Desde hace tiempo la educación media superior (EMS) en México se ha visto sujeta a una serie de tensiones que en gran parte son producto de la preocupación que existe por las dificultades que enfrentan los jóvenes para transitar hacia la edad adulta; entre estas dificultades destacan las limitadas oportunidades que tienen para acceder a una buena educación y/o a un trabajo que les asegure una vida digna.
En cuanto al acceso al sistema educativo, los datos muestran que gracias a la expansión que presentó la educación básica en décadas anteriores, ahora es en la EMS y superior donde se registran los problemas de cobertura. Si bien, en la educación básica aún existe una amplia heterogeneidad en la calidad de la oferta y resultados educativos, se ha logrado que un alto porcentaje de los niños y jóvenes en nuestro país permanezcan en el sistema escolar hasta concluir la secundaria. Muestra de ello son las altas tasas de cobertura que se han alcanzado en los niveles que integran este tipo educativo en contraste con los superiores (Gráfica 1). Incluso, existen datos que muestran con claridad que es en la transición entre la educación secundaria y la media superior donde una alta proporción de jóvenes abandona el sistema escolar (Gráfica 2).
La aprobación en 2012 de la obligatoriedad de la EMS, por otra parte, impuso la necesidad de acelerar su ritmo de crecimiento, dado que el año 2022 es la fecha cuando se debe asegurar el acceso universal a todos los jóvenes en edad de cursar este nivel educativo.
No obstante, como dicen que aquel que ignora la historia está condenado a repetirla, no está demás recordar algunos hechos: por ejemplo, cuando la educación secundaria se hizo obligatoria, a inicios de 1993, tenía una cobertura de 67 por ciento, una tasa de abandono de 7 por ciento y una eficiencia terminal de 77 por ciento. Ahora, 20 años después, aunque han mejorado estos indicadores (cobertura bruta 94 por ciento, tasa de abandono 4 por ciento y eficiencia terminal 86 por ciento), la meta de alcanzar la cobertura universal en secundaria no se ha cumplido. Además, una parte importante del crecimiento experimentado en este nivel se debió al aumento de la matrícula en telesecundaria, modalidad que se ha caracterizado por atender a los grupos provenientes de los sectores sociales más pobres y cuyos resultados de aprendizaje se encuentran entre los más bajos obtenidos en este nivel de estudios (Gráfica 3).
Cuando la EMS fue considerada obligatoria contaba con datos de cobertura muy semejantes a los de la educación secundaria 20 años antes; no obstante, también mostraba indicadores menos favorables en cuanto a las tasas de reprobación, abandono y eficiencia terminal, lo cual implica que universalizar el acceso hacia el año 2022 constituye un reto todavía mayor al que en su momento se tuvo con la educación secundaria (Tabla 1).
Média anual do Índice CPV/RLV da amostra
A lo anterior hay que añadir que los costos requeridos para ampliar la cobertura en la EMS son mayores a los de la secundaria, dado que tendencialmente el gasto por alumno en los niveles superiores es más alto que el correspondiente a los niveles básicos (Gráfica 4). De esta forma, aunque actualmente diversos sectores sugieren que los recursos que se destinan a la educación en México son altos, y que los malos resultados educativos se deben al uso ineficiente de los mismos, es claro, y hasta de sentido común, que la calidad de los servicios (entre ellos los educativos) están estrechamente relacionados con el mayor o menor costo de los mismos. Por lo tanto, si bien resultaría necesario corregir los problemas que se derivan de un uso inapropiado de los recursos destinados al sector educativo, también resulta importante reconocer que afrontar el reto de universalizar el acceso de la población hasta la EMS requiere que se destine una mayor cantidad de recursos. Esto es necesario si queremos que la expansión de la oferta educativa sea de calidad.
Otro problema que se debe asumir al momento de expandir la oferta educativa, son las grandes disparidades socioeconómicas que existen en el acceso que tiene la población al sistema escolar, pues aunque se han logrado avances importantes en la reducción de las brechas existentes, considerando su situación económica, éstas son aún muy grandes: en 2012 todavía existía una brecha de cerca de 25 puntos porcentuales entre la asistencia escolar que mostraban los jóvenes provenientes del quintil de más alto ingreso económico (82 por ciento) y el quintil de ingreso más bajo (58 por ciento) (Gráfica 5). Cabe resaltar que ampliar el acceso a los grupos y sectores que se han mantenido fuera del sistema escolar representa un costo mucho mayor, dado que enfrentan más carencias económicas y socioculturales que limitan su desempeño en el sistema educativo, por lo cual, si se quiere que se mantengan hasta finalizar un determinado nivel escolar es necesario pensar en los apoyos adicionales que serían requeridos para lograr este propósito. También es necesario señalar que a las disparidades económicas se añaden usualmente aquéllas que son generadas por otros factores de exclusión, tales como las regionales, de género, étnicas, etcétera, lo cual implica establecer estrategias diversas para atender y mantener en las escuelas a los diversos grupos y sectores que integran a la población.
En perspectiva, la universalización de la EMS implica hacer en la mitad de tiempo lo que no se ha logrado con la educación secundaria en poco más de 20 años. En consecuencia, las tensiones a las que está sometido este subsistema educativo son diversas: aumentar su cobertura de forma acelerada, abatir las altas tasas de reprobación y abandono escolar, así como mejorar la calidad de sus resultados de aprendizaje. Estos últimos son bajos, si los comparamos con los datos de los países de la OCDE con base en los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA), que muestra que cerca de 55 por ciento de los alumnos mexicanos de 15 años no alcanzan el nivel de competencias básicas en matemáticas, y 42 por ciento en lectura (INEE, 2013). Estos datos en cierta forma se confirman con las propias evaluaciones que realiza la SEP, las cuales muestran que actualmente más de la mitad de los alumnos de EMS obtiene resultados insuficientes o elementales tanto en lectura (55 por ciento) como en el área de matemáticas (60 por ciento) (SEP, 2014).
Como muestra la experiencia que se ha tenido con la educación secundaria, para alcanzar la aspiración de universalizar un determinado nivel educativo no basta con establecer cambios en la legislación, acciones aisladas o mecanismos de ampliación de la cobertura que no aseguren un trato equitativo a la población en términos de la calidad de la oferta educativa y de los resultados de aprendizaje. Bajo este panorama es evidente la magnitud del reto que representa universalizar el acceso a la EMS para el año 2022, puesto que se requiere incorporar a cerca de dos millones de jóvenes al sistema educativo y, al mismo tiempo, evitar, como ha señalado insistentemente el Subsecretario de EMS, Rodolfo Tuirán, que un alto porcentaje de los jóvenes que logren acceder lo abandonen antes de concluir sus estudios (Gráfica 6).
En el marco de los retos que enfrenta el subsistema de EMS, hay diversas acciones favorables que se están llevado a cabo por el gobierno actual, como son: la ampliación de la cobertura a través de la creación de nuevos planteles —y de la matrícula en los ya existentes—, la iniciativa de reducir la tasa de abandono escolar de 15 a 9 por ciento en este sexenio y la ampliación de los programas de becas, entre otras. Sin embargo, como ya se señaló, el reto es enorme y se traduce en una serie de tensiones que debe afrontar este subsistema para conciliar la expansión acelerada de la cobertura con la correspondiente calidad y equidad educativa; ello en la perspectiva de garantizar el derecho que tienen los jóvenes a recibir una educación de calidad. Esto solamente puede ser así, si aspiramos a que los principios que están plasmados en nuestra Constitución política, no queden simplemente en letra muerta.
En esta ocasión, el número 146 de Perfiles Educativos incluye trabajos que abordan temas que esperamos sean de amplio interés; algunos tratan sobre problemas relacionados con los procesos de enseñanza-aprendizaje y la formación ciudadana y política de los estudiantes. Otros se orientan a brindar aportes más conceptuales bajo la intención de generar la reflexión sobre diversos aspectos del quehacer educativo y, finalmente, en este número se presenta la transcripción de la segunda mesa de debate celebrada en el marco de la presentación del número especial de Perfiles Educativos sobre “la evaluación en la educación superior”, donde los académicos participantes centran su atención en debatir sobre diversos problemas que presentan los actuales mecanismos que son utilizados para evaluar el desempeño de los académicos en la educación superior.
Los seis trabajos de investigación que se presentan en la sección de Claves abordan problemas tales como el dominio de los contenidos de la enseñanza por parte de los docentes; el primero de ellos específicamente trata sobre el manejo de conceptos básicos de estadística que forman parte de los programas de estudio del bachillerato en México. El segundo trabajo explora la influencia que tiene la inteligencia y los métodos de enseñanza en la resolución de problemas de Física en la educación media. Otro más, procura descubrir cuáles son los factores que más influyen en el desempeño académico de los estudiantes de bachillerato, para lo cual considera factores tales como las características de la escuela, de los alumnos, así como el nivel socioeconómico y cultural del mismo; esta investigación resulta de interés en razón de que contribuye a descubrir cuáles son los factores que pueden potenciar o limitar el aprendizaje de los alumnos de bachillerato. Un cuarto trabajo se desarrolla en el contexto chileno y está orientado a resaltar la importancia que tienen los recursos semióticos utilizados por los profesores como estrategia para mejorar el aprendizaje de los estudiantes en el área de Historia en la educación secundaria.
Los dos artículos que cierran esta sección indagan acerca del papel que juega el sistema escolar en la formación de una cultura para la paz y la socialización política de los estudiantes. El primero se sustenta en una revisión documental y en el análisis de contenido de los libros de texto que son utilizados en la educación primaria en Cataluña como parte de la formación para la ciudadanía; sus hallazgos llevan a considerar la existencia de importantes ausencias en los materiales analizados, lo cual resalta las limitaciones que se tienen para formar a las nuevas generaciones en la cultura para la paz y la ciudadanía. El segundo texto, por su parte, aborda los procesos de socialización política de los estudiantes de la Universidad de Buenos Aires en la década de los sesenta, y procura resaltar las continuidades y cambios de la radicalización política que presentaron los estudiantes argentinos durante esos años. Este material resulta importante para analizar y comprender mejor la dinámica de los movimientos estudiantiles en Argentina.
Por su parte, los cuatro trabajos que integran la sección Horizontes en esta ocasión tienden a brindar un aporte más conceptual que se orienta a generar la reflexión sobre el quehacer educativo. El primero de ellos está orientado a resaltar la importancia de analizar el fundamento axiológico del proyecto educativo mexicano, puesto que señala los elementos del proyecto de nación que son la expresión originaria de la política educativa. En razón de ello, el artículo 3° constitucional se concibe como el ideal ético que orienta el quehacer educativo mexicano, pero el cual adquiere todo su significado sólo en intertextualidad con los otros principios y valores constitucionales que norman la vida social.
El segundo trabajo se orienta a analizar las transformaciones que se están presentando en la concepción del liderazgo en el ámbito escolar, aspecto que resulta de interés debido al impacto de estas nuevas apreciaciones para examinar el liderazgo directivo en las escuelas, y sobre la acepción del mismo desde la perspectiva de la política educativa. El tercer artículo aborda el tema de la inclusión/ exclusión escolar desde la perspectiva de la teoría de sistemas de Luhmann; el autor resalta que la aspiración de contar con un sistema educativo incluyente se encuentra imbuida en una paradoja, puesto que, aunque por definición el sistema escolar tiende a ser incluyente (por ley o derecho), su estructura organizacional y dinámica de funcionamiento apunta en dirección contraria, hacia la exclusión. En razón de ello, comprender y analizar mejor las implicaciones de esta paradoja lleva a reflexionar sobre temas relevantes hoy en día, tales como la universalización de determinados niveles educativos o el propio derecho a la educación. Esta sección se cierra con un artículo que llama la atención sobre la utilidad que puede brindar la filosofía hermenéutica para reflexionar sobre el quehacer educativo; este texto propone la necesidad de realizar cambios en los procesos de interacción que se realizan en el aula entre profesores y estudiantes.
Finalmente, en la sección de Documentos se presenta la transcripción de la segunda mesa de debate que se realizó en el evento de presentación del número especial 2013 de Perfiles Educativos. Esta mesa contó con la participación de Humberto Muñoz, Susana García Salord y Romualdo López Zárate, quienes abordaron el tema de la evaluación de los académicos en las instituciones de educación superior. La amplia experiencia que tienen los participantes en el tratamiento de este tema, permitió contextualizar y vislumbrar los diferentes efectos desfavorables que están produciendo las actuales políticas de evaluación de los académicos en las dinámicas institucionales. A partir de los análisis efectuados, resaltaron la necesidad de realizar modificaciones que orienten hacia un sistema de evaluación de los académicos más comprensiva, y que en verdad sirva al mejoramiento de las prácticas educativas y el desarrollo de las propias instituciones de educación superior.
Los artículos contenidos en este número de Perfiles Educativos tratan sobre temas que desde una perspectiva más práctica y/o conceptual llaman a reflexionar sobre la forma en que se están desarrollando las actividades en diferentes ámbitos y contextos del sistema escolar, así como sobre el propio sentido éticomoral y político que subyace en las prácticas educativas. En razón de ello, esperamos que resulten del interés de nuestros lectores.