La inteligencia artificial ha tenido un gran auge en su aplicación a la medicina y en especial a la dermatopatología. Existen algoritmos para asistir al dermatopatólogo en el diagnóstico, así como otros, que permiten asignar una coloración similar a la hematoxilina eosina en imágenes de microscopia confocal. En este artículo revisaremos la manera en que se han desarrollado dichos algoritmos diagnósticos y las limitaciones que habrá que resolver antes de que se puedan emplear de forma rutinaria en los laboratorios de dermatopatología.
Artificial intelligence has had a boom in its application to medicine and especially to dermatopathology. There are algorithms to assist the dermatopathologist in the diagnosis, as well as others that allow assigning a coloration similar to hematoxylin–eosin in confocal microscopy images. In this article we will review how such diagnostic algorithms have been developed and the limitations that will need to be resolved before they can be used routinely in dermatopathology laboratories.
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