a México, a finales de los años sesenta, que pudo darle forma a la revista deseada.
Plural significó un salto dialéctic en la cultura editorial mexicana y un cambio generacional. Antes de que Paz tomara la batuta editorial de Plural, el sistema literario mexicano giraba en torno a Alfonso Reyes cuya opinión pesaba en todas las editoriales y en todos los suplementos culturales. Pongamos como ejemplo el comité editorial de la Revista Mexicana de Literatura, que fue dirigida primero por Carlos Fuentes y luego por Emmanuel Carballo, de 1955 a 1957. Como redactores estaban Alí Chumacero, Antonio Alatorre, Archibaldo Burns, José Luis Martínez, Marco Antonio Montes de Oca y Ramón Xirau. Nómina de futuros académics de El Colegio de México, la unam, y otros se convertirán en las piedras fundamentales del Fondo de Cultura Económica; aquí se deja ver la mano y la influencia de Alfonso Reyes. En los años setenta, Octavio Paz es el principal renovador y promotor de la modernización de la cultura mexicana. Esto se ve en el interés que Paz puso en la traducción de autores desconocidos en la cultura mexicana. En el comité editorial del primer número de Plural encontramos a Tomás Segovia, Kazuya Sakai, Vicente Rojo y como secretaria y administradora, Sonia Levy.
En el valioso trabajo de archivo de King encontramos la documentación del primer intento de Paz por hacer una revista que difundiera a los nuevos autores latinoamericanos, publicara autores inéditos en español y tuviera difusión internacional. En carta de Paz a Arnaldo Orfila fechada el 16 de noviembre de 1967 en Nueva Delhi, el poeta habla de una conversación que había tenido con Malraux, Ministro de Cultura de De Gaulle, sobre lanzar una revista ambiciosa, en español, sobre la cultura y la política latinoamericanas, y que el mismo Malraux le había sugerido que el gobierno francés estaría dispuesto a otorgar ayuda financiera. En carta del 12 de diciembre del 67, Paz le relata a Orfila sus preocupaciones materiales: Una vez resuelto el problema fundamental, es decir: asegurar el financiamiento de la revista por lo menos durante dos años, trataremos del otro problema que a usted le preocupa (y a mí también): mi regreso a México. Sobre esto puedo decirle que mi decisión depende de dos cosas: la primera, la revista; la segunda, obtener en la Universidad o en algún otro sitio una suma decente que me permita subsistir decorosamente y gozar de cierto tiempo libre para mi trabajo personal (82).
Pero no hubo arreglo, el dinero del gobierno francés suponía obligaciones indeseables, la revista debía aparecer como parte de la difusión de la cultura francesa a cargo del Ministerio de Asuntos Exteriores, es decir como parte de la mission civilizatrice del gobierno francés. En otra carta a Orfila, Paz comenta que Pensamos que nuestra revista debe ser, ante todo crítica […] Queremos editar una revista literaria […]. Añado: revista de la nueva literatura hispano-americana […] queremos y perseguimos la confrontación con los nuevos de otras lenguas y nuestras páginas estarán abiertas a todos los escritores afines de Europa y Estados Unidos […] Somos cosmopolitas por fatalidad, por nacimiento: somos de este tiempo (83).
No fue sino hasta julio de 1971 que los proyectos de Octavio Paz encontraron el apoyo material de Julio Scherer. En octubre de 1971 apareció el primer número de Plural, en gran formato y “sin portada al estilo deThe New York Times Book Review”. Los interiores fueron ilustrados por José Luis Cuevas, el artículo principal fue “El tiempo del mito” de Claude Lévi-Strauss, le siguió un ensayo de Henri Michaux, “Ideogramas en China” y cerraba con un artículo de Harold Rosenberg sobre el arte objeto. Tomás Segovia y Salvador Elizondo se hicieron cargo de las traducciones del francés y del inglés, Sakai, del japonés. Así empezó la primera época de Plural —que duraría seis— donde Paz se iría consolidado como editor de una de las revistas más importantes de Latinoamérica.