El lupus inducido por fármacos (LIF) es un síndrome que comparte síntomas y características de laboratorio con el lupus eritematoso sistémico (LES) idiopático y que se presenta tras la exposición a ciertos fármacos.
Muchos fármacos pueden inducir la aparición de ANA (antinuclear antibodies ‘anticuerpos antinucleares’), pero sólo una minoría de ellos provoca el desarrollo de cuadros clínicos que cumplen los criterios del LES.
Las características clínicas más frecuentes en el LIF son malestar general, artralgias o artritis, mialgias, fiebre y pérdida de peso. El cuadro clínico suele tener un inicio subagudo y, en general, los síntomas son leves en la mayoría de los pacientes; la afectación renal y del sistema nervioso central es excepcional.
Al igual que el LES, el LIF se caracteriza por la positividad de los ANA. Los ANA están dirigidos fundamentalmente contra las proteínas histonas y aparecen en más del 80% de los casos de LIF. La presencia de anticuerpos antiácido desoxirribonucleico (anti-ADN) es rara en el LIF, excepto en el secundario a fármacos anti-TNF-α (anti-tumor necrosis factor alpha ‘antifactor de necrosis tumoral alfa’) y a minociclina.
Algunos fármacos pueden inducir cuadros diferentes del clásico LIF y, por tanto, su diagnóstico puede ser más difícil. Es el caso del LIF asociado a minociclina, que afecta sobre todo a mujeres jóvenes y puede presentar anticuerpos anti-ADN, anticuerpos anticardiolipina y anticuerpos anticitoplasma del neutrófilo (pANCA). No suelen detectarse anticuerpos antihistona.
El tratamiento con anti-TNF-α se asocia frecuentemente con el desarrollo de ANA y anticuerpos anti-ADN. La incidencia de ANA en pacientes en tratamiento con anti-TNF-α es bastante frecuente, y oscila entre el 23 y el 57%. La incidencia de anticuerpos anti-ADN varía del 9 al 33%. A pesar de la alta frecuencia de autoanticuerpos en los pacientes tratados con anti-TNF-α, sólo en un pequeño porcentaje se desarrolla una enfermedad autoinmune, en especial LIF y vasculitis.
El tratamiento del LIF es, primariamente, la supresión del fármaco. Algunos pacientes pueden necesitar antiinflamatorios no esteroideos y corticoides en dosis bajas. Los casos graves de LIF con afectación renal o neurológica pueden requerir corticoides en dosis altas e inmunodepresores. Los títulos de anticuerpos descienden a menudo de forma más lenta e incluso pueden persistir durante años. No es necesario tratar a los pacientes con ANA positivos si no hay síntomas sistémicos.
Drug-induced lupus (DIL) is syndrome characterised by the occurrence of lupus-like symptoms and serological findings, following exposure to certain drugs. A substantial number of drugs can induce the positivity of antinuclear antibodies (ANA) but the diagnosis of DIL cannot be done in the absence of clinical features.
Most patients with DIL have constitutional symptoms, arthralgia or occasionally arthritis, myalgias, fever and weight loss. These features may take weeks or months to develop and use to be mild with renal and central nervous system happening very rarely.
ANA are always positive. They are mainly anti-histone proteins. Antibodies to ds-DNA are a rare finding and would tend to favour a diagnosis of idiopathic SLE. They have been associated with the use of tumour necrosis factor inhibitors (ant-TNF) and minocycline.
Some drugs can induce particular symptoms o serological abnormalities and the diagnosis may be more difficult. It is the case of minocycline-induced lupus, which uses to affect young women with anti-ds-DNA and p-ANCA antibodies positive and negative anti-histone antibodies.
Treatment with anti-TNF α is frequently associated with the development of ANA and anti-DNA. The incidence of ANA positive varies between 23–57% and anti-DNA between 9–33%. However, only a small number of patients will develop DIL or vasculitis.
Resolution or marked improvement of the symptoms generally occurs within 2–5 weeks of the drugs withdrawal although some patients may require non-steroid anti-inflammatory drug or low dose steroid. Immunosuppressive drugs may be needed in severe cases with renal or neurological involvement. Some patients remain ANA positive for long periods of time. No treatment is necessary for ANA positive in the absence of clinical features.
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