Es frecuente que se pida consejo a los pediatras sobre la seguridad y la eficacia de los programas de entrenamiento de potencia en los niños y los adolescentes. Este informe, que constituye una revisión de un informe clínico anterior de la American Academy of Pediatrics, define la terminología relevante y ofrece información actual sobre los riesgos y los beneficios del entrenamiento de potencia para los niños y los adolescentes.
El entrenamiento de potencia (también conocido como de resistencia) es un componente habitual de los deportes y de los programas de aptitud física para jóvenes, aunque algunos adolescentes pueden utilizar el entrenamiento de potencia como medio para aumentar la masa muscular y mejorar el aspecto. Los programas de entrenamiento de potencia pueden incluir el empleo de pesas, máquinas de potencia, tubuladura elástica o el propio peso corporal del atleta. La cantidad y el tipo de resistencia utilizado y la frecuencia de los ejercicios de resistencia están determinados por los objetivos específicos del programa. La tabla 1 define las expresiones utilizadas habitualmente en el entrenamiento de potencia.
TABLA 1. Definición de expresiones
BENEFICIOS DEL ENTRENAMIENTO DE POTENCIAAdemás del objetivo evidente de aumentar la fuerza, los programas de entrenamiento de potencia pueden adaptarse para mejorar el rendimiento deportivo y evitar las lesiones, rehabilitar las lesiones, aumentar la salud a largo plazo, o una combinación de ellos. De forma similar a otra actividad física, se ha demostrado que el entrenamiento de potencia ejerce un efecto beneficioso sobre varios índices mensurables de la salud, como el estado de forma cardiovascular, la composición corporal, la densidad mineral ósea, los perfiles de lipemia y la salud mental1,2. Estudios recientes han demostrado cierto beneficio para mejorar la fuerza, la función global y el bienestar intelectual en los niños con parálisis cerebral3,4. El entrenamiento de resistencia se está incorporando a los programas de control de peso a los niños con exceso de peso como actividad para aumentar el metabolismo sin gran impacto. Del mismo modo que en la población geriátrica, el entrenamiento de potencia en la juventud puede estimular la mineralización ósea y ejercer un efecto positivo sobre la densidad ósea5,6.
Numerosos estudios han demostrado que el entrenamiento de potencia, con la técnica adecuada y una estricta supervisión, puede aumentar la potencia en los preadolescentes y los adolescentes7,8. La frecuencia, el modo (tipo de resistencia), la intensidad y la duración contribuyen a un programa adecuadamente estructurado. El aumento de la potencia se consigue con prácticamente todos los modos de entrenamiento de una duración mínima de 8 semanas y puede producirse con un entrenamiento tan escaso como una vez a la semana, aunque puede ser más beneficioso dos veces a la semana7-12. Los programas adecuadamente supervisados que subrayan el refuerzo del núcleo (centrado en los músculos del tronco, como los abdominales, los lumbares y los glúteos) también son adecuados para los niños y benefician teóricamente la adquisición de capacidades deportivas y del control postural. Por desgracia, el aumento de potencia, masa o fuerza muscular se pierde unas 6 semanas después de abandonar el entrenamiento de resistencia1,13.
En los preadolescentes, la adecuada resistencia puede aumentar la fuerza sin una hipertrofia muscular concomitante. Estos aumentos de potencia pueden atribuirse a un mecanismo neurológico en el que el entrenamiento aumenta el número de neuronas motoras “reclutadas” para actuar con cada contracción muscular11,14-16. Este mecanismo explica el aumento de la potencia en poblaciones con escasas concentraciones de andrógenos, incluyendo las chicas y los chicos preadolescentes. Por el contrario, el entrenamiento de potencia aumenta el crecimiento muscular que suele ocurrir con la pubertad en los chicos y las chicas en forma de hipertrofia muscular12,14,17,18.
El entrenamiento de potencia es práctica habitual en los deportes en que es deseable un gran tamaño y mucha fuerza. Por desgracia, los resultados acerca de la traducción del aumento de la fuerza al aumento del rendimiento atlético juvenil no son constantes1,14,19,20. El ejercicio preventivo (prehabilitación) se refiere a los programas de entrenamiento de potencia que abordan áreas habitualmente sujetas a las lesiones por uso excesivo, como al ofrecer preventivamente ejercicios del rotador y de estabilización escapular para disminuir las lesiones del hombro en los deportes de lanzamiento. Hay pocas pruebas de que la prehabilitación puede ayudar a disminuir las lesiones en los adolescentes, pero no está claro si tiene el mismo beneficio en los atletas preadolescentes1,21,22, y no existen pruebas de que el entrenamiento de potencia disminuirá la incidencia de lesiones deportivas catastróficas en la juventud. La investigación reciente sugiere una posible disminución de las lesiones deportivas del ligamento cruzado anterior en las chicas adolescentes cuando el entrenamiento de potencia se combina con ejercicios pliométricos23. Los ejercicios pliométricos permiten al músculo alcanzar su máxima longitud en un lapso de tiempo relativamente corto mediante una combinación de contracciones musculares excéntricas y concéntricas, como saltar en una cama elástica.
RIESGOS DEL ENTRENAMIENTO DE POTENCIAGran parte de la preocupación sobre las lesiones asociadas con el entrenamiento de potencia proviene de los datos del US Consumer Product Safety Commission’s National Electronic Injury Surveillance System, que ha estimado el número de lesiones relacionadas con el instrumental del entrenamiento de potencia24. Los datos del National Electronic Injury Surveillance System ni especifican la causa de la lesión ni distinguen las lesiones en actividades recreativas de las competitivas resultantes de la halterofilia. Las tensiones musculares abarcan del 40% al 70% de las lesiones del entrenamiento de potencia, siendo las áreas lesionadas con mayor frecuencia la mano, la región lumbar y la parte superior del tronco24,25. La mayoría de las lesiones se producen con instrumental domiciliario, comportamientos no seguros y en marcos no supervisados24. Las tasas de lesiones en marcos con estricta supervisión y técnica adecuada son menores que las que ocurren en otros deportes o durante el juego en el recreo escolar26,27.
Los programas adecuados de entrenamiento de potencia carecen de efectos adversos aparentes sobre el crecimiento lineal, las placas de crecimiento o el sistema cardiovasculares1,10,11,28,29, aunque se debe tener cuidado con los atletas jóvenes con la hipertensión preexistente, porque pueden necesitar autorización médica para disminuir la posibilidad de nuevos aumentos de la tensión arterial con el entrenamiento de potencia si presentan una tensión arterial mal controlada. Los jóvenes que hayan recibido quimioterapia con antraciclinas pueden correr mayor riesgo de problemas cardíacos por los efectos cardiotóxicos de los medicamentos y el entrenamiento de resistencia de esta población debe abordarse con precaución30. Las antraciclinas específicas que se han asociado con la insuficiencia cardíaca congestiva aguda son la doxorrubicina, la daunomicina/daunorrubicina, la idarrubicina y, posiblemente, la mitoxantrona. Se debe contraindicar el entrenamiento de potencia a los jóvenes con otros tipos de miocardiopatía (especialmente la miocardiopatía hipertrófica), los que están en riesgo de empeorar la hipertrofia ventricular y la miocardiopatía restrictiva o la descompensación hemodinámica secundaria al aumento agudo de la hipertensión pulmonar. Los individuos con hipertensión pulmonar moderada o grave también deben abstenerse de un entrenamiento de potencia extenuante, porque están en riesgo de descompensación aguda con un cambio repentino de la hemodinamia31. También está contraindicada la participación en programas de entrenamiento de potencia de los jóvenes con síndrome de Marfan y una dilatación de la raíz aórtica. Los atletas jóvenes con trastornos convulsivos deben abstenerse de participar en los programas de entrenamiento de potencia hasta que su médico le dé permiso. Los niños con exceso de peso pueden parecer fuertes a causa de su tamaño, pero a menudo están poco entrenados, tienen poca fuerza y necesitarían la misma estricta supervisión y guía necesaria en cualquier programa de resistencia.
PAUTAS PARA EL ENTRENAMIENTO DE POTENCIALa valoración médica del niño antes de comenzar un programa formal de entrenamiento de potencia puede identificar los factores de riesgo de lesión y ofrecer la oportunidad de analizar las lesiones anteriores, el dolor lumbar, las alteraciones médicas, los objetivos del tratamiento, los motivos de querer iniciar este programa, las técnicas y las expectativas, tanto del niño como de los padres. Se debe recordar a los jóvenes que el entrenamiento de potencia sólo es una pequeña parte de un programa global de educación física o deportes. Aunque la investigación apoye la seguridad y la eficacia del entrenamiento de potencia en los niños, no es necesario ni adecuado para todos los niños. Los jóvenes interesados en hacerse más grandes y más fuertes deben ser desalentados acerca del consumo de corticoides anabolizantes y de otras sustancias que aumentan el rendimiento, y se les debe dar información acerca de los riesgos y las consecuencias sanitarias del consumo de estas sustancias. En http://www.aap.org/family/sportsshorts12.pdf se encuentra más información agradable para el paciente de las sustancias que aumentan el rendimiento. La American Academy of Pediatrics (AAP) condena claramente el empleo de sustancias que aumentan el rendimiento y recomienda vivamente los esfuerzos para eliminar su empleo en los niños y los adolescentes32,33.
Como el equilibrio y las capacidades de control postural maduran hasta valores adultos hacia los 7 u 8 años de edad34, parece lógico que los programas de potencia no comiencen hasta que se hayan adquirido estas capacidades. Los niños también deberían haber adquirido cierto grado de suficiencia en su deporte antes de embarcarse en un programa disciplinado de entrenamiento de potencia para que pueda tener algún valor.
Se puede conseguir más fuerza con distintos tipos de métodos de entrenamiento de potencia y de instrumentos. Sin embargo, la mayoría de las máquinas de entrenamiento de potencia y del instrumental del gimnasio están diseñadas para el tamaño del adulto y tienen aumentos de peso demasiado grandes para los niños jóvenes. Las pesas necesitan mejor control del equilibrio y técnica, pero son pequeñas y móviles, ofrecen pequeños aumentos de peso y pueden ser utilizadas para reforzar los movimientos específicos del deporte.
No se recomienda el levantamiento explosivo y rápido de peso durante el entrenamiento de potencia, porque puede ser difícil mantener la técnica segura y se puede someter a una tensión demasiado brusca a los tejidos corporales. Este concepto restrictivo se aplica al entrenamiento de potencia, en contraposición al deporte competitivo de la halterofilia, que a veces se denomina levantamiento de peso olímpico. El deporte de la halterofilia es distinto al entrenamiento de potencia habitual, porque implica tipos específicos de levantamientos rápidos, como el de “arrancada” y el de “dos tiempos”.
Algunos jóvenes prepuberales participan en competiciones de halterofilia, aunque las filosofías de los países occidentales y los de Europa del Este son distintas35. La escasa investigación sobre el deporte de la halterofilia ha revelado que los niños han participado con pocas lesiones35-37, y algunos programas tienen bajas tasas de lesión porque exigen un aprendizaje estricto de la técnica antes de aumentar el peso. Como en el entrenamiento general de potencia, la estricta supervisión y el cumplimiento con la técnica adecuada son obligatorios para disminuir el riesgo de lesión. Evidentemente, es necesario investigar más para demostrar las bajas tasas de lesión mientras aumenten los jóvenes participantes en las competiciones de halterofilia. Dada la escasa investigación acerca de las tasas de lesión prepuberal en las competiciones de halterofilia, la AAP sigue dudando en apoyar la participación de los niños esqueléticamente inmaduros y se opone a la participación infantil en el levantamiento de peso, el culturismo o el empleo de 1 repetición del máximo impulso como forma de determinar el aumento de la fuerza.
Respecto a este informe clínico, la investigación acerca del aumento de fuerza y las recomendaciones relacionadas con la juventud implicada en el levantamiento de peso se aplican específicamente a la actividad del entrenamiento de potencia como ayuda al ejercicio y a la participación en el deporte.
Si los niños o adolescentes se someten a un programa de entrenamiento de potencia, deben comenzar con ejercicios de escasa resistencia hasta que se perfeccione la técnica adecuada. Cuando se puede realizar de 8 a 15 repeticiones, es razonable aumentar el peso en aumentos del 10%. Se puede aumentar el número de repeticiones con una resistencia más ligera para mejorar la resistencia de los músculos como preparación para los deportes de movimientos repetitivos. Los ejercicios deben incluir todos los grupos musculares, incluyendo los del tronco, y deben realizarse en toda la gama de movimiento de cada articulación. Para conseguir un aumento de la potencia, los entrenamientos deben durar al menos de 20 a 30 min, realizarse 2 o 3 veces a la semana, y seguir aumentando el peso o las repeticiones a medida que mejora la fuerza. El entrenamiento de potencia más de 4 veces a la semana no parece ofrecer un beneficio adicional y puede aumentar el riesgo de una lesión por sobrecarga. Por razones de seguridad y para disminuir el riesgo de lesión son obligatorias la técnica adecuada y una estricta supervisión. La adecuada supervisión se define como una proporción instructor: estudiante no superior a 1:10 y una titulación aprobada de entrenamiento de potencia, como indica la tabla 2. También se recomienda respetar los oportunos períodos de 10 a 15 min de calentamiento y de recuperación con las oportunas técnicas de estiramiento. Las siguientes pautas han sido propuestas por la AAP, la American Orthopaedic Society for Sports Medicine38 y la National Strength and Conditioning Association39,40.
TABLA 2. Organizaciones de certificación
Los jóvenes que quieren mejorar el rendimiento de los deportes suelen beneficiarse más de la práctica y el perfeccionamiento de las habilidades de su deporte que del entrenamiento de potencia aislado, aunque el entrenamiento de potencia debe formar parte de un abordaje polifacético del ejercicio y la forma física. Si los objetivos son los beneficios sanitarios a largo plazo, el entrenamiento de potencia debe combinarse con un programa de entrenamiento aeróbico.
RECOMENDACIONESa) Antes de comenzar un programa formal de entrenamiento de potencia, el pediatra o médico de familia debe realizar una valoración médica. Se debe prohibir la participación de la juventud con hipertensión no controlada, trastornos convulsivos o antecedentes de cáncer infantil y quimioterapia hasta que reciban tratamiento o evaluación. Si está indicado, se puede remitir a un especialista en medicina deportiva pediátrica familiarizado con diversos métodos de entrenamiento de potencia, así como en los riesgos y los beneficios de los preadolescentes y los adolescentes.
b) Los niños con cardiopatía congénita compleja (miocardiopatía, hipertensión pulmonar o síndrome de Marfan) deben consultar con un cardiólogo pediátrico antes de iniciar un programa de entrenamiento de resistencia.
c) El entrenamiento aeróbico debe estar acoplado con el de resistencia si los objetivos son los beneficios generales de salud.
d) Los programas de entrenamiento de potencia deben incluir un calentamiento y una recuperación de 10 a 15 min cada uno.
e) Los atletas deben ingerir los líquidos oportunos y una nutrición correcta, porque ambos son vitales en el mantenimiento de los depósitos musculares de energía, la recuperación y el rendimiento.
f) Los ejercicios específicos del entrenamiento de potencia deben aprenderse primero sin carga (sin resistencia). Una vez dominada la técnica del ejercicio, se puede añadir un peso creciente, utilizando el peso del cuerpo u otras formas de adición de resistencia. El entrenamiento de potencia debería consistir en 2 o 3 turnos de repeticiones intensas (8 a 15), 2 a 3 veces a la semana, y durar como mínimo 8 semanas.
g) Un programa general de reforzamiento debería abordar todos los grandes grupos musculares, incluyendo el tronco, y el ejercicio en toda la gama de movimiento. Luego se abordarán las áreas más específicas de un deporte.
h) Cualquier signo de enfermedad o lesión por el entrenamiento de potencia debe ser evaluado por completo antes de permitir reanudar el programa de ejercicio.
i) Los instructores o entrenadores personales deben poseer la titulación específica para el entrenamiento pediátrico de potencia. La tabla 2 muestra las distintas certificaciones y organizaciones.
j) La técnica adecuada y la estricta supervisión por un instructor cualificado son componentes cruciales de seguridad en cualquier programa de entrenamiento de potencia que implique a preadolescentes y adolescentes.
COUNCIL ON SPORTS MEDICINE AND FITNESS, 2006-2007Eric W. Small, MD, Presidente Teri M. McCambridge*, MD, Presidente electo Holly J. Benjamin, MD David T. Bernhardt, MD Joel S. Brenner, MD, MPH Charles T. Cappetta, MD Joseph A. Congeni, MD Andrew John Maxwell Gregory, MD Bernard A. Griesemer, MD Frederick E. Reed, MD Stephen G. Rice, MD, PhD, MPH
MIEMBROS DEL COMITÉ ANTERIORJorge E. Gomez, MD Douglas B. Gregory, MD Paul R. Stricker*, MD
COORDINADORESClaire Marie Anne Le Blanc, MD, Canadian Paediatric Society James Raynor, MS, ATC, National Athletic Trainers Association
CONSULTORMichael F. Bergeron, PhD
PERSONALAnjie Emanuel, MPH
*Autores principales
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