La integración latinoamericana y caribeña ha dado un giro importante en la última década, el enfoque de la región es muy diferente al de la década de los noventa cuando el regionalismo abierto parecía ser la mejor opción para que América Latina y el Caribe lograran insertarse de forma exitosa como región en la economía mundial globalizada. El panorama de la integración es un tema que necesita ser estudiado para entender la estructura actual de poder económico y político en América Latina. Alfredo Guerra-Borges realiza una excelente coordinación en la elaboración de esta obra, donde además contribuye con uno de los siete capítulos.
El panorama actual de la integración latinoamericana y caribeña está compuesto por varios bloques económicos que vinculan a los países de la región los cuales son: la Unión de Naciones del Sur (Unasur), el Mercado Común del Sur (Mercosur), la Comunidad del Caribe (Caricom, por sus siglas en inglés) y la Comunidad Andina (Can).
En primer lugar, se estudia la complejidad que presenta la Unasur al estar conformada por tantos países miembros y lo que esto representa al momento de verter opiniones y lograr acuerdos. José Briseño Ruiz ve un importante parte aguas en el proceso de conformación de la Unasur. En el 2006 los gobiernos de Venezuela y Bolivia criticaron el enfoque minimalista impulsado por Brasil, el cual se basaba en la liberalización del comercio, la creación de infraestructura, integración energética y financiamiento, olvidándose de la problemática que realmente estaba aquejando a la población de dicha región.
Las críticas hicieron que se reconfiguraran sus objetivos modificando el Tratado Constitutivo de la Unasur. La tarea del bloque aún no termina, ya que si bien por ahora los objetivos son mucho más claros, consientes y pensados para las necesidades de la región, el medio para lograrlos sigue presentando serias deficiencias, la estructura institucional de la Unasur es limitada, el rechazo de los países miembros para establecer una entidad supranacional a quien delegarle cierta autoridad por encima de los gobiernos locales sigue siendo un serio obstáculo que ha frenado su formación.
El texto que nos ofrece Lincoln Brizzozero Revelez titulado “Endebles pilares del regionalismo estratégico”, nos introduce al estudio del Mercosur y los desafíos a los que se enfrenta hoy en día.
Éste es sin duda el bloque económico que mejor ha evolucionado en su proceso de integración. En la etapa de conformación se planteaba la interrogante de si Estados Unidos aprobaría dicha alianza económica en el Cono Sur. Brizzozero nos menciona que la aprobación fue conseguida por el enfoque teórico en el cual el Mercosur se presentó al mundo, como ya lo había comentado, el regionalismo abierto de enfoque neoclásico ofrecía un escenario muy optimista, los modelos de libre mercado proponían la engañosa alternativa para que países en desarrollo lograran hacer crecer sus economías.
Actualmente este bloque encierra otros desafíos que no pueden ser resueltos bajo la perspectiva del regionalismo abierto, desafíos de seguridad, educación, pobreza, medio ambiente, sólo se pueden resolver con políticas macroeconómicas conjuntas. Brasil tiene un papel trascendental en el impulso y desarrollo de estas políticas, las cuales permitirán reforzar la integración regional.
Norman Girvan nos ofrece un texto titulado “Una integración económica difícil de alcanzar”, en el cual se hace un puntual señalamiento de las dificultades que ha tenido y tiene la Caricom, desde el momento de su fundación hasta la fecha.
Lo primero que tenemos que señalar es la importancia del bloque económio, ya que agrupa a 15 países miembros, por sí solos, todos representan economías pequeñas, pero si se integran podrían adquirir gran relevancia en el plano internacional. La Caricom ha atravesado por muchas transformaciones, el comienzo de todo fue la firma del acuerdo constitutivo de la Carifta en 1965 cuyo principal objetivo era la liberalización del comercio intrarregional, posteriormente en 1973 se constituye la Caricom con 13 países miembros y se adicionan objetivos como: constituir una unión aduanera, comercio de mercancías, servicios, capital y desarrollo de políticas conjuntas. Sin embargo, la integración y los nuevos objetivos de la Caricom no solucionaron la enorme desigualdad que había entre países miembros, la circulación de servicios siguió presentando trabas al igual que el libre movimiento de capitales. Los objetivos eran buenos y se puede lograr un bloque fuerte, pero de nuevo nos encontramos con la falta de instituciones que impulsen dichas políticas. Al llegar a los noventa el panorama cambió y el regionalismo abierto permeo en su desarrollo, el bloque se inclinó a la liberalización total de los mercados, sin embargo los inversionistas no veían un panorama muy atractivo debido al retraso en la constitución institucional del bloque, creando un círculo vicioso entre el atraso institucional y la falta de inversión. Este capítulo nos brinda un excelente acercamiento a la Caricom; los inicios, su formación y sus desafíos.
Por último, se le dedican tres capítulos al estudio de la Comunidad Andina, los cuales la estudian desde diferentes ángulos, hay tres aspectos fundamentales;el primero, los conflictos diplomáticos entre los miembros, el segundo, es el deterioro del comercio intrarregional y, el tercero, las posturas ideológicas en torno al modelo económico que cada país cree más pertinente para alcanzar el crecimiento y desarrollo de su economía. El conflicto diplomático entre Colombia y Ecuador (descrito a detalle en el capítulo “Crisis internacional e integración regional”) ha generado fricciones que han afectado la relación en todo el bloque y no ha propiciado un ambiente adecuado para generar las políticas conjuntas adecuadas para la región. El deterioro comercial intrarregional es un problema que ha aquejado a la Can principalmente a partir del 2008 a raíz de la crisis económica global, lo cierto es que la divergencia de ideologías también ha repercutido en este aspecto, ya que, por ejemplo: Perú y Colombia han enfocado su política comercial al fomento de los TLC, el más importante de ellos por supuesto con Estados Unidos; Ecuador y Bolivia opinan que este tipo de tratados ha perforado a la Can y están en total desacuerdo ante la firma de un TLC como bloque. La posición con la Unión Europea es muy similar. M. Carmela Julio Giraldo hace un análisis con respecto a la relación Can-Unión Europea, donde se menciona el gran interés que tiene ésta por fomentar las relaciones comerciales con la Can. Dicho documento fue escrito antes de que la Unión Europea entrara en crisis, lo cual nos hace replanteárnosla como ejemplo de integración económica.
Por lo anterior es muy difícil encontrar el equilibrio entre los enfoques que cada miembro tiene acerca de cómo lograr el desarrollo, los TLC parece que no son la respuesta para los problemas de la región, basta con mirar la situación por la que actualmente atraviesan para darnos cuenta de que la firma del TLC de México con EU y Canadá sólo han incrementado la brecha de desigualdad entre naciones y aún más la social al interior del país, la pobreza aumentó lo mismo que el desempleo, generando un círculo vicioso que cada vez hunde más y más a los países en desarrollo.
Para finalizar se cita un párrafo que escribe Alfredo Guerra-Borges con el cual describe la situación actual de Centroamérica, sin embargo, también expresa la situación en general de América Latina y el Caribe: “[…] es necesario subrayar la imperiosa necesidad de realizar grandes esfuerzos para aprovechar las nuevas posibilidades de crecer y desarrollarse. Esto implica la adopción de políticas industriales, agrícolas y de servicios con que no se cuenta todavía; el mayor esfuerzo se ha concentrado hasta ahora en la cuestión comercial y no hay cambios sustantivos en las políticas productivas; la ola neoliberal nos desacostumbró a contar con ellas y diseminó la idea de que el desarrollo (el crecimiento fue más usual decir en esos años) vendría en hombros de la apertura externa y el libre comercio. Se trata de una profecía no nata.”