INTRODUCCIÓN
Tradicionalmente, la patología uterina intracavitaria, independientemente de su tamaño, precisaba para su tratamiento del empleo del resectoscopio, con la consiguiente necesidad de dilatación cervical, hospitalización y el empleo de anestesia-analgesia. En la última década se han desarrollado instrumentos de pequeño diámetro con vainas que posibilitan el flujo continuo de fluidos y a los que se han asociado canales de trabajo, lo que permite la posibilidad de realizar actos quirúrgicos de manera ambulatoria1-6.
Con el desarrollo de la energía bipolar se ha permitido la práctica de una cirugía más precisa y el empleo de suero fisiológico como medio de distensión. Uno de los instrumentos que emplea este tipo de energía es el sistema electroquirúrgico bipolar Versapoint®, que consta de un generador de energía y distintos tipos de electrodos5-11.
El desarrollo tecnológico actual, en relación con la histeroscopia ambulatoria, es tal que la gran mayoría de actos quirúrgicos podrían realizarse en consulta, y quedarían relegados al empleo del resectoscopio la ablación-destrucción endometrial y la extirpación de grandes pólipos o miomas1.
Nuestro propósito es analizar las peculiaridades, los resultados y la tolerancia de la tecnología Versapoint® y valorar su utilidad en la práctica de la cirugía histeroscópica en consulta.
MATERIAL Y MÉTODOS
Realizamos un estudio descriptivo de 519 procedimientos quirúrgicos que se realizaron mediante histeroscopia en consulta con tecnología Versapoint®, que se llevaron a cabo entre el 25 de mayo de 2003 y el 31 de octubre de 2004. Se analizan las características clínicas más representativas, las técnicas quirúrgicas que se utilizaron, el tiempo operatorio que se empleó, los efectos secundarios y la tolerancia. Todas las pacientes recibieron una explicación precisa sobre la prueba a realizar y firmaron el documento de consentimiento informado.
Se emplearon 2 modelos de histeroscopio para la cirugía ambulatoria: un histeroscopio rígido de flujo continuo, óptica tipo Hopkins de 2,8 mm con visión anterooblicua de 30°, vaina de 5,5 mm y canal operatorio de 5 Fr, y otro semirrígido de 1,9 mm, fibra óptica y vaina de flujo continuo desechable con canal operatorio de hasta 7 Fr, calibre total con canal operatorio distendido de 3,8 mm (Versascope®). Como medio de distensión se empleó suero fisiológico a caída libre y en caso necesario un presurizador. Durante todo el procedimiento se utilizó pulsioxímetro.
Para la cirugía se utilizaron electrodos quirúrgicos tipo berbiquí específicos para el generador bipolar Versapoint®. Dentro de las opciones de este generador se empleó el corte intermedio (VC3) a una potencia de 50 W.
Como norma general, la técnica se realizó sin anestesia, espéculo vaginal ni pinzas de cuello. Sólo se empleó anestesia paracervical a petición de la paciente. El procedimiento se inició con una vaginoscopia, localización del orificio cervical externo y paso por el canal endocervical hasta llegar a la cavidad uterina. Ésta se estudió en toda su extensión y en caso de patología se valoró la tolerancia de la paciente a la técnica y la posibilidad de realizar un tratamiento definitivo en el mismo acto ("to see and treat"). Si el tamaño de la lesión no permitía su paso por el canal cervical se procedió a trocearla.
La valoración del dolor se hizo mediante pregunta directa acerca de qué puntuación daría al dolor durante la prueba, y para ello se siguió una escala visual analógica (EVA), donde 0 sería nada de dolor y 10 un dolor insoportable.
El análisis estadístico se realizó para las variables cualitativas mediante el test de la χ2.
RESULTADOS
Desde el 14 de abril de 2003, fecha en que dispusimos de material histeroscópico con canal de trabajo, y hasta el 31 de octubre de 2004, hemos realizado 1.341 histeroscopias en consulta. En 50 casos no fue posible realizarla, 14 se consideraron no satisfactorias y en 602 se practicó algún tipo de cirugía histeroscópica ambulatoria, de los cuales en 519 se empleó la tecnología Versapoint® (454 con el histeroscopio rígido y 65 con el Versascope®). La edad media de las pacientes fue de 53,6 años (rango: 27-85), el 57,2% eran menopáusicas y el 83,3% habían tenido partos vaginales. En las pacientes premenopáusicas la técnica se realizaba en la primera fase del ciclo.
Los procedimientos practicados se muestran en la tabla 1. El tamaño medio de los pólipos fue de 1,68 cm, y en 74 casos fue ≥ 3 cm. El tamaño medio de los miomas fue de 1,8 cm y sólo 4 de ellos eran > 2 cm.
La ampliación del canal cervical estenótico o sinequiado es otra técnica para la que es especialmente útil la tecnología Versapoint®, y se practicó con éxito en 61 ocasiones.
A petición de las mujeres y/o a sugerencia nuestra, hubo 42 pacientes a las que se realizó más de un acto quirúrgico para resolver su patología. En 38 de ellas se realizaron 2 procedimientos (23 pólipos, 12 poliposis y 3 miomas) y en 4 se practicaron 3 (3 poliposis y 1 mioma). Sólo en 4 pacientes de las que fueron sometidas a 2 intervenciones no se pudo solucionar de forma definitiva su patología, 4 casos que corresponden a 2 pólipos, 1 poliposis y 1 mioma.
La duración media del procedimiento fue de 7,7 min (rango: 1-45), y por orden de duración, de menos a más, se sitúan las biopsias dirigidas, las miomectomías y las polipectomías (tabla 2). Sólo se empleó anestesia paracervical en 11 (2,1%) pacientes y de las 46 reintervenciones sólo se solicitó su administración en 5 (10,8%). Los efectos secundarios que aparecieron durante la técnica se muestran en la tabla 3, y sólo cabe especificar que el dolor fue catalogado de importante (> 5 en la EVA) en 19 casos y que en los casos de síndrome vagal las mujeres se recuperaron sin problema tras un período de observación en ningún caso superior a las 2 h.
DISCUSIÓN
El desarrollo tecnológico ha permitido que numerosas técnicas quirúrgicas que antes precisaban quirófano y encamación, hoy día se practiquen en consulta con muy buenos resultados y aceptable tolerancia. Debido a esto, el término histeroscopia diagnóstica es obsoleto e inapropiado, pues el fin de una histeroscopia debe ser diagnosticar y tratar, si es posible, durante el mismo acto para optimizar al máximo el rendimiento de la prueba con la consiguiente mejora en la atención a la paciente2.
Al analizar la bibliografía se comprobó que el uso del generador bipolar Versapoint® comenzó en 1999, aunque se ha empleado en formas y procedimientos muy variados, fundamentalmente, porque en gran parte de ellos se utilizó analgesia-anestesia y porque los histeroscopios han sido de muy diversos modelos5-11.
En nuestra práctica diaria seguimos los criterios de actuación de Bettocchi y et al1, que creemos permiten una técnica adecuada con escasas molestias para la paciente; no empleamos espéculo vaginal ni pinza de cuello y el generador Versapoint® se calibra en VC3 y 50 W, con lo que la paciente no presenta las molestias que aparecen con potencias más grandes.
La duración de la técnica depende, obviamente, de muchos factores; a mayor complejidad mayor duración. Para Bettocchi et al1 la práctica de miomectomía es la técnica que requiere más tiempo; nosotros no confirmamos este hecho, ya que en nuestro estudio las miomectomías practicadas se realizaron en miomas pequeños y en condiciones muy favorables.
El empleo del histeroscopio tipo Versascope® precisa de un mayor adiestramiento, dado que ofrece un campo de visión más limitado que el histeroscopio rígido11. La tolerancia es similar a la del histeroscopio rígido y, por ello, lo empleamos fundamentalmente en casos de cérvix estenótico no ampliable.
En relación con la tolerancia, el análisis de nuestros resultados se asemeja a los de la mayoría de autores1-3,5,10; la técnica se aceptó muy bien, el porcentaje de pacientes que refirieron dolor significativo y/o síndrome vagal no llegó al 2%, y en ningún caso precisaron de tratamiento o cuidados especiales. Un claro ejemplo de la buena tolerancia es el hecho de que muchas pacientes desearan una segunda y hasta una tercera histeroscopia en consulta para resolver su patología y no se tuviera que recurrir al resectoscopio en quirófano; de este grupo de mujeres, solamente un 10% solicitó analgesia paracervical y en un 90% de ellas se solucionó el problema.