La obesidad representa uno de los desafíos de salud pública más apremiantes y que es necesario resolver a nivel mundial, con implicaciones graves para la salud. A pesar de los esfuerzos en prevención primaria, la prevalencia de la obesidad continúa aumentando. La embolización gástrica percutánea (EGP) ha surgido como una técnica prometedora en el tratamiento de esta enfermedad.
Material y métodoEstudio de cohortes longitudinal prospectivo que incluyó a 15 pacientes diagnosticados con obesidad grado III, admitidos en el servicio de hemodinamia de un hospital terciario durante el año 2022.
ResultadosEl 86,7% de las EGP fueron exitosas. Los pacientes tratados experimentaron una pérdida de peso significativa al comparar el peso inicial (101,2±23,0; error estándar [SE]=5,9) con el peso al sexto mes de realizado el procedimiento intervencionista (91,5±19,8; SE=5,1) t(14)=5,3; p<0,001, d=0,45. Especialmente los del género masculino (106,7±18,4; p=0,01). No se documentaron complicaciones vasculares mayores, úlcera o isquemia gástrica, o síntomas abdominales en ninguno de los pacientes incluidos en el estudio. Tan solo, 6 pacientes (40%) presentaron epigastralgia, 9 (60%) presentaron náuseas y 3 (20%) vómitos.
ConclusionesLa EGP es un procedimiento eficaz y seguro para reducir el índice de masa corporal con una elevada tasa de éxitos, bien tolerado por los pacientes con obesidad, sin complicaciones mayores, cuyos resultados se mantienen en el tiempo.
Obesity represents one of the most pressing public health challenges that needs to be solved globally, with serious health implications. Despite primary prevention efforts the prevalence of obesity continues to increase. Percutaneous gastric embolisation (PGE) has emerged as a promising technique in the management of this disease.
Material and methodsProspective longitudinal cohort study including 15 patients diagnosed with grade III obesity, admitted to the Haemodynamics Service of the Cardiovascular Health Institute during the year 2022.
ResultsThe 86.7% of the PGEs were successful. Treated patients experienced significant weight loss when comparing baseline weight (101.2±23.0, SE=5.9) with weight at 6 months after the interventional procedure (91.5±19.8, SE=5.1) t(14)=5.3, P<.001, d=0.45, especially males (106.7±18.4, P=.01). No major vascular complications, gastric ulcer or ischaemia, or abdominal symptoms were documented in any of the patients included in the study. Only 6 patients (40%) presented with epigastralgia, 9 (60%) with nausea and 3 (20%) with vomiting.
ConclusionsPercutaneous gastric embolisation is an effective and safe procedure to reduce BMI with a high success rate, well tolerated by obese patients, without major complications, whose results are maintained over time.
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