Hace muchos años, creo que fue en 1987, gracias a un antiguo alumno –Manuel Dionís Comas– que más tarde se convertiría en excelente profesional, encontré el camino de los cuidados paliativos, el cual ha ocupado gran parte de mi vida los últimos 25 años.
Esta tarde, he sentido la necesidad de compartir con los lectores de Medicina Paliativa el descubrimiento de una nueva perla, un librito, que junto con otros textos –escasos, solo 12 en total– constituyen mi pequeño collar paliativo que, como profesor, me gustaría legar a los jóvenes estudiantes y actuales compañeros que constituyen el contingente sanitario (médicos, enfermeras, psicólogos, trabajadores sociales, fisioterapeutas, voluntarios, etc.) que desea ayudar a otras personas a morir en paz.
Es mi collar, personal, comprometido. Soy consciente de que existen otras perlas valiosas que desconozco y algunas que, posiblemente, no he valorado lo suficiente. Pero, aunque tal vez todavía quede tiempo para nuevas síntesis, quizás no sea así y, por ello, ofrezco mi pequeño tesoro actual a todos aquellos que lo deseen (ramon.bayes@uab.es).
La nueva joya que ha desencadenado esta carta es el librito Ayudar a morir, de Iona Heath1, que he conocido recientemente gracias a Beatriz Ogando, una médica amiga, y cuya pausada lectura (no es libro para leer en diagonal) recomiendo encarecidamente a todos los paliativistas que lean estas líneas. Gracias.