«Las neurociencias» hoy reciben todas las miradas de los medios, y son mencionadas como uno de los objetivos a desarrollar en el estatuto de la Sociedad Neurológica Argentina (SNA) que data del mes de octubre del año 1957.
Desde entonces ha sido el pilar de toda actividad de nuestra sociedad, la promoción del progreso científico, los programas de educación, la formación de recursos humanos, la publicación en diferentes medios, la certificación y/o recertificación del título de especialista y, ahora también, la acreditación de residencias médicas de la especialidad.
Lo expuesto es apenas un panorama general de la SNA, su complejidad fue creciendo y agradeceré para siempre la invitación a formar parte de la comisión directiva a los colegas Jorge Correale, Daniel Zuin y Adriana Tarulla (últimos 3 presidentes), fueron 6 años de colaboración observando, escuchando, participando activamente para preservar ante todo nuestra casa, aun cuando como ocurre en las familias puede haber posturas distintas, siempre hemos acordado para proteger lo nuestro y para continuar creciendo.
Nuestros congresos anuales merecen una consideración especial, ya que actualmente son calificados como buenos o muy buenos, y mejores aún con la interrelación de otras disciplinas relacionadas con las neurociencias y la participación de sus instituciones más representativas.
Los tiempos modernos disparan cambios a los que habrá que adaptarse, ya no es posible ir detrás del evento como casi siempre sucede en nuestro país (detrás del dengue, detrás de la gripe, etc.) ya es hora al menos de llegar en tiempo para ser el órgano de consulta y definiciones tanto en el ámbito oficial como privado o público a través de la opinión de nuestros 18 grupos de trabajo que contemplan las subespecialidades, y cuyos miembros han alcanzado el justo reconocimiento de su prestigio profesional, en ellos confiamos nuestro progreso científico, y a través del comité de prensa, de reciente creación, podremos insertar la opinión de la SNA donde y como corresponde de manera apropiada y calificada en los medios donde creemos conveniente y donde es relevante hacerlo.
Los mismos tiempos modernos nos hacen participar de grupos a través de herramientas informáticas donde todos los delegados distritales pueden atendernos en rápida consulta y participación de opiniones en videoconferencias, también atentos a otros grupos donde las realidades prestacionales son tan distintas y complejas como lo es nuestro federalismo o nuestro crisol de razas.
Debemos estar atentos a todos, con la mente y puertas abiertas, para crecer cada vez más como familia, como institución de referencia ineludible a lo largo y ancho de todo nuestro país.
La revista Neurología Argentina gracias al trabajo constante y silencioso de sus editores se encuentra en etapa final para ser indexada, y entonces será un referente líder de publicaciones en habla hispana en Latinoamérica, y referente de nuestros adelantos, trabajos científicos nacionales y de colaboradores del exterior.
El desarrollo de cursos a distancia, y el interés demostrado por ellos, nos obliga a mejorar cada vez más nuestra tecnología de emisión para asegurar la recepción y conformidad de quien los recibe, pretendemos que sea una fuente de recursos genuinos para la SNA.
Nuestra participación en sociedades y eventos internacionales ha sido siempre un objetivo cumplido por parte de la SNA, donde también debemos mantener todo lo logrado, que no es poco, ya que prestigiosos representantes ocupan merecidos cargos y funciones que hay que preservar e incrementar.
Apenas un 20% de los socios son titulares, en su mayoría adjuntos, resulta perentorio e indispensable para nuestro proyecto de crecimiento convocar a modificar el estatuto para fomentar el pase a categoría titular, NO es un tema económico, ya que el valor de cuota de uno y otro no es significativamente diferente, sucede que solo los titulares pueden ocupar cargos de la Comisión Directiva, y corrigiendo esto, podremos convocar a más colegas socios para acompañar, y no ser siempre los mismos o casi los mismos.
Finalmente es mi deseo manifestar mi profunda gratitud a quienes me formaron (como me decían ellos) «en la mejor especialidad médica» Prof. Dres. J.C. Ortiz de Zarate, Carlos Bardeci y Rubens Granillo.
Es para mí un compromiso de honor, para con mis colegas, y un privilegio, poder disfrutar de un cargo que es único en la vida, y recordaré para siempre.
Especial mención y gracias a quienes aceptaron ser miembros de la Comisión Directiva, esperando convocar a más colegas para sumar al crecimiento de nuestra SNA.
El autor agradece la revisión y los consejos del Dr. Juan Ollari y de la Dra. Débora King.