La utilización de la ventilación mecánica no invasiva (VMNI) ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos 25 años a raíz de la introducción de la presión positiva y la mascarilla nasal. Pacientes con insuficiencia respiratoria crónica, aguda y crónica agudizada son candidatos para ser tratados con esta modalidad terapéutica. Su utilización dentro del hospital es muy heterogénea al indicarse en pacientes muy diversos con diferentes niveles de complejidad y con niveles de gravedad también diferentes. Disponemos de evidencia científica del máximo nivel para determinados problemas como es el caso de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica agudizada con acidosis respiratoria, el edema agudo de pulmón o la insuficiencia respiratoria de pacientes postrasplantados de órganos sólidos y hematológicos, aunque su utilización se ha generalizado a muchos otros escenarios clínicos con menor nivel de evidencia. La VMNI se ha mostrado útil incluso en situaciones límite, como ocurre con pacientes de edad avanzada, pacientes con orden de no intubar o con comorbilidad grave asociada, así como cuando se usa con finalidad paliativa. La continua evolución tecnológica y la necesidad de formación de los profesionales exigen cambios organizativos en los hospitales y pone encima de la mesa la necesidad de definir áreas asistenciales específicas para pacientes graves, como es el caso de las unidades de cuidados intermedios respiratorios.
Noninvasive ventilation (NIV) utilization has experienced an exponential growth in the last 25 years immediately after the introduction of the positive pressure and the nasal mask. Patients with acute, chronic and acute on chronic respiratory failure are candidates to be treated by this therapeutic modality. Its utilization inside the hospital is very heterogeneous being indicated for diverse patients by different levels of complexity and severity levels. We have scientific evidence of the maximum level for certain problems such as COPD exacerbations with respiratory acidosis, acute pulmonary edema, or patients with solid and hematologic transplantation, although its utilization has been generalized to many other clinical scenes using minor levels of evidence. NIV is also used successfully in patients of advanced age, patients with do not intubate orders or even patients with severe comorbidities. Finally, NIV could be used as a palliative tool. The continuous technological evolution and the need of formation of the professionals demands organizational changes in the hospitals and the necessity to define specific areas for most severe patients, such as respiratory intermediate care units.
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