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Dentro de la clase <span class="elsevierStyleItalic">Insecta</span>, el orden <span class="elsevierStyleItalic">Diptera</span> caracteriza a un grupo de insectos que poseen dos alas membranosas, de ahí su nombre. Son muchos los géneros que se encuentran dentro de este orden, algunos de los cuales se comportan como parásitos. La miasis es la infestación de los tejidos del hombre o los animales vertebrados por larvas de dípteros. El término miasis procede del griego <span class="elsevierStyleItalic">myia</span>, que significa mosca y fue acuñado por Hope en 1840<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib1"><span class="elsevierStyleSup">1</span></a>. Las miasis se han convertido en un problema de salud creciente en los países desarrollados, debido, fundamentalmente, a la mayor frecuencia de viajes a lugares exóticos<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib2"><span class="elsevierStyleSup">2</span></a> y representan entre el 7 y el 9,3% de todos los problemas cutáneos registrados en viajeros que regresan de los trópicos<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib3"><span class="elsevierStyleSup">3</span></a>.</p><p class="elsevierStylePara elsevierViewall">Los insectos, en general, y los dípteros, en particular, sufren un proceso de metamorfosis a través del cual alcanzan su fase adulta (imago) y en aquellos que tienen alas también las desarrollan. Los dípteros experimentan un tipo de metamorfosis que se denomina completa, que pasa por 4 fases o estadios (huevo, larva, pupa e imago).</p><p class="elsevierStylePara elsevierViewall">Las moscas que producen miasis se pueden clasificar con arreglo a su parasitología o a sus características clínicas. Según su parasitología, las miasis se clasifican en obligatorias, facultativas y accidentales. Desde el punto de vista clínico, las miasis se pueden clasificar de acuerdo con al área del cuerpo afectada. La miasis cutánea sería, según esto, una forma de miasis y es, de hecho, la más frecuente. La miasis cutánea puede adoptar diferentes presentaciones, de acuerdo con el tipo de larva. Clásicamente, se reconocen 3 formas de miasis cutánea, la miasis migratoria, la miasis del las heridas y la miasis foruncular<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib1"><span class="elsevierStyleSup">1</span></a>.</p><span class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle">Miasis foruncular</span><p class="elsevierStylePara elsevierViewall">La miasis foruncular es una de las formas clínicas de miasis cutánea. Genéricamente, agrupa a aquellas formas de miasis cutánea en las que la lesión simula a un forúnculo<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib4"><span class="elsevierStyleSup">4</span></a>. Las moscas cuyas larvas producen miasis foruncular pertenecen a especies de los géneros <span class="elsevierStyleItalic">Dermatobia</span> spp.<span class="elsevierStyleItalic">, Cordylobia</span> spp.<span class="elsevierStyleItalic">, Cuterebra</span> spp. y <span class="elsevierStyleItalic">Wohlfahrtia</span> spp. En la <a class="elsevierStyleCrossRef" href="#tbl1">tabla 1</a> se resumen algunos aspectos generales de las larvas productoras de miasis foruncular.</p><elsevierMultimedia ident="tbl1"></elsevierMultimedia><span class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle"><span class="elsevierStyleItalic">Dermatobia</span> sp.</span><p class="elsevierStylePara elsevierViewall">La <span class="elsevierStyleItalic">Dermatobia hominis</span> (mosca zumbadora) es el agente más común de miasis cutánea diagnosticada en viajeros que regresan a los Estados Unidos<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib5"><span class="elsevierStyleSup">5</span></a>. La mosca adulta mide de 12 a 15<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>mm y tiene la cabeza amarilla, un tórax azul y un abdomen azul metálico<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib1"><span class="elsevierStyleSup">1</span></a>. Se distribuye desde Méjico a Argentina y Chile, en zonas de humedad y temperatura relativamente elevadas. La mosca adulta de esta especie se encuentra activa durante todo el año, de modo que la infestación por sus larvas puede producirse en cualquier momento<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib6"><span class="elsevierStyleSup">6</span></a>. Aunque los humanos son los hospedadores más importantes, perros, monos y ovejas también pueden verse afectados<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib7"><span class="elsevierStyleSup">7</span></a>.</p><p class="elsevierStylePara elsevierViewall">El ciclo vital de la <span class="elsevierStyleItalic">D. hominis</span> es complejo. En general, la mosca deposita sus huevos sobre otro insecto, siendo éste el que transfiere el huevo al huésped (foresis). Los huevos entran normalmente en contacto con el huésped a través de la picadura de los mosquitos y moscas portadores<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib8"><span class="elsevierStyleSup">8</span></a>. Una vez en contacto con la piel, el calor del cuerpo del huésped hace que los huevos eclosionen y la larva penetra, entonces, a través de perforaciones cutáneas minúsculas, orificios foliculares o de la piel intacta<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib6"><span class="elsevierStyleSup">6</span></a>. Tras la penetración indolora de la larva, se desarrolla una pequeña pápula eritematosa que, después, adquiere un aspecto similar a un forúnculo nodular (<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fig1">fig. 1</a>). Un poro central permite el contacto con el aire y la respiración del insecto (<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fig2">fig. 2</a>). A través de este poro se observa, algunas veces, el polo caudal de la larva. Durante 5 a 10 semanas, la larva desarrolla su segundo y tercer estadio y entra más profundamente en la piel del huésped para constituir una especie de cavidad<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib9"><span class="elsevierStyleSup">9</span></a>. Cuando se encuentra lista la larva en su tercer estadio, que puede alcanzar los 24<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>mm de longitud, emerge hasta la superficie de la piel y cae al suelo donde se entierra y desarrolla durante 3 a 4 semanas para dar lugar a la forma adulta de la mosca que repite el ciclo vital<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib10"><span class="elsevierStyleSup">10</span></a>.</p><elsevierMultimedia ident="fig1"></elsevierMultimedia><elsevierMultimedia ident="fig2"></elsevierMultimedia><p class="elsevierStylePara elsevierViewall">Las molestias durante el estadio larvario pueden incluir picor, sensación de movimiento, dolor lancinante (normalmente nocturno) o una emisión serosanguinolenta<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib11"><span class="elsevierStyleSup">11</span></a>. Normalmente, las lesiones se resuelven rápidamente con pequeña o ninguna cicatriz tras la salida o eliminación de la larva<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib1"><span class="elsevierStyleSup">1</span></a>. Las complicaciones más importantes de la infestación por <span class="elsevierStyleItalic">D. hominis</span> son la sobreinfección bacteriana y el tétanos<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib12"><span class="elsevierStyleSup">12</span></a>. Sin embargo, la infección bacteriana es rara, en parte debido a que se producen jugos bacteriostáticos en el tubo digestivo de la larva. Se ha descrito una forma de miasis cerebral secundaria a una miasis cutánea por <span class="elsevierStyleItalic">D. hominis</span> desarrollada en las zonas que cubren las fontanelas cerebrales en recién nacidos y niños<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib1"><span class="elsevierStyleSup">1</span></a>.</p><p class="elsevierStylePara elsevierViewall">El diagnóstico es fundamentalmente clínico, con especial atención a la historia de viajes del paciente<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib13"><span class="elsevierStyleSup">13</span></a>. Si la larva está viva, puede ocurrir la formación de burbujas cuando la lesión se introduce bajo el agua. La ecografía puede ser rentable cuando el diagnóstico resulta dudoso<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib14"><span class="elsevierStyleSup">14</span></a>. La dermatoscopia se ha reconocido útil para el diagnóstico de <span class="elsevierStyleItalic">D. hominis</span> y otras formas de miasis foruncular<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib15"><span class="elsevierStyleSup">15</span></a>. La miasis foruncular por <span class="elsevierStyleItalic">D. hominis</span> puede confundirse con un quiste epidérmico inflamado<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib16"><span class="elsevierStyleSup">16</span></a>, la picadura de un artrópodo, un pioderma, una larva migrans cutánea o una leishmaniasis cutánea<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib1"><span class="elsevierStyleSup">1</span></a>. La tungiasis es más frecuente en los pies, donde la miasis foruncular no suele verse<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib12"><span class="elsevierStyleSup">12</span></a>.</p></span><span class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle"><span class="elsevierStyleItalic">Cordylobia</span> spp.</span><p class="elsevierStylePara elsevierViewall">Las tres especies del género <span class="elsevierStyleItalic">Cordylobia</span> (<span class="elsevierStyleItalic">C. ruandae, C. rhodhaini y C. antropophaga</span>) pueden producir miasis foruncular<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib17"><span class="elsevierStyleSup">17</span></a>. De ellas la <span class="elsevierStyleItalic">C. antropophaga</span> (mosca tumbu) es la que la causa más frecuentemente. La mosca adulta es marrón-rojiza, tiene puntos marrón o negro en el abdomen, dos bandas longitudinales en el tórax y mide de 6 a 12<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>mm<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib18"><span class="elsevierStyleSup">18</span></a>. <span class="elsevierStyleItalic">C. antropophaga</span>, descrita por Blanchard a finales del siglo XIX, ha sido tradicionalmente vinculada al África subsahariana, pero se ha descrito un caso adquirido en el continente europeo, concretamente en Portugal<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib19"><span class="elsevierStyleSup">19</span></a>. Es posible que exista también algún foco en la península arábiga. Las ratas salvajes son el principal hospedador, pero otros animales salvajes y domésticos pueden verse infestados<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib20"><span class="elsevierStyleSup">20</span></a>. El hombre puede verse afectado en áreas endémicas, independientemente de que se trate de zonas rurales o urbanas. El hecho por el que la infestación por esta larva sea más frecuente en niños que en adultos, puede deberse a la piel relativamente más fina de los niños y, posiblemente, debido a que los adultos desarrollan inmunidad tras exposiciones repetidas. La infestación puede ocurrir en cualquier momento del año<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib12"><span class="elsevierStyleSup">12</span></a>. Algunos estudios han propuesto una posible asociación según el sexo, siendo más común la <span class="elsevierStyleItalic">D. hominis</span> en mujeres y la <span class="elsevierStyleItalic">C. antropophaga</span> en varones. Sin embargo, estos datos no se han confirmado por series de pacientes más recientes y extensas (GeoSentinel Network)<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib21"><span class="elsevierStyleSup">21</span></a>.</p><p class="elsevierStylePara elsevierViewall">Las moscas se alimentan de sustancias de descomposición animal y excrementos, fundamentalmente<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib22"><span class="elsevierStyleSup">22</span></a>. La hembra adulta de <span class="elsevierStyleItalic">C. anthropophaga</span> pone tandas de 100 a 300 huevos normalmente en suelos arenosos que se encuentran contaminados por orina o heces de animales, así como en las ropas, normalmente aquellas que se extienden al aire libre para secar. Los huevos eclosionan en 2–4 días y el primer estadio de la larva resulta viable durante 2 semanas, mientras espera un hospedador. La larva penetra en la piel del hospedador que se ha tumbado en el suelo o puesto en contacto con ropa contaminada. El huésped no suele presentar síntomas por la penetración de la larva. A diferencia de la <span class="elsevierStyleItalic">D. hominis</span>, la larva de <span class="elsevierStyleItalic">C. anthropophaga</span> no penetra más profundamente en la piel<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib23"><span class="elsevierStyleSup">23</span></a>. Durante 1 a 2 semanas, se desarrollan su segundo y tercer estadio y la larva de 12 a 15<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>mm emerge en la piel, cae al suelo como pupa y se desarrolla a su forma imago<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib22"><span class="elsevierStyleSup">22</span></a>.</p><p class="elsevierStylePara elsevierViewall">Los síntomas cutáneos aparecen dentro de los 2 primeros días de infestación y pueden ir desde un calor moderado o un dolor intenso en la zona. El cuadro se puede acompañar de agitación o insomnio<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib22"><span class="elsevierStyleSup">22</span></a>. Las lesiones forunculares, con intensa reacción inflamatoria circundante, se desarrollan rápidamente en unos 6 días después del comienzo de los síntomas cutáneos. Los pacientes con múltiples puntos de infestación pueden presentar fiebre y linfadenopatías. Una vez alcanzado el estadio 3 larvario, el polo caudal puede verse en ocasiones a través del poro de penetración central y puede esconderse cuando se toca. Las lesiones pueden ser múltiples hasta dar lugar a grandes placas o forúnculos coalescentes. Las placas pueden exudar un líquido seroso.</p><p class="elsevierStylePara elsevierViewall">Dado que la infestación por esta larva es difícil de ver fuera de sus áreas endémicas, el diagnóstico es a veces un reto y el cuadro puede confundirse con el pioderma, el impétigo, el furúnculo por estafilococo, la leshmaniasis cutánea, la dracunculiasis, el herpes zoster, la mastitis o incluso el cáncer de mama, etc.</p></span><span class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle"><span class="elsevierStyleItalic">Cuterebra</span> spp.</span><p class="elsevierStylePara elsevierViewall"><span class="elsevierStyleItalic">Cuterebra</span> es una mosca azul, negra o rojiza, con pelo, de unos 30<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>mm de longitud. Los miembros del género <span class="elsevierStyleItalic">Cuterebra</span> infestan normalmente roedores, afectando al hombre sólo de forma accidental. Se distribuyen por toda Norteamérica, salvo en el altiplano de las montañas rocosas, y la mayor parte de las infecciones publicadas se han producido en el noroeste de los Estados Unidos<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib24"><span class="elsevierStyleSup">24</span></a>.</p><p class="elsevierStylePara elsevierViewall">La puesta de huevos de <span class="elsevierStyleItalic">Cuterebra</span> se produce, normalmente, en la proximidad de sus hospedadores habituales, y el ser humano adquiere la infestación a partir del contacto ocasional con los huevos. Una vez en contacto con el hospedador, los huevos eclosionan y el primer estadio larvario puede penetrar en el organismo a través de las membranas mucosas de la nariz, los ojos, la boca, el ano o directamente a través de la piel<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib25"><span class="elsevierStyleSup">25</span></a>. El desarrollo larvario tiene lugar durante el invierno. Las moscas adultas emergen el verano siguiente. Los detalles del ciclo biológico de la larva en humanos no se encuentran bien definidos porque las molestias locales normalmente hacen que se extraiga la larva de forma precoz. Casi todos los casos en humanos se producen de agosto a octubre<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib26"><span class="elsevierStyleSup">26</span></a>.</p><p class="elsevierStylePara elsevierViewall">La típica lesión foruncular por <span class="elsevierStyleItalic">Cuterebra</span> es una pápula eritematosa de 2 a 20<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>mm o un nódulo, con un poro central a través del que la larva respira. Esta se observa de forma ocasional aunque raramente a través de este poro. Puede producirse una emisión serosa, sanguinolenta o purulenta. Las lesiones son característicamente pruriginosas, pero pueden ser también hipersensibles o dolorosas. Algunos pacientes describen, como en otras formas de miasis foruncular, una sensación de movimiento dentro de la lesión<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib25"><span class="elsevierStyleSup">25</span></a>. El diagnóstico diferencial clínico es similar al de la miasis foruncular producida por larvas de otras especies de dípteros.</p></span><span class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle"><span class="elsevierStyleItalic">Wohlfahrtia</span> spp.</span><p class="elsevierStylePara elsevierViewall">Las moscas adultas del género <span class="elsevierStyleItalic">Wohlfahrtia</span> spp. miden de 10 a 15<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>mm de longitud (son el doble de grandes que las moscas domésticas). La <span class="elsevierStyleItalic">W. vigil</span> tiene el abdomen negro con puntos grisáceos<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib27"><span class="elsevierStyleSup">27</span></a>, mientras que la <span class="elsevierStyleItalic">W. opaca</span> suele tener un abdomen grisáceo con un punteado negruzco. Ambas tienen los ojos rojos<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib28"><span class="elsevierStyleSup">28</span></a>. Se cree que se alimentan de las flores y normalmente no entran en las casas por lo que la mayoría de las infestaciones se adquieren al aire libre. Las hembras de ambos géneros de moscas tienden a evitar la exposición solar directa, siendo más activas en zonas sombrías y a última hora de la tarde<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib29"><span class="elsevierStyleSup">29</span></a>. Se distribuyen fundamentalmente en América del Norte: la <span class="elsevierStyleItalic">W.opaca,</span> especialmente en el oeste y suroeste, mientras que la <span class="elsevierStyleItalic">W. vigil</span> ocupa más característicamente zonas del este y el centro de Norteamérica, si bien también se han encontrado focos en sur de Europa, Rusia y Pakistán.</p><p class="elsevierStylePara elsevierViewall">Las larvas (no los huevos) de ambas especies de moscas caen en la piel intacta del hospedador, penetran en ella y en unas 24<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>h forman una lesión similar a un forúnculo. Tras adquirir un tamaño superior a los 20<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>mm, el tercer estadio larvario abandona la piel tras 4 a 12 días, cae al suelo y pasa al estadio de pupa para continuar su metamorfosis. El diagnóstico diferencial clínico es similar al de otras formas de miasis foruncular<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib1"><span class="elsevierStyleSup">1</span></a>.</p></span></span><span class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle">Tratamiento</span><p class="elsevierStylePara elsevierViewall">La miasis foruncular es un proceso autolimitado en la mayoría de las ocasiones, y esto ha de tenerse en cuanta a la hora de aplicar un tratamiento, especialmente si éste es agresivo. En el manejo de la miasis foruncular pueden emplearse una o más modalidades de tratamiento incluyendo la oclusión, la extracción manual o los larvicidas. La oclusión priva a la larva de oxígeno. La extracción manual es una forma de tratamiento en todas las formas de miasis foruncular y todas las modalidades de tratamiento intentan conseguir este efecto. Los larvicidas son eficaces en algunas especies.</p><p class="elsevierStylePara elsevierViewall">Por lo general, en los países en vías de desarrollo tienden a emplear sistemas poco agresivos, como la oclusión. Por el contrario, en los países desarrollados, las técnicas quirúrgicas se emplean con mayor frecuencia, probablemente por la angustia que supone para el paciente y el médico una parasitación de la piel por moscas, lo que hace tomar medidas a veces demasiado drásticas a la hora de manejar estos procesos.</p><span class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle">Oclusión</span><p class="elsevierStylePara elsevierViewall">Las larvas que producen miasis foruncular requieren el contacto con el aire para la respiración. La aplicación tópica de una sustancia que bloquea la respiración del insecto puede matar directamente al insecto u obligarle a desplazarse hacia arriba en busca de aire, pudiendo así ser extraída manualmente<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib22"><span class="elsevierStyleSup">22</span></a>. La oclusión puede realizarse con distintas sustancias como grasa animal, parafina, aceite mineral, bacon, etc<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib30"><span class="elsevierStyleSup">30</span></a>. Estas sustancias, se colocan en el poro. La oclusión debe aplicarse durante más de 24<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>h para que resulte eficaz. La oclusión puede inducir la asfixia directa de la larva sin que salga hacia afuera. En este caso, se puede desarrollar una respuesta inflamatoria con la formación de un granuloma a cuerpo extraño que puede llegar a calcificarse<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib1"><span class="elsevierStyleSup">1</span></a>. La oclusión es menos efectiva en los estadios avanzados de infestación.</p></span><span class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle">Extracción manual de la larva</span><p class="elsevierStylePara elsevierViewall">Los métodos quirúrgicos para la extracción de la larva incluyen la inyección de anestesia local y la práctica de una pequeña incisión que amplíe el poro de la lesión (bien lineal o en forma de cruz) que permita la posterior extracción de la larva, normalmente mediante un fórceps (<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fig3">fig. 3</a>)<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib30"><span class="elsevierStyleSup">30</span></a>. La extracción completa es fundamental porque la permanencia de una parte de la misma puede ser suficiente para la inducción de una reacción inflamatoria grave (<span class="elsevierStyleItalic">D. hominis</span>). El tratamiento antibiótico profiláctico tras la extracción quirúrgica de la larva no se considera necesario si el paciente puede mantener una higiene adecuada<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib30"><span class="elsevierStyleSup">30</span></a>.</p><elsevierMultimedia ident="fig3"></elsevierMultimedia><p class="elsevierStylePara elsevierViewall">La infiltración con más de 2<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>cc de lidocaína bajo el nódulo foruncular de <span class="elsevierStyleItalic">D. hominis,</span> produciendo suficiente presión para impulsar a la larva hacia afuera ha resultado eficaz<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib30"><span class="elsevierStyleSup">30</span></a>. Se ha empleado un estractor de veneno de serpiente que succiona la larva y la extrae de forma sencilla.</p></span><span class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle">Larvicidas</span><p class="elsevierStylePara elsevierViewall">La ivermectina, una lactona macrocíclica antiparasitaria de amplio espectro, se ha empleado satisfactoriamente en las miasis. Si no es estrictamente larvicida, puede inducir la migración de la larva hacia la superficie de la piel. Una solución tópica de ivermectina al 10% se ha empleado para el tratamiento de la <span class="elsevierStyleItalic">D. hominis</span><a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib30"><span class="elsevierStyleSup">30</span></a>.</p></span></span><span class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle">Procesamiento de la larva para su identificación</span><p class="elsevierStylePara elsevierViewall">Tras le extracción, muchos laboratorios recomiendan matar la larva por medio de la inmersión de la misma durante 30 segundos en agua muy caliente (a más de 80 grados) pero no hirviendo, lo cual mantiene su color natural. A continuación, la larva debe preservarse en una solución de etanol al 70–95%. Este método es el que mejor preserva la larva (<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#fig4">fig. 4</a>). Si no está disponible la solución de etanol, el alcohol isopropílico puede emplearse en su lugar<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib30"><span class="elsevierStyleSup">30</span></a>.</p><elsevierMultimedia ident="fig4"></elsevierMultimedia></span><span class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle">Prevención</span><p class="elsevierStylePara elsevierViewall">La mayoría de las infestaciones se pueden evitar si se toman las precauciones adecuadas. En general, debe evitarse el contacto de las moscas responsables con la piel. El empleo de mosquiteras, insecticidas, repelentes y ropa adecuada son algunas recomendaciones básicas. Medidas básicas de higiene también resultan útiles para la prevención de la mayoría de las infestaciones<a class="elsevierStyleCrossRef" href="#bib30"><span class="elsevierStyleSup">30</span></a>.</p><p class="elsevierStylePara elsevierViewall">El conocimiento del ciclo biológico de la larva, permite también tomar medidas de prevención. Debe, por ejemplo, evitarse tomar el sol o dormir en lugares frecuentados por animales domésticos, especialmente si se viaja al África subsahariana para evitar la infestación por <span class="elsevierStyleItalic">C. antropophaga</span>. Es recomendable un planchado cuidadoso de la ropa que puede destruir la larva. Debería evitarse exhibir piel desnuda en zonas sombrías a última hora de la tarde, especialmente en áreas muy floridas de algunas regiones de Norteamérica, para evitar la infestación por <span class="elsevierStyleItalic">Wohlfahrtia</span> spp. En este sentido, y dado que este género de moscas no suele entrar en las viviendas, puede ser eficaz estar en casa en estos momentos del día. No obstante, estas medidas epidemiológicas son a veces difíciles de cumplir y es probablemente mejor el empleo de las recomendaciones preventivas señaladas en el párrafo anterior.</p></span><span class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle">Conflicto de intereses</span><p class="elsevierStylePara elsevierViewall">Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.</p></span></span>" "textoCompletoSecciones" => array:1 [ "secciones" => array:6 [ 0 => array:2 [ "titulo" => "Miasis foruncular" "secciones" => array:4 [ 0 => array:1 [ "titulo" => "Dermatobia sp." ] 1 => array:1 [ "titulo" => "Cordylobia spp." ] 2 => array:1 [ "titulo" => "Cuterebra spp." ] 3 => array:1 [ "titulo" => "Wohlfahrtia spp." ] ] ] 1 => array:2 [ "titulo" => "Tratamiento" "secciones" => array:3 [ 0 => array:1 [ "titulo" => "Oclusión" ] 1 => array:1 [ "titulo" => "Extracción manual de la larva" ] 2 => array:1 [ "titulo" => "Larvicidas" ] ] ] 2 => array:1 [ "titulo" => 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align="center" valign="\n \t\t\t\t\ttop\n \t\t\t\t" style="border-bottom: 2px solid black"><span class="elsevierStyleBold">Época del año</span> \t\t\t\t\t\t\n \t\t\t\t</td></tr></thead><tbody title="tbody"><tr title="table-row"><td class="td" title="\n \t\t\t\t\ttable-entry\n \t\t\t\t " align="" valign="\n \t\t\t\t\ttop\n \t\t\t\t"><span class="elsevierStyleItalic">Dermatobia hominis</span> \t\t\t\t\t\t\n \t\t\t\t</td><td class="td" title="\n \t\t\t\t\ttable-entry\n \t\t\t\t " align="center" valign="\n \t\t\t\t\ttop\n \t\t\t\t">América central y América del sur \t\t\t\t\t\t\n \t\t\t\t</td><td class="td" title="\n \t\t\t\t\ttable-entry\n \t\t\t\t " align="center" valign="\n \t\t\t\t\ttop\n \t\t\t\t">Otros insectos (foresis) \t\t\t\t\t\t\n \t\t\t\t</td><td class="td" title="\n \t\t\t\t\ttable-entry\n \t\t\t\t " align="center" valign="\n \t\t\t\t\ttop\n \t\t\t\t">Todo el año \t\t\t\t\t\t\n \t\t\t\t</td></tr><tr title="table-row"><td class="td" title="\n \t\t\t\t\ttable-entry\n \t\t\t\t " align="" valign="\n \t\t\t\t\ttop\n \t\t\t\t"><span class="elsevierStyleItalic">Cordylobia antropophaga</span> \t\t\t\t\t\t\n \t\t\t\t</td><td class="td" title="\n \t\t\t\t\ttable-entry\n \t\t\t\t " align="center" valign="\n \t\t\t\t\ttop\n \t\t\t\t">África subsahariana, Arabia \t\t\t\t\t\t\n \t\t\t\t</td><td class="td" title="\n \t\t\t\t\ttable-entry\n \t\t\t\t " align="center" valign="\n \t\t\t\t\ttop\n \t\t\t\t">Suelos arenosos con excrementos \t\t\t\t\t\t\n \t\t\t\t</td><td class="td" title="\n \t\t\t\t\ttable-entry\n \t\t\t\t " align="center" valign="\n \t\t\t\t\ttop\n \t\t\t\t">Todo el año \t\t\t\t\t\t\n \t\t\t\t</td></tr><tr title="table-row"><td class="td" title="\n \t\t\t\t\ttable-entry\n \t\t\t\t " align="" valign="\n \t\t\t\t\ttop\n \t\t\t\t"><span class="elsevierStyleItalic">Cuterebra</span> spp. \t\t\t\t\t\t\n \t\t\t\t</td><td class="td" title="\n \t\t\t\t\ttable-entry\n \t\t\t\t " align="center" valign="\n \t\t\t\t\ttop\n \t\t\t\t">Este de E.E.U.U. \t\t\t\t\t\t\n \t\t\t\t</td><td class="td" title="\n \t\t\t\t\ttable-entry\n \t\t\t\t " align="center" valign="\n \t\t\t\t\ttop\n \t\t\t\t">Proximidades de hospedadores habituales (roedores) \t\t\t\t\t\t\n \t\t\t\t</td><td class="td" title="\n \t\t\t\t\ttable-entry\n \t\t\t\t " align="center" valign="\n \t\t\t\t\ttop\n \t\t\t\t">Agosto-octubre \t\t\t\t\t\t\n \t\t\t\t</td></tr><tr title="table-row"><td class="td" title="\n \t\t\t\t\ttable-entry\n \t\t\t\t " align="" valign="\n \t\t\t\t\ttop\n \t\t\t\t"><span class="elsevierStyleItalic">Wohlfahrtia vigil</span> \t\t\t\t\t\t\n \t\t\t\t</td><td class="td" title="\n \t\t\t\t\ttable-entry\n \t\t\t\t " align="center" valign="\n \t\t\t\t\ttop\n \t\t\t\t">Norteamérica (centro y este), Rusia, Pakistán, sur de Europa \t\t\t\t\t\t\n \t\t\t\t</td><td class="td" title="\n \t\t\t\t\ttable-entry\n \t\t\t\t " align="center" valign="\n \t\t\t\t\ttop\n \t\t\t\t">Hospedador (zonas sombrías a última hora de la tarde) \t\t\t\t\t\t\n \t\t\t\t</td><td class="td" title="\n \t\t\t\t\ttable-entry\n \t\t\t\t " align="center" valign="\n \t\t\t\t\ttop\n \t\t\t\t">Junio-septiembre \t\t\t\t\t\t\n \t\t\t\t</td></tr><tr title="table-row"><td class="td" title="\n \t\t\t\t\ttable-entry\n \t\t\t\t " align="" valign="\n \t\t\t\t\ttop\n \t\t\t\t"><span class="elsevierStyleItalic">Wohlfahrtia opaca</span> \t\t\t\t\t\t\n \t\t\t\t</td><td class="td" title="\n \t\t\t\t\ttable-entry\n \t\t\t\t " align="center" valign="\n \t\t\t\t\ttop\n \t\t\t\t">Norteamérica (oeste y suroeste) \t\t\t\t\t\t\n \t\t\t\t</td><td class="td" title="\n \t\t\t\t\ttable-entry\n \t\t\t\t " align="center" valign="\n \t\t\t\t\ttop\n \t\t\t\t">Hospedador (zonas sombrías a última hora de la tarde) \t\t\t\t\t\t\n \t\t\t\t</td><td class="td" title="\n \t\t\t\t\ttable-entry\n \t\t\t\t " align="center" valign="\n \t\t\t\t\ttop\n \t\t\t\t">Junio-septiembre \t\t\t\t\t\t\n \t\t\t\t</td></tr></tbody></table> """ ] "imagenFichero" => array:1 [ 0 => "xTab209608.png" ] ] ] ] "descripcion" => array:1 [ "es" => "<p 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Autor para correspondencia
Servicio de Dermatología, Hospital Universitario de Salamanca, Salamanca, España