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Vol. 44. Núm. 172.
Páginas 81-104 (enero - marzo 2013)
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2017
Vol. 44. Núm. 172.
Páginas 81-104 (enero - marzo 2013)
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La migración de trabajadores calificados como un problema para lograr el desarrollo
Migration of Qualified Workers as an Obstacle to Development
La migration de travailleurs qualifiés comme un problème du développement
A imigração de trabalhadores qualificados como um problema do desenvolvimento
合格劳动力移民: 一个发展障碍
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2017
José Luis Hernández
* Docente-investigador de la Maestría en Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Zacatecas, México.
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Resumen

Los enfoques predominantes no dan respuesta satisfactoria a varias preguntas sobre la migración internacional de mano de obra calificada desde los países subdesarrollados hacia los desarrollados, sin embargo casi siempre acaban reconociéndola como problema. Este artículo propone una explicación a partir de la teoría de la acumulación, teniendo al monopolio del desarrollo de las fuerzas productivas por los países desarrollados como elemento explicativo central. Esto hace que la ley de población instaurada por el capital asuma características diferentes en ambos tipos de países, sin embargo, al mismo tiempo su funcionamiento en el nivel global permite dar respuesta a las paradojas y contradicciones del fenómeno, así como la formulación de propuestas para su redefinición y la superación del subdesarrollo, apoyadas además en las experiencias de varios países asiáticos.

Palabras clave:
migración calificada
desarrollo
subdesarrollo
ley de población
ejército de reserva
Abstract

Predominant approaches have not produced a satisfactory response to various questions regarding international labor migration from underdeveloped to developed countries. However, they almost always conclude that this dynamic is a problem. This article proposes an explanation based on the theory of accumulation, using the monopoly of developed countries on productive forces as a central explanation. This means that the law of population established by capital takes on different characteristics in these two types of countries. However, at the same time, its functioning on a global level provides an answer to the paradoxes and characteristics implicit to this phenomenon, and proposes a way to redefine them and overcome underdevelopment. These answers are also supported by the experience of various Asian countries.

Key Words:
qualified migration
development
underdevelopment
law of population
reserve army
Résumé

Les approches prédominantes ne donnent pas de réponse satisfaisante à plusieurs questions sur la migration internationale de main d'œuvre qualifiée depuis les pays sous-développés vers les développés, néanmoins elles finissent presque toujours par reconnaître que c'est un problème. Cet article propose une explication à partir de la théorie de l'accumulation, en prenant pour élément explicatif central le monopole de développement des forces de production détenu par les pays développés. Il en découle que la loi de peuplement instaurée par le capital assume des caractéristiques différentes dans les deux types de pays, cependant, dans le même temps, son fonctionnement au niveau mondial permet de répondre aux paradoxes et contradictions du phénomène, ainsi que de formuler des propositions pour sa redéfinition et le dépassement du sous-développement, appuyées qui plus est sur les expériences de plusieurs pays asiatiques.

Mots clés:
migration qualifiée
développement
sous-développement
loi de peuplement
armée de réserve
Resumo

Os enfoques predominantes não dão resposta satisfatória a várias perguntas sobre a migração internacional da mão-de-obra qualificada desde os países subdesenvolvidos para os desenvolvidos, porém quase sempre acabam reconhecendo-a como problema. Esse artigo propõe uma explicação a partir da teoria da acumulação, tendo o monopólio do desenvolvimento das forças produtivas pelos países desenvolvidos como elemento explicativo central. Isto faz com que a lei de população instaurada pelo capital assuma características distintas em ambos os países, no entanto, ao mesmo tempo, seu funcionamento a nível global permite dar resposta aos paradoxos e contradições do fenômeno, assim como a formulação de propostas para sua redefinição e a superação do subdesenvolvimento, apoiadas ademais nas experiências de vários países asiáticos.

Palavras-chave:
imigração qualificada
desenvolvimento
subdesenvolvimento
lei de população
exército de reserva
摘要

关于发展中国家向发达国家劳动力移民的诸多问题, 现有主导的研究框架 并未能给出令人满意的解答。然而, 这些研究的结论总是把它视为一个问 题。本文以积累理论为基础提出了一个研究框架, 把发达国家生产劳动力 的垄断看作为中心解释变量。 由资本决定的人口规律在两类不同性质的国 家中呈现出不同特征。然而, 它在全球层次上的作用对这些问题做出了一 个解答, 并建议重新定义, 超越欠发达。 这些解答得到了亚洲国家的经验 支持。

关键词:
合格移民
发展
欠发
人口规律
储备军
Texto completo
Introducción

La migración internacional de trabajadores calificados de los países subdesarrollados hacia los desarrollados, ha significado para nuestra región un fenómeno de gran importancia. Su explicación puede ser abordada desde la teoría de la acumulación, a partir del conocimiento de la ley de población que instala el capital y partiendo de que la expansión de las fuerzas productivas sobre las cuales se basa la acumulación en los países subdesarrollados se lleva a cabo en el exterior. Para efectos de reforzar nuestra explicación, se recurre al caso de México, sin llegar a constituir, no obstante, un análisis exhaustivo de este país.

Siguiendo las aportaciones de Víctor Figueroa (1986), en este artículo el desarrollo se entiende como expansión de las fuerzas productivas objetivas y subjetivas, que resulta de la combinación e interacción de las mismas, siendo el factor decisivo las fuerzas subjetivas, en especial la ciencia aplicada a la producción. Esta expansión es creación humana y es, esencialmente, sistemática y organizada.

Para llegar a ello, el capitalismo requirió separar en la fábrica el trabajo científico del trabajo inmediato, el trabajo de la mente, del trabajo de la mano. Fue precisa una nueva división del trabajo, el avance del conocimiento científico se convirtió en una condición necesaria del capital para la obtención de ganancia; la ciencia aplicada a la producción es condición ineludible de la acumulación, e indiscutibles su complejidad y magnitud crecientes.

La separación del trabajo científico respecto del trabajo inmediato da cuenta de una relación de capital desarrollada; la ausencia de tal separación indica una relación de capital subdesarrollada. Los países que lograron la separación creando laboratorios, talleres de progreso, son los países desarrollados; aquéllos donde no se ha dado tal separación son los subdesarrollados. La acumulación en éstos se lleva a cabo principalmente con productos del trabajo científico generado en aquéllos. La expansión de las fuerzas productivas constituye el fundamento de la producción, y en el caso de los países subdesarrollados dicho fundamento se encuentra en el exterior.

Donde se da la expansión de las fuerzas productivas el Estado juega un rol crucial, como facilitador y ejecutor de trabajo científico, en cooperación estrecha con la burguesía e instituciones de educación superior. Una parte de los recursos que constituyen el fondo social en arcas del Estado es usada para ello, es capital en tanto contribuye a la valorización. En consecuencia, el Estado es un factor interno al proceso de acumulación y expansión de las fuerzas productivas; le es consustancial.

Además, a través de políticas de inmigración selectivas, los Estados de los países desarrollados ponen a disposición de sus sectores productivos los perfiles de personal calificado extranjero adecuados a sus necesidades de crecimiento; sin recurrir a elevados costos terminan subsidiando, de esta forma, y con cargo a los países de origen, al capital local y sus trasnacionales.

Simultáneamente, en los países subdesarrollados la acumulación transcurre sobre la base de productos del trabajo científico elaborados en los países desarrollados; ello implica compras sin venta, transferencias unilaterales de recursos que generan condiciones favorables para que ocurra la migración de personas con altos niveles de calificación. La condición de subdesarrollo explica que la formación científica y tecnológica en estos países aparezca como un proceso incompleto, por la ausencia de creación e innovación científica aplicada a la producción. La migración internacional de personal calificado desde los países subdesarrollados hacia los desarrollados es un escollo para éstos porque, además de implicar transferencia de los recursos que se invirtieron en educar a estas personas, conlleva la pérdida de personal especialmente creativo e innovador que, bajo otras condiciones, podría ser aprovechado en los países de origen. Así, en materia de desarrollo científico y tecnológico, las brechas entre uno y otro tipo de países se ensanchan.

Nuestra discusión sobre estas cuestiones se divide en cinco apartados; el primero trata del impacto que el monopolio de la expansión de las fuerzas productivas por los países desarrollados ha tenido sobre la migración calificada para los países subdesarrollados y cómo esta movilidad laboral asume formas diferentes en unos y en otros, situación que tiende a cambiar en aquellos países que han cuestionado la dependencia científico-tecnológica. En el segundo apartado se exponen los elementos teóricos centrales del funcionamiento de la ley de población que instaura el capital a nivel global, mientras en el tercero se da cuenta de la forma como lo hace en los países subdesarrollados, que permite notar la tendencia en el capitalismo a formar una sobrepoblación consolidada que aplica lo mismo para la fuerza de trabajo no calificada como la calificada. El cuarto apartado alude a las contradicciones, surgidas a raíz de la condición de subdesarrollo, en una gran proporción de la fuerza laboral con estudios superiores que se presentan como grandes paradojas: aparece como exceso en el mundo subdesarrollado en tanto fuerza laboral calificada y en los países desarrollados como fuerza laboral activa o relativa, pero se presenta como lo hace la fuerza de trabajo no calificada. Un último apartado discute acerca de la posibilidad de superar el subdesarrollo y la redefinición de las formas de la migración calificada tomando como ejemplos a varios países asiáticos. Finalmente se ofrecen algunas conclusiones.

Monopolio del desarrollo de las fuerzas productivas y migración calificada

Según información de Goldin y Reinert (2006: 225 y 226), en los últimos años la recepción de migrantes internacionales “con destrezas” se ha concentrado en Estados Unidos (34%), Reino Unido (14%), Canadá (14%), Australia (7%) y Japón (4%); e igual proporción de personas que estudian en el extranjero se dirigió principalmente hacia Estados Unidos (29%), Reino Unido (14%), Alemania (12%), Francia (9%) y Australia (7%). Es decir, sólo siete países concentran a más del 70% de los inmigrantes calificados y de los estudiantes en el extranjero. Aunque no son precisamente lo mismo, las cifras presentadas sugieren que ambos fenómenos podrían estar estrechamente relacionados.

¿Por qué se dirigen mayoritariamente a esos países y no a otros? Enrique Oteiza había elaborado su hipótesis del “diferencial de preferencia” para explicar el destino de los flujos, donde los factores más importantes son los siguientes: “a) ‘diferencial de ingreso’, b) ‘diferencial de apoyo logístico’ (diferencia en los medios disponibles para realizar la tarea profesional), c) ‘diferencial de reconocimiento profesional’ (se refiere al reconocimiento y prestigio del trabajo intelectual o profesional) y d) un factor residual que incluye diferencias en la situación política, universitaria, nivel de represión o discriminación ideológica, etcétera” (Pellegrino, 2001: 21). Pero suponiendo que estos factores aún existan en la actualidad, del mismo modo podría preguntarse por qué en aquellos países se encontrarían todos esos atractivos.

Una explicación de la migración de estudiantes y trabajadores calificados de los países subdesarrollados hacia los desarrollados podría encontrarse en el hecho de que, como sostiene Figueroa (2001: 11): “El desarrollo de las fuerzas productivas está ubicado en el exterior”. Históricamente los países desarrollados han monopolizado el desarrollo de la tecnología y el conocimiento científico aplicados a la producción, y los países subdesarrollados se han integrado a la explotación capitalista de forma subordinada, no pueden prescindir de la industrialización, pero incursionaron en ella basados en las fuerzas productivas diseñadas y creadas en los países desarrollados. Cualesquiera sea la fase y forma que toma la acumulación en los países subdesarrollados, siempre depende del trabajo general que únicamente se crea en los países desarrollados (Figueroa, 1986). Es comprensible que éstos no quieran perder el monopolio del mismo, que se despliega en sus universidades, empresas y clúster industriales, porque es garantía de transferencia de valor desde los países subdesarrollados.

De ahí se explica el celo con el cual las grandes empresas protegen sus inventos y los explotan al máximo amparadas en el registro de patentes, más precisamente las empresas trasnacionales cuyas matrices se encuentran en los países desarrollados.

Desde esta perspectiva el monopolio de la investigación científica y tecnológica aplicada a la producción es el elemento explicativo de la migración de trabajadores con las más altas especializaciones y de estudiantes que son reclutados por las empresas trasnacionales y las universidades de los países centrales.

En esto el Estado juega un rol fundamental: disposiciones e instrumentos específicos son utilizados para allegarse estacional o permanentemente las cantidades de migrantes calificados con los perfiles que requiere el proceso de acumulación. Las visas especiales son parte de ello, por ejemplo la Blue Card en la Unión Europea y la Visa H-1B en Estados Unidos, por medio de las cuales establecen cuotas anuales de ingreso que varían según las necesidades de la economía. La orientación del gasto estatal en educación superior forma parte de las estrategias, prestando más atención a unas profesiones que a otras. Por ejemplo, un estudio de la Organización Panamericana de la Salud (ops, 2006: 155) recuerda que:

Un aspecto fundamental es el de la formación de recursos humanos. Entre 1985 y 1994, los 27 países que constituyen la Organisation for Economic Co-operation and Development (oecd) incrementaron la formación en las escuelas médicas en un promedio de 26%. Sin embargo, en el Reino Unido, Estados Unidos de N. A. y Canadá, el incremento fue sólo de 14%, 10%, y 18%, respectivamente, siendo el déficit cubierto por médicos graduados en el extranjero.

De esta manera el Estado contribuye al abastecimiento de fuerza de trabajo barata que no se encuentra en el país o de la cual se tiene déficit, favoreciendo la reducción de costos de la economía en su conjunto y de las empresas en particular, mejorando los niveles de competitividad. En algunos casos son trabajadores que para desempeñarse no requieren mayores costos de actualización o súper especialización, y en otros se trata de personas con capacidades y destrezas sobresalientes para ser desarrolladas en las universidades de los países centrales y hacer frente a demandas específicas. Estudiantes, médicos, enfermeras, profesores, matemáticos, ingenieros del software, analistas de sistemas, programadores de computación, arquitectos, químicos, contadores, físicos, etcétera, son reclutados sin tener en cuenta las necesidades de los países de origen. Por ejemplo, un funcionario del Banco Mundial (Leipziger, 2008: 1) reconoce que: “La competencia global por talento técnico ha llevado a la creación de visas especiales para estimular la inmigración de profesionistas con alta calificación en Australia, Austria, Francia, Alemania, Reino Unido, Estados Unidos y otros paises”.

La importancia otorgada a la ciencia y tecnología en estos países es incuestionable, así por ejemplo, las universidades y empresas trasnacionales de los países desarrollados cuentan con tres tipos de empleados, según Brown, Lauder y Ashton (2011: 84):

Dividieron su personal entre jugadores A, B y C. Los jugadores de tipo A se consideraron cruciales para el futuro de la compañía. Se hace cualquier esfuerzo para retener este grupo a través de abundantes compensaciones, nombramientos importantes y desarrollo profesional. ‘Tienes que concluir que esa gente es nuestro futuro, y si son jugadores de tipo A o personas con alto potencial en la organización, es la gente a la cual pagamos, tú sabes, lo que sea’. Los jugadores de tipo B son el motor de la empresa; consiguen resultados, se les debe tratar con dignidad y pagar un salario competitivo. Incluye talento en ingeniería con amplia experiencia, pero, ‘generalmente es gente que no quiere llevar la carga’. Los jugadores de tipo C son los de bajo rendimiento. ‘No ves un jugador de tipo C en esta organización por mucho tiempo; puedes mejorar su rendimiento o despedirlos’. No invierten mucho tiempo en la preparación de este tipo de jugadores porque el problema no es visto como una carencia de destrezas, sino de actitudes, compromiso y compañerismo.

Obtener las máximas ganancias y sostenerse en la lucha por la competitividad exige a las empresas trasnacionales contar con los perfiles de trabajadores adecuados, así deba adquirirlos del extranjero. Brown, Lauder y Ashton (2011: 87), en un estudio realizado sobre 38 compañías que se ubicaban entre las 100 más grandes del mundo (excluye a las del sector financiero) en el periodo 1995–2007, encontraron que: “la proporción de trabajadores extranjeros se incrementó de 47.5 a 60.1”.

No obstante, los Estados de los países desarrollados han privilegiado, según distintos momentos, ciertos perfiles y orígenes del personal calificado, no sólo por motivos económicos, sino también políticos, religiosos y culturales. Por ejemplo, a través de la Visa H-1B los Estados Unidos han privilegiado el ingreso de indios y chinos, y después de los acontecimientos de septiembre de 2001 en Nueva York, han restringido la entrada de los provenientes de países árabes. De las visas H-1B otorgadas en el año 2002, Sahay (2009: 103) encontró que:

El típico beneficiario de la H-1B fue: nacido en la India, treinta años de edad, con grado de licenciatura, que trabajaba en una ocupación relacionada con la informática y que percibe un ingreso anual de 53,000 dólares. Además, 24% de los beneficiarios nacieron en la India, tenían un grado de licenciatura o de maestría y trabajaron en una ocupación relacionada con la informática. De manera interesante, antes de los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos, fueron 41% correspondientes al año fiscal 2001. Asimismo, los beneficiarios que continúan en el estatus de la H-1B tenían un año más de edad y percibían 15,000 dólares más al año que los beneficiarios típicos.

Por lo demás, los acontecimientos de septiembre de 2001 también se reflejaron claramente en los datos que presenta la autora, donde destaca el crecimiento en el número de los procedentes de México (único país latinoamericano entre los diez principales países de origen) admitidos por medio de la visa H-1B de 3,082 en el año 2002 a 17,917 en el año 2004, mientras baja el de los paquistaníes de 3,810 a 2,443, respectivamente (Sahay, 2009: 103). Es decir, habiendo sido otorgadas cantidades similares de visas a paquistaníes y mexicanos en el año 2002, sólo dos años después las de aquéllos se redujeron y las de éstos aumentaron de forma espectacular.

Por otra parte, el trato que a los países subdesarrollados dan las empresas trasnacionales que están creando ciencia y tecnología difiere del que dan a los países desarrollados. Según Gutiérrez (2006: 57), cuando una filial o subsidiaria de una firma transnacional se instala en un país diferente al de su origen requiere de “fuerza de trabajo especializada y una estructura de servicios e integra en su entorno a empresas proveedoras no necesariamente de la región” sobre todo en los países subdesarrollados, donde:

…por lo general, no existen ni las aglomeraciones industriales que permitan la transferencia de conocimiento y tecnología, ni un numeroso grupo de empresas locales que tengan capacidad para integrarse a la red como proveedoras, [lo que] propicia que la instalación de una et en una región determinada venga acompañada de empresas proveedoras de primera y segunda serie, originarias de su país o de otros países desarrollados que sean proveedores mundiales y entre los que existe una relación muy estrecha, apoyada básicamente en el conocimiento y la experiencia del trabajo conjunto.

De este modo, la instalación de una filial en un país subdesarrollado lleva consigo la movilidad o circulación de trabajadores calificados que se requieren con la implantación de ella misma y de las empresas proveedoras de primera y segunda serie, como mínimo.

Así, la condición de subdesarrollo, es decir, la ausencia de la generación de tecnología y conocimientos aplicables a la producción en los países como México, necesariamente se traduce en problemas para generar empleos bien remunerados para los sectores de trabajadores con más elevados niveles de calificación. Además, es origen y consecuencia a la vez de que no se dé una estrecha cooperación entre las universidades y los sectores productivos en desarrollo científico propio. La aparición de excedentes de profesionistas es un resultado ineludible.

Sin embargo, los excedentes laborales de personas con niveles profesionales en los países desarrollados provenientes de los subdesarrollados pueden explicarse por diferentes causas estrechamente relacionadas entre sí, de las cuales cabe destacar que la mayoría fueron preparados para desempeñarse en las actividades del país de origen pero no necesariamente en el de destino. Además, en este respecto el dominio del idioma del país hacia el cual se dirigen es un factor importante.1

También, la composición del capital en el país de destino ha estado aumentando a tal grado que pueden existir sectores en los cuales ya están sobrando trabajadores, es decir, ya existe un ejército de reserva propio para este tipo de fuerza de trabajo, que a su vez se está traduciendo en bajos salarios, al menos tal vez en los trabajadores de tipo B a los que se hacía mención, porque a los de tipo A se les paga “tú sabes, lo que sea”. Por ejemplo, nuevamente Brown, Lauder y Ashton (2011: 26): “En 1970, los directores ejecutivos de las 100 compañías de la revista Fortune en los Estados Unidos percibieron 39 veces más que el promedio de los trabajadores; a finales de los años noventa, se había incrementado en 1,000 veces respecto al pago de los trabajadores ordinarios”. La guerra de talentos se ha desplazado a las más altas especializaciones, disminuyendo los salarios en los trabajadores de medias y bajas calificaciones.

Por otra parte, en los países de destino se ha dado una fuerte salida de inversiones hacia otros países, especialmente a los asiáticos, en los cuales aprovechan los bajos salarios para obtener mayor competitividad en el concierto internacional. Un testimonio recogido por Brown, Lauder y Ashton (2011: 50):

Un fabricante de automóviles con sede en Detroit nos dijo: ‘Si me hubieran preguntado hace 5 años, habría dicho que las destrezas probablemente aún estaban en las economías avanzadas, pero pienso que esto está cambiando muy rápidamente’. Asimismo, pronto entendió cómo ello estaba transformando las relaciones entre calidad y costo. ‘La ventaja desde nuestra perspectiva es que pagas a esos tipos entre 12,000 a 15,000 dólares por año, en comparación, digamos, con un ingeniero europeo o estadounidense, entre 75,000 a 95,000 dólares, más un conjunto de beneficios adicionales’.

Esto tendría que manifestarse necesariamente en caída del empleo y los salarios en los países desarrollados.

Mientras tanto en varios países asiáticos hace tiempo comprendieron que la salida del subdesarrollo implicaba la superación de la relación que lo hace tal, es decir, entendieron que debían generar conocimientos y tecnología de punta. Han logrado destacados avances en la materia, renegociando su posición en el concierto internacional y jugando un rol diferente en la migración calificada que se ha traducido en aumentos en las tasas de retorno, como respuesta a políticas de Estado concretas para aprovechar sus diásporas. Al respecto, una funcionaria de la Organización Mundial de las Migraciones (Norza, 2009: 8–9) recomendaba:

Se deben investigar muchas situaciones y en este tema que nos interesa, aclarar el por qué otras áreas del mundo crecieron en el desarrollo científico y tecnológico y conocer las políticas aplicadas para el retorno de su mano de obra altamente calificada, entre ellas políticas de estímulo y protección con la intervención del Estado y el sector privado, aplicando el concepto de brain gain o recuperación de recursos humanos calificados. Es ineludible también investigar las políticas de Estado desarrolladas en regiones como el Asia utilizadas para regular y ordenar la tenencia de excedentes de recursos humanos calificados. Países como Filipinas, Pakistán, India, China, Corea han logrado un crecimiento económico a merced de políticas adecuadas en el manejo de sus recursos.

En ese marco es comprensible que a medida que esos países han ido consolidando su sector de ciencia y tecnología la migración calificada se ha atenuado o bien ha cobrado más la forma de intercambio de trabajadores calificados y de estudiantes. “Hay aproximadamente 10,000 estadounidenses estudiando en universidades chinas”. (Brown, Lauder y Ashton, 2011: 45). En cambio en los países latinoamericanos este tipo de migración ha representado primordialmente la forma de drenaje.

Ley de Población del capitalismo y migración calificada

La explicación que aquí se ofrece sobre los procesos subyacentes a la migración internacional parte del análisis de la ley de población que instaura el capital, cuya dinámica conlleva al aumento progresivo de la cantidad de productos en calidad de medios de producción que se enfrentan al obrero en la forma de capital. Marx lo asentó claramente:

En los más diversos tipos económicos de sociedad, nos encontramos no sólo con la reproducción simple, sino también, aunque en diferente proporción, con la reproducción en escala ampliada. La producción y el consumo van aumentando progresivamente, aumentando también, como es lógico, la cantidad de productos convertidos en medios de producción. Pero este proceso no presenta el carácter de acumulación de capital, ni por tanto el de función de capitalista, mientras no se enfrentan con el obrero en forma de capital, sus medios de producción y, por consiguiente, su producto y sus medios de vida (1959, 504, T.I, cursivas en el original).

Esto significa que en el devenir del capital la población obrera crea los medios para su propio exceso en relación a las necesidades del capital. Dicho de otra manera, la tendencia del capital es a propagarse y a modificar la proporción entre sus componentes reduciendo la parte que se destina a la compra de fuerza de trabajo. En unas notas Marx (1989: 309) señalaba: “es claro que si las condiciones objetivas de la producción obtenidas de la circulación por el capital, se mantienen idénticas en lo tocante al valor, es decir que en el mismo cuanto de valor de uso se objetiva el mismo cuanto de trabajo, se podrá gastar en trabajo vivo una parte menor del capital, o sea que se modificará la proporción entre los componentes del capital” (cursivas en el original).

El capital, considerado individualmente, tiene que adelantar cada vez menos proporción en la compra de fuerza de trabajo y más en la compra de medios de producción o de lo contrario sucumbe ante los demás capitales. Todos están determinados por la lógica de la ganancia y asimismo todos hacen la tendencia a la baja en la compra de la mercancía fuerza de trabajo, de tal manera que se forma “una población obrera excesiva para las necesidades medias de explotación del capital, es decir, una población obrera remanente o sobrante” (Marx, 1959: 533, T.I, cursivas en el original).

Pero los adelantos del capital no sólo siguen una tendencia a cambiar en la proporción a favor del capital constante, es decir, no sólo hay cambios en la cantidad, sino también de tipo cualitativo, porque deben ser medios de producción que potencian cada vez más la productividad de la fuerza de trabajo, esto es, mejores máquinas, herramientas, esquemas, formas organizacionales, etcétera, que son acompañados a su vez por cambios en la composición del tipo de fuerza de trabajo que se contrata, con la tendencia a una mayor diferenciación entre trabajadores, perfilándose con mayor claridad un cada vez más pequeño sector de trabajadores altamente calificados que se hace cargo del desarrollo científico-tecnológico, mantenimiento especializado de maquinaria, equipo y herramientas, etcétera, y por el otro un sector de trabajadores con bajas calificaciones, más numeroso, pero que igualmente no escapa a la tendencia a la baja en su número.

Respecto a la población obrera que se encuentra fuera del proceso de producción, esto es, la población obrera excesiva, Marx destaca que ella:

…se convierte a su vez en palanca de la acumulación del capital, más aún, en una de las condiciones de vida del régimen capitalista de producción. Constituye un ejército industrial de reserva, un contingente disponible, que pertenece al capital de un modo tan absoluto como si se criase y mantuviese a sus expensas. Le brinda el material humano, dispuesto siempre para ser explotado a medida que lo reclamen sus necesidades variables de explotación, e independiente, además, de los límites que pueda oponer el aumento real de población” (1959: 535, T. I, énfasis en el original).

En la teoría de Marx esta población obrera excesiva tiene un carácter relativo porque el capital la necesita en la medida que lo exigen sus “necesidades variables de explotación”, puesto que en el transcurso de la acumulación existen “periodos de animación media, producción a todo vapor, crisis y estancamiento [y la acumulación] descansa en la constante formación, absorción más o menos intensa y reanimación del ejército industrial de reserva o superpoblación obrera” (Marx, 1959: 535, T. I).

Esto significa que, independientemente del aumento natural de la población, el capital tiene a su disposición la fuerza de trabajo que imprime dinamismo a la acumulación, sea porque se encuentra activa o bien inactiva presionando sobre las condiciones de trabajo, grado de explotación, los niveles salariales y la capacidad de negociación de la clase obrera en activo. Los grados en que esto sucede corresponden a la expansión o contracción del ejército de reserva que a su vez obedecen a la periodicidad de la industria.

Es decir, el movimiento del ejército de reserva está supeditado al movimiento del capital y no éste a los movimientos absolutos del censo de población (Marx, 1959: 540 y 541, T. I). Esto es, la magnitud del ejército de reserva depende de la magnitud y composición de los adelantos o inversión que efectúa el capital, los cuales dependen a su vez del nivel de la tasa de ganancia. Igual acontece con los niveles salariales, dependen también del ritmo de la acumulación, del grado en que el capital, a través de la inversión, absorbe o alimenta al ejército de reserva, combinado con el valor de la fuerza de trabajo, afectado por variables económicas, históricas, culturales y geográficas.

Ésta es la forma como funciona en términos generales la ley de población del capitalismo, pero es de esperarse que en una etapa avanzada se forme además una “superpoblación consolidada” que sobra a las necesidades de valorización del capital, dado que “el rápido desarrollo de los medios de producción y de la productividad del trabajo, así como de la población productiva, se trueca, capitalísticamente, en lo contrario: en que la población obrera crece siempre más rápidamente que la necesidad de explotación del capital” (Marx, 1959: 546, T. I, cursivas en el original).

Ley de población del subdesarrollo y excedentes absolutos de población

El capitalismo no ha transcurrido de manera normal, homogénea, sino de forma diferenciada en los diferentes países del orbe, configurándose a raíz de esa diferenciación las relaciones imperialistas mediante las cuales unos son sometidos por otros. En los países desarrollados se dio la separación entre, por un lado, el trabajo inmediato, esto es, el trabajo manual, operario y ejecutor de las actividades al interior del proceso productivo y, por el otro, el trabajo científico generador de inventos, procesos e innovaciones aplicables al proceso productivo, esto es, el trabajo general. Pero en los países subdesarrollados esta separación no tuvo lugar y es precisamente eso lo que les confiere el carácter de países subdesarrollados (Figueroa, 1986).

Estos países tienen industria y ejecutan la explotación capitalista fundamentalmente a través del plusvalor relativo, pero no lo hacen con tecnología y métodos generados por ellos mismos.

Al adquirir los productos del trabajo general en los países desarrollados, los países subdesarrollados efectúan transferencias netas de valor porque este tipo de compras no tienen contrapartida, son compras sin ventas. Ésta es una dinámica interminable debido a que la acumulación en el subdesarrollo necesita constantemente la introducción de mejoramientos al proceso productivo por medio de nueva maquinaria o eficientes esquemas de aplicación de la existente, novedosos procesos y diseños de organización, administración y coordinación, etcétera. La historia de la región latinoamericana y de México en particular demuestra cómo a medida que se dinamiza la producción, la importación del tipo de productos mencionados también aumenta, poniendo en entredicho el ritmo de crecimiento y sus alcances sociales.

Entre las consecuencias de las transferencias de valor, interesa resaltar la disminución de la capacidad de inversión en los países subdesarrollados y el incremento en los desarrollados más allá de los límites de un desarrollo normal del capitalismo, lo cual merma la capacidad para generar empleo en los países subdesarrollados y lo incrementa en los desarrollados más allá de los límites normales, conformando una sobrepoblación absolutamente redundante en los países subdesarrollados que no tiene cabida en la esfera de la producción capitalista, y por lo tanto sobra desde la perspectiva del capital local. La generación de empleo por encima de los límites normales en los países desarrollados, debido a la capacidad de inversión sobreaumentada, hace que el ejército industrial de reserva no adquiera magnitudes absolutas sino relativas, y en niveles tales que permiten salarios comparativamente altos respecto a los que prevalecen en el subdesarrollo.

Todo lo anterior conforma las condiciones para que ocurra la migración desde los países subdesarrollados hacia los desarrollados, confirmando la terquedad de la teoría general, ya que la ley de población opera a nivel mundial porque la sobrepoblación absoluta de los primeros aparece como sobrepoblación relativa en el nivel internacional, y la migración internacional viene a ser un mecanismo de ajuste de los desequilibrios que se presentan en las naciones desarrolladas y las subdesarrolladas en relación a la magnitud de la sobrepoblación.2

La migración de trabajadores calificados adquiere un carácter particular, porque al no existir en los países subdesarrollados los talleres de progreso, esto es, los espacios y condiciones para desarrollar investigaciones e innovaciones aplicables al proceso productivo, los países desarrollados, en cambio, dada su capacidad de inversión sobreaumentada, tienen un mayor potencial para atraer a este tipo de trabajadores, especialmente a los mejores, truncando aún más las posibilidades de los países subdesarrollados para impulsar su propio desarrollo. Esto significa que paralelamente a las transferencias de valor por concepto de la compra de los productos del trabajo general se transfieran también desde el subdesarrollo hacia el desarrollo los recursos invertidos en los países subdesarrollados para educar a este tipo de trabajadores. Ello refuerza la prevalencia del subdesarrollo y, en consecuencia, las condiciones para que siga ocurriendo la migración.

Además, no todos los trabajadores calificados que emigran hacia los países desarrollados se insertan en talleres de progreso. En realidad se ha venido observando que parte de ellos van a desempeñarse en servicios especiales, como por ejemplo la salud y la educación, o a ejecutar tareas que requieren ciertos grados de capacitación, como operarios de ciertas maquinarias o ejecutores de procesos, o bien, como es el caso de la mayoría, se insertan en actividades que no tienen ninguna relación con su actividad profesional, pero el incentivo de un mejor salario que en el país de origen es suficiente para provocar el desplazamiento; en realidad es el principal motivo para la mayoría de los que migran, dado que en los países desarrollados es mayor el valor de la fuerza de trabajo. También el desempleo y el empleo precario en el país de origen son variables fundamentales a tener en cuenta a la hora de estudiar el fenómeno de la migración internacional.

La ley de población que descubrió Marx funciona en el ámbito global, es decir, en el capitalismo considerado como una totalidad, pero a nivel de regiones funciona de manera diferenciada, con los países desarrollados que encuentran problemas para formar un ejército de reserva, y los subdesarrollados que cuentan con excedentes de población que rebasan las necesidades de valorización del capital local. En ese marco se dan las condiciones propicias para potenciar la migración internacional desde los países subdesarrollados hacia los desarrollados.

Sin embargo, la tendencia del capital a incrementar la parte destinada a la compra de medios de producción y ahorrar fuerza de trabajo tendría que llegar a un punto en el cual los países desarrollados hubieran formado su propio ejército de reserva, como parece que está sucediendo.

Paradojas y exceso de fuerza de trabajo calificada en el subdesarrollo

A estas alturas el capitalismo parece haber llegado a una fase en la cual una parte de la fuerza de trabajo calificada ya se encuentra fuera de la población relativa, y más bien formando parte de la población excedente considerada en cuanto tal, es decir, en cuanto fuerza de trabajo con elevados conocimientos y habilidades. Recientemente Lozano y Gandini (2009:5 encontraron que:

…al considerar a los inmigrantes originarios de alc que se encontraban sin empleo y aquellos que estando insertados laboralmente, se ubicaban en ocupaciones que no se correspondían con su formación, el nivel total de desperdicio en Estados Unidos era de 60.9%. Así, casi dos terceras partes de los inmigrantes calificados procedentes de alc y residentes en Estados Unidos entre los años 2005–2007, se encontraban en segmentos del mercado de trabajo que no les permitían hacer uso de sus habilidades”.

Esto tiene que ver con que el capitalismo procede ahorrando tendencialmente fuerza de trabajo, en palabras de Marx: “aumenta también la escala en que la mayor atracción de obreros por el capital va unida a una mayor repulsión de los mismos, aumenta la celeridad de los cambios operados en la composición orgánica del capital y de su forma técnica y se agranda el cerco de las órbitas de producción afectadas simultánea o sucesivamente por estos cambios” (Marx, 1959: 534, T. I, cursivas en el original).

El capitalismo procede sobre la base de la separación entre el trabajo manual y el trabajo intelectual, mas la “repulsión” de mano de obra a la que alude Marx opera para ambos tipos de trabajo, y de acuerdo a como está organizado el capital en el subdesarrollo, esta repulsión tiene que operar con más fuerza que en el mundo desarrollado, de ahí se explica la emigración de trabajadores calificados desde aquéllos hacia éstos.

Pero en la fase actual la concentración del conocimiento de frontera ha convertido a miles de trabajadores con altas calificaciones en población sobrante en los propios países desarrollados, lo cual no obsta para que hacia allá emigren personas con estas características desde los países subdesarrollados, ya sea porque son reclutados por universidades y empresas auspiciados por el Estado, ya sea por iniciativa y esfuerzos propios, toda vez que en los países subdesarrollados la innovación científica y tecnológica aplicables a la producción son casi inexistentes y tales trabajadores van hacia los países desarrollados en busca de mejores salarios, aún cuando no los obtengan desempeñándose en áreas o actividades específicas para las cuales se formaron.

De aquí resulta pertinente tener en cuenta los diferentes tipos de migrantes calificados. Solimano (2008: 22) los clasifica en: técnicos e ingenieros, científicos y académicos; profesionales en el sector salud (médicos y enfermeras); d) empresarios y gerentes; e) profesionales de organizaciones internacionales, y f) profesionales del ámbito cultural. Pero además de que no sería exagerado incluir a los deportistas profesionales, la clasificación anterior deja fuera a otro sector de migrantes calificados, probablemente el más numeroso al menos en el caso de México, el conformado por profesionistas de las ciencias sociales, humanidades y administrativas.

Ahora bien, en México se han dado dos fenómenos discordantes: el aumento de egresados de las instituciones de educación superior y la incapacidad de la economía para dar cabida a todos ellos en las áreas para las cuales fueron capacitados (Hernández, 2002), reforzando las condiciones para que se dé la migración internacional de profesionistas mayoritariamente hacia Estados Unidos y principalmente por mejores salarios siendo relativamente secundaria la ocupación en el país de destino. Esto se ve reforzado por el hecho de que una importante proporción de los inmigrantes calificados en Estados Unidos no domina el idioma inglés. Por ejemplo González (2005: 97) había señalado que: “los datos de la muestra censal estadounidense entre 1990 y 2000 muestran que entre los inmigrantes calificados mexicanos en Estados Unidos una proporción importante y creciente no habla inglés (21.48% para 1990, y 25.46% para 2000), comparado con 1.65% y 2.04% entre los inmigrantes de la India, respectivamente”. Ello demuestra, en alguna medida, que van a actividades de baja calificación, porque en las de mayores especializaciones se requiere el dominio del idioma. Entre esos contingentes se encuentran profesionistas que difícilmente aplicarían sus conocimientos y habilidades en una sociedad para la cual la profesión que estudiaron no estaba dirigida.

En consecuencia, los trabajadores con grados universitarios que emigran desde México hacia Estados Unidos para desempeñarse en actividades que nada tienen que ver con la formación recibida acá, pasan a ser en realidad migrantes no calificados para la sociedad de destino, son trabajadores calificados en México, pero no en Estados Unidos. En parte el modelo de formación predominante en México tiene que ver en ello, escasamente vinculado con los sectores para los cuales se están preparando. Pero es comprensible si se considera que la relación de capital predominante en los países subdesarrollados se caracteriza por la ausencia de generación de tecnología y conocimientos aplicables a la producción. Según citan Brown, Lauder y Ashton (2011: 46): “Diana Farrell y su equipo de McKinsey han argumentado que sólo 13% de los graduados universitarios de 28 naciones de bajos ingresos que estudiaron estaban aptos para puestos de trabajo en empresas estadounidenses y europeas, a causa de lo que los gerentes de recursos humanos perciben como deficientes destrezas de trabajo, demasiado énfasis en la teoría, falta de adaptación cultural e insuficientes habilidades en inglés”.

En México el fenómeno es resultado de la ausencia de generación de conocimiento científico y tecnológico por la burguesía y su resistencia a una vinculación en ese sentido con las instituciones de educación superior de este país, además de la evidente carencia de una política de Estado para impulsar el desarrollo tecnológico y la investigación que amortiguara las fugas de valor por compra de los productos del trabajo científico, más allá de los esfuerzos que se han impulsado desde el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, a todas luces insuficientes. Se requiere un proyecto de país con visión de largo plazo, porque es imposible que la burguesía se embarque en semejante proyecto por iniciativa propia, toda vez que el sector dominante de ella ha resultado beneficiado sin necesidad de una política de Estado de desarrollo científico y tecnológico.

La migración calificada en la integración de México a Estados Unidos

La forma de integración de un país subdesarrollado a uno desarrollado depende de la diferente organización de la relación de capital, en la cual los países desarrollados lograron la separación entre el trabajo inmediato y el trabajo científico aplicable a la producción, pero además lo monopolizaron y en el concierto internacional los países subdesarrollados se incorporaron sin haber realizado tal separación, solamente apoyados en la que se dio en los países desarrollados. El monopolio del trabajo científico productivo es la base de una articulación desigual y explican por qué, en palabras de Figueroa (2009: 16): “América Latina, por su parte, continúa atrapada en el traspatio del imperialismo”.

La relación que ha establecido México con Estados Unidos no ofrece lugar a dudas de las enormes desigualdades entre ambos que ubican al primero en condición de subordinación. Ejemplo de ello es el Tratado de Libre Comercio que entró en vigor en 1994 en el cual el gobierno estadounidense no aceptó que se incluyera la libre circulación de mano de obra, aunque sí la de personal altamente calificado por servir a las estrategias de las corporaciones estadounidenses, porque, como muestra, mientras amparados por el Tratado se dirigieron a Estado Unidos 1,269 mexicanos en el año 2003, llegaron a México 282, 533 estadounidenses ese mismo año (Alarcón, 2007: 253–254).

De esta manera los estadounidenses pueden movilizar trabajadores de los más altos niveles de calificaciones entre sus propias compañías de un país a otro sin problemas o contratiempos. Este tipo de privilegios se los han venido reservando en los tratados internacionales de carácter comercial. Pero no es privativo de ellos, sino de todos los países que han establecido acuerdos de este tipo (Escalante, 2002), aunque los más beneficiados han sido los desarrollados, dado que, por ejemplo, se restringe la movilidad de los trabajadores latinoamericanos (Martínez, 2005: 19–20).

Pero en los últimos decenios América Latina y El Caribe han presentado una mayor sangría de trabajadores, y entre ellos México destaca por su mayor ritmo de crecimiento, al pasar de 366,783 emigrados en 1990 a 1,357,120 en 2007, esto es un crecimiento del stock en 270% (Lozano y Gandini, 2009: 16). No sorprende que en el concierto internacional los países desarrollados sean el destino de los migrantes calificados de los países subdesarrollados, lo que en realidad se presenta como transferencias unilaterales de fuerza de trabajo. éstas son al mismo tiempo transferencias unilaterales de recursos.

Sin embargo, en el caso de México, muchos de ellos cuentan con conocimientos y habilidades especiales que podrían ser aprovechadas aquí, mas no en Estados Unidos porque no fueron preparados específicamente para desempeñarse en la economía estadounidense.

Fuerza de trabajo calificada y superación del subdesarrollo

Es posible superar el subdesarrollo. Esto pasa por modificar la relación de capital de tal forma que los países como México den el salto a la producción de su propia tecnología, bienes de capital, diseños de procesos y sistemas organizacionales y administrativos, no en el marco de una economía cerrada, porque ello es imposible en la fase actual, sino renegociando su rol en el concierto internacional. Varios países asiáticos demostraron que esto es posible a través de una decidida política de Estado y de la apuesta de la burguesía por transitar a esos niveles. Esto implica que la burguesía latinoamericana se decida a invertir en tecnología y desarrollo, que sea creativa e innovadora.

Analizando la forma como la Unión Europea podría beneficiarse en la guerra de talentos, Straubhaar (2000: 13) concluía que: “…los datos dejan claro que tenemos un ganancia de cerebros para Estados Unidos, una pérdida de cerebros para Europa del Este y un intercambio de cerebros en la Unión Europea con una estrategia no clara”. Pero por otra parte se reconoce que en los últimos años Estados Unidos ha ido perdiendo terreno en sectores de alta tecnología frente a China e India y presenta elementos combinados de brain drain y brain circulation frente a esos países. En palabras de Solimano (2008: 24), basado a su vez en otras fuentes:

El número de estudiantes internacionales es grande: De acuerdo con Freeman (2006) en 2004 había aproximadamente dos millones de estudiantes extranjeros. Estados Unidos es el principal destino, recibiendo cerca de 573,000, una cuarta parte proveniente de China e India. Algunos de esos estudiantes regresan a casa después de graduarse en el extranjero, mientras otros permanecen en el país anfitrión para trabajar en universidades, centros de investigación y la industria. La evidencia empírica de los estudiantes extranjeros que estudian y trabajan después de graduarse en los Estados Unidos, proporcionada por la US National Science Foundation (nsf, 1998) y Regets (2001), parece mostrar un patrón que combina elementos de ‘circulación de cerebros’ y ‘fuga de cerebros’. En un estudio reciente Freeman (2005) muestra que los cambios en los mercados de trabajo globales de ciencia e ingeniería han empezado a erosionar el predominio tradicional de Estados Unidos en sectores de alta tecnología; parte de estos ahora se está dirigiendo a países en desarrollo de gran tamaño y bajos salarios, tales como China e India.

Si los países europeos de occidente enfrentan una pérdida de cerebros en el balance con Estados Unidos, la suerte que enfrentan los países latinoamericanos, y en el caso particular México, es aún más difícil, pero no es imposible que se pudieran redefinir las relaciones imperialistas una vez que se adoptara de manera decidida una política de Estado tal como lo hizo y sigue haciendo China desde hace varias décadas con resultados favorables en las tasas de crecimiento de la economía al aumentar su inversión en ciencia y tecnología (Cornejo y González, 2009).

De ahí que cuando se ven los esfuerzos emprendidos por países como China e India, se puede comprender por qué Estados Unidos y Europa han ido cediendo terreno en competitividad ante ellos, en la absorción de fuerza de trabajo en general y en la guerra de talentos. Ahora China puede retener a los mejores mediante procesos de selección en sus universidades bastante rigurosos, enviando al extranjero no precisamente a los mejores cerebros. En palabras de Van (2008: 117): “Sin duda, hay que preguntarse entonces hasta qué punto la emigración de dichos estudiantes que no entran en las universidades chinas representan una fuga de cerebros, puesto que significa que aquellos que emigran no siempre son los mejores estudiantes”. De esta manera combinan calidad con crecimiento de la cobertura, pues, según Brown, Lauder y Ashton (2011: 32–33 y 38): “China tiene 7 millones más de estudiantes que Estados Unidos y 10 veces más que Gran Bretaña. Pero quizá la estadística más extraordinaria sobre educación en China fue la matrícula en educación superior, que atestiguó un incremento de 26% a casi 60% desde 1990 […] De igual manera, la participación de la educación superior creció de un poco más de 3% en 1990 a 22% en 2006”. Además han concentrado los esfuerzos en el área de las ingenierías. Según cifras recogidas por los autores anteriores (2011: 38): “En China, alrededor de 37% de los estudiantes están en el área de ingenierías, comparado con 27% en Corea del Sur, 22% en Alemania, 7% en Reino Unido y 5% en Estados Unidos”.

Las experiencias de esos países asiáticos demuestran que el subdesarrollo no es una fatalidad y puede ser superado partiendo de arreglos políticos y planteando políticas de Estado de largo plazo. México pierde oportunidades de desarrollo con la emigración de personal altamente calificado. Según Aragonés y Salgado (2011: 59): “Si México no inicia en forma decidida un cambio de su proyecto económico, político, social y, por lo tanto, educativo, la migración seguirá respondiendo a las necesidades del país vecino y verá restringida la posibilidad de su desarrollo al perder una parte sustancial de su población”. Para estar de acuerdo, habría que matizar que ello sería así siempre y cuando en México se estuviera impulsando una política de Estado para superar el subdesarrollo y el imperialismo, porque mientras eso sucede, en realidad la emigración no sólo de trabajadores calificados sino también de aquellos con bajo nivel educativo, representa una disminución de las presiones sociales por empleo y mejores condiciones de vida, y en ese sentido, un beneficio inmediato para la clase en el poder, que ha encontrado en la migración un gran auxilio a la economía, especialmente por lo que ésta ha representado en términos de crecimiento de las remesas. No obstante, de ninguna manera la población excedente desaparece, y de su gran magnitud dan cuenta las cifras de desempleo, empleo precario, empleo informal y subempleo, que afectan en el país a prácticamente todos los sectores de la clase trabajadora y de todos los niveles educativos.

Conclusiones

Ha sido expuesta una interpretación de la migración internacional de personal calificado desde los países subdesarrollados hacia los desarrollados. Si el grueso de la migración calificada se dirige desde los países subdesarrollados hacia los desarrollados, se ha sostenido que eso debe ser explicado por la teoría de la acumulación a partir de sus propios supuestos, pues señala que los primeros cuentan con excedentes de población mientras los segundos tienen dificultades para formar su ejército de reserva. La razón se encuentra en el establecimiento por parte del capital de leyes de población diferentes en ambos tipos de países; en los subdesarrollados formando excedentes absolutos de trabajadores y en los desarrollados carencias de éstos debido a que en un polo el capital opera con tecnología y productos de la ciencia elaborados en el otro, hacia el cual transfiere capacidad de inversión y generación de empleo. La ley de población descubierta por Marx funciona a nivel global articulando a través de la migración a los países en su expulsión-atracción de mano de obra. No obstante, por ser una ley del capital el proceder ahorrando fuerza de trabajo, al parecer los países desarrollados ya lograron formar su propio ejército de reserva, haciendo que el Estado aplique políticas de inmigración más selectivas, para adquirir específicamente los perfiles que requiere el proceso de acumulación.

En realidad la participación del Estado a través de transferencias de recursos al sector privado directa o indirectamente, la orientación del gasto para especializaciones profesionales determinadas, el reclutamiento en el extranjero y tratados internacionales específicos, entre otras medidas, demuestran el rol central que juega en la gestión del personal para el desarrollo científico y tecnológico.

Por tanto, es comprensible que en el marco de diferente relación de capital y la dependencia de países como México respecto de los productos del trabajo científico elaborados en los países desarrollados, la integración entre este país y Estados Unidos sólo puede ser en carácter de subordinación del primero al segundo, y en materia de trabajadores calificados asumir la forma de pérdida para México suponiendo que aquí sus habilidades podrían ser aprovechadas, no obstante las ventajas que al mismo tiempo su salida le reporta a la clase política especialmente en términos de la disminución de presiones por demanda de empleo y las remesas que se obtienen.3 En cambio, a Estados Unidos esta migración le favorece; sin embargo, dado que el grueso de los migrantes cuenta con conocimientos y habilidades para ser aprovechados en México, en realidad para aquel país son migrantes que no difieren mucho de los que se desplazan con bajo nivel educativo.

Si se desea jugar un rol diferente en el escenario global capitalista, la subordinación en la integración tiene que ser redefinida a partir del cambio en la relación de capital, donde México, en tanto país subdesarrollado, se embarque en un proyecto de Estado de largo plazo y de largo alcance para el impulso de la investigación y el desarrollo tecnológico propios, en un marco de cooperación internacional. Aunque es algo muy difícil, no es imposible, como lo han demostrado en los últimos años varios países asiáticos.

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Es a lo que se le ha llamado desperdicio de cerebros (brain waste, en inglés) porque la sociedad de origen no aprovecha la educación y habilidades de las personas en las cuales invirtió recursos, y el país de destino tampoco lo hace. Sin embargo, desde la perspectiva del individuo no puede decirse lo mismo, porque para él su formación puede tener significados importantes.

En el caso de países subdesarrollados, también son, por ejemplo, las guerras, y la deficiente atención a los problemas de salud y alimentación que padecen miles de familias, así como las estrategias para el control de la natalidad, todo lo cual repercute en el tamaño de la sobrepoblación.

Claro que el beneficio de las remesas es ante todo para las familias que las reciben. También en términos económicos éstas tienen su impacto en la dinamización de las ramas destinadas a la producción de bienes salario.

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