Mujer de 84 años estudiada por padecer síndrome constitucional con una pérdida de peso superior al 10% y rectorragia. En los análisis se evidenciaron niveles elevados de CEA (935) y CA19.9 (426). La TAC mostró un engrosamiento de la pared del colon izquierdo que condicionaba una estenosis de la luz y se asociaba a una probable infiltración local y a la presencia de adenopatías regionales. También se encontraron numerosas lesiones hepáticas (fig. 1) y nódulos pulmonares bilaterales de hasta 1,6cm, algunos de ellos cavitados (fig. 2). Los datos clínicos y radiológicos eran compatibles con la sospecha diagnóstica de neoplasia de colon metastásica. A pesar de la recomendación de completar el estudio, la paciente no llegó a realizar una colonoscopia que hubiera permitido obtener una confirmación histológica. Dos meses más tarde ingresó desde urgencias por padecer de manera aguda dolor costal izquierdo y disnea de mínimos esfuerzos. También refería tos seca en los días previos. En la exploración llamaban la atención el deterioro físico, taquicardia de 127lpm y taquipnea de 36rpm. Los resultados de la gasometría arterial basal mostraron una insuficiencia respiratoria con pO2 52 (saturación 86%), pCO2 33 y pH 7,38.
La radiografía de tórax evidenció la presencia de un neumotórax izquierdo y nódulos pulmonares bilaterales (fig. 3). El tratamiento inicial fue la colocación de un tubo de drenaje torácico con aspiración que permitió que el pulmón se reexpandiera. Por desgracia la evolución de la paciente fue desfavorable y falleció a las 48h del ingreso.
Hasta el 1% de los neumotórax espontáneos, en ocasiones bilaterales1 se pone en relación con la presencia de metástasis en el pulmón2. La probabilidad de que aparezca un neumotórax espontáneo en el contexto de una neoplasia con afectación pulmonar depende del tipo histológico del tumor. Esta probabilidad se sitúa por debajo del 0,1% en neoplasias primarias del pulmón3, pero llega a alcanzar el 7% en algunos tipos de sarcoma4; también se describe una incidencia mayor en neoplasias de estirpe germinal1. Se supone que este tipo de neumotórax aparece como consecuencia de la rotura de una metástasis subpleural necrótica o cavitada que crea una solución de continuidad entre el bronquio y la cavidad pleural5. Este fenómeno puede estar favorecido por el efecto del propio tratamiento oncológico con quimioterapia1,3,4 o inhibidores de la angiogénesis como bevacizumab6 o pazopanib7… En esta paciente suponemos que el desarrollo del neumotórax se debió a que la presencia de una metástasis cavitada que infiltraba la pleura (fig. 2), junto con los esfuerzos debidos a la tos persistente, pudo favorecer la aparición de una fístula bronco-pleural. Aunque se ha sugerido que la aparición de un neumotórax espontáneo en un enfermo con metástasis pulmonares puede empeorar el pronóstico8, no es algo que se acepte en todos los casos. Por lo demás, el tratamiento del neumotórax espontáneo debido a la presencia de metástasis pulmonares no difiere del que se plantea en otros escenarios.
Responsabilidades éticasProtección de personas y animalesLos autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.
Confidencialidad de los datosLos autores declaran que han seguido los protocolos de su centro de trabajo sobre la publicación de datos de pacientes.
Derecho a la privacidad y consentimiento informadoLos autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.