El tema se encuadra dentro de ciertas consideraciones teóricas sobre desarrollos locales y territorios. Posteriormente, se retoman las conclusiones de recientes aportes especializados sobre las temáticas de desequilibrios y disparidades en México y se aplican al caso de este espacio. Yucatán ilumina sobre las enormes limitaciones y las extremas desigualdades del desarrollo en el país y sobre una ruta tortuosa en el crecimiento. Este espejo yucatanense refleja el rezago en el empleo y en educación, una importante concentración urbana y el abandono de los espacios rurales a los que se les suma el incremento en la terciarización, en el ocaso de la maquilización, y el abandono de los capitales locales de su débil planta manufacturera. Concluye con una crítica amplia a este tipo de desarrollo.
This topic should be viewed in the context of a few theoretical considerations on local and territorial development. This work will then look at the conclusions of some recent specialized contributions to the study of instability and disparities in Mexico and apply these to the focus of this paper. Studying Yucatan sheds light on the enormous limits and extreme inequalities of development in Mexico and its winding road to growth. Yucatan reflects how Mexico is lagging in employment and education, as well as the extent to which people are leaving rural areas, leading to greater urban concentration. In addition, it provides evidence of an increase in outsourcing, the decline of the maquiladora industry and the departure of local capital from its weak manufacturing sector. This work concludes with a broad critique of this type of development.
Le sujet est délimité par certaines considérations théoriques sur développements locaux et territoires. Par la suite, sont reprises les conclusions de récents apports spécialisés sur les thématiques des déséquilibres et des disparités au Mexique, et elles sont appliquées au cas de cet espace. Le cas du Yucatan éclaire sur les énormes limitations et les extrêmes inégalités du développement dans le pays et met en évidence un parcours tortueux en matière de croissance. Ce miroir yucatèque reflète le retard dans l'emploi et l'éducation, une importante concentration urbaine et l'abandon des espaces ruraux, auxquels s'ajoute la tertiarisation, dans le contexte du déclin de l'industrie d'assemblage, et l'abandon par les capitaux locaux de leur faible infrastructure manufacturière. Pour conclure, il est fait une ample critique de ce type de développement.
O tema se enquadra dentro de certas considerações teóricas sobre desenvolvimentos locais e territórios. Posteriormente se retomam as conclusões de recentes contribuições especializadas sobre as temáticas de desequilíbrios e disparidades no México e se aplicam ao caso deste espaço. Yuacatán lança luz sobre as enormes limitações e as extremas desigualdades do desenvolvimento no país e sobre a rota tortuosa no crescimento. Este espelho yucatenense reflete o atraso no emprego e na educação, uma importante concentração urbana e o abandono dos espaços rurais aos que se lhes soma o aumento na terceirização, o ocaso da maquillização, e o abandono dos capitais locais da sua débil indústria manufatureira. Conclui-se o trabalho com uma crítica ampla a este tipo de desenvolvimento.
Este artículo se compone de dos partes. La parte A, que está dedicada a inscribir el espacio de estudio, el estado de Yucatán, en el proceso de desarrollo. Se hace hincapié en la caracterización de este territorio en tanto que es una región rezagada, espacio de contrastes y, por último, se señalan los cambios, desequilibrios y disparidades a partir de estas dos últimas décadas.
En la parte B, desarrollamos con más precisión las relaciones que se dan en Yucatán entre el capital humano y el crecimiento económico, los efectos y las consecuencias de los movimientos de la inversión extranjera directa (ied). Se analizan con detalle los cambios en la estructura productiva del territorio desde la desagrarización, deteniéndonos en la industrialización, especialmente del espacio manufacturero, y llegando a las consecuencias de la acelerada tercerización.
Finalmente, y a partir de las diferencias estructurales del territorio, se señalan algunas consideraciones.
Parte AYucatán: alrededor del desarrolloEn la penúltima década del siglo xx la globalización económica alcanza a México (gatt, 1986). En el año de 1994 se sella el Acuerdo de comercio entre México y los otros dos países de América del Norte (Tratado de Libre Comercio de América del Norte o North American Free Trade Agreement,tlcan-nafta). En esos años la organización de la actividad económica mundial va abandonando paulatinamente los planos nacionales e insertándose en lo global, lo regional y lo local. El “Estado nacional” se adelgaza. Se produce entonces una desterritorialización que fragmenta los lugares del poder estatal (Sojo, 2004: 140). Todo ello ocurre en el plano económico y político: A partir de este momento, las decisiones económicas de muchos estados tendrían que ser aprobadas por el escrutinio público de organismos financieros internacionales, verbigracia el Banco Mundial (bm) y el Fondo Monetario Internacional (fmi), y por los capitales trasnacionales, que gracias a las nuevas tecnologías de la información podían hacer evidente su veredicto por medio de los mercados financieros internacionales (Iglesias y Muñoz Cota, 2010: 200–201).
Actualmente estamos en una etapa de la globalización económica en donde se ha acelerado cierto desarrollo a partir del ensanchamiento de las desigualdades e inequidades socioeconómicas. En la medida en que éstas comienzan a manifestarse como problemas graves en los países, como China, por ejemplo, es necesario encontrar soluciones y una de ellas es la deslocalización de sus empresas y personal calificado. Por otro lado, en países que reciben a estas deslocalizaciones, como en el caso de México el desarrollo viene acompañado de la desterritorialización y adelgazamiento del Estado.
Se ha afirmado, y no sin razón, que el desarrollo es la utopía social por excelencia. No cabe duda que el concepto de desarrollo comprende una multiplicidad de significados que lo convierten en polisémico (Boisier, 2001: 55). En todo desarrollo regional se da un proceso de cambio estructural que se realiza en un espacio territorial, que más concretamente llamaríamos región, y que está siempre en proceso de cambio tanto en el nivel de la comunidad como del individuo.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (ocde) dedica un estudio sobre el estado de Yucatán, en 2008, que según esta institución conforma una de las regiones rezagadas que en los últimos años han aportado dinamismo y crecimiento rápido y que lleva a catalogarla en un proceso de convergencia regional.
El trabajo de este organismo arroja resultados ampliamente positivos con respecto al proceso de migración circular que mantiene la población de Yucatán después de la coyuntura pos-henequenera. Sus conclusiones son riesgosas, ya que califican como exitosa la superación de obstáculos que atraviesan los migrantes provenientes del medio rural y que se incorporan al mercado de trabajo urbano, tanto en la ciudad capital del estado, Mérida, como en otros centros turísticos de la Riviera Maya.
Por otra parte, recordemos que la ciudad se ha caracterizado siempre como el espacio nodal de los sistemas económicos y productivos, y de la reorganización del sistema institucional. Las ciudades siempre han desempeñado un papel estratégico en el desarrollo económico a lo largo de la historia. Actualmente, los procesos de urbanización se han acelerado y cada vez más la ciudad representa al espacio de los diferentes procesos del desarrollo que exige urbanizaciones sostenibles con políticas urbanas que integren a la ciudad con las regiones aledañas: en el caso de Mérida esto se reforzó con la estancia de las maquiladoras. No obstante, y en la medida en que el desarrollo y crecimiento avanzan, se hace necesaria la transformación de las instituciones.1 Ciertos or ganismos de carácter económico, como las empresas u otros de carácter social y educativos, cobijan la posibilidad de interactuar en la sociedad tal y como lo señala North. Empresas y organizaciones desarrollan una intensa actividad entre ellas y es a partir de ésta que se producen las decisiones que implican inversiones y acuerdos. Durante estos intercambios tienen lugar complejos procesos de crecimiento económico que adquieren características singulares según el entorno en el que están inmersos. Paralelamente a estas instituciones también se desenvuelven procesos inherentes a las llamadas instituciones informales que espontáneamente crecen en determinadas coyunturas históricas de cada sociedad.
Migrar a la capital del estado y a otras ciudades intermedias, o hacia los llamados polos turísticos de la península y también allende las fronteras hacia algunas ciudades de Estados Unidos (EU),2 no necesariamente ha implicado algo más que sobrevivencia o, en todo caso, sólo reproducción de formas y multiplicación de la inequidad en el crecimiento económico y social.
¿Qué debe contener este crecimiento económico para que midamos mejoras en la región? Determinados avances socioeconómicos relevantes que para algunos especialistas como Antonio Vázquez Barquero, implican: Un proceso de crecimiento económico y de cambio estructural que conduce a una mejora en el nivel de vida de la población local, en el que se pueden identificar tres dimensiones: una económica, en la que los empresarios locales usan su capacidad para organizar los factores productivos locales con niveles de productividad suficientes para ser competitivos en los mercados; otra, sociocultural, en que los valores y las instituciones sirven de base al proceso de desarrollo; y, finalmente, una dimensión político administrativa en que las políticas territoriales permiten crear un entorno económico local favorable, protegerlo de interferencias externas e impulsar el desarrollo local (Vázquez Barquero, 1988: 129).
Lamentablemente, el estado de Yucatán no presenta ningún cambio estructural que conduzca a mejoras en el nivel de vida de la mayoría de la población. En apariencia se han generado determinados efectos multiplicadores en el empleo relacionado con el turismo que se reflejan más ampliamente en el estado de Quintana Roo. Sí, existe un cierto dinamismo que se hace manifiesto en la capital y que es el reflejo de una ampliación acelerada en las labores de la informalidad. Por otra parte, los empresarios locales no han usado su capacidad para organizar los factores productivos locales en bien de una mayor competitividad: muchos de ellos cambian de giros en sus empresas o abandonan aquellas de las cuales fueron fundadores y que gozaban de gran tradición en el desarrollo local. Las instituciones locales del Estado de Yucatán no han sido punta de lanza para el proceso de desarrollo sino, más bien, operadoras de ciertas planificaciones centralizadas desde el gobierno federal del país. En todo caso, y siguiendo la reflexión expuesta más arriba, no se han creado en el Estado de Yucatán políticas territoriales importantes para generar un entorno económico local y protegerlo de interferencias externas. Este estado es un reservorio de mano de obra abundante, dispuesto a recibir bajos salarios y, potencialmente, decidido a migrar –si es necesario– hacia los territorios aledaños.
Podríamos pensar que la llamada convergencia regional a la que alude la ocde, en la que las disparidades o desequilibrios, que según esta conceptualización debieran ser coyunturales, difícilmente rige en la actualidad, en Yucatán. En todo caso, el dinamismo y crecimiento rápido son sólo manifestaciones de la tercerización y/o de los muy bajos salarios –que no necesariamente ayudarán para el proceso de desarrollo– y que no representan el resultado de políticas territoriales que permitirían crear un entorno económico local favorable.
Estado de Yucatán: región rezagadaEn tanto que estado de la República, Yucatán detenta 1 955 577 habitantes que representan apenas 1.8% de la población mexicana y alcanza poco menos de 1.5% del producto interno bruto (pib) del país.
Las oscilaciones alrededor de este total prácticamente no han variado en el último decenio, como se observa en el cuadro 1.
pib de México y Yucatán, 2003–2010 (millones de pesos mexicanos a precios de 2003)
2003 | 2004 | 2005 | 2006 | 2007 | 2008 | 2009 | 2010 | |
Nacional | 7 162 | 7 454 | 7 698 | 8 087 | 8 359 | 8 461 | 7 953 | 8 398 |
Yucatán | 95 | 102 | 107 | 113 | 120 | 120 | 117 | 123 |
(% pib nacional) | 1.34 | 1.38 | 1.40 | 1.41 | 1.44 | 1.43 | 1.48 | 1.47 |
Nota: Cifras preliminares (a partir de 2009).
Se ubica en el sureste de México, tiene 39 612km2 de extensión territorial y cuenta con amplios litorales algunos de ellos transformados en desarrollos turísticos y otros utilizados en las industrias pesqueras.
El estado de Yucatán sigue siendo una región rezagada en donde –como ya se señaló al comienzo de este trabajo– las bajísimas percepciones salariales esconden todo aquello que la ocde rotula como región dinámica y de crecimiento rápido. Se afirma que Yucatán es un espacio de contrastes, pero antes que nada es necesario señalar su rezago (ocupa el lugar 18 en el nivel nacional de los 32 estados de la República en términos de ingresos) (ocde, 2008: 34). ¿Existen apresurados destellos reflejando cambios? Sí, en esta llamada dinámica se inscribe un cierto auge en la industria de la construcción. Los trabajadores migrantes de los espacios rurales han estado llegando –desde hace ya varios años– dispuestos a recibir, según la ocde, ingresos menores a dos salarios mínimos.3 Una tercera parte de los municipios de Yucatán ofrecen niveles altos o muy altos de marginación (conapo, 2010).
El rezago de Yucatán también se mide a partir de la tasa de analfabetismo que, aunque ha disminuido para la región (entre 2000 y 2010 pasó de 12.3 a 9.3%),4 no ha dejado de ocupar en el país un lugar, el octavo en la actualidad, lamentablemente significativo.
Yucatán: espacio de contrastesSu ubicación estratégica en la región ha servido para imaginar, crear y dilapidar proyectos de políticas y planes de desarrollo que, en su gran mayoría, han terminado incumplidos y/o abortados. Yucatán es también un ejemplo de territorio donde la infraestructura social no puede ocultar las disparidades socioeconómicas. México, en tanto que República Federal, ejerce su administración desde un gobierno que centraliza ciertos recursos de la Federación y posteriormente los envía en calidad de subsidios a todos los estados que la componen, con el objeto de promover las diferentes inversiones planificadas por cada una de esas entidades. Es de señalar, el caso del estado de Yucatán, puesto que ocupa uno de los lugares más significativos en el país en cuanto al monto de subsidios que recibe para mitigar algunos bolsones de pobreza. Lamentablemente estas ayudas sólo han servido para paliar problemas coyunturales y muy pocas para desarrollar algunos pequeños programas de capacitación de la mano de obra.
A diferencia de lo que ocurre en otras regiones de México, en este espacio las especialidades técnicas apenas alcanzan un mínimo grado de desarrollo.
Cambios, desequilibrios y disparidades en el territorio del estado de yucatánEn estas últimas dos décadas el rostro de Yucatán ha cambiado: la población ha migrado desde los espacios rurales hacia determinados centros urbanos entre los que sobresalen Valladolid, la ciudad capital y la Riviera Maya. Es importante señalar que Mérida representa, desde el punto de vista del crecimiento espacial, una muy significativa disparidad: concentra efectos de retroalimentación y restringe, por lo tanto, efectos multiplicadores en sus contornos territoriales (cada 1000 empleos en la capital del estado producen menos de 60 oportunidades en los municipios) (ocde, 2008: 104).
Actualmente, una gran masa del pensamiento crítico ha puesto en duda, y con razón, que el crecimiento económico no debería darse a cualquier precio: es necesario repensar el contexto social de necesidades humanas y buscar nuevos caminos para otros modos de desarrollo (Boyer, 2012).
La globalización es un proceso vinculado al territorio ya que, tanto la producción como la dinámica económica, dependen de la localización de los actores económicos y de los factores de atracción de cada territorio (Vázquez Barquero, 2001: 79). También la globalización, en tanto que es nuevo paradigma instalado alrededor de los años noventa, trata la formación de un sistema global pero desarrolla una economía muy asimétrica. Así, el viejo paradigma Centro-Periferia ha sido superado y en esta etapa regiones desarrolladas o más atrasadas se disputan unas u otras su incorporación al sistema global.
Yucatán, como cualquier otra región del planeta, ha tratado de consolidar su modernidad impulsando el desarrollo mediante la globalización. Recordemos que por haber sido una región exportadora durante más de un siglo de monocultivo henequenero, y por su cercanía geográfica con las costas de Florida, en tanto que territorio, estuvo incorporado al mercado mundial desde finales del siglo xix. Lógico, exportación de un único producto y a un solo país no tiene nada que ver con las experiencias necesarias para que ese territorio hubiera conocido los caminos que se necesitan transitar para incorporarse al sistema global.
El territorio del estado de Yucatán, representa con claridad las desigualdades y disparidades socioeconómicas de México, las cuales se han exacerbado especialmente después del Tratado de Libre Comercio de América del Norte5 (tlcan-1994). Al igual que para otras regiones del país el mayor flujo comercial con el exterior lo realiza con EU. Lamentablemente en el caso de Yucatán el monto de sus exportaciones ha venido decreciendo del 2002 a la fecha.
Para medir la disparidad entre las regiones de México seguiremos las reflexiones de un trabajo que abarca el periodo de 1993 a 2006. Mediante el análisis de convergencia sigma: “se presenta la evolución divergente con un leve giro hacia la convergencia desde el año 2000 aunque sin reducir el grado de dispersión alcanzado en 1993” (Rodil y López, 2011: 83).
Yucatán se inscribe, como cualquier otro territorio del país, en las dinámicas territoriales dispares. Se encuentra –según este mismo trabajo– dentro de los llamados espacios de estados potencialmente perdedores y estancados, que son una gran mayoría. En contraposición están los estados potencialmente ganadores que conforman una parte importante de los estados fronterizos.6
Parte Bied y ventajas de localización estratégicaLa última fase de la deshenequenización en Yucatán coincide con los más importantes flujos de la inversión extranjera directa (ied) y, por lo tanto, el crecimiento del empleo en las maquiladoras de Yucatán. Recordemos que a principios de los noventa, y durante esa misma década, el crecimiento fue lento aunque estable para esta incipiente industria de exportación. Así como llegó y se instaló en las plantas maquiladoras la ied en Yucatán, en su momento, y cuando los beneficios no le fueron favorables, se retiró sin haber dejado ninguna otra perspectiva en el desarrollo regional.
Algunos recientes trabajos demuestran que 2001 representa una bisagra en el curso del desarrollo económico del país. A partir de este momento se genera, para una gran mayoría de las entidades regionales de México, una alta concentración en el sector terciario. Esto se vislumbra claramente si se analiza el producto por trabajador, posiblemente: “[…] en este sector se concentran la mayoría de las actividades económicas dedicadas al trabajo informal, lo que adicionalmente es una consecuencia de las crisis de desempleo; ya que las personas al no contar con un trabajo formal, deciden poner su propio negocio y subcontratarse en alguna actividad alterna a su anterior empleo” (García Almada, 2011). Algo semejante podría haber ocurrido en Yucatán después de haberse consolidado este espacio en la rama de la confección. Una parte de la fuerza de trabajo desempleada se dedicó a actividades alternas, otra abrió talleres de costura y subcontrató su mano de obra.
Estructura productiva de YucatánDesagrarizaciónEn la última década ha venido manifestándose en escala nacional un decremento en las actividades primarias. Esta misma manifestación también se hace presente en el estado de Yucatán (véase el cuadro 2).
pib de México y Yucatán por sector de actividad, 2003–2010 (estructura porcentual %)
2003 | 2004 | 2005 | 2006 | 2007 | 2008 | 2009 | 2010 | |
Nacional | ||||||||
Actividades primarias | 3.99 | 3.94 | 3.79 | 3.75 | 3.81 | 3.84 | 3.91 | 3.87 |
Actividades secundarias | 32.87 | 32.76 | 32.62 | 32.83 | 32.41 | 31.98 | 31.41 | 31.59 |
Actividades terciarias | 64.83 | 65.12 | 65.59 | 65.83 | 66.53 | 67.3 | 68.11 | 68.08 |
Yucatán | ||||||||
Actividades primarias | 4.42 | 4.84 | 4.26 | 4.4 | 4.22 | 3.86 | 4.25 | 4.17 |
Actividades secundarias | 27.58 | 27.19 | 26.35 | 25.26 | 25.79 | 23.98 | 24.89 | 24.71 |
Actividades terciarias | 68.86 | 68.83 | 70.29 | 71.4 | 71.24 | 73.67 | 72.71 | 72.91 |
Cifras preliminares a partir de 2009.
Yucatán, antes era un estado donde las actividades primarias y de la transformación industrial de la fibra de henequén ocuparon el lugar preponderante dentro de su actividad económica7 (no olvidemos que durante el Porfiriato, en algún momento, el llamado “oro verde” –Agave Fourcroydes Lem– representó el primer lugar en la entrada de divisas al país), hoy apenas si este sector de la economía alcanza poco más de 4%, incluyendo a la pesca.
El sector agropecuario en el estado de Yucatán comprende una agricultura básicamente de cultivos hortofrutícolas y algunas superficies cultivadas con henequén, además de ganadería bovina y porcina y producción pesquera. Sin embargo, este último subsector, desde finales del siglo pasado hasta hoy, ha manifestado decrementos muy importantes. Por otra parte, hay que señalar también que este territorio es un productor importante de miel de abeja.
La población ocupada en el sector primario en Yucatán es mínima y las consecuencias de esta pérdida de empleo se manifiestan de diferentes maneras en lo social (enoe, 2009). La decadencia en el sector agropecuario incluye carencias como las de infraestructura y una muy insuficiente coordinación entre la producción y la venta.
En el periodo 2008–2011 la inversión pública federal para la llamada infraestructura productiva y social crece aceleradamente, otra vez en detrimento del desarrollo rural y de la protección al medio ambiente.
Por otra parte, hay que tener presente que en estos últimos 20 años ha recibido montos significativos correspondientes a las remesas de sus migrantes. A partir de los años ochenta llegan a California y posteriormente se extienden a otros estados de EU los migrantes trasnacionales de Yucatán. Debido a que la instalación lleva un corto periodo en sus lugares de destino, las remesas –aunque no han crecido en estos últimos años– se habían estado enviando de manera ininterrumpida para la sobrevivencia de sus familias8 (Iglesias, 2011) hasta la caída brutal en la tasa de empleo en EU.
IndustrializaciónOscilaciones recientes en los principales sectores de la economía del territorio de YucatánSi revisamos el pib de Yucatán, en cuanto a sectores de actividad económica, vemos que las industrias manufactureras han sido desplazadas por el sector del comercio que ha venido creciendo del 2003 a la fecha. El desplazamiento migratorio desde distintos puntos del país hacia Mérida, Yucatán, ha venido creciendo en estos últimos años y este fenómeno también ha incidido en el incremento de actividades como la inmobiliaria y muy cercana a ésta, la de la propia construcción que actualmente ocupan entre 14 y 8%, respectivamente, del total en esta estructura productiva.
Si efectuamos una comparación para el último decenio y revisamos los totales nacionales comparados con los del territorio de Yucatán, encontraremos comportamientos semejantes para ambos en la estructura porcentual de las actividades primarias, secundarias y terciarias (véase el cuadro 2).
La industria manufacturera ha venido sufriendo una caída importante, a pesar de que el subsector alimentario sigue ocupando un lugar relevante dentro de esta actividad –ocupa más de 60%. Esta rama manufacturera que surge a finales del siglo xix y principios del xx, con capitales esencialmente locales, en las últimas décadas ha sufrido significativos cambios en sus empresas.9 Por el contrario, los textiles y prendas de vestir, junto con otros productos del cuero, han manifestado ciertos decrementos en estos últimos 15 años (véase la gráfica 1).
Competitividad y mercado de trabajoLa competitividad que afecta a la industria manufacturera en México también se refleja ampliamente en el territorio de Yucatán.
Aquella que fue la más floreciente de las industrias maquiladoras en Yucatán, es decir, la industria de la confección, ha venido perdiendo fuerza cada vez con mayor medida y al igual que casi 50% de los establecimientos de la maquila desde 2006 hasta el presente. El periodo del auge maquilador, de hecho la única inversión de la ied importante en la región, y que se concibió para los noventa como capaz de impulsar el crecimiento en la región finalmente ha tocado fondo.
Hubo maquiladoras, las menos, que pasaron de simples ensambladoras a un proceso de incipiente integración vertical para complementar todo el proceso de producción de la costura. La precariedad del mercado de trabajo en México encuentra en el territorio de Yucatán un espacio iluminado con una potente lupa que refleja arquetípicamente este fenómeno.
La tasa de desempleo10 en el país, junto con un aumento significativo en la subcontratación, se ha incrementado desde 2007. Teniendo en cuenta que las tasas de ocupación y de desocupación no consideran determinados indicadores, y esto lleva a ciertos errores en los cálculos, se explica el porqué el propio inegi ha reestructurado la conceptualización y creado la llamada tasa de informalidad laboral. ésta representa al porcentaje de la población ocupada que desarrolla una ocupación informal, tanto para aquellos trabajadores que lo hacen por su cuenta como para quienes laboran en unidades económicas, pero al margen de las leyes que deberían protegerlos como tales. Lamentablemente la tasa de informalidad laboral en Yucatán ha seguido creciendo de manera desmesurada, por encima de la media nacional, entre 2005 y 2012.
En otro orden de problemas, en cuanto hace al mercado de trabajo, recordemos que –en alguna medida– los paupérrimos salarios “encubren” los totales del número de empleos: en apariencia y, especialmente, en lo que hace al sector secundario, en el cual se ha incrementado el empleo. Sin embargo, no se puede ocultar que más de 50% de los salarios en la economía formal sólo alcanzan al equivalente del monto de dos salarios mínimos (poco más de nueve dólares diarios).11 En consonancia con ello, la población trabajadora en Yucatán representa 70% y comprende aquellos sectores de bajos y muy bajos ingresos, mientras que solamente 22% percibe salarios medios y medio altos. El restante 8% no percibe ingresos (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, enoe, 2007). Agreguemos que, en la actualidad, más de 60% de la actividad económica se realiza dentro de la informalidad laboral (enoe, 2013).
Desde 2010 ha venido creciendo, según inegi, de manera ininterrumpida la subcontratación en establecimientos manufactureros (véase la gráfica 2). Esta medida se acompaña con el decremento de la contratación de personal en los mismos establecimientos. No obstante, y si bien es cierto que sigue la misma tendencia que en escala nacional, el porcentaje del personal subcontratado en la manufactura yucateca (1 649 personas) es muchísimo menor –apenas 8.46%– del nacional que alcanza un total de 474 807 personas (inegi, 2012).
Personal contratado y subcontratado en establecimientos manufactureros de Yucatán, 2007–2012a
a Las cifras anuales corresponden al mes de diciembre; b Las cifras referentes al año 2012 corresponden a mayo.
Una década después de su auge, los efectos competitivos incapacitan a la industria del vestido de Yucatán en el mercado internacional frente a China. En el territorio estudiado las consecuencias más claras se manifiestan en el mercado de trabajo. En Yucatán y: “[…] como una de las expresiones de las crisis sobrepuestas de 2001 a 2006 se cerraron 54 establecimientos maquiladores y se perdieron alrededor de 5 000 empleos directos” (Castilla Ramos y Torres Góngora, 2010: 55).
Otra de las consecuencias del cierre de una gran mayoría de las maquiladoras, como es el caso de las del vestido, es el surgimiento de pequeños talleres de confección de ropa creados por algunos de los antiguos trabajadores que fueron desempleados por la maquila. Estos talleres trabajan ahora como subcontratados por ciertas empresas maquiladoras aún establecidas en Yucatán: un ejemplo de éstos son los talleres del poblado Kimbilá.
Con ello surge la figura de la subcontratación de la mano de obra (outsourcing), tan cara en determinadas etapas de la globalización económica. Sin embargo, lo que puede llegar a absorber el outsourcing de este espacio yucatanense es una cantidad mínima de la mano de obra desempleada.
TercerizaciónYucatán y el ensanchamiento de la tercerizaciónAl igual que en escala nacional, donde las actividades terciarias representan en este último decenio cerca de 70% del pib de México, también en el territorio de Yucatán se refleja este desmesurado crecimiento de la tercerización (73%).
La ciudad de Mérida, en tanto que conglomerado urbano, representa un ejemplo arquetípico de este incremento en la tercerización: la ciudad capital, actúa como receptor de sus entornos, Campeche y Quintana Roo y con ello genera un cierto número de nuevos empleos en el sector de servicios turísticos.
Desde el punto de vista institucional la administración pública estatal ha sufrido reformas encaminadas, aparentemente, a promover el desarrollo en el mediano plazo. En la gestión administrativa, que finalizó el año pasado, no se detectaron propuestas significativas que apuntalaran un crecimiento en donde descollara la necesidad de crear empleos. Tampoco hubo montos importantes de inversión de la ied.
El estado de Yucatán, en su Hacienda Pública, es un territorio que depende, en gran medida, de los subsidios federales y en el que lamentablemente no se ha desarrollado ninguna autonomía fiscal: esta última no es razón suficiente, pero sí importante, en cuanto a señalar un escollo más en la planificación de un desarrollo territorial endógeno.
También está rezagada en tanto que región de la República en su administración y suministro de servicios. La baja capacitación de los servidores civiles en los municipios del estado es una debilidad constante que atenta contra cualquier puesta en marcha de presupuestos y planeación local.
El trabajo de la ocde que trasluce de manera favorable y altamente generosa algunas de las ventajas potenciales de Yucatán insiste en señalar que uno de los riesgos para el mayor crecimiento en el estado es la falta de cooperación vertical y horizontal para, entre otros, cumplir retos en el combate a la pobreza.
En todo caso, en estudios como estos parecen estar ausentes propuestas tales como las que llevarían al desarrollo manufacturero, no necesariamente maquilador y de ensamblaje. Más aún, habría que tener en cuenta que a este territorio se le vienen sumando desventajas para potencializar su capital humano: recordemos que cuando se desmanteló la agroindustria henequenera ni siquiera se consideró el aprovechamiento de esa capacitación que durante más de un siglo había creado un capital humano que sabía explotar y transformar la fibra natural.
Si el aumento de la tercerización significara para este territorio un gran desarrollo en las actividades de servicios, como podría ser el turismo, o el despunte de una aglomeración financiera, como ocurre en algunos espacios desarrollados no tendríamos que señalar esta coyuntura en el territorio de Yucatán ya que no sería un riesgo para el desarrollo. Incrementar la tercerización económica ha significado también el crecimiento de la subcontratación laboral, del desempleo y de la informalidad. A todo ello hay que sumarle una concentración urbana que proviene del abandono de los espacios rurales y de la falta de políticas públicas que así lo prevean. No existe en el presente ningún proyecto que considere desarrollos agrícolas que incluyan a esa mano de obra migrante de los espacios rurales y que hoy ha pasado a engrosar las filas del mercado laboral informal. En ese mismo tenor, tampoco existen planificaciones importantes para desarrollos agroindustriales endógenos que aletarguen estas desigualdades e inequidades en el crecimiento económico del territorio.
Reflexiones finales- •
El territorio del estado de Yucatán en estas últimas dos décadas es un ejemplo de desmantelamiento agroindustrial.
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Entre 1992 y 1993, la agroindustria henequenera se desmantela sin haber dejado determinados espacios y personal capacitado para refundar una nueva industrialización. Años más tarde, más de 50% de la planta maquiladora, que en los años noventa comenzó a instalarse en el parque industrial de Mérida y en muchas localidades de la antigua zona henequenera, llega a su fin en 2006. Para ese año se desarma una gran mayoría de las plantas manufactureras, sobre todo las dedicadas a la confección y vestido. El territorio detenta hoy únicamente una planta industrial pequeña dedicada a la industria alimenticia y a las bebidas.
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Es una región que tiene uno de los más significativos índices como estado subsidiado del gobierno federal y que no es capaz de generar un aparato de fiscalización adecuado, para producir algún tipo de ingreso. En México, las inversiones de la ied han ido disminuyendo y la inversión pública es cada vez más raquítica. Territorios como Yucatán representan, en escala nacional, según lo explicado a lo largo de este trabajo, espacios no sólo de contrastes sino también estancados. Entre las razones no sólo deben citarse los nichos de mercado perdidos internacionalmente sino también las imposibilidades de una administración local deficiente, incompetente, que no aprovecha los mercados locales y nacionales. A ello se le suma una mano de obra muy dócil pero no necesariamente cualificada: capacidad de adaptación grande a diferentes tipos de labores técnicas que no se utiliza debido al creciente desempleo.
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Un espacio en el que se desaprovechan las capacidades para producir –en una escala mayor–, por ejemplo, algunos productos agrícolas como las frutas y agroindustriales como la miel y un subsector empacador derivado, y desarrollar un mercado potencialmente existente en los corredores turísticos locales y nacionales.
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A estas incapacidades en la planificación por parte del gobierno del estado habría que sumar las del empresariado local que ha sido incapaz de propiciar un desarrollo endógeno del territorio, tal y como ha ocurrido en algunos otros espacios del país, de hecho los menos, y que actualmente han encontrado vías alternas para el crecimiento. Un empresariado que tampoco ha colaborado para proponer inversiones a mediano y largo plazos en proyectos estratégicos, para la utilización de los territorios costeros: empresas pesqueras y ampliación en diferentes ángulos del Puerto de Progreso (un espacio con altas posibilidades de almacenaje y atracamiento desaprovechado en su potencialidad).
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Una de las enormes ventajas comparativas de Yucatán, señalada por estudios regionalistas nacionales e internacionales, ha sido la de insistir en la importante calidad de vida en la región. En contraposición a ello se destacan las crecientes inseguridades sociales que viven otros territorios del país. Sin embargo, la informalidad y el desempleo podrían poner en riesgo la alta calidad de vida de este espacio y convertirlo muy pronto en una fragilidad para ser considerada en el diseño de futuras políticas públicas.
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La ventaja geopolítica de Yucatán para el desarrollo del sector turístico del estado no ha sido aprovechada, a pesar de la cercanía de su estado fronterizo de Quintana Roo: Yucatán recibe los efectos del auge turístico de la Riviera Maya de manera indirecta y en un porcentaje mínimo del efecto multiplicador del crecimiento turístico y desarrollo económico en esos litorales.
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También inherentes al desarrollo –y que ya señalábamos anteriormente que escapan a la dimensión de este trabajo– están los problemas que conllevan a la sustentabilidad y al cambio climático, que son temas de punta que ameritan trabajos cada vez más especializados y profundos al respecto. Varios estudios han coincidido en señalar la importante calidad de vida como una de las ventajas del estado de Yucatán, la cual, en el mediano plazo, podría verse amenazada por problemas ambientales, por la contaminación costera y por la sustentabilidad en el tratamiento de aguas para el drenaje. A pesar de que posee una de las más grandes reservas de aguas freáticas o subterráneas de todo México, el acuífero en Mérida está propenso a la contaminación. Por si fuera poco, a estas vulnerabilidades deberíamos agregar temas que tienen que ver con el cambio climático en cuanto a las adaptaciones y fragilidades del mismo en la península de Yucatán.
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La falta de competitividad tan significativa para el estado no se debe únicamente a un desarrollo regional mal planeado, sino que, en gran medida –al igual que para otras regiones del país–, es también un efecto del desplazamiento del que ha sido objeto la totalidad de México por parte de China, muy concretamente en el mercado estadounidense, socio y principal destino de las exportaciones nacionales.
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México entra a la globalización sin haber desplegado anteriormente una política de competitividad industrial:12 difícilmente una región como Yucatán, que es uno de los últimos espacios en los que se ensaya el tipo de industrialización a partir del ensamblaje de la maquila, podría adjudicarse a sí misma un diseño para esta competitividad. Durante los primeros años de la instalación del tlcan hubieron lamentables ejemplos de quiebres de empresas ensambladoras debido a que la competitividad mexicana ha sido una de las debilidades más significativas durante los últimos dos decenios. Yucatán no ha estado ausente en estos hechos: docilidad e incompetencia en la mano de obra no se suman para obtener buenos resultados. Los bajos salarios y la falta de preparación técnica son dos desventajas en la competitividad.
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Es urgente crear una planificación para este territorio en la que se incluya una educación de calidad y a la que se le sumen también importantes conocimientos técnicos como herramientas que atemperen en un futuro próximo el desempleo y el incremento del mercado laboral informal.
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La competitividad está reñida, a mediano plazo, con la rotación del empleo que es un camino que no conduce al desarrollo.
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Las planificaciones regionales no pueden continuar atenidas a los cortes políticos gubernamentales administrativos: este espacio ha desaprovechado potencialidades de sus trabajadores y se ha mantenido como un reservorio, cada vez más abundante, de mano de obra barata –no especializada– que no exige crear políticas locales capaces de generar nuevos ingresos fiscales los cuales le permitirían una independencia en la planificación y se gestionarían políticas de desarrollo alternas a aquellas que los meros subsidios coyunturales diseñan para los programas de ayuda a la pobreza.
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A lo largo de este artículo hemos desplegado las ventajas y desventajas de este espacio territorial y reiteramos que el estado de Yucatán es un espejo que más que otros –en este caso, otros estados del país– que refleja con mayor nitidez los contornos de las sombras de un desarrollo como el de México. Es decir, un espejo en el que tiene nombre, cantidad y permanencia un crecimiento raquítico y en donde prima la inequidad, la desigualdad y la baja calidad en la productividad que conlleva a la incompetencia. Allí está el crecimiento de un desarrollo no sustentable, el rezago en la educación, el aumento desmesurado del desempleo, el incremento de la tercerización y de un elevado porcentaje –más de 60%– de la pea instalada en el sector laboral informal.
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En relación a los señalamientos de North y lo que retoma de este pensamiento Jaime Ros, el territorio del estado de Yucatán, como integrante de la federación de los Estados Unidos Mexicanos, está manifestando una debilidad institucional en tanto que no ha sido capaz de generar reglas de juego que reestructuren y reformalicen nuevas relaciones sociales y políticas en el nivel económico. Un ejemplo de esto lo encontramos en las políticas económicas de las últimas dos décadas del siglo pasado que condujeron la puesta en marcha de las maquiladoras y que únicamente sirvieron para mitigar la desocupación.
En conclusión, y de acuerdo a lo que hemos expuesto a lo largo de este texto, se evidencian determinadas necesidades para el desarrollo económico de este territorio, algunas de ellas sólo podrían ser gestionadas a partir de la creación de nuevas instituciones y siempre dentro del marco de un desarrollo sustentable. De todos modos, es necesario considerar este cambio para un periodo histórico de “tiempo largo” puesto que las transformaciones son lentas y los escollos a sortear son numerosos. Toda nueva institución afecta la regulación económica, las relaciones del poder y encuentra resistencia en los grupos ya establecidos: los campos mentales son los que más se resisten a los movimientos (Duby, 1961: 946–947). La microhistoria registra reacciones del individuo y los grupos mientras que la historia del tiempo largo da cuenta de las llamadas “prisiones del tiempo” a las que Braudel hacía referencia y que no permiten mutar, tan fácilmente, herencias culturales, códigos y modelos de comportamiento.
No obstante, estas instituciones deberían ser capaces de producir nuevas negociaciones y acuerdos para generar crecimiento endógeno: ciertos crecimientos locales aprovecharían determinadas potencialidades alternas hasta hoy poco transitadas como son los talleres para la industria del vestido. El desarrollo institucional dado a partir de las instituciones gubernamentales y el crecimiento endógeno local en el que intervienen organizaciones empresariales y otras que podrían potencializar ciertas sinergias.
Como lo señala Jaime Ros: “Con el trabajo de Halls y Jones (1999) sobre el papel de la ‘infraestructura social’ en el desarrollo económico se dio un gran impulso a la literatura institucionalista que intenta explicar las diferencias de ingreso per cápita entre países a partir de diferencias institucionales”, (2013: 4). (Este trabajo es parte de un libro del autor, de próxima publicación, Rethinking economic development, growth and institutions, Oxford University Press).
Para conocer una perspectiva más amplia de estos procesos migratorios de la población rural yucatanense véase el estudio de Esther Iglesias (2011), “Las nuevas migraciones yucatanenses: territorios y remesas”, en Migración y Desarrollo, vol. 9, núm. 17, México, uaz, segundo semestre de 2011, pp. 69–90.
Esta cifra equivale a ocho dólares diarios según el tipo de cambio de peso a dólar (EU) correspondiente al 2005.
El nivel de analfabetismo más alto en México lo tiene el estado de Chiapas con 17.9%, seguido por Guerrero con 16.8% y Oaxaca con 16.4%, siendo el más bajo el Distrito Federal con 2.1% según las cifras publicadas por el Consejo Nacional de Población de acuerdo con los resultados del Censo General de Población y Vivienda de 2010 (Conapo, 2010).
Algunos trabajos que miden las especificidades regionales de convergencia en México han llegado a la conclusión que: “antes de 1985 existía una convergencia regional, es decir, antes de la apertura de la economía mexicana (con el ingreso del país al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, gatt). En cambio, después de la firma y entrada en vigor del tlcan (en 1994) los estados mexicanos presentan un proceso de divergencia real con la acentuación de disparidades regionales. Una de las importantes conclusiones de los trabajos empíricos consiste en que, después del tlcan, los estados de la frontera norte de México fueron los que presentaron un aumento importante del pib per cápita como resultado del mejoramiento del capital humano y la productividad del trabajo.” (Calderón y Tykhonenko, 2006: 378).
En el estudio de la ocde se construye un indicador de disparidad entre las entidades federativas a partir de la tasa de crecimiento anual promedio para el periodo de 1995 a 2001. De acuerdo con este indicador Yucatán ocupa (en una escala entre −1% hasta 6%) un lugar poco relevante en el crecimiento aunque todavía, por debajo de esta entidad, se ubican Chiapas, Oaxaca y Tlaxcala. La concentración de la actividad económica en Mérida, ciudad capital del estado de Yucatán, es señalada como la causa principal de estas disparidades (ocde, 2008: 32).
De 2007 a 2011 ha venido decreciendo este cultivo: la superficie de hectáreas sembradas de henequén fue de 16 753 ha; 16 039 ha; 15 162 ha; 14 537 ha y 13 576 ha, respectivamente (Gobierno del estado de Yucatán, 2012).
“Tanto García Zamora (2008) como Delgado Wise y Márquez (2006:121–137), por distintas vías, concuerdan en afirmar que las remesas son un componente mayoritariamente salarial destinado a la sobrevivencia de la población” (Iglesias, 2011: 87).
En la década de los ochenta capitales nacionales e internacionales adquieren la tradicional galletera Palma (adquirida por el grupo Gamesa de Monterrey), la cervecería yucateca (Grupo Modelo), Trevi (adquirida por Bimbo), Campi, Prolac (por la empresa Lala) y la expansión cada vez mayor que adquiere en Yucatán el Grupo Bachoco (Torres Góngora, 2006: 184).
Recordemos que el nivel de la tasa de desocupación en Yucatán se obnubila con los incrementos de personal para la economía informal. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México (inegi) considera como personas ocupadas, en los momentos en que encuesta a la población, a aquellos que durante la semana de referencia realizaron algún tipo de actividad económica, estando en cualquiera de las siguientes situaciones: i) trabajando por lo menos una hora o un día, para producir bienes y/o servicios de manera independiente o subordinada, con o sin remuneración; ii) ausente temporalmente de su trabajo sin interrumpir su vínculo laboral con la unidad económica. Asimismo, se incluyen aquí a los ocupados del sector primario que se dedican a la producción para el autoconsumo (excepto la recolección de leña) (inegi, 2013).
Recordemos que –debido a recientes cambios de tipo administrativo– actualmente el país se divide en dos grandes zonas (anteriormente eran tres) que detentan diferentes salarios mínimos. Entre éstas la zona del sureste, donde se sitúa el estado de Yucatán, que representa la región que recibe un salario mínimo de tipo B que en pesos mexicanos equivale a un total de 61.38 pesos diarios, es decir, 4.8 dólares diarios (stps, 2013).
Reforma, “Ven como perdedora a la región del tlcan”, 8 de octubre de 2012. “El modelo de apertura vía el tlcan que tuvo su impulso en la segunda parte de los noventa (1995–2000) se agotó. Muestra de ello es que tanto Canadá como México han sido desplazados por China como primero y segundo socios comerciales de Estados Unidos, respectivamente.” Entre 2000 y 2010 la nación asiática tuvo un crecimiento del pib de 170% mientras que México creció apenas 18.7 por ciento.