He leído con mucha atención el excelente artículo de Rojo E. et al. en el que analizan si existen diferencias entre los pacientes con migraña crónica (MC) con uso excesivo de medicación (UEM), frente a los que no cumplen criterios de UEM1. Cifras como que solo el 57% de los pacientes habían recibido tratamiento preventivo, que el tratamiento preventivo más utilizado habían sido los antidepresivos o que la mayoría de los pacientes habían recibido solo un tratamiento preventivo, nos deberían mover a todos, obviamente a la atención primaria, pero también a la neurología de nuestro país, a llevar a cabo una severa autocrítica en cuanto a cómo manejamos una entidad que es el principal motivo neurológico de consulta en nuestro país, y que según la OMS constituye la octava enfermedad en cuanto a capacidad de menoscabo en las actividades de la vida diaria2.
Salvo por una evolución más prolongada, Rojo et al. no encontraron diferencias entre ambos subgrupos de pacientes con MC, lo que indica que no son entidades separadas y que, con toda seguridad, en la mayoría de los pacientes, el UEM no es la causa de la MC sino su consecuencia. En contra de lo que sostenían los estudios clásicos, que afirmaban que la inmensa mayoría de los pacientes con MC que consultaban cumplían criterios de UEM, en este estudio poco más de la mitad (258 de 434; por tanto 59,5% y no 72,2% como figura en el Resumen —y esta es una cifra conceptualmente importante—) de los pacientes con MC, lo que de nuevo confirma que el UEM no es condición necesaria para cronificar la migraña.
Conflicto de interesesEl autor declara que no tiene conflicto de intereses.