En diciembre de 2019, se describieron casos de neumonía en Wuhan, China, causado por un nuevo coronavirus llamado coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2), y la enfermedad resultante se denominó COVID-191.
El primer paciente registrado en España con coronavirus se conoció el 31 de enero de 2020. Desde entonces, el número de contagios ha aumentado progresivamente, rozando ya los 110.000 positivos.
El cuadro clínico de COVID-19 se caracteriza por la presencia de síntomas y signos frecuentes entre los que destacan: Fiebre, tos seca o productiva, dolor de garganta, disnea y síntomas digestivos (diarrea y vómitos)2.
También se han descrito otros síntomas como ageusia y anosmia3.
Los resultados de laboratorio a menudo muestran elevación de la proteína C reactiva. Las alteraciones en la coagulación, especialmente del dímero D y del tiempo de protrombina fueron más frecuentes en pacientes con mayor gravedad4,5. Alrededor de un tercio de los casos presentan datos de citólisis hepática. La linfopenia grave fue el hallazgo hematológico más frecuente en los pacientes críticos4,5.
El patrón radiológico más frecuente en todas las series fue el infiltrado alveolar4,5.
El exudado nasofaríngeo y orofaríngeo, que permite el aislamiento del virus, confirma el diagnóstico.
Hay pocos datos sobre las manifestaciones cutáneas de las personas con COVID-196, mostramos un caso de una paciente diagnosticada de infección por COVID 19 que presentó manifestaciones cutáneas después de la hospitalización (a los cinco días del alta y 20 días después del inicio de los síntomas).
La manifestación cutánea fue una erupción eritematosa. El tronco fue la principal región involucrada. Se trató de lesiones poco pruriginosas, las cuales generalmente se curaron en pocos días. Aparentemente no hubo ninguna correlación con la gravedad de la enfermedad, ni con los tratamientos pautados durante el ingreso.
Podemos concluir que las manifestaciones cutáneas son similares a la afectación cutánea que ocurre durante las infecciones virales comunes (figs. 1 y 2).
FinanciaciónNinguna.
Conflicto de interesesNinguno.