Describir y analizar cómo se realiza el acompañamiento espiritual en equipos de Cuidados Paliativos en nuestro país, desde la perspectiva de profesionales motivados, y evaluar posibles áreas de mejora.
Material y métodoSe diseñó por parte del Grupo de Espiritualidad SECPAL una encuesta específica para este estudio que se aplicó de forma autoadministrada por vía online. En ella se incluían cuestiones sobre la autopercepción de los profesionales en acompañamiento espiritual y sobre el modelo de atención en los equipos. Se solicitó su cumplimentación a los asistentes a la IX Jornada Nacional SECPAL en mayo de 2011 sobre «Espiritualidad en Clínica».
ResultadosDe los 647 asistentes a la jornada, 191 contestaron el cuestionario. La muestra incluye un elevado porcentaje de mujeres, con mayoría de personal de enfermería y psicólogos. El 94,2% considera que el acompañamiento espiritual forma parte de su labor asistencial, pero solo un 57,6% se considera competente. Un 41,9% cuenta en su equipo con una persona específica para atención espiritual y solo un 45% considera de forma específica los aspectos espirituales en los equipos.
ConclusionesLos profesionales participantes afirman que, aunque la evaluación y el acompañamiento espiritual forman parte de la atención integral en Cuidados Paliativos, también perciben importantes áreas de mejora tanto en la formación de los profesionales como en el modelo de atención.
Describe and analyze spiritual care conducted by palliative care teams in our country, from the perspective of committed professionals, and assess potential areas for improvement.
Material and methodsThe SECPAL Task Force in Spiritual Care designed and sent an on-line survey to those attending the SECPAL 9th National Conference on Clinical Spirituality, held in May 2011. The questionnaire included some questions about spiritual care professionals and self-perception of the care given by the teams.
ResultsThe questionnaire was answered by 191 of the 647 participants in the conference. The sample included a high percentage of women, mostly nurses and psychologists. Of those, 94.2% considered that spiritual care was part of their professional role, but only 57.6% considered themselves competent for this task. Less than half (41.9%) said they had a specific person for spiritual care on their teams, but only a 45% of them considered specifically spiritual aspects of teams.
ConclusionParticipants considered that assessment and spiritual care are part of the integral care in palliative units, and pointed to important areas for improvement, both in professional training and in the care model.
En las definiciones de cuidados paliativos1 (CP) se contempla la atención espiritual como parte integrante y fundamental de nuestro trabajo, sin embargo existe todavía escaso consenso y poco desarrollo de este ámbito en la práctica clínica2.
Hace años, Saunders3 acuñó el concepto de «dolor total» para hablar del sufrimiento que afecta a la integridad de la persona del paciente en sus dimensiones física, social, psíquica y espiritual.
El «dolor total» o el sufrimiento no pueden ser tratados ni aliviados con los fármacos habituales y requiere aproximaciones e intervenciones diferentes, que suponen no centrarse tanto en la dinámica de «resolver» como en la de acompañar4.
En general, se sigue asumiendo que los profesionales definimos objetivamente las necesidades del paciente y, por tanto, definimos objetivamente qué significa cuidarlo. Esta actitud asimétrica y orientada a resolver, solucionar, parece poco ajustada a la realidad y, sobre todo, poco terapéutica5. El control de síntomas es condición necesaria pero no suficiente para un buen CP. En la medida en que la enfermedad incurable y la proximidad de la muerte suponen un asalto a la integridad de la persona, que la confronta con su finitud, los profesionales que acompañan este proceso necesitan actitudes y herramientas para facilitar que la persona pueda vivir sus últimas etapas y pueda morir con serenidad y con confianza. En este sentido, el concepto de sanación6,7 y el de acompañamiento espiritual merecen ser incorporados como parte central de los CP, como se hace cada vez más evidente2.
Saunders afirma: «más allá del control de los síntomas, empecé a darme cuenta de que mientras escuchaba a los pacientes, descubría aspectos de su potencial para enfrentarse y obtener logros de esta parte de sus vidas»3. El recurso estaba en ellos. Otro maestro, Mount, en un texto publicado en 20088 referido a los principios de los CP dice: «El objetivo de los CP es promover la calidad de vida optima y fomentar su sanación; esto supone un cambio hacia la experiencia de integridad y plenitud en el continuum de la calidad de vida», otro objetivo que solo puede abordarse desde una visión integral que incluya la espiritualidad9.
Esta tarea, la del acompañamiento espiritual, requiere una identificación clara de este ámbito por parte de los profesionales y un compromiso de los equipos en dotarse de conocimiento, experiencia y recursos que permitan una atención específica a esta dimensión de la que, en general, estamos en los comienzos.
En las últimas décadas se ha observado un progresivo interés por introducir el ámbito de la espiritualidad y el acompañamiento espiritual en la práctica clínica, especialmente en CP10–13.
Las barreras para el desarrollo de esta atención surgen de la dificultad en el consenso sobre el concepto de espiritualidad, que ha sido motivo de debate14–16 y, aunque finalmente disponemos de algunas definiciones de consenso2,17,18, no hay unanimidad en el modelo de atención19–22 ni en las herramientas/cuestionarios de evaluación e intervención23–27.
La documentación sobre la forma en la que los equipos evalúan y atienden las necesidades y recursos espirituales es bastante reciente28–30 y, en general, referida a los países anglosajones con mayor tradición y experiencia en evaluación y acompañamiento espiritual.
En nuestro país, existe desde hace años un interés por conocer y compartir el ámbito de la atención espiritual en CP31–34. Desde la SECPAL se constituyó en 2004 un Grupo de Trabajo sobre Espiritualidad en Cuidados Paliativos (GES) que ha consensuado una serie de propuestas para los clínicos35–37. En el año 2008 publicó un estudio38 orientado a conocer la percepción de los profesionales sobre necesidades espirituales y el acompañamiento de los equipos de CP del país. Se observó entonces una escasez de conocimiento, consenso y recursos en los equipos, excepto entre grupos de profesionales muy sensibles, interesados y abiertos al acompañamiento espiritual.
En 2011 el grupo se planteó la conveniencia de revisar nuevamente el estado de la cuestión y se realizó el presente estudio, cuyo objetivo principal es conocer cómo se atiende el acompañamiento espiritual en los equipos de CP y las posibles áreas de mejora, desde la perspectiva de profesionales motivados.
Material y métodoSe diseñó por parte del GES un estudio descriptivo basado en una encuesta diseñada ad hoc por los investigadores, basada en los resultados del estudio previo38 y las hipótesis elaboradas desde la experiencia docente con más de 150 profesionales que participaron en distintos talleres sobre acompañamiento espiritual34. El cuestionario constó de 22 preguntas (Appendix Aanexo I) distribuidas en 4 partes:
En la primera parte (8 preguntas cerradas), se identificaban los roles profesionales de los participantes, años de experiencia profesional, tipo de institución laboral, tipo de recurso paliativo y contexto de trabajo.
En la segunda parte (4 preguntas cerradas), se exploró la autopercepción del profesional en cuanto a vivencia espiritual, competencia y compromiso.
En la tercera parte (9 preguntas cerradas), se exploró el modelo de atención en los equipos.
En la cuarta parte (una pregunta abierta), se pidió al encuestado que identificara en una palabra la esencia de la espiritualidad.
Al finalizar la IX Jornada SECPAL de CP celebrada en mayo de 2011 en Palma de Mallorca, dedicada a la espiritualidad en la clínica, se envió a todos los asistentes que hubieran dado su email (647) un link electrónico que permitiera el acceso a ese cuestionario semiestructurado para que se pudiera responder online.
El periodo de respuesta fue de un mes, durante el cual se les envió a todos los participantes una petición inicial y un recordatorio a los 15 días para estimular su participación.
Como criterio de inclusión en el estudio se utilizó la participación en las jornadas mencionadas, que incluía la pertenencia como profesional o voluntario a un equipo de CP. Todas las encuestas fueron contestadas de forma individual y anónima.
Las respuestas recibidas fueron introducidas en una base de datos del software SPSS versión 17, para su análisis estadístico multivariante. Se describieron las variables categóricas mediante frecuencia absoluta y porcentajes representativos de la muestra.
Para el análisis comparativo, se utilizó la prueba de chi cuadrado con un valor de significación p ≤ 0,05.
ResultadosDe los 647 asistentes a la jornada, 191 contestaron el cuestionario, lo que supone el 29,5%.
La tabla 1 muestra los aspectos sociodemográficos de los participantes así como el tipo de institución y de recurso donde desempeñan su labor asistencial.
Características sociodemográficas de los participantes
Variable | Distribución | Frecuencia (n=191) | % |
---|---|---|---|
Profesión | Enfermería | 67 | 35,1 |
Psicología | 47 | 24,6 | |
Medicina | 39 | 20,4 | |
Voluntariado | 9 | 4,7 | |
Trabajo social | 8 | 4,2 | |
Agente de pastoral | 8 | 4,2 | |
Auxiliar de enfermería | 6 | 3,1 | |
Otros | 7 | 3,7 | |
Sexo | Mujeres | 152 | 79,6 |
Varones | 39 | 20,4 | |
Edad | 20-30 | 19 | 9,9 |
30-40 | 57 | 29,8 | |
40-50 | 58 | 30,4 | |
50-60 | 44 | 23,1 | |
>60 | 10 | 5,2 | |
No contesta | 3 | 1,6 | |
Años de experiencia | 0-5 | 87 | 45,5 |
en Cuidados Paliativos | 6-10 | 41 | 21,5 |
11-20 | 41 | 21,5 | |
21-30 | 6 | 3,1 | |
No CP | 5 | 5,8 | |
No contesta | 11 | 2,6 | |
Tipo de institución | Pública | 141 | 73,8 |
Privada no religiosa | 24 | 12,6 | |
Religiosa | 15 | 7,9 | |
Otras | 11 | 5,7 | |
Tipo de recurso | Hospital | 62 | 32,5 |
UCP | 44 | 23 | |
Domicilio | 44 | 23 | |
Otro | 41 | 21,5 |
Tal como se observa en el cuestionario, se recogieron separadamente la autoidentificación espiritual (P.10), la percepción de competencia en acompañamiento espiritual (P.12) y la congruencia con las responsabilidades profesionales (P.13). El 70,1% de los encuestados manifestó sentirse más identificado como personas que en su práctica, valoraron en gran medida el bienestar espiritual y el sentido de la vida, pero no así la dimensión religiosa. Un 28,8% se consideraban personas religiosas que, en su práctica personal, valoran la fe religiosa, el bienestar espiritual y el sentido de la vida.
En cuanto a la competencia, el 57,6% manifestó sentirse muy o bastante competente para desarrollar acompañamiento espiritual, mientras que, el 42,4% se sentía poco o nada competente. Por otro lado, el 94,2% consideró que el acompañamiento espiritual se encuentra dentro de las tareas propias de su profesión.
Al pedir que se tratara de identificar la esencia de la espiritualidad en una palabra, se obtuvieron 179 respuestas. Las que aparecieron con una frecuencia superior al 5% fueron transcendencia (15,08%), sentido (11,73%), amor (8,37%) y paz (6,70%) (P.11).
Modelo de atención y compromiso del equipoCon relación a si se consideraban de forma específica los aspectos espirituales en los equipos (tabla 2), solo un 45% lo hace siempre o casi siempre, mientras que un 50,3% solo lo contempla a veces o a menudo y un 4,7% no lo considera nunca (P.14). El 59,2% no dispone de registro de valoración espiritual (P.15) y solo el 31,9% utiliza algún tipo de escala de valoración (P.16). En cuanto a si se trataban en las sesiones de equipo los aspectos espirituales tan solo un 22,5% los consideran siempre o casi siempre (P.17).
Distribución de frecuencias relativas al modelo de atención
Pregunta | Respuestas | Frecuencia | % |
---|---|---|---|
P.14 ¿Considera el equipo de manera específica los aspectos religiosos/espirituales en los pacientes atendidos? | Nunca A veces A menudo Casi siempre Siempre | 9 50 46 44 42 | 4,7 26,2 24,1 23 22 |
P.15 ¿Dispone el equipo para la evaluación de algún registro o documentación específica para el ámbito de lo religioso/espiritual? | Sí No | 78 113 | 40,8 59,2 |
P.16 ¿Emplean alguna escala específica de evaluación de sufrimiento/distrés emocional o de necesidades/recursos espirituales de los pacientes? | Sí No | 61 130 | 31,9 68,1 |
P.17 En las sesiones del equipo (multidisciplinares y de formación) ¿se trata específicamente sobre necesidades religiosas/espirituales de los pacientes? | Nunca A veces A menudo Casi siempre Siempre | 36 85 27 29 14 | 18,8 44,5 14,1 15,2 7,3 |
P.18 ¿Consideran de forma independiente los aspectos religiosos de las necesidades espirituales? | Nunca A veces A menudo Casi siempre Siempre | 32 62 46 25 26 | 16,8 32,5 16,8 13,1 26 |
P.19 ¿En qué medida cree que los miembros de su equipo consideran necesario atender específicamente esta dimensión? | Nada Poco Bastante Muy | 24 47 81 39 | 12,6 24,6 42,4 20,4 |
P.20 ¿En qué medida considera que los miembros de su equipo están preparados para el desarrollo de la evaluación o acompañamiento espiritual de los pacientes? | Nada Poco Bastante Muy | 21 107 60 3 | 11 56 31,4 1,6 |
P.21 ¿En qué medida considera que su equipo está comprometido en el desarrollo de la evaluación o acompañamiento espiritual de los pacientes? | Nada Poco Bastante Muy | 28 64 78 21 | 14,7 33,5 40,8 11 |
De los encuestados, el 26,7% considera siempre o casi siempre de forma independiente en sus equipos la espiritualidad y la religión. El 56,6% solo a veces o a menudo y el 16,8% nunca lo considera de forma independiente (P.18). En cuanto a la necesidad de atender la dimensión espiritual de forma específica, un 62,8% cree que en sus equipos lo consideran muy o bastante necesario, frente a un 37,2% que lo considera poco o nada necesario (P.19).
Con relación a la competencia de los equipos, el 67% de los encuestados considera a sus equipos poco o nada preparados para la evaluación o el acompañamiento espiritual de los pacientes. Solo el 33% considera a sus equipos bastante o muy preparados (P.20). Por otro lado, el 51,8% considera a su equipo muy o bastante comprometido en el acompañamiento espiritual de los pacientes frente a un 48,2% que los considera poco o nada comprometidos (P.21).
En cuanto al tiempo dedicado a la formación específica en espiritualidad en el último año, el 30,9% de los encuestados manifiesta haber dedicado más del 25% de su tiempo formativo, mientras que el 69,1% le ha dedicado menos del 25% (P.22).
Existencia de un profesional en el equipo dedicado de forma específica a la atención espiritual y su correlación con otras variablesSe estudiaron las correlaciones entre la presencia o ausencia en el equipo de un profesional dedicado al acompañamiento espiritual con otras variables. Los resultados se muestran en la tabla 3.
Relación entre la existencia de un profesional específico dedicado a la atención espiritual en el equipo y distintas variables del modelo de atención
Identificación del modelo de atención | Profesional específico en el equipo | ||
---|---|---|---|
Sí (n=80) 41,9% | No (n=111) 58,1% | p* | |
P.21. Grado de compromiso del equipo con la tarea | |||
Bastante/Muy | 60,0 | 45,9 | 0,048 |
Poco/Nada | 40,0 | 54,1 | |
P.20. Considerar a los miembros del equipo preparados: | |||
Bastante/Muy | 50,8 | 49,2 | 0,211 |
Poco/Nada | 37,5 | 62,5 | |
P.22. Dedicar tiempo de formación a cuestiones de espiritualidad: | |||
> 25% | 40,0 | 24,3 | |
≤ 25% | 41,2 | 64,0 | 0,042 |
Ningún tiempo | 18,8 | 11,7 | |
P.14. Considerar aspectos religiosos/espirituales en los pacientes atendidos: | |||
Siempre/Casi siempre | 57,5 | 36,0 | |
A menudo/a veces | 32,5 | 63,1 | 0,000 |
Nunca | 10,0 | 0,90 | |
P.19. Equipo considera necesario atender específicamente la dimensión espiritual: | |||
Bastante/Muy | 71,2 | 56,8 | 0,014 |
Poco/Nada | 28,8 | 43,2 | |
P.17. En sesiones de equipo se trata específicamente: | |||
Siempre/Casi siempre | 32,5 | 15,3 | 0,058 |
A menudo/A veces | 51,2 | 64,0 | |
Nunca | 16,3 | 20,7 | |
P. 15. Disponer de registro o documentación específica en el equipo: | |||
Sí | 55,0 | 30,6 | 0,001 |
No | 45,0 | 69,4 | |
P. 16. Emplear escala específica de evaluación: | |||
Sí | 48,8 | 19,8 | 0,000 |
No | 51,2 | 80,2 | |
P. 18. Considerar de forma independiente aspectos religiosos de necesidades espirituales: | |||
Siempre/Casi siempre | 25,0 | 27,9 | |
A menudo/A veces | 53,8 | 58,6 | 0,504 |
Nunca | 21,2 | 13,5 | |
P.6. Tipo de institución: | |||
Pública (n=141) | 32,6 | 67,4 | 0,000 |
Religiosa (n=15) | 80,0 | 20,0 |
El 41,9% de los encuestados afirmó que disponen en su equipo de una persona dedicada específicamente a la atención espiritual; el porcentaje alcanzó el 80% cuando el encuestado que responde trabaja en una institución religiosa y del 32,6% si trabaja en una institución pública.
Los equipos que cuentan con un profesional específico tienen un compromiso alto en la tarea (60%), mayor que los que no cuentan con esa persona (45,9%). También dedican más tiempo a la formación en cuestiones de espiritualidad (40 frente a 24,3%) y consideran con más frecuencia los aspectos espirituales en los pacientes (57,5%) que los equipos sin ese profesional, en los que una consideración de estos aspectos muy frecuente se da tan solo en un 36%.
El 71,2% de los equipos con un profesional específico en atención espiritual considera necesario atender específicamente esta dimensión. Los equipos que no cuentan con ese recurso lo reducen a un 56,8%. Así mismo, los equipos con profesional específico disponen en un 55% de registro y un 48,8% de escala de evaluación frente a los equipos sin ese profesional, en los que el registro aparece en un 30,6% y solo cuentan con escala de evaluación un 19,8% de los mismos.
Sensación de competencia profesional y correlación con otras variablesDe los profesionales que se sienten competentes para hacer acompañamiento espiritual, el 63% considera que su equipo ha adquirido un importante grado de compromiso con la tarea (tabla 4). Esto queda reducido al 35,8% entre los que se consideran poco o nada competentes. La misma relación significativa se da con respecto a la consideración de la preparación de los miembros del equipo. Un 46,4% de los que se sienten competentes consideran a los profesionales preparados frente a un 14,8% de los que se consideran poco o nada competentes.
Relación entre sentirse competente para hacer acompañamiento espiritual y distintas variables del modelo de atención
Identificación del modelo de atención | Sentirse competente para hacer acompañamiento espiritual | ||
---|---|---|---|
Muy/bastante competente (n=110) 57,6% | Poco/nada competente (n=81) 42,4% | p* | |
P.21 Grado de compromiso del equipo con la tarea: | |||
Bastante/Muy | 63,6 | 35,8 | 0,000 |
Poco/Nada | 36,4 | 64,2 | |
P.20. Considerar a los miembros del equipo preparados: | |||
Bastante/Muy | 46,4 | 14,8 | 0,000 |
Poco/Nada | 53,6 | 85,2 | |
P.22. Dedicar tiempo de formación a cuestiones de espiritualidad: | |||
> 25% | 47,3 | 8,6 | |
≤ 25% | 42,7 | 70,4 | 0,000 |
Ningún tiempo | 10,0 | 21,0 | |
P.18. Considerar de forma independiente aspectos religiosos de necesidades espirituales: | |||
Siempre/Casi siempre | 30,0 | 22,2 | 0,000 |
A menudo/A veces | 60,9 | 50,6 | |
Nunca | 9,1 | 27,2 | |
P.1. Profesión: (n) | |||
Enfermería (67) | 50,7 | 49,3 | |
Psicología (47) | 72,3 | 27,7 | 0,036 |
Medicina (39) | 43,6 | 56,4 | |
Voluntariado (9) | 77,8 | 22,2 | |
T. Social (8) | 25,0 | 75,0 | |
A. Pastoral (8) | 100 | 0 | |
A. Enfermería (6) | 33,3 | 66,7 | |
Otros (7) | 85,7 | 14,3 | |
P.4. Años de experiencia profesional: | |||
>1 | 4,8 | 15,1 | |
1-5 | 37,5 | 45,2 | 0,071 |
6-10 | 26,9 | 17,8 | |
>10 | 30,8 | 21,9 |
Por otra parte, los que se sienten competentes han dedicado más de una cuarta parte de su tiempo de formación a cuestiones de espiritualidad. Los que se sienten poco o nada competentes tan solo lo han hecho en un 8,6%.
También parece significativa la diferencia en cuanto a la consideración independiente entre lo religioso y lo espiritual: lo hacen un 30% de los que se sienten competentes y un 22,2% de los que se sienten poco o nada competentes.
En cuanto a la percepción de los distintos profesionales, los resultados no son significativos dada la muestra muy reducida de algunas profesiones. Resalta únicamente que el colectivo de médicos y enfermeras tiende a repartir a partes iguales su autopercepción, mientras que el colectivo de psicólogos sí que tiende a sentirse competente en un 72,3%.
No existe una relación estadísticamente significativa entre años de experiencia profesional y percepción de competencia para acompañamiento espiritual, aunque sí se observa una tendencia en este sentido.
DiscusiónSe obtuvieron 191 respuestas al cuestionario, lo que supone casi un 30% de los asistentes a la jornada, porcentaje que está en el rango superior de los que normalmente se obtienen con cuestionarios online. También es superior con relación al índice de respuesta obtenido en el estudio de 2008 (17%). Ambas muestras tienen un sesgo de selección positivo, por haber contestado aquellos profesionales del país con mayor interés, formación y dedicación al tema, representados mayoritariamente por mujeres, con un elevado porcentaje de profesionales de enfermería y psicología.
En resumen, se trata de una muestra que no representa a la totalidad de los profesionales de CP de nuestro país, pero sí quizás a los que están más sensibilizados e interesados con la atención espiritual, dado que asisten a una jornadas específicas de espiritualidad en clínica y dado que, además, ponen energía en responder a la encuesta.
Este sesgo de selección nos invita a pensar que la realidad de cómo se trata la espiritualidad en los equipos sea probablemente más pobre que la que aquí se describe.
En cuanto a la autopercepción de los participantes, solo un 0,5% considera de escaso valor las cuestiones espirituales. Hay estudios similares en los que se pregunta sobre la creencia de los profesionales sanitarios en otra vida después de la muerte. El 25% se declara creyente, el 15% no creyente y el 60% con dudas o agnósticos15,16. Con relación a estos resultados, merece la pena plantear como hipótesis que la existencia de un mundo creencial en el profesional sanitario no condiciona necesariamente su preocupación por la dimensión espiritual. En este sentido, resulta muy interesante destacar que profesionales con tanto interés en el acompañamiento espiritual se declaran en un 70,6% como personas no religiosas, confirmando que la preocupación por la dimensión espiritual no exige vivir como significativa la experiencia de lo religioso.
Observamos un alto porcentaje de profesionales que considera la atención espiritual como una de las tareas propias de su profesión (94,2% de los encuestados), lo que contrasta con el 42,4% que se considera poco o nada competente para su atención. Es decir, parece haber una importante disonancia entre la obligación percibida y la capacidad percibida, entre el deber y el saber.
Referente a la competencia de los participantes para atender las necesidades y los recursos espirituales de los pacientes, llama la atención que, aunque más de la mitad se considera competente, solo un tercio de ellos considera competentes a sus equipos. Esto sugiere que, a pesar de que estos profesionales han hecho un proceso personal de sensibilización y formación en el ámbito de la espiritualidad, en los equipos es posible que haya diferencias de nivel importante entre sus componentes y también cabe la posibilidad de que el modelo global de intervención del equipo no contemple de manera homogénea la dimensión espiritual33.
Estos datos sugieren la necesidad de formación en la atención espiritual e indican que la competencia no depende de la experiencia como años acumulados, sino más bien de la formación específica recibida.
Respecto al modelo de abordaje en los equipos, se habla poco de aspectos espirituales en las sesiones y solo un 22,5% lo trata siempre. Estos resultados son similares a los obtenidos en el estudio de 2008, lo que parece indicar que no se ha avanzado mucho en esta línea y supondrá una clara área de mejora para el modelo de intervención. El reciente Informe de la Conferencia de Consenso2, sugiere la conveniencia de abordar estos temas de forma interdisciplinar en las sesiones y establecer un plan de cuidados espirituales a la medida de cada paciente. Nuestros resultados indican lo alejados que estamos de esta perspectiva, al ser obtenidos en una muestra de profesionales especialmente interesados.
Otro aspecto a destacar con relación a la valoración espiritual es la baja utilización de recursos o herramientas. Menos de la mitad de los encuestados disponen en sus equipos de un profesional con dedicación específica, algo más de la mitad utiliza un registro y un 31,9% cuenta con una escala para valoración espiritual.
Al analizar si se distinguen los aspectos religiosos de los espirituales, teniendo en cuenta que hablamos de un grupo de profesionales motivados, llama poderosamente la atención que alrededor de la mitad de los profesionales no los distingue nunca o solo algunas veces. Esto refuerza la necesidad de formación específica en este ámbito. También se ve una clara dispersión en las respuestas obtenidas en la definición de espiritualidad en la pregunta abierta, lo cual puede indicar la necesidad de una mayor profundización y consenso en torno a las variables que implican espiritualidad33.
Con todo esto cabe destacar un claro déficit en un modelo mínimamente consensuado de atención espiritual. Contar con una persona con dedicación específica (sea exclusiva o no) para la atención espiritual parece que se asocia con que se hable más en las sesiones de equipo de las necesidades espirituales del paciente, con el compromiso de los equipos en la atención espiritual, con disponer de registros y escalas e incluso con la dedicación de mayor tiempo a la formación. Todos estos aspectos del modelo de atención espiritual se contemplan en el Informe de la Conferencia de Consenso2, referente para los profesionales de CP en este ámbito.
Compartimos también una reflexión acerca de la necesidad de pedir a las instituciones y a los equipos asistenciales que señalen específicamente a una persona del equipo para liderar la responsabilidad y, en su caso la tarea, de evaluación y acompañamiento espiritual, promoviendo asimismo, la reflexión y la formación al respecto. Esto puede favorecer la incorporación y consolidación de herramientas específicas de screening y de diagnóstico, así como protocolos de evaluación y de intervención suficientemente indicados.
Finalmente, solo un 8% de los profesionales encuestados trabaja en instituciones religiosas. En estas instituciones el 80% contempla la presencia de un profesional con dedicación específica a la dimensión espiritual. En las instituciones no religiosas, sean públicas o privadas, trabajan el 82% de los encuestados y en ellas solo cuentan con ese profesional específico en uno de cada 3 equipos. Esto supone una llamada de atención a las instituciones no religiosas para incorporar de manera proactiva la presencia de profesionales con dedicación específica, aunque solo sea por 3 razones: en primer lugar porque la espiritualidad es un universal humano que se significa más en los momentos del final de la vida; en segundo lugar porque más del 70% de sus profesionales, sin ser religiosos, consideran de una manera muy significativa la experiencia espiritual y en tercer lugar para no discriminar a los pacientes que utilizan las unidades de CP de instituciones no religiosas (la mayor parte de ellas del sistema público), dado que ellos también tienen derecho a una atención espiritual específica.
Responsabilidades éticasDerecho a la privacidad y consentimiento informadoLos autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.
Confidencialidad de los datosLos autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.
Protección de personas y animalesLos autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.
FinanciaciónEste trabajo se ha financiado a través del acuerdo de colaboración entre SECPAL y la Fundación Obra Social la Caixa.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Cuestionario «Espiritualidad en Clínica» GES SECPAL
IDENTIFICACIÓN
Profesión
□ Médico □ Enfermera □ Auxiliar enfermería □ Psicólogo □Trabajador social
□ Agente de pastoral □ Voluntario □ Otro (especificar) ______________
Género
□ Hombre □ Mujer
Edad ______años
EXPERIENCIA, COMPETENCIA Y COMPROMISO
Años de experiencia en Cuidados Paliativos__________
Lugar de trabajo: comunidad autónoma_________________
Tipo de institución
□ Pública □ Religiosa □ Privada no religiosa □ Otra (especificar) ________
Número de miembros del equipo________________
Tipo de recurso:
□ Domicilio □ Hospital □ UCP □ Otro (especificar) _______
Existencia de persona específica dedicada a la atención espiritual en el equipo
□ Sí □ No
10. Indique con cuál de los siguientes grupos se siente usted, en el momento actual, más identificado:
Personas religiosas, que en su práctica personal valoran la fe religiosa, el bienestar espiritual y el sentido de la vida.
Personas que en su práctica personal valoran en gran medida el bienestar espiritual y el sentido de la vida.
Personas que confieren escaso valor a la religiosidad, la espiritualidad o a la importancia del sentido de la vida.
11. Aun sabiendo que puede no ser fácil, identifique en una palabra la esencia de la espiritualidad: _____________.
12. Personalmente ¿Hasta qué punto se siente competente para hacer acompañamiento espiritual?
□ Nada competente □ Poco competente □ Bastante competente □ Muy competente
13. ¿Considera que la evaluación o acompañamiento espiritual forman parte de las tareas propias de su profesión?
□ Sí □ No □ Solo si no hay otro profesional que las pueda desarrollar.
IDENTIFICACIÓN DEL MODELO DE ATENCIÓN
Considera usted o su equipo de manera específica los aspectos religiosos/espirituales en los pacientes atendidos:
□ Nunca, □ A veces, □ A menudo, □ Casi siempre, □ Siempre
Dispone el equipo para la evaluación de necesidades del paciente de algún registro o documentación específica para el ámbito de lo religioso/espiritual.
□ Sí □ No
Emplean alguna escala específica de evaluación de sufrimiento/distrés emocional y o de necesidades/recursos espirituales de los pacientes?
□ Sí □ No
En las sesiones del equipo (multidisciplinares y de formación) ¿se trata específicamente sobre necesidades religiosas/espirituales de los pacientes?
□ Nunca, □ A veces, □ A menudo, □ Casi siempre □ Siempre
18. ¿Consideran de forma independiente los aspectos religiosos de las necesidades espirituales?
□ Nunca, □ A veces, □ A menudo, □ Casi siempre □ Siempre
19. ¿En qué medida cree que los miembros de su equipo consideran necesario atender específicamente esta dimensión?
□ Nada necesario □ Poco necesario □ Bastante necesario □ Muy necesario
20. ¿En qué medida considera que los miembros de su equipo están preparados para el desarrollo de la evaluación o acompañamiento espiritual de los pacientes?
□Nada preparados □ Poco preparados □ Bastante preparados □ Muy preparados
21. ¿En qué medida considera que su equipo está comprometido en el desarrollo de la evaluación o acompañamiento espiritual de los pacientes?
□ Prácticamente nada comprometido □ Poco comprometido □ Bastante comprometido □ Muy comprometido
22. ¿Qué porcentaje de su tiempo de formación ha dedicado en el pasado año a formarse específicamente en cuestiones de espiritualidad?
□ Ningún tiempo □ Menos de un 10% □ De un 11 a un 25%
□ Entre un 26 y un 50% □ Más de un 50%