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Vol. 68. Núm. 5.
Páginas 249-260 (noviembre 2009)
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Exposición a violencia, abusos y crímenes en una muestra nacional de niños y jóvenes
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David Finkelhora, Heather Turnerb, Richard Ormrodc, Sherry L. Hambyd
a Crimes Against Children Research Center, University of New Hampshire, Durham, New Hampshire, Estados Unidos
b Crimes Against Children Research Center, University of New Hampshire, Durham, New Hampshire, Estados Unidos
c Crimes Against Children Research Center, University of New Hampshire, Durham, New Hampshire, Estados Unidos
d Department of Psychology, Sewanee: The University of the South, Sewanee, Tennessee, Estados Unidos.
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Estadísticas
Tablas (6)
TABLA 1. Agresiones y acoso escolar: víctimas como porcentaje de la muestra
TABLA 2. Victimizaciones sexuales: víctimas como porcentaje de la muestra
TABLA 3. Maltrato: víctimas como porcentaje de la muestra
TABLA 4. Victimización contra la propiedad: víctimas como porcentaje de la muestra
TABLA 5. Testimonio y victimización indirecta: víctimas como porcentajes de la muestra
TABLA 6. Riesgo de aparición de otros tipos de victimización cuando ya existe uno
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Figuras (1)
Objetivo: El objetivo de esta investigación fue obtener estimaciones nacionales de la exposición a todo el espectro de la violencia infantil, los abusos y las victimizaciones criminales relevantes tanto para la práctica clínica como para los abordajes de política pública del problema. Métodos: El estudio se basó en una encuesta telefónica nacional horizontal sobre una muestra de 4.549 niños de 0 a 17 años de edad. Resultados: Una gran mayoría (60,6%) de los niños y jóvenes de esta muestra representativa nacional había experimentado al menos una victimización, directa o como testigo, en el año anterior. Casi la mitad (48,3%) había padecido una agresión física en el año del estudio, uno de cada 4 (24,6%) había experimentado una agresión a sus propiedades, uno de cada 10 (10,2%) había sufrido algún tipo de maltrato infantil, el 6,1% había sido objeto de victimización sexual y más de la cuarta parte (25,3%) había sido testigo de violencia o había experimentado otro tipo de victimización indirecta en ese año, incluyendo a un 9,8% que había presenciado una agresión intrafamiliar. Más de la tercera parte (38,7%) había estado expuesto a 2 o más victimizaciones directas, el 10,9% a 5 o más y el 2,4% a 10 o más durante el año de estudio. Conclusiones: El ámbito y la diversidad de la exposición del niño a la victimización no son bien conocidos. Los clínicos y los investigadores necesitan preguntar por un mayor espectro de tipos de victimización para identificar a los niños con victimizaciones múltiples y diseñar la prevención y las intervenciones para toda la gama de amenazas que afrontan los niños.
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Los niños padecen mayores tasas de exposición a violencia y crímenes que los adultos1,2, y esta exposición es responsable de una considerable carga de morbilidad física y mental3-5. Sin embargo, la exhaustiva epidemiología de esta exposición está muy retrasada con respecto a otras amenazas para la salud pública pediátrica6 y carece de muestras nacionales representativas, y los estudios epidemiológicos se han limitado a una parte restringida del espectro de edad o de victimización7-14.

Tratamos de mejorar la epidemiología de esta área mediante una gran muestra representativa nacional que cubriese toda la gama de la infancia, evaluando el espectro más exhaustivo de los tipos de victimización y obteniendo estimaciones del año anterior (AA) y en algún momento de la vida.

MÉTODOS

Participantes

La National Survey of Children's Exposure to Violence (NatSCEV), diseñada para obtener estimaciones de la prevalencia durante 1 año y en algún momento de la vida de una amplia gama de victimizaciones infantiles, se realizó entre enero de 2008 y mayo de 2008 y se ocupó de las experiencias de una muestra representativa nacional de 4.549 niños de 0 a 17 años de edad que vivían en la zona continental de Estados Unidos.

La base principal del diseño fue un marco de muestreo nacional de números de teléfono de residencias, del que se tomó una muestra de domicilios con teléfono al marcar números aleatorios15-17. Este corte representativo nacional consiguió 3.053 de las 4.549 entrevistas completadas, y un muestreo adicional de intercambios telefónicos estadounidenses con una población ≥ 70% de domicilios habitados por personas de etnia negra, latinoamericanos o personas con escasos ingresos económicos consiguió 1.496 entrevistas completadas. Las entrevistas se realizaron en inglés o en español.

Procedimiento

Se realizó una breve entrevista con un adulto cuidador (por lo general uno de los padres) en cada domicilio para obtener la información demográfica familiar. Si el niño del domicilio seleccionado aleatoriamente tenía de 10 a 17 años de edad, la entrevista telefónica principal se realizó con el niño. Si el niño seleccionado tenía menos de 10 años de edad, la entrevista se realizó con el cuidador "más familiarizado con la rutina diaria y las experiencias del niño". La entrevista duró una media de 45 min., pero varió según el número de victimizaciones notificadas. La comparación entre informes propios y por representación con este instrumento en los estudios anteriores y actuales no puso de manifiesto un sesgo de notificador18. Las comparaciones entre la exposición a la victimización entre los niños de 9 años de edad (la máxima edad del informe por representación) y los de 10 años de edad (la mínima edad del informe propio) mostró diferencias significativas en sólo 2 de las 16 categorías de victimización, diferencias que bien podrían reflejar variaciones reales de la exposición entre los 2 grupos de edad. Lo que es más importante, no hubo diferencias en los informes del maltrato infantil o de la victimización perpetrada por la familia; es decir, no hay pruebas de que los cuidadores fueran más reacios que los niños a notificar un comportamiento agresivo o negligente de adultos importantes.

Se prometió una absoluta confidencialidad a los que respondieron, a quienes se gratificó con 20 dólares por su participación. Los que respondieron y desvelaron una situación de grave amenaza de victimización actual recibieron una nueva comunicación por un miembro clínico del equipo de investigación entrenado en asesoramiento telefónico en la crisis, cuya responsabilidad fue mantener la comunicación con la persona que respondió hasta la resolución de la situación o se llamaba la atención de las autoridades pertinentes.

Análisis de las tasas de respuesta y de falta de respuesta

La tasa de cooperación19 de la porción horizontal de marcado aleatorio de esta encuesta (n = 3.053) fue del 71%, y la tasa de respuesta (en la que cuentan los domicilios en la que no se pudo comunicar con nadie) del 54%; las tasas de la muestra adicional fueron del 63% y del 43%, respectivamente. Todas estas tasas son buenas, según los patrones actuales20-24. (Se encuentra información adicional de la metodología de la encuesta en el informe metodológico en www.unh.edu/ccrc/pdf/NATSCEV_methods_ report.pdf). También realizamos nuestro propio análisis de falta de respuesta en el estudio actual y observamos que los que respondieron y rehusaron participar (o no se pudo comunicar con ellos) no eran sistemáticamente distintos de quienes respondieron respecto al riesgo de victimización (los autores pueden facilitar detalles del análisis de la falta de respuesta).

Medición

Esta encuesta utilizó una versión aumentada del Juvenile Victimization Questionnaire, un inventario de la victimización infantil18,25,26. Todos los puntos tuvieron una tasa de falta de respuesta ("no está seguro" o "rehúsa") del 1,5% o menos, con una excepción: en el punto de vandalismo, el 2,4% de quienes respondieron indicó "no estoy seguro".

En nuestro análisis utilizamos 2 medidas alternativas de la victimización total: la victimización total directa (suma en cada niño de todas las preguntas sobre agresiones físicas, victimizaciones sexuales, malos tratos y victimizaciones sobre la propiedad a las que se respondió "sí") y la victimización total directa u observada (las preguntas sobre la victimización total directa más las de victimización observada con respuesta "sí" en cada niño). El texto de los puntos de detección de la victimización y la definición de las agregaciones se muestran en los Apéndices A y B. Los autores pueden facilitar una descripción más detallada del procedimiento para calcular las tasas de victimización recalculadas y sumadas a partir de los puntos de selección y de seguimiento.

La información demográfica se obtuvo en la entrevista inicial con los padres. El plan ponderado de la encuesta fue un proceso secuencial multietapa de ponderación de la muestra para corregir respecto al diseño del estudio y a las variaciones demográficas. En concreto, se aplicaron pesos para ajustar respecto a: 1) distintas probabilidades de selección del domicilio, incluyendo la deliberada muestra adicional de personas que respondieron de etnia negra, latinoamericanos y con escasos ingresos económicos, 2) variaciones de la probabilidad de selección en el domicilio que resultaron de distintos números de niños elegibles en los domicilios y 3) diferencias en las proporciones de la muestra según el sexo, la edad y la raza/etnia, y los ingresos en relación con las proyecciones de población del censo para 2008 en cada estrato.

RESULTADOS

La exposición a la violencia, los crímenes y otros tipos de victimización fue generalizada en la población infantil. En conjunto, el 60,6% de la población estadounidense menor de 18 años de edad había experimentado una o más victimizaciones, directa u observada, el año anterior (AA). En el AA, el 46,3% había estado expuesto a algún tipo de maltrato por un adulto importante en su vida, y el 6,1% había estado expuesto a una victimización sexual. Además, el 24,6% experimentó una victimización sobre la propiedad, y el 25,3% había sido testigo de una agresión en la familia o de violencia en la comunidad. Muchos niños tuvieron más de una exposición.

Las exposiciones en algún momento de la vida a estos tipos de victimización tuvieron una frecuencia mayor, entre una tercera parte y la mitad, que las exposiciones AA. La discrepancia entre las exposiciones en el AA y en algún momento de la vida tendió a ser mayor en las formas menos frecuentes y más graves de victimización. La mayoría (86,6%) de los niños con una exposición en algún momento de la vida también la tuvo el AA.

Las tablas 1 a 5 presentan las tasas de formas agregadas de victimización, así como por tipos específicos, según el sexo y el grupo de edad. Los incidentes pueden clasificarse en más de una categoría, pero ningún episodio se contó más de una vez en una sola categoría agregada.

Respecto a las agresiones físicas el AA, los chicos mostraron unos valores de victimización algo mayores que las chicas, y los de 6 a 9 años de edad algo mayores que los niños de menor y de mayor edad (tabla 1). En todos los grupos de edad, excepto el de 0-1 año, casi la mitad de los niños experimentó una agresión física. Las agresiones por los hermanos abarcaron una gran proporción (20,9%), pero declinaron con la edad y fueron sobrepasadas por las agresiones de compañeros, no hermanos, en los de 14 a 17 años de edad.

Entre las formas más graves de agresión se encuentra el asalto a mano armada (5,4% [AA] y 9,8% [en algún momento de la vida]), el asalto que provoca una lesión (10,2% [AA] y 10,9% [en algún momento de la vida]), los ataques racistas (1,7% [AA] y 3,0% [en algún momento de la vida]) y el secuestro, intentado o realizado (0,5% [AA] y 1,6% [en algún momento de la vida]). El 5,6% de los niños de 14 a 17 años de edad sufrió violencia en las citas sentimentales, que afecta principalmente a los niños de mayor edad, en el AA y el 8,8% en algún momento de su vida.

El 13,2% de la muestra sufrió acoso físico escolar el AA, algo más frecuente en los chicos que en las chicas y considerablemente más a menudo por los menores de 9 años que en los de 10 o más años de edad. El 19,7% de la muestra sufrió pullas y acoso emocional el AA, más a menudo a las edades de 6 a 9 años y de 10 a 13 años.

El 6,1% de los niños padeció una victimización sexual en el AA, y el 9,8% en algún momento de su vida (tabla 2). Esta categoría de victimizaciones sexuales incluyó tanto agresiones como acoso sexual y exhibicionismo. Las victimizaciones sexuales fueron más frecuentes en las chicas, y se concentraron en las de 14 a 17 años de edad. Estas chicas de 14 a 17 años de edad tuvieron una tasa de agresiones sexuales del 7,9% (AA) y del 18,7% (en algún momento de su vida), unas tasas de violación consumada e intentada del 6,3% (AA) y del 13,8% (en algún momento de su vida) y unas tasas de agresión sexual por un adulto conocido del 1,6% (AA) y del 7,7% (en algún momento de su vida).

El 10,2% de la muestra padeció algún tipo de maltrato en el AA y el 18,6% en algún momento de su vida (tabla 3). Los niños mayores notificaron el maltrato con una frecuencia significativamente mayor. El 4,4% de la muestra sufrió abusos físicos por un adulto en el AA y el 11,9% en algún momento de la vida. La prevalencia de abuso físico en algún momento de la vida en el grupo de mayor edad (14 a 17 años) fue incluso superior, 19,4%. El 6,4% de la muestra sufrió el abuso emocional por un adulto importante en el AA, y el 11,9% en algún momento de su vida, así como el 22,6% del grupo de mayor edad (14 a 17 años) en algún momento de su vida.

Las victimizaciones de la propiedad fueron frecuentes, y las padeció el 24,6% de la muestra de niños en el AA y el 37,8% en algún momento de su vida (tabla 4). Los chicos sufrieron un número de atracos algo mayor, y los niños mayores padecieron más robos.

Los niños fueron testigos de una considerable cantidad de violencia en sus familias y comunidades, además de la dirigida personalmente contra ellos. La tasa global de ser testigo en el AA fue del 25,3% en todos los niños, y del 47,6% en los de 14 a 17 años de edad, el grupo que mostró la mayor frecuencia (tabla 5). Las tasas de ser testigo en algún momento de la vida fueron del 37,8% en toda la muestra y del 70,2% en los niños mayores.

El 9,8% de los niños de la muestra había sido testigo de agresiones en la familia el AA, y el 20,3% en algún momento de la vida. Aquí se incluye al 6,2% que había sido testigo de una agresión entre sus padres el AA y el 16,3% que había sido testigo de este tipo de violencia en algún momento de su vida.

La tasa de ser testigo de una agresión en la comunidad (no en la familia) fue del 19,2% de la muestra en el AA y del 28,7% en algún momento de la vida. La tasa de ser testigo de una agresión en la comunidad fue particularmente elevada en los niños de mayor edad, el 42,2% de ellos dijo haber estado expuesto en el AA y el 64,4% en algún momento de su vida. Las exposiciones a disparos ocurrieron en el 5,3% de la muestra global en el AA, y en 9,7% en algún momento de la vida, la exposición a la guerra en el 0,7% (AA) y en el 1,4% (en algún momento de la vida), y ser testigo directo de un asesinato ocurrió en el 0,5% (AA) y el 1,3% (en algún momento de su vida).

Evaluamos otras exposiciones indirectas a la violencia y el crimen que podrían ejercer impacto sobre los jóvenes aunque no hubieran sido testigos. Estas exposiciones incluyeron el oír o ver las pruebas de una agresión en la familia sin estar directamente expuesto (0,8% [AA] y 2,9% [en algún momento de su vida]), oír hablar de violencia en la comunidad (9,7% [AA] y 20,6% [en algún momento de la vida]), sufrir un robo con fuerza en su casa (7,1% [AA] y 20,3% [en algún momento de la vida]) y sufrir un ataque a su escuela (5,1% [AA] y 9,3% [en algún momento de la vida]).

Los patrones del desarrollo (fig. 1) demuestran que las tasas de agresiones (incluyendo las de los hermanos) y las de delitos contra la propiedad tendieron a ser algo mayores en el grupo de 5 a 9 años de edad y disminuyeron un poco con posterioridad. Tanto ser testigo de violencia como la exposición indirecta parecieron aumentar en gran medida tras los 10 años de edad. El maltrato aumenta modestamente tras los 12 años de edad. Las victimizaciones sexuales empezaron a aumentar a los 9 años de edad y alcanzaron el máximo a los 15.

Fig. 1. Victimización el AA según el tipo y la edad de la víctima. *Se muestra como promedio de grupos de edad con diferencia de 3 años.

Dada la amplia gama de episodios y su relativamente elevada incidencia, no es sorprendente que muchos niños (38,7%) tuvieron más de una victimización directa (excluye el ser testigo y la exposición indirecta) en el curso de un año. Entre los que sufrieron alguna victimización directa, el 64,5% tuvo 2 o más. Algunos niños tuvieron grados de exposición sumamente elevados: el 10,9% tuvo 5 o más exposiciones en el AA y el 1,4% tuvo 10 o más exposiciones.

La exposición a un tipo de victimización fue un buen factor de predicción de la exposición a otros tipos. Es decir, si el niño había padecido un tipo de victimización en el AA, su riesgo de otros tipos de victimización fue el doble o incluso el triple, según el tipo específico (tabla 6). Las magnitudes del aumento del riesgo fueron similares en las exposiciones en algún momento de la vida. Por ejemplo, padecer una agresión física aumentó las probabilidades de sufrir una victimización sexual en el AA (razón de probabilidades [OR]: 5,0) o de maltrato en el AA (OR: 4,1). Al considerar las mismas victimizaciones en algún momento de la vida apareció el mismo patrón (OR: 6,2 y 5,3).

ANÁLISIS

Este estudio revela una gran exposición a la violencia, la victimización y el abuso en una muestra representativa nacional de niños y jóvenes estadounidenses. Casi la mitad de los niños y los jóvenes padeció una agresión en el curso de un año, más de uno de cada 10, de forma que le produjo una lesión. La cuarta parte de ellos fue testigo de la victimización de otra persona. No fueron raras las exposiciones muy intensas, ya que uno de cada 20 estuvo expuesto a disparos, uno de cada 200 a un asesinato y uno de cada 50 a una agresión sexual durante el AA. Estos hallazgos son preocupantes dadas las lesivas consecuencias de la exposición para la salud física y mental de los jóvenes4,5,27,28 y su evolución a largo plazo y su bienestar en la vida adulta3,29,30.

Este estudio aporta pruebas de un amplio espectro de exposiciones en una serie de campos, muchos de ellos no captados por los estudios muy focalizados de exposición a la violencia y a los crímenes. Por ejemplo, las agresiones pueden dividirse en agresiones simples por los compañeros o los hermanos, o agresiones en las citas sentimentales, agresiones a mano armada o agresiones en pandilla o en grupo, que son menos frecuentes. Ser testigo de violencia puede dividirse en ser testigo de una agresión en la comunidad, que es bastante frecuente (19,2%), o de una agresión en la familia, que también es bastante frecuente (10,8%), o con menor frecuencia, ser testigo de una exposición a la guerra (0,7%).

El estudio ofrece además una amplia panorámica de cómo cambian las exposiciones durante la infancia, algo que faltaba en otros muchos estudios que sólo examinaron grupos de edad restringidos. Aunque sufrir una agresión física fue relativamente frecuente en todos los grupos de edad, las agresiones sexuales y el ser testigos de violencia en la comunidad aumentaron espectacularmente al crecer el niño. Por ejemplo, entre los niños de 14 a 17 años de edad, uno de cada 20 había sufrido una agresión sexual y uno de cada 10 había sido testigo de un disparo en el AA.

Además de documentar la sustancial exposición actual a la violencia, el estudio demuestra también la acumulación de las exposiciones durante la infancia. Así, entre las chicas de 14 a 17 años, el 18,7% había sufrido una agresión sexual, completa o intentada, en algún momento de su vida, y más de la tercera parte de los niños de 14 a 17 años de edad había observado una agresión entre los padres.

Las exposiciones en algún momento de la vida de toda la muestra tuvieron una frecuencia de un tercio a la mitad mayor que la exposición en el AA. No se debe esperar que las exposiciones en algún momento de la vida sean grandes múltiplos de las exposiciones en el AA en este tipo de muestra. Primero, porque la mayoría de los niños expuestos en algún momento de su vida a un tipo de violencia también habrán estado expuestos a este tipo el AA, ya que las circunstancias de muchas víctimas fueron de vulnerabilidad permanente. Segundo, porque la mayoría de los niños de la muestra están muy lejos de finalizar la infancia; en concreto, muchos acababan de entrar en el período máximo de la exposición a ciertos tipos de victimización. Otro problema de las estimaciones de algunos tipos de victimización menos notables en algún momento de la vida es la posible dificultad de recordar estas experiencias en un período dilatado de tiempo.

Una contribución especialmente importante de este estudio es demostrar las interrelaciones entre distintos tipos de exposición a la violencia, una observación que falta en otros muchos estudios que consideraron por separado tipos individuales de exposición. Este estudio señala el gran número de niños y jóvenes que sufren numerosos tipos de victimización: más de uno de cada 10 estuvo expuesto a 5 o más tipos de victimización directa durante un solo año. Es cierto que estos niños merecen una atención prioritaria. La investigación anterior ha demostrado que son los niños que sufren los tipos más graves de victimización y que soportan una carga desproporcionada de adversidades vitales coetáneas y de sintomatología de salud mental13,14. El estudio también demuestra que sufrir un tipo de exposición es un potente marcador del riesgo de padecer otros tipos de exposición.

El estudio también amplía un anterior estudio de victimización13 al aumentar el número y la gama de victimizaciones cubiertas, al informar de las exposiciones en algún momento de la vida y en el AA, y aumentando el tamaño de la muestra para ofrecer una mejor precisión de las estimaciones, especialmente para algunos tipos de victimización de incidencia relativamente escasa.

Este estudio también tiene una serie de limitaciones que deben tenerse en cuenta al interpretar los resultados. En primer lugar, toda encuesta que necesita encontrar a personas que respondan en el domicilio y obtener su cooperación corre el riesgo de omitir a la población que puede ser más vulnerable a la victimización. En segundo lugar, las entrevistas con los cuidadores, utilizadas para obtener informes de las victimizaciones de los niños de 0 a 9 años de edad, pueden no conseguir representar por completo las experiencias de los niños e infravalorar determinados tipos de experiencias de victimización. En tercer lugar, pese a la exhaustividad global del instrumento, no siempre se recuerdan muchas victimizaciones y su cronología, en especial las menos graves, y los niños pueden estar menos preparados cognitivamente que sus cuidadores para recordar estos episodios. En los estudios de victimización, la infranotificación tiende a ser un problema global más importante que la notificación falsa31.

No obstante, los hallazgos de este estudio, que demuestran la frecuencia de victimizaciones de distinto tipo en la vida de los niños, concuerdan con la bibliografía anterior32-38 y tienen consecuencias importantes para los médicos, los investigadores y los rectores sanitarios.

Una consecuencia es la necesidad de preguntar a los niños, tanto en el marco clínico como en la investigación, por un más amplio espectro de experiencias específicas de victimización. Se dispone de cuestionarios y listas de recuerdo exhaustivos36,37,39,40, aunque no todos ellos incluyen todo el espectro de victimizaciones analizadas aquí. Las formas importantes y habituales de victimización que tienden a ser omitidas son la violencia en las citas sentimentales, el maltrato emocional, la victimización sobre la propiedad y la exposición a la violencia en la familia.

La necesidad de preguntar sobre experiencias adicionales de victimización es mayor en los niños que ya han sido identificados como afectados por algún tipo de victimización. El problema inicial, sea una agresión sexual o una victimización por acoso escolar, suele ocupar toda la atención de los profesionales que atienden al niño. Sin embargo, como este estudio ha demostrado, es probable que se hayan producido otros tipos graves de victimización que también necesitan atención. Además, a menudo puede existir un patrón de victimización crónica13,14,41. Es necesario realizar más esfuerzos para identificar a, e intervenir en, los niños con grados intensos de victimización.

Otra consecuencia del estudio es la necesidad de abordar la victimización en todas las etapas del desarrollo de la infancia. Con pocas excepciones, como la violencia en las citas sentimentales, la mayoría de los tipos de victimización pueden aparecer en una amplia gama de edades.

CONCLUSIONES

Finalmente, este estudio tiene consecuencias para un abordaje más holístico de la política pública sobre la victimización del niño y el joven. Los programas para prevenir e intervenir en la victimización infantil siguen estando muy fragmentados, como ilustran recientes iniciativas (como abordar por separado los problemas del acoso escolar42, la violencia en las citas sentimentales43,44 y el acoso sexual45). En el plano federal y estatal, las responsabilidades están fragmentadas entre agencias de salud, departamentos de bienestar infantil y el sistema judicial. Muchas de las instituciones y fuentes de financiación en este campo se fijan a porciones restringidas del espectro de victimización, como el sistema de protección infantil, que tiende a excluir la victimización por los no cuidadores, y el sistema judicial, que tiende a excluir las victimizaciones asignadas convencionalmente a la policía46. Del mismo modo que la salud pública integra muchas áreas como el automóvil, el lugar de trabajo y los productos de consumo en el campo de la prevención de lesiones47,48, sería hora de integrar todos estos campos subdivididos en un enfoque más integrado y sinérgico de la prevención y la respuesta a la victimización del niño y el joven.

APÉNDICE 1: PREGUNTAS DE SELECCIÓN DE NATSCEV (CON IDENTIFICADOR DE PREGUNTA)

Delitos convencionales

C1. ¿Usó alguien la fuerza, en algún momento de la vida (de su hijo/suya) para llevarse algo (de su hijo/ suyo) que transportaba o llevaba puesto?

C2. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), robó alguien algo (de su hijo/suyo) y nunca lo devolvió? (Cosas como una mochila, dinero, reloj, vestimenta, bicicleta, aparato estéreo o algo más).

C3. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), rompió o deterioró alguien alguna cosa (de su hijo/ suya) a propósito?

C4. A veces se ataca a las personas con palos, piedras, armas de fuego, navajas u otros objetos que pueden hacer daño. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), alguien golpeó o atacó (a su hijo/usted) a propósito con un objeto o un arma? (Puede ser en el domicilio, en la escuela, en una tienda, en un coche, en la calle o en otro lugar).

C5. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), golpeó o atacó alguien (a su hijo/usted) sin utilizar un objeto o un arma?

C6. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), alguien empezó a atacar (a su hijo/usted) pero, por alguna razón, abandonó? Por ejemplo, alguien ayudó (a su hijo/usted) o (su hijo/usted) escapó.

C7. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), alguien amenazó con herir (a su hijo/usted) cuando (su hijo/usted) creía que podría hacerlo?

C8. Cuando se rapta a una persona, significa que la persona fue obligada a ir a algún lugar, como un coche, por alguien que la persona creía que le podía hacer daño. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), ha intentado alguien raptar (a su hijo/ usted)?

C9. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), ha sido golpeado (su hijo/usted) o atacado por el color de su piel (de su hijo/usted), su religión o la procedencia de la familia (de su hijo/suya)? ¿A causa de un problema físico (de su hijo/suyo)? ¿O porque alguien dijo que (su hijo/usted) era homosexual?

Maltrato infantil

M1. Sin incluir un azote en las nalgas, ¿en algún momento de la vida (de su hijo/suya), un adulto de la vida (de su hijo/suya) golpeó, aporreó, pateó o dañó físicamente (a su hijo/usted) de alguna manera?

M2. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), estuvo (su hijo/usted) asustado o se sintió muy mal porque los adultos de la vida (de su hijo/suya) le pusieran motes, le dijeran cosas miserables o que no le querían?

M3. Cuando se comete una negligencia sobre alguien, significa que los adultos de la vida de esta persona no se ocupan de ella como debieran. Pueden no ofrecerle suficiente comida, llevarla al médico cuando está enferma o asegurarse que permanece en un lugar seguro. ¿Ha sufrido (su hijo/usted) negligencias en algún momento de la vida (de su hijo/suya)?

M4. A veces una familia se pelea sobre el lugar en que debe vivir un niño. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya) uno de los progenitores se llevó, retuvo u ocultó (a su hijo/usted) para impedir que estuviera con el otro?

Victimización por los compañeros y los hermanos

P1. A veces, grupos de chicos o pandillas atacan a personas. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/ suya) un grupo de chicos o una pandilla golpeó, saltó o atacó (a su hijo/usted)?

P2. (Si la respuesta a P1 fue afirmativa, diga: "Aparte de lo que me acaba de decir..."). ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), algún niño, incluso un hermano, le golpeó (a su hijo/usted)? Pudo ser en el domicilio, la escuela, en un campo de juego, en una tienda, o en otro lugar.

P3. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), cualquier chico trató de lesionar las partes íntimas (de su hijo/de usted) a propósito, golpeándolas o pateándolas?

P4. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), algún chico, incluso un hermano, le molestó (a su hijo/usted) persiguiéndole o sujetándole u obligándole a hacer algo que no quería hacer?

P5. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), estuvo (su hijo/usted) realmente asustado o se sintió muy mal porque los chicos le ponían motes, le decían cosas mezquinas o que no le querían?

P6. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), un novio o alguien con quien se citó le dio un bofetón o le golpeó?

Victimización sexual

S1. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), un adulto conocido (por su hijo/por usted) tocó sus partes íntimas cuando no debía o hizo que (su hijo/ usted) le tocara sus partes íntimas? ¿O un adulto conocido (por su hijo/usted) le forzó a tener relaciones sexuales?

S2. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), un adulto desconocido (por su hijo/usted) tocó sus partes íntimas cuando no debía, hizo tocar (a su hijo/usted) sus partes íntimas o le forzó a tener relaciones sexuales?

S3. Ahora piense en otros niños, como los de la escuela, un novio, o incluso un hermano. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), otro chico o adolescente hizo cosas sexuales (con su hijo/usted)?

S4. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), trató alguien de obligarle (a su hijo/usted) a tener relaciones sexuales, de cualquier tipo, incluso aunque no sucedieran?

S5. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), alguien le hizo mirar sus partes íntimas utilizando la fuerza o la sorpresa o mediante exhibicionismo?

S6. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), hirió alguien sus sentimientos (de su hijo/de usted) diciendo o escribiendo algo sexual sobre (su hijo/ usted) o su cuerpo?

S7. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), realizó actos sexuales con alguien de 18 o más años de edad, incluso cosas que usted quería hacer?

Testimonio y victimizaciones indirectas

W1. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), vio a uno de sus progenitores empujado, abofeteado, golpeado por el otro, o por su novio?

W2. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), vio a uno de sus progenitores golpear, patear o lesionar físicamente a hermanos, exceptuando un azote en las nalgas?

W3. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), vio, en la vida real, a alguien atacado o golpeado a propósito con un palo, una piedra, un arma de fuego, una navaja u otro objeto que pudiera herir? Por ejemplo, en el domicilio, en la escuela, en una tienda, en un coche, en la calle o en otro lugar.

W4. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), vio, en la vida real, a alguien atacado o golpeado a propósito sin utilizar un palo, una piedra, un arma de fuego, una navaja o algo que pueda herir?

W5. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), robó alguien algo de su casa que perteneciera a la familia o a alguien que convive (con su hijo/usted)? Por ejemplo, una televisión, un equipo estéreo, un coche o algo más.

W6. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), alguien cercano (a su hijo/usted) fue asesinado, como un amigo, un vecino o alguien de su familia?

W7. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), vio, en la vida real, a alguien asesinado? Esto no significa en la televisión, en un videojuego o en una película.

W8. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), estuvo en un lugar, en la vida real, donde pudiera ver u oír disparar a personas, caer bombas o disturbios callejeros?

W9. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), estuvo inmerso en una guerra donde pudiera oír combates reales con armas de fuego o bombas?

Exposición a violencia comunitaria

ECV1. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), supo de alguien cercano, como un miembro de la familia o un buen amigo, forzado a tener relaciones sexuales o a tocar las partes íntimas de una persona cuando no quería?

ECV2. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), supo de alguien cercano, como un miembro de la familia o un buen amigo, que fuera robado o atracado?

ECV3. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), supo de alguien cercano, como un familiar o un buen amigo, que estuvo amenazado por un arma de fuego o una navaja?

Exposición a la violencia en la familia y al abuso

EF1. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), uno de los progenitores amenazó con lesionar al otro y parecía que realmente quería hacerlo?

EF2. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), uno de los progenitores, por una pelea, rompió o estropeó algo perteneciente al otro, golpeó la pared, o arrojó algo?

EF3. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), uno de los progenitores fue empujado por el otro?

EF4. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), uno de los progenitores golpeó o abofeteó al otro?

EF5. ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), uno de los progenitores pateó, sofocó o golpeó al otro?

EF6. Ahora queremos preguntarle por peleas entre adultos o adolescentes cualesquiera, no entre los progenitores (de su hijo/suyos). ¿En algún momento de la vida (de su hijo/suya), un adulto o adolescente que vive con (su hijo/usted) empujó, golpeó o pegó a algún otro que vive con (su hijo/usted), como un progenitor, hermano, abuelo u otro familiar?

Violencia y amenazas en la escuela

SC1. ¿Ha ido (su hijo/usted) a una escuela en la que alguien dijo que iba a poner una bomba o a atacar a la escuela y (su hijo/usted) temió que podía realmente hacerlo?

SC2. ¿Ha ido (su hijo/usted) a una escuela en la que alguien provocó daños o prendió fuego a la escuela a propósito? ¿O alguien rompió o estropeó otras propiedades escolares, como autobuses, ventanas o equipamiento deportivo?

Victimización por internet

INT1. ¿Ha utilizado alguien internet para molestar o acosar (a su hijo/a usted) o ha distribuido palabras ofensivas o fotografías de (su hijo/usted)?

INT2. ¿Alguien en internet ha formulado (a su hijo/usted) preguntas sexuales sobre (su hijo/usted) o ha intentado hablar en línea sobre sexo con (su hijo/ usted) cuando no quería empezar a hablar de estas cosas?

APÉNDICE 2: DEFINICIONES DE VICTIMIZACIÓN

Agresiones y acoso escolar

1. Cualquier agresión física: el niño experimentó cualquier victimización con agresión física (cualquiera de los puntos de selección C4, C5, C6, C8, C9, M1, P1, P2, P3 o P6). Excluye las amenazas, el acoso escolar y las burlas/acoso emocional.

2. Agresión a mano armada: alguien golpeó o agredió al niño a propósito con algo que podía herirle (como un palo, una piedra, un arma de fuego, una navaja u otra cosa).

3. Agresión con lesión: alguien golpeó o agredió al niño, y el niño resultó físicamente lesionado a consecuencia de ello. ("Lesionado" significa que el niño sintió dolor al día siguiente o tenía un hematoma, un corte sangrante o un hueso roto).

4. Agresión sin armas o lesión: alguien golpeó o agredió al niño, y el niño no resultó físicamente lesionado como consecuencia de ello. No se utilizó un arma.

5. Intento de agresión: alguien empezó a atacar al niño, pero por alguna razón no sucedió; no se utilizó un arma y el niño no resultó físicamente lesionado.

6. Rapto intentado o realizado: el niño fue obligado, o se intentó que fuera obligado, a ir a algún lugar, como un coche, por alguien que el niño creía que le podía lesionar.

7. Agresión por un hermano menor de edad: el niño fue atacado por un hermano de < 18 años de edad.

8. Agresión por un compañero, no un hermano: el niño fue atacado por un compañero, sin incluir a los hermanos.

9. Agresión por una pandilla o un grupo: el niño fue atacado por un grupo de chicos o una pandilla.

10. Agresión genital no sexual: un compañero trató de lesionar a propósito las partes íntimas del niño golpeándolas o pateándolas.

11. Violencia en una cita sentimental: un novio del niño, o alguien con quien salió, le abofeteó o golpeó.

12. Ataque racista: el niño fue golpeado o atacado por el color de su piel o su religión, por el lugar de origen de su familia, por un problema físico o por la orientación sexual atribuida al niño.

13. Amenaza: alguien amenazó con dañar al niño y el niño creyó que realmente podía cumplir la amenaza.

14. Acoso escolar: un compañero molestó al niño (por ejemplo, persiguiéndole, tirándole del pelo o de las ropas, u obligando al niño a hacer algo que no quería hacer).

15. Burlas o acoso emocional: el niño fue aterrorizado o se le hizo sentir muy mal por ser acosado por un compañero (por ejemplo, por ponerle motes, diciendo cosas mezquinas o explicándole que no es bienvenido).

16. Acoso por internet. Alguien utilizó internet para molestar o acosar al niño (incluyendo la colocación de mensajes o fotografías).

Victimización sexual

17. Cualquier victimización sexual: el niño experimentó cualquier victimización sexual (cualquiera de los puntos de selección S1, S2, S3, S4, S5 o S6 o una ofensa sexual legal).

18. Agresión sexual: alguien tocó sin autorización las partes íntimas del niño, hizo que el niño tocase sus partes íntimas o forzó al niño a tener relaciones sexuales, o intentó cualquiera de estos hechos.

19. Violación conseguida: alguien forzó al niño a tener relaciones sexuales y puso cualquier parte de su cuerpo dentro del niño.

20. Violación intentada o conseguida: alguien forzó, o intentó forzar, al niño para tener una relación sexual.

21. Agresión sexual por un adulto conocido: un adulto conocido por el niño tocó sus partes íntimas, hizo que el niño le tocase sus partes íntimas o forzó al niño a tener relaciones sexuales.

22. Agresión sexual por un adulto desconocido: un adulto desconocido para el niño le tocó sus partes íntimas, hizo que el niño le tocase sus partes íntimas o forzó al niño a tener relaciones sexuales.

23. Agresión sexual por un compañero: un compañero hizo que el niño realizase actos sexuales.

24. Exhibicionismo o exposición sexual por un compañero: un compañero hizo que el niño mirase sus partes íntimas mediante la fuerza o la sorpresa, o mediante exhibicionismo.

25. Exhibicionismo o exposición sexual por un adulto: un adulto hizo que el niño mirase sus partes íntimas mediante la fuerza o la sorpresa, o mediante exhibicionismo.

26. Acoso sexual: alguien hirió los sentimientos del niño al decir o escribir cosas sexuales sobre el niño o su cuerpo.

27. Ofensa sexual legal: un niño menor de 16 años de edad realizó actos sexuales con una persona más de 4 años mayor que el niño, incluso voluntariamente.

28. Charla sexual por internet: alguien planteó por internet preguntas sexuales al niño o intentó hablar de temas sexuales cuando el niño no quería hacerlo.

Maltrato infantil

29. Cualquier maltrato: el niño experimentó cualquier victimización por maltrato (cualquiera de los puntos de selección M1, M2, M3 o M4).

30. Abuso físico: un adulto de la vida del niño le golpeó, pegó, pateó o abusó físicamente del niño de cualquier manera.

31. Abuso psicológico o emocional: un adulto aterrorizó o hizo sentir muy mal al niño al ponerle motes, decir cosas mezquinas, o diciendo que no le quería.

32. Negligencia: los adultos de la vida del niño no tuvieron cuidado de él de la forma que hubieran debido (por ejemplo, no le dieron suficiente comida, no lo llevaron al médico cuando estaba enfermo, no se aseguraron de que el niño quedaba en un lugar seguro).

33. Interferencia en la custodia o retención familiar: uno de los progenitores se llevó al niño, lo retuvo o lo escondió para impedir que el niño estuviera con el otro.

Victimización contra la propiedad

34. Cualquier victimización contra la propiedad: el niño experimentó cualquier victimización contra la propiedad (cualquiera de los puntos de selección C1, C2 o C3).

35. Robo por alguien distinto a un hermano: una persona distinta a un hermano (compañero o adulto) utilizó la fuerza para arrebatar algo que el niño portaba o llevaba puesto.

36. Vandalismo por alguien distinto a un hermano: una persona distinta a un hermano (compañero o adulto) rompió o estropeó a propósito cualquier pertenencia del niño.

37. Atraco por alguien distinto a un hermano: una persona distinta a un hermano (compañero o adulto) atracó al niño y nunca le devolvió lo robado.

Testimonio y victimización indirecta

38. Cualquier testimonio de la violencia: el niño fue testigo de violencia contra alguien más (cualquiera de los puntos de selección W1, W2, W3, W4, ECV1, ECV2, ECV3, EF1, EF2, EF3, EF4, EF5 o EF6 si vio u oyó la agresión).

39. Testigo de una agresión en la familia: el niño vio cómo un miembro de la familia golpeaba o atacaba a otro.

40. Testigo de una agresión a la pareja: el niño vio cómo un progenitor o su figura golpeaba o atacaba al otro o a su figura.

41. Testigo de abuso físico: el niño vio cómo un progenitor o su figura golpeaba o atacaba a un hermano.

42. Testigo de una agresión distinta a la familiar: el niño vio cómo un miembro de la familia era atacado o golpeado por un miembro de la familia extensa o una persona ajena a la familia.

43. Testigo de un asalto en la comunidad: el niño vio cómo alguien (ajeno a la familia) era atacado o golpeado.

44. Testigo de un asesinato: el niño vio cómo alguien fue asesinado (en la vida real).

45. Exposición a disparos, bombardeos, asonadas: el niño (en la vida real) estuvo en un lugar en el que pudo ver u oír disparos aleatorios, bombardeos de terror o asonadas.

46. Exposición a la guerra o a un conflicto étnico: el niño estuvo (en la vida real) inmerso en una guerra en la que pudo oír batallas reales con armas y bombas.

47. Cualquier exposición indirecta a la violencia: al niño se le explicó o vio pruebas de un episodio de violencia en su domicilio o comunidad (cualquiera de los puntos de selección W5, SC1, SC2, ECV1, ECV2, ECV3, EF1, EF2, EF3, EF4, EF5 o EF6 si se le habló o vio pruebas de violencia).

48. Exposición indirecta a una agresión en la familia: al niño se le habló o vio pruebas (hematomas, lesiones, etc.) de un ataque u otra violencia en su familia.

49. Exposición indirecta a la violencia en la comunidad: al niño se le habló o vio pruebas de violencia en la comunidad, fuera de su familia.

50. Robo en el domicilio: alguien robó algo (muebles, ropa, televisión, estéreo, coche) que pertenecía a la familia o al domicilio del niño.

51. Amenaza de bomba o ataque a la escuela: el niño acudía a una escuela sobre la que hubo un aviso creíble de bomba o ataque.

AGRADECIMIENTOS

Para cumplir con la Sección 507 de Pub J n.º 104-208 (la séptima enmienda), se informa a los lectores que el 100% de los fondos de este programa provienen de fuentes federales (este proyecto fue financiado por la beca 2006-JW-BX-0003, otorgada por la Office of Juvenile Justice and Delinquency Prevention, Office of Justice Programs, US Department of Justice). La cantidad total de financiación federal es de 2.709.912 dólares.


Los puntos de vista y las opiniones expresadas en este artículo son los de los autores y no representan necesariamente la postura oficial ni las políticas del US Department of Justice.

Correspondencia: David Finkelhor, PhD, University of New Hampshire, Crimes Against Children Research Center, 126 Horton Social Science Center, Durham, NH 03824, Estados Unidos.

Correo electrónico: david.finkelhor@unh.edu

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