Nuestro rol como médicos en la atención a la demencia debe ser el de realizar un doble enfoque de la enfermedad (dirigido al paciente y al cuidador principal), mantener una iniciativa constante ante las situaciones previsibles que se suceden en el desarrollo de la demencia, adquirir un nivel de compromiso (que debe ser explicitado claramente al cuidador) para evitar situaciones de abandono asistencial, ayudar a los cuidadores y a las familias a sobrellevar dignamente el cuidado de sus familiares enfermos, y favorecer la elaboración de los duelos que van emergiendo durante todo este largo, duro, difícil, y no pocas veces admirado por los profesionales, proceso de cuidar a un paciente con demencia.
Our role as physicians in the treatment of dementia should be to perform a double approach to the disease (aimed at the patient and main caretaker), maintain a constant initiative regarding the predictable situations that occur in the development of dementia, acquire a commitment level (that should be clearly explained to the caretaker) to avoid situations of care abandonment, help the caretakers and families to endure the care of their ill relatives with dignity, and favor the elaboration of mourning that emerges during this long, hard, difficult process of taking care of a dementia patients that is often admired by the professionals.