Se revisan los efectos beneficiosos y los problemas relacionados con los fármacos hipoglucemiantes tradicionales y se analizan los nuevos medicamentos de esta clase relacionados con el efecto incretina: análogos del péptido similar al glucagón tipo 1 e inhibidores de las dipeptidil peptidasas tipo 4. Ambos producen, de forma dependiente de la glucosa, una reducción de la glucemia, no se relacionan con la hipoglucemia y no aumentan el peso. Otro nuevo grupo son los inhibidores del cotransportador sodio-glucosa tipo 2, que disminuyen la glucemia con bajo riesgo de hipoglucemia y con discreta pérdida de peso. Los efectos beneficiosos a largo plazo y la prevención cardiovascular no están demostrados.
Disponemos cada vez de más y mejores fármacos. Por otra parte, el tratamiento farmacológico hipoglucemiante debe ser personalizado, considerando los valores de hemoglobina glucosilada, el riesgo-beneficio, el riesgo de hipoglucemia, los cambios en el peso y el estado cardiovascular, entre otros factores.
No tenemos el hipoglucemiante ideal y no debemos olvidar que, junto al control de la hiperglucemia, el tratamiento precoz e intensivo de la dislipidemia y de la hipertensión es fundamental en la prevención cardiovascular del paciente con diabetes tipo 2.
The benefits and problems associated with traditional hypoglycemic drugs, such as failure of beta cells, hypoglycemia and weight gain, that lead to a worsening of diabetes, are reviewed. New hypoglycemic drugs with incretin effect (glucagon-like peptide-1 agonists and dipeptidyl peptidase 4 inhibitors), achieve, in a glucose dependent manner, an glycosylated hemoglobin reduction without hypoglycemia or increase in body weight. Recently, another group of oral hypoglycemic drugs, sodium-glucose cotransporter type 2 inhibitors, have demonstrated efficacy in diabetes control by inhibiting renal glucose reabsorption. However, long-term effects and cardiovascular prevention remain to be demonstrated.
We have more and better drugs nowadays. Hypoglycemic treatment should be customized (glycosylated hemoglobin levels, risk-benefit, risk of hypoglycemia, weight changes, cardiovascular risk), with a combination of drugs being necessary in most cases.
However, we do not have yet an ideal hypoglycemic drug. Moreover we must remember that an early and intensive treatment of dyslipidemia and hypertension is essential for the prevention of cardiovascular disease in patients with type 2 diabetes.
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