El Dr. Sanchez-Hernandez et al. han publicado en Neurología1 2 casos de posible hipertrofia olivar secundarios a una lesión en el pedúnculo cerebeloso superior y en el haz centrotegmental similares a otros casos comunicados previamente2. Con este motivo hacen unas consideraciones anatómicas que deseo puntualizar.
Es cierto que el núcleo dentado envía proyecciones al núcleo rojo que de allí se distribuyen a otras estructuras del tronco cerebral, incluidos la oliva inferior y al tálamo preferentemente. Pero la vía dentado-olivar principal no pasa por el núcleo rojo. Es una proyección directa que discurre adyacente al núcleo rojo sin hacer sinapsis en él (figura 17.243 y figura 14). Eso explica que se produzca la degeneración hipertrófica de la oliva, uno de los mejores ejemplos de degeneración transináptica en el encéfalo humano. Si la vía dentado-olivar principal hiciera sinapsis en el núcleo rojo, sería allí donde se produciría una posible degeneración transináptica, no en la oliva, que recibiría sobre todo una segunda proyección. Además, no se respetaría la proyección topográfica precisa que existe entre el núcleo dentado y la oliva a la que me referiré más adelante.
El lado inferior del famoso triángulo de Guillain y Mollaret que Sanchez-Hernandez et al. dibujan como una vía directa olivo-dentada no existe y ya tuve oportunidad de discutirlo en otra ocasión5. La proyección principal de la oliva inferior se hace por el pedúnculo cerebeloso inferior (cuerpo restiforme) y asciende bajo la forma de las fibras trepadoras de Cajal hasta las dendritas de las células de Purkinje pero no al núcleo dentado. Es cierto que en algunos textos (véase la figura 20.12)6 se dibujan fibras olivo-dentadas directas abundantes. Pero esto, que puede ser cierto en algunas especies animales, no se conforma, probablemente, con la realidad en el encéfalo humano en donde esas fibras directas no existen y la conexión olivo-dentada se hace a través de colaterales de las fibras trepadoras, y aun estas colaterales son escasas («olivocerebellar fibers only branch sparingly»)7.
En cualquier caso, la hipotética conexión olivo-dentada es irrelevante en lo que concierne a los fenómenos que nos interesan a los clínicos como es el temblor del paladar, pues las lesiones de las proyecciones olivares (en el pedúnculo cerebeloso inferior) no lo producen, ni tampoco, por descontado, inducen la hipertrofia olivar.
He echado mucho de menos que, puesto que los autores hacen una incursión no solo en la neuroimagen de la degeneración hipertrófica de la oliva bulbar, sino en la neuroanatomía y neuropatología de la vía dentado-olivar, no hayan mencionado en la bibliografía a mi maestro Jean Lapresle, la persona que, probablemente, más ha contribuido a su conocimiento, demostrando las conexiones topográficas precisas entre ambas estructuras y el trayecto mesencefálico yuxta-rubral de la vía dentado-olivar4,8-11.