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Vol. 11. Núm. 45.
Páginas 219-220 (octubre 2009)
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Medicina, investigación y la industria farmacéutica. ¿Una unión indisoluble?
Medicine, research and pharmaceutical industry. An indissoluble union?
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César Homero Gutiérrez Aguirrea
a Servicio de Hematología. Facultad de Medicina y Hospital Universitario Dr. José Eleuterio González, Universidad Autónoma de Nuevo León. Monterrey, Nuevo León, México
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La medicina y la investigación han estado estrechamente unidas desde tiempos inmemoriales. La investigación clínica permite desarrollar conocimiento nuevo en beneficio no sólo del paciente, que ha sido incluido en un estudio, sino también para futuras generaciones. El desarrollo de estudios clínicos "propios" es de gran trascendencia para el investigador y para su institución; sin embargo, para la creación de moléculas nuevas y la aplicación clínica se requiere generalmente la infraestructura y el presupuesto de las grandes compañías farmacéuticas.

Los estudios que patrocina la industria farmacéutica generan controversia, ya que algunos investigadores pueden llegar a sentir que están "maquilando" información para alguien más. No obstante, los beneficios van más allá, principalmente en países donde la atención médica de calidad y la asistencia medica social son inalcanzables para una gran proporción de la población. Algunos de dichos beneficios para el paciente son: a) recibir atención medica gratuita, por lo regular de parte de un médico especialista que se apega a las buenas prácticas clínicas, lo que significa una garantía de seguridad y bienestar a los sujetos incluidos; b) recibir un medicamento innovador, o bien, el tratamiento clásico o de elección que en muchas ocasiones el paciente no puede adquirir por su alto costo, lo cual es cierto principalmente en enfermedades hematológicas y neoplásicas; c) contacto directo con el médico tratante a cualquier hora del día, algo poco frecuente en la medicina pública. Además, la institución y el equipo de investigadores son beneficiados, no sólo desde el punto de vista económico, sino también con el agradecimiento y el reconocimiento de muchos pacientes que, de otra forma, no podrían acceder a un tratamiento de primer mundo. Al participar en estos estudios, el investigador y su equipo tienen la oportunidad de intervenir en un ejercicio práctico de investigación clínica, además de conocer el medicamento que en un futuro estará disponible en el mercado y adquirir experiencia en su administración, efectividad, efectos adversos, entre otros aspectos.

Por otra parte, la introducción de nuevos medicamentos en el mercado se ha transformado en un proceso cada vez más complejo, por lo que se han elaborado regulaciones para los protocolos de investigación de la industria farmacéutica. Actualmente, la mayoría de estos protocolos se realiza en Estados Unidos (48%) y Europa (25%); sólo una pequeña proporción se efectúa en América Latina (5%). Las cosas parecen estar cambiando en los últimos años, ya que el crecimiento anual de estudios clínicos ha sido mayor en América Latina (20%), Asia (20%) y Europa del Este (24%) que en Estados Unidos (-7%), en donde se ha observado incluso un decremento. El origen del cambio que está experimentando la industria farmacéutica puede estar en varios factores: los países de América Latina tienen ciudades densamente pobladas con alto potencial de inclusión de pacientes y un gran mercado para muchos de sus productos futuros; ha habido cambios que facilitan la importación y exportación de productos, y se han creado regulaciones para los protocolos de investigación. Por otra parte, la inversión económica es menor. Estos países cuentan con equipos de médicos competentes, entrenados en buenas prácticas clínicas y hay prevalencia de algunas enfermedades, como sería el caso de la diabetes en México.

En la actualidad, México ocupa el segundo lugar en América Latina, después de Brasil, en el número de estudios de investigación patrocinados por la industria. No hay duda de que la cantidad de proyectos patrocinados por la industria se incrementará en forma notable en los próximos años. Esta es una oportunidad que debemos aprovechar, y probablemente lo más adecuado sea mantener un equilibrio entre la investigación propia y la investigación que patrocina la industria, y cosechar el beneficio académico, económico y social que nos ofrecen.

En el servicio de hematología del Hospital Universitario de la UANL se ha tratado de mantener un equilibrio entre la investigación propia y la sembrada por la industria farmacéutica. En el año 2009 se publicaron siete artículos en revistas diversas nacionales y extranjeras, los cuales fueron producto de la investigación propia, originada en el servicio de hematología. Hasta el momento, los estudios de la industria que se llevan a cabo localmente nos han generado más beneficios que dificultades, y de hecho, los recursos económicos generados permitieron apoyar la academia y la investigación. Sin embargo, se debe cuidar que la participación del personal académico en estudios que se originan en la industria no sea un obstáculo para el desarrollo de la investigación original y la creatividad. La búsqueda del conocimiento nuevo y su aplicación posterior permite a los países lograr desarrollo, independencia y trascendencia intelectual.

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