La enfermedad por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 (COVID-19) se presenta habitualmente con síntomas respiratorios, pero se han descrito manifestaciones clínicas en otras localizaciones, como en la piel. A continuación describimos el caso de un paciente con síntomas cutáneos desarrollados en el periodo de recuperación de una neumonía por coronavirus SARS-CoV-2.
Presentamos el caso de un varón de 51 años sin antecedentes médicos de interés que acudió a urgencias por tos seca y disnea de moderados esfuerzos de 7 días de evolución. En la exploración física el paciente estaba eupneico, afebril y la auscultación pulmonar fue normal. En la radiografía de tórax se observaron opacidades pulmonares periféricas y bilaterales, de predominio en lóbulos inferiores, que, en el contexto epidemiológico en España de marzo de 2020, fue compatible con COVID-19. El test de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para coronavirus SARS-CoV-2 fue positivo. Se pautó tratamiento con hidroxicloroquina durante 5 días y lopinavir/ritonavir durante 10 días. Permaneció ingresado durante 15 días hasta su mejoría clínica, con PCR para coronavirus SARS-CoV-2 negativa. A los 2 días del alta presentó en el tronco, de aparición brusca, una erupción maculopapulosa eritematosa con islotes de piel sana, levemente pruriginosa. Se pautó dipropionato de betametasona tópico y 20mg de bilastina oral, pero a las 24 h las lesiones se extendieron a región cervical, cara y región proximal de miembros superiores, por lo que se añadieron 30 mg de prednisona por vía oral. La respuesta clínica fue favorable, con desaparición de las lesiones en pocos días.
La enfermedad por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 (COVID-19), descrita por primera vez en Wuhan (China) en diciembre de 2019, se caracteriza por la aparición de síntomas respiratorios, como fiebre, tos seca, disnea, rinorrea, anosmia y ageusia. El espectro de afectación respiratoria varía desde un catarro de vías altas, que puede pasar desapercibido, hasta neumonías graves o síndrome respiratorio agudo grave por coronavirus 2 (SARS-CoV-2)1. Aunque con menor frecuencia, se han descrito manifestaciones dermatológicas asociadas a la COVID-19. En una muestra de 88 casos, Recalcati encontró 18 pacientes con manifestaciones cutáneas, entre los que se incluían 14 casos de exantema eritematoso, 3 con urticaria generalizada y una erupción variceliforme. En la mayoría de los pacientes los síntomas cutáneos aparecieron tras el alta hospitalaria, como en nuestro caso, y no se asociaron con una mayor gravedad de la COVID-19. Las lesiones afectaban de forma principal al tronco, eran asintomáticas o levemente pruriginosas y desaparecieron en pocos días2. Estos síntomas cutáneos no son específicos de la COVID-19, sino que presentan características similares a los que se producen en otras infecciones respiratorias comunes de causa vírica. En este sentido, se ha descrito algún caso de COVID-19 que inicialmente fue confundido con dengue por la similitud de la sintomatología cutánea3.
Otras manifestaciones dermatológicas que hay que considerar son las debidas a efectos secundarios de ciertos fármacos utilizados en el tratamiento de la COVID-19. En especial, hay que tener en cuenta los posibles efectos adversos sobre la piel de la hidroxicloroquina, como la hiperpigmentación cutánea, el prurito, la xerosis cutánea, la alopecia, la urticaria, las erupciones morbiliformes o maculopapulares y las dermatitis exfoliativas4. La azitromicina también puede producir exantemas cutáneos, prurito o síndrome de Stevens-Johnson. Entre los efectos adversos más frecuentes de la asociación de lopinavir y ritonavir se incluyen las erupciones maculopapulares, el prurito, el eccema y la dermatitis seborreica.
Se han descrito otras lesiones cutáneas más graves, causadas por microtrombosis relacionadas con el daño endotelial y los trastornos vasculares producidos en la COVID-19. Son lesiones isquémicas de aparición brusca, caracterizadas por cianosis, formación de ampollas y gangrena seca de los dedos de las manos y los pies5.
En conclusión, aunque parece muy probable que la COVID-19 produce alteraciones cutáneas, es necesario disponer de más estudios para conocer todas sus formas de presentación y confirmar su relación causal.
Se ha contado con el consentimiento del paciente y se han seguido los protocolos del centro de trabajo sobre el tratamiento de la información de los pacientes.
FinanciaciónNinguna.
Conflicto de interesesNinguno.