Cuando realizamos cursos de formación en investigación cualitativa se asiste casi sistemáticamente al debate entre quienes enarbolan la bandera de la investigación cuantitativa como la única científica, y aquellos que argumentan que existe ciencia fuera de lo cuantitativo.
Uno, que tiene una formación tradicional en el mundo cuantitativo, se da cuenta de que no todas las preguntas de hipótesis que se nos genera diariamente en cuidados paliativos se contestan apelando a la investigación cuantitativa: ¿cómo es que ocurre algo así?, ¿por qué ocurre esto?, ¿cómo puedo intentar comprender lo que acontece?, ¿puedo profundizar en lo que pasa de una forma más holística?, ¿por qué no puedo contestar solamente «con números», lo relacionado con las opiniones o conductas de las personas al final de la vida?
Una forma simplista para diferenciar ambos tipos de investigación podría ser la siguiente: la investigación cuantitativa tiene origen en una hipótesis no modificable, la metodología utilizada es fija y controlada, los resultados numéricos y el análisis ha de ser determinado e independiente del investigador. En cambio, la investigación cualitativa se caracteriza por una hipótesis continuamente modificada, el método puede ser múltiple y abierto, los datos observacionales en texto y contexto, que pueden ser imprevistos, y el análisis subjetivo e interpretativo.
Parece claro que, en el ámbito de la medicina paliativa, la investigación cualitativa es clave para poder responder a las preguntas antes planteadas. Sin embargo es exigible un rigor científico para que genere la evidencia necesaria. Conscientes de ello, en 2009 el comité editorial de nuestra revista acometió una revisión de las normas de publicación para los autores, elaborando una serie de indicadores específicos para evaluar los manuscritos basados en metodología cualitativa. Entre ellos valoramos especialmente qué técnicas se han utilizado para validar los resultados, si se recogen citas adecuadas para comprobar la veracidad de los datos y si se distinguen claramente los datos empíricos de las opiniones vertidas por los autores.
Asimismo es imprescindible que los evaluadores contemos con una formación cualitativa, para poder examinar dichos trabajos. Seguramente muchos hemos tenido la lamentable experiencia de haber remitido un trabajo con método cualitativo a una revista científica de alto factor de impacto y haber sido evaluada por revisores carentes de formación específica. Afortunadamente es cada vez mayor el número de publicaciones internacionales que cuentan con un amplio espacio destinado a manuscritos centrados en investigación cualitativa (Palliative Medicine es un ejemplo).
Obviamente se pueden combinar ambos tipos de investigación, los denominados por los más expertos, Method Mix, y los resultados pueden ser si cabe más enriquecedores. Un ejemplo de ello ha sido la tesis doctoral presentada recientemente en la Universidad de Zaragoza, donde para analizar las actitudes y opiniones de los médicos españoles ante la eutanasia y el suicidio médicamente asistido elegimos una combinación entre una Revisión sistemática previa de la literatura y una serie de grupos focales para validar los datos obtenidos en nuestro contexto.
Aunque en todas las facetas de la investigación la figura del «maestro» es fundamental, mi opinión es que en la andadura por la metodología cualitativa cobra si cabe más peso la presencia de profesionales de quienes aprender. Por mi corta experiencia me parece imprescindible (más incluso que en la metodología cuantitativa) seguir las enseñanzas de expertos en investigación cualitativa (valga este escaparate para agradecer a mis referentes, Vinita Mahtani y Marisa Rubio).
Puede parecer que la investigación cuantitativa es un campo liderado fundamentalmente por médicos. Pues bien, a nivel mundial la enfermería y en menor medida los trabajadores sociales constituyen los grupos profesionales que más proyectos cualitativos están realizando en ciencias de la salud. Pero ello no es casualidad, y es que Virginia Henderson brinda una de las claves más importantes: «...la enfermería se coloca en la subjetividad de las personas para identificar sus necesidades...». Es un grupo de profesionales que, al igual que en la metodología cualitativa, trabaja con un método inductivo y centrado en las personas. Además, debido al contacto permanente con el paciente, el profesional de enfermería está cerca de la experiencia humana y no de la enfermedad como un fenómeno etiopatogénico. Siendo conscientes de la posición privilegiada que ocupan nuestras enfermeras en cuidados paliativos, pienso que tienen todas las herramientas para liderar la investigación en nuestra sociedad
La pregunta inicial, espero que haya quedado contestada: podemos y debemos investigar, sea desde un punto de vista cuantitativo, cualitativo o mixto, para poder compartir las experiencias u opiniones fundadas sobre temas de interés en cuidados paliativos. Como comentaba en un editorial previo, me parece que no solo es una aspiración legítima, sino, en la mayoría de las ocasiones, una obligación que debería formar parte de la actividad profesional.
