En 1948 Parsonage et al. publicaron la primera serie de 136 pacientes de un síndrome clínico que denominaron neuralgia amiotrófica. El cuadro típico se caracteriza por la aparición del dolor en hombro de inicio subagudo, con posterior aparición de debilidad y amiotrofia días después, debido a una plexopatía braquial1. En un 50% de los casos se han encontrado diferentes factores predisponentes como infecciones, ejercicio intenso, cirugías, puerperio y diferentes tipos de vacunas2,3. Actualmente no se han descrito casos con relación a la vacunación contra el virus COVID-19 tras vacuna tipo Vaxzevria.
Se presenta el caso de un varón de 38 años, como único antecedente enfermedad celiaquía. Tras recibir vacuna contra COVID-19 de tipo Vaxzevria cuatro días antes, inicia dolor intenso de inicio agudo en hombro izquierdo irradiado a región escapular y brazo, persistente en reposo que empeoraba con los movimientos. La exploración no detectó déficit motor ni sensitivo salvo impotencia funcional por dolor, no reflejos de estiramiento muscular conservados. Se realizó un estudio neurofisiológico en el que se observó en extremidad superior izquierda una disminución en la amplitud de los potenciales de acción en los nervios axilar, musculocutáneo, mediano y radial. En el estudio electromiográfico se observó fibrilaciones y ondas positivas en músculo extensor común de los dedos, abductor del 5° dedo, primer interóseo dorsal y abductor corto del pulgar. En una resonancia de hombro se observó una leve tendinopatía subacromial izquierda, la resonancia cervical fue normal. Se diagnosticó de neuralgia amiotrófica con afectación de los tres troncos del plexo izquierdo y se inició tratamiento con metilprednisolona 500 mg intravenoso una dosis y pauta de prednisona 60 mg/día durante 10 días con reducción posterior de 10 mg cada tres días hasta suspender. Se observó mejoría del dolor, con desaparición de los síntomas a las dos semanas. Unos 40 días después de la vacuna realiza por primera vez actividad deportiva, refiriendo disnea significativa con el esfuerzo. En la tomografía de tórax se observó una parálisis diafragmática izquierda con pequeña atelectasia pulmonar basal izquierda. Se consultó con el Servicio de Neumología, pautándose presión positiva continua de la vía aérea (CPAP) nocturna.
La incidencia de neuralgia amiotrófica se estima en 1,64 casos cada 100.000 habitantes4. Se trata de una patología de origen desconocido, en el que se produce una agresión inmunomediada del plexo braquial, probablemente facilitada por la disrupción de la barrera hemato-nerviosa a nivel local debido a la compresión y estiramiento del plexo2. Un evento asociado a esta patología que podría poner en marcha la respuesta proinflamatoria son las vacunas4. Se ha descrito un caso de neuralgia amiotrófica tras la administración de la vacuna contra COVID-19 tipo BNT162b2 (Pfizer)5. En nuestro caso se trató de vacuna tipo Vaxzevria (AstraZeneca). Otro factor asociado a esta patología es la infección por COVID-19, habiéndose descrito varios casos6–9.
La presentación a nivel braquial fue leve, ya que los hallazgos clínicos fundamentalmente fueron dolor en impotencia funcional. Sin embargo, la afectación del plexo se pudo confirmar a nivel electrofisiológico. Posteriormente se observó una afectación unilateral a nivel del nervio frénico. La afectación a este nivel se ha observado en torno al 7,6% de los pacientes con neuralgia amiotrófica10. Puede presentarse de forma uni o bilateral, con predominancia variable según la serie10–12. Los síntomas más frecuentes son la disnea con el esfuerzo, trastornos del sueño y ortopnea. El retraso en el diagnóstico se demora de media unas 20 semanas, por lo que es muy importante tener en cuenta estos síntomas en cualquier paciente diagnosticado de neuralgia amiotrófica, ya que podrían beneficiarse con tratamiento de ventilación mecánica no invasiva según la gravedad de la afectación. La mayoría de los pacientes mejoran en el seguimiento a dos años, aunque en algunas series un 24% no mejoran nada y un 44% tienen secuelas11.
El tratamiento durante la fase aguda en esta patología consiste en controlar el dolor y prednisona para acortar la duración del cuadro, siendo una pauta habitual la de 60 mg al día durante una semana por vía oral, con descenso progresivo posteriormente. En casos de recurrencias o dolor muy intenso también pueden emplearse por vía intravenosa corticoides o inmunoglobulinas4.
En conclusión, al igual que otras vacunas, la vacuna frente a COVID-19 podría relacionarse con casos de neuralgia amiotrófica, no obstante, los casos descritos de neuralgia amiotrófica tras infección por COVID-19 superan a los de las vacunas. Debe tenerse en cuenta en todo paciente con esta patología la posible afectación del nervio frénico para un correcto tratamiento.
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