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Vol. 26. Núm. 1.
Páginas 19-27 (abril 2017)
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Páginas 19-27 (abril 2017)
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Factores dinámicos en el comportamiento de delincuentes juveniles con perfil de ajuste social. Un estudio de reincidencia
Dynamic factors in the behavior of young offenders with social adjustment. A study of recidivism
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José Javier Navarro-Péreza,
Autor para correspondencia
J.Javier.Navarro@uv.es

Autor para correspondencia.
, Enrique Pastor-Sellerb
a Departamento de Trabajo Social y Servicios Sociales, Universidad de Valencia, España
b Departamento de Sociología y Trabajo Social, Universidad de Murcia, España
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Tabla 1. Instrumentos de valoración del riesgo delictivo en adolescentes
Tabla 2. Datos identificación de relatos de vida
Tabla 3. Representatividad en la presencia de los diferentes perfiles
Tabla 4. Resolución de problemas e impulsividad (S13) y reincidencia
Tabla 5. Desobediencia a padres/normas de control (S23) y reincidencia
Tabla 6. Relación entre compromiso con aprendizaje formal (S24), (P5) y reincidencia
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Resumen

Este estudio tiene por objeto evaluar el riesgo de reincidencia, analizando el impacto de los factores dinámicos en adolescentes en conflicto con la ley (ACL). Para ello, se evalúa una muestra de 157 ACL con perfil de ajuste social mediante el instrumento para la evaluación del riesgo de violencia de adolescentes Structured Assesment of Violence Risk in Youth (SAVRY), además de otras técnicas de análisis cualitativo que triangulan el proceso empírico. Por un lado, destaca que la amplia estructura relacional y la vinculación intermitente con redes formales e informales de aprendizaje y empleo de que disponen los ACL con perfil de ajuste estiman un buen nivel de ajuste futuro y una baja reincidencia delictiva. Por otro lado, la escasa autonomía para resolver problemas y la impulsividad en la gestión de dificultades amplían el riesgo de reincidencia delictiva. Un foco de interés reside en las relaciones e influencias que el ACL establece con su entorno, para evitar prácticas de riesgo o someterse a ellas. Se incide en las actividades cotidianas del ACL, pudiendo estas condicionar su ajuste social.

Palabras clave:
Delincuencia juvenil
Socialización
Reincidencia
Factores dinámicos
Abstract

The aim of this paper is to assess the risk of recidivism by analysing the impact of dynamic factors on adolescents in conflict with the law (ACLs). To this end we evaluate the social adjustment of a sample of 157 ACLs, using the Structured Assessment of Violence Risk in Youth tool (SAVRY) along with other qualitative analysis techniques to triangulate the empirical process. The extensive structure of relationships and occasional links that these ACLs have with formal and informal learning and employment networks point to a good level of adjustment in the future and a low level of recidivism. However, the risk of recidivism is increased by their limited ability to solve problems and their impulsiveness in dealing with difficulties. A special area of interest lies in the relationships and influences that ACLs form with their surroundings in order to avoid or indulge in high-risk practices. These have an effect on their everyday activities and can determine their level of social adjustment.

Keywords:
Juvenile delinquency
Socialization
Recidivism
Dynamic factors
Texto completo

La adolescencia ha sufrido cambios en la última década que afectan evolutivamente su concepto y dimensión psicosocial. De hecho, diferentes autores no hablan de adolescencia en singular, sino de adolescencias (Fowler y Dell, 2004; Funes, 2009; Luna, Graver, Urban, Lazar y Sweeney, 2004), ya que son los adolescentes quienes dan forma a las mismas, convirtiéndolas en procesos plurales, desiguales y complejos (Blackmore y Mills, 2014; Curtis, 2015; Navarro y Uceda, 2014). Además, en las adolescencias se evalúan cambios que ayudan a integrar al adolescente o, por el contrario, someterlo a procesos de dificultad (Halpern-Meeking, Manning, Giordano y Logmore, 2013). En este sentido, los factores dinámicos son aspectos de una persona o de su situación que, cuando se alteran, inciden directamente en la conducta y en sus manifestaciones; por tanto, al actuar sobre ellos, se condiciona el comportamiento de los adolescentes. Kokcis (2013), Sen y Broadhurst (2011) y Whitaker, Rogers-Brown, Cowart-Osborne y Self-Brown (2015) refieren que los factores dinámicos familiares e interpersonales tienen capacidad de alterar las relaciones humanas y de transformar las condiciones de vida. Los factores dinámicos como la influencia familiar (Aguiar, 2015), las atribuciones subculturales, las aportaciones de la escuela (Catroppa y Anderson, 2003; Hawkins y Weiss, 2004) o la educación recibida (Kokcis, 2013) y el modelado constituyen garantías para el aprendizaje que de algún modo permiten ampliar o reducir las redes y el posicionamiento social de los sujetos (Milevsky, 2011; Rodríguez, Mirón y Rial, 2012). Por tanto, estas experiencias son resultado de un proceso de asociación con el entorno (Siu, Sheck y Law, 2012) que posibilita cambios en la forma de factores dinámicos o necesidades criminógenas (Andrews y Dowden, 2006; Aucoin, Frick y Bodin, 2006; Ward, Mesler y Yates, 2007). Las redes de apoyo social constituyen un importante elemento que incentiva la competencia y el ajuste social de los sujetos (Beelmann y Lösel, 2006; Thompson y McGrath, 2012).

En este escenario, la globalización afecta al comportamiento de los sujetos, relacionando en espacio-tiempo factores tanto de riesgo como de protección (Bauman, 2010; Beck, 2008). Un aspecto central en esta investigación es analizar a adolescentes en conflicto con la ley (ACL) con perfil de ajuste. En esta línea, Feixa (2011) reflexiona sobre la metamorfosis de la condición adolescente, adecuando esta etapa vital a la pluralidad de biografías e incertidumbres. Tradicionalmente la literatura científica ha puesto su foco de atención en describir los riesgos que asumen los adolescentes vinculados a entornos de marginación y exclusión (Hayden, Williamson y Webber, 2007; Navarro y Galiana, 2015; Scandroglio y López, 2010; Uceda, Matamales y Montón, 2011). Procesos que describen cómo los individuos acceden casi por herencia a prácticas antisociales. Grant (2008), McLennan, Bordin, Bennett, Rigato y Brinkerhoff (2008) y Priuli y de Moraes (2007) utilizan el término de ACL, delimitándolo a las prácticas antisociales que protagonizan los adolescentes en este periodo de su desarrollo evolutivo.

En la era actual, los adolescentes están seducidos por la inmediatez. Rubio (2005) señala que prefieren la recreación automatizada, las redes sociales, la educación integral (multimedia, intercultural, interdisciplinar e interactiva) y el trabajo en red, más participativo, personalizado, independiente y creativo. Añade que es una forma de individualización en un mundo interdependiente. Morán (2002) determina este perfil como de clase media. Tarín y Navarro (2006) los definen como adolescentes paralizados por el bienestar y Navarro, Pérez-Cosin y Perpiñán (2015) los denominan adolescentes en riesgo con perfil de ajuste social; es decir, adolescentes socializados en la era global procedentes de entornos familiares/sociales a priori prosociales. Hasta hace apenas una década, el perfil de delincuente juvenil estaba sometido casi en exclusiva a factores estáticos en su historia de vida, integrando variables de pobreza, abandono y fracturas en la primera infancia y posterior exclusión en la adolescencia (Duncan y Brooks-Gunn, 2000). Sin embargo, el perfil de ajuste en conflicto con la ley es un concepto relativamente novedoso en la actual justicia penal juvenil. Desde el año 2006 las memorias de fiscalías provinciales de menores visibilizan un nuevo perfil de delincuente juvenil. Se trata de adolescentes con rasgos prosociales y diferentes biografías, que acaban sometidos a la acción de la justicia. García-Muñoz y Romero (2012) explican este hecho motivado por una extensión del riesgo que diversifica el perfil de ACL.

Haciendo un esfuerzo por analizar las pautas de ocio y consumo de los adolescentes, no encontramos grandes diferencias respecto a las existentes hace 30 años (Cuenca y Goytia, 2012). Sin embargo, estas similitudes contrastan con los profundos cambios que han afectado a gran parte de la población adulta. Las actuales adolescencias forman parte de un momento histórico de amplia oferta: niveles de ocios virtual y físico, seducción estética, consumo, posicionamiento en redes sociales…, es decir, estímulos y apoyos que dinamizan el escenario de referencia de adolescentes (Lambert, Minor, Wells y Hogan, 2015; Paul, 2015). Factores todos ellos dinámicos, que forman parte del amplio abanico de posibilidades y estímulos que les rodean.

Para autores como Lamnek (1987), Lösel y Farrington (2012) y Navarro (2014), el adolescente que durante el proceso de socialización coquetea con prácticas de riesgo posee pobres habilidades de interrelación y dificultad para afrontar adecuadamente los problemas. Así pues, los factores dinámicos forman parte del sistema de competencias del sujeto y facilitan su desarrollo prosocial (Botija, 2014; Caldwell, 2010; Farrell, Meyer, Kung y Sullivan, 2008). Por su parte, Amar, Abello, Madariaga y Ávila (2014), Guralnick (2011), Vitopoulos, Peterson-Badali y Skilling (2012) y Wade et al. (2011) refieren que los entornos de apoyo social facilitan la movilidad de estatus en las relaciones humanas, constituyéndose como herramienta de transformación. A más posibilidades de apoyo social, mayores son las expectativas de los individuos y más capacidad de transformación adquieren los factores dinámicos. En esta línea, Van Doorn, Branje y Meeus (2011) plantean que los efectos positivos de la red social redundan en mejores condiciones de vida y menor probabilidad de contacto con dinámicas de riesgo que estimulen la delincuencia.

La intensidad de los factores dinámicos condiciona la relación del ACL con el riesgo. Según Bowlby (1985), la calidad de las relaciones del niño en su familia incide en sus relaciones tanto prosociales como de riesgo. A mayor calidad en las relaciones familiares, menor es el impacto antisocial. Por tanto, a medida que los factores estáticos son positivos, impulsan a los dinámicos. Howe (2001), a través de su teoría del vínculo afectivo para la práctica del trabajo social, va más allá, destacando que los refuerzos que el niño/adolescente obtiene de su entorno «estimado» constituyen una base sólida para desarrollar su sociabilidad. Tolbert (2012) informa que el adolescente que mantiene una sana relación con adultos prosociales revierte en una mejor adaptación a las normas.

La predicción del riesgo de delincuencia ha interesado a la comunidad científica a efectos de poder prevenirla (Monahan, Steinberg, Cauffman y Mulvey, 2009). La valoración de riesgo del infractor puede tener serias consecuencias, no solo para su libertad (Aebi, Vogt, Plattner, Steinhausen y Bessier, 2012; Cattlet, Toews y Walilko, 2010), sino también para la seguridad de la sociedad (Andrews y Bonta, 2003). En la actualidad, existen instrumentos que permiten predecir y evaluar el riesgo de reincidencia en delincuencia juvenil. Los más utilizados son el Inventario de Gestión e Intervención para Jóvenes (Youth Level Service/Case Management Inventory) y el Structured Assesment of Violence Risk in Youth (SAVRY) (Borum, Bartel y Forth, 2003). Diferentes investigaciones se han posicionado a favor del SAVRY frente a otros instrumentos ya que permite evaluar el riesgo en el rango de edad que establecen los actuales sistemas de justicia penal occidentales, incluye una amplia gama de factores dinámicos que pueden alterar los factores de riesgo en los adolescentes a la vez que se utiliza para conformar protocolos de atención individualizada requeridos por los juzgados de menores, establecer tipologías (O’Donnell, Baumer y Hughes, 2008) y trabajar procesos psicosociales y educativos (Boccaccini et al., 2012; Botija, 2011; Meyers y Schmidt, 2008; Lodewijks, de Ruiter y Doreleijers, 2010). SAVRY es un cuestionario que incluye factores de protección que interaccionan con variables de riesgo, a diferencia de otros instrumentos de medida que no consideran el equilibrio entre riesgo-protección (Childs, Frick, Ryals, Lingonblad y Villio, 2014).

SAVRY es un instrumento diseñado para diagnosticar las dificultades en los procesos de rehabilitación psicosocial de ACL. Una de sus funciones es evaluar a los sujetos y en función de ello planificar y reorientar los procesos de tratamiento. Ajusta las tipologías de reincidencia de los ACL mediante terciles (riesgo alto, riesgo moderado o contenido y riesgo bajo). Examina comportamientos del sujeto, que colaboran en mantener su conducta antisocial o en modificarla mediante comportamientos prosociales. Un aspecto destacado del SAVRY es el énfasis en los factores dinámicos, ya que permite orientar claramente las actuaciones de los profesionales con el fin de favorecer el proceso reeducativo. Las investigaciones sugieren que los instrumentos que utilizan enfoques más precisos —como el que nos ocupa— permiten una evaluación del riesgo más significativa que mediante instrumentos genéricos (Baird et al., 2013; Prior y Mason, 2010). Es una herramienta altamente fiable. Lodewijks, de Ruitter, Doreleijers y Borum (2008) hallaron una excelente validez predictiva en el análisis multivariable de comportamiento violento en ACL. Welsh, Schmidt, McKinnon, Chattha y Meyers (2008) también encontraron alta precisión ante conductas delictivas. Sin embargo, SAVRY no es la única herramienta de evaluación de riesgo. La tabla 1 muestra una comparativa de instrumentos utilizados para la evaluación del riesgo delictivo con población adolescente.

Tabla 1.

Instrumentos de valoración del riesgo delictivo en adolescentes

Instrumento VR y autor  N.o ítems  Influencias teóricas  Adaptación y especificidades  Rango de edad 
SAVRY
Borum et al. (2003) 
30  Borum, Swarz y Sampson (1996); Borum (2000)  Hilterman y Pueyo (2008). SAVRY
Predicción de la violencia en adolescentes 
12-18 
PSD
Frick y Hare (2001) 
20  Hare y McPherson (1984)  Muñoz y Frick (2007). ASPD
Rasgos psicopáticos prematuros 
6-13 
PCL-R
Hare (1991) 
18  Hare y Frazelle (1980)  Moltó, Poy y Torrubia (1996). PCL-YV
Características interpersonales y psicopatía. Intervenciones a corto plazo 
14-21 
YLS/CMI
Hodge y Andrews (2003) 
38  Andrews y Bonta (1994)  Graña, Garrido y González (2007). IGI-J
Predicción de la delincuencia juvenil 
12-18 

Instrumento VR: instrumento de valoración del riesgo. El rango edad se ha presentado en años y el N.o ítems indica el número de ítems que evalúa el citado instrumento.

Nuestro objeto de análisis se centra en estudiar los factores dinámicos, por tanto SAVRY constituye un buen instrumento para su evaluación (Gammelgard, Koivisto, Eronen y Kaltiala-Heino, 2008; Schmidt, Campbell y Houlding, 2011; Vincent, Chapman y Cook, 2011). En esta línea, los objetivos del estudio fueron: a) identificar factores dinámicos colaboradores con la adaptación o inadaptación social de los adolescentes; b) describir las redes de relación de los ACL, y c) establecer analogías con los tipos de reincidencia.

MetodologíaParticipantes

Desde el marco institucional, participaron 3 de los 5 recursos residenciales públicos de justicia juvenil de la provincia de Valencia. La muestra se configuró a partir de los jóvenes internos en estos centros de internamiento. Se informó de los objetivos de la investigación. El 95.7% aceptó participar; del 4.3% no se pudo obtener consentimiento informado y fueron apartados atendiendo a cuestiones éticas. Los criterios de inclusión en la muestra determinaron la participación de 157 ACL con perfil de ajuste, con estas características: residencia en entorno territorial integrado, ausencia de patrones desviados en la historia familiar por vía directa, disponer de recursos económicos apropiados a las necesidades familiares, herencia no marginal en comportamientos familiares, nula intervención de instituciones benefactoras y la asunción de una o más medidas de internamiento reeducativo diferentes al tipo penal de maltrato familiar o en asociación con este.

Diseño y procedimiento

Se combinaron técnicas cuantitativas —cuestionario ad hoc para el establecimiento de los criterios de inclusión y SAVRY— y cualitativas —relatos de vida, entrevistas y grupos de discusión—, integrando procesos empíricos de triangulación múltiple. Se procedió a analizar la muestra de 157 ACL con perfil de ajuste de entre 14 y 18 años internados durante el periodo 2008 a 2012, sometidos a la justicia penal de menores con medida de internamiento.

Se estructuró el proceso empírico en 5 subprocedimientos: primero se delimitaron los criterios de inclusión definitorios de ACL con perfil de ajuste. Estos se obtuvieron a través de cuestionario ad hoc suministrado a profesionales de la justicia juvenil. Se recogió el 90% de los mismos. En segundo lugar, se administró el SAVRY a los sujetos de la muestra. Para complementar la predicción de riesgo, y como tercer subprocedimiento, se realizaron 6 relatos de vida de ACL asociados a cada tercil SAVRY: reincidencia de intensidad alta (RIA), reincidencia de intensidad contenida (RIC) y reincidencia de intensidad baja (RIB) (tabla 2). A efectos de triangular la información obtenida mediante cuestionario y relato de vida, en cuarto lugar se llevaron a cabo 17 entrevistas a expertos en adolescencia, aplicando paridad de género. La triangulación de método constituye una estrategia cualitativa que permite la verificación de resultados a partir de la implementación de 2 o más técnicas; en este caso fueron: cuestionario, relato de vida y entrevista con objeto de documentar la influencia de los factores dinámicos en la gestión del riesgo de los ACL con perfil de ajuste. El quinto y último subprocedimiento se planificó para verificar los resultados, programándose 3 grupos de discusión. Los 2 primeros se realizaron a efectos de analizar las categorizaciones obtenidas tras las entrevistas y relatos de vida sobre las prácticas de riesgo y protección en la socialización de los adolescentes. El último grupo se organizó con el objetivo de confirmar los resultados de SAVRY mediante técnica cualitativa. Complementariamente se utilizó el software MAXqda 10 para el tratamiento de las entrevistas, relatos de vida y grupos de discusión. El discurso de los sujetos participantes se dividió en 2 niveles: textual y conceptual. Se articularon diferentes categorías de análisis a partir de los factores dinámicos de SAVRY (factores S), integrando subcategorías de análisis e indicadores. También se utilizó Excel para sistematizar las puntuaciones de SAVRY y obtener el valor final asignado a cada variable: RIA (2), RIC (1) y RIB (0), y mediante SPSS establecer correlaciones.

Tabla 2.

Datos identificación de relatos de vida

ACL  Edad  Del. imp.  T. SAVRY  EICR 
Joven 1  20  Estafa, robo con violencia y lesiones  RIA  12 
Joven 2  23  Robo con violencia, robo con fuerza, agresión sexual…  RIA  13 
Joven 3  19  Robo con fuerza  RIC  17 
Joven 4  20  Robo con fuerza y hurto  RIC  16 
Joven 5  21  Hurto  RIB  16 
Joven 6  23  Contra la salud pública  RIB  16 

Edad: edad durante el proceso de informe.

ACL: adolescente en conflicto con la ley; Del. imp.: delito imputado en la justicia penal; EICR: edad de inicio de comportamientos de riesgo; RIA: reincidencia de intensidad alta; RIB: reincidencia de intensidad baja; RIC: reincidencia de intensidad contenida-moderada; SAVRY: Structured Assesment of Violence Risk in Youth. T. SAVRY: tipología SAVRY.

Instrumentos de evaluación

Se utilizó el SAVRY (Borum et al., 2003), adaptado por Hilterman y Pueyo (2008) en la versión de Evaluación Estructurada de Riesgo de Violencia en Juventud. El SAVRY permite evaluar comportamientos inadaptados, además de identificar las variables de riesgo/protección. Contiene 10 factores pertenecientes al pasado del sujeto (factores de riesgo estáticos), 6 factores de riesgo sociales/contextuales (dinámicos) y 10 factores de riesgo individuales (dinámicos). Evalúa la reincidencia delictiva en la configuración de 3 terciles (riesgo alto, moderado o contenido y bajo). El cuestionario indica que un factor de riesgo debe ser anotado «bajo» cuando este está ausente, «moderado o contenido» cuando es mínimamente presente o no se considera aspecto determinante en su inadaptación, y «alto» cuando el factor de riesgo es prominente en la historia de vida del ACL, está presente y provoca un deterioro significativo. Además, integra 6 factores adicionales de protección que equilibran los de riesgo en modo de presente/ausente. Cada ítem de SAVRY admite una anotación de «punto crítico», si este es especialmente significativo en la comprensión del nivel de riesgo que presenta el adolescente.

Relativo a la demografía, el estudio recogió para este trabajo: edad, sexo, etnia, participación en redes comunitarias, grupos de socialización de iguales, tipos penales, inicio a comportamientos de riesgo y situación escolar. Se analizaron con objeto de relacionar variables demográficas y factores dinámicos con la estimación de reincidencia de los ACL con perfil de ajuste.

Resultados

Los ACL con perfil de ajuste constituyen una nueva identidad en las bases de datos de justicia juvenil, cuyo número se ha visto incrementado en los últimos años tal como refleja la tabla 3.

Tabla 3.

Representatividad en la presencia de los diferentes perfiles

  2008  2009  2010  2011  2012  Total 
Cs. ACL PC  47  51  27  22  39  186 
Cs. ACL PM  12  13  13  15  20  73 
Cs. ACL PA  27  28  32  33  37  157 
Total  86  92  72  70  96  416 

Cs. ACL PA: casos de adolescentes en conflicto con la ley con perfil de ajuste; Cs. ACL PC: casos de adolescentes en conflicto con la ley con perfil clásico; Cs. ACL PM: casos de adolescentes en conflicto con la ley con perfil de maltrato a los progenitores.

Se observa el crecimiento de los perfiles de ajuste, entre los que aparece el maltrato o violencia filioparental. Observamos también cómo el perfil clásico de marginación, pobreza y exclusión es el más nutrido.

Respecto a la predicción del riesgo atendiendo a factores contextuales, los resultados informaron de la presencia de diferentes grupos de relación. El 54% de los ACL de la muestra presentaron un grupo de relación habitual no delictivo. El 32% mostraron RIC, evidenciando un trato ocasional con pares que pudieran acometer actividades ilícitas. Un porcentaje del 14% asumirían un riesgo de reincidencia alto, ya que tendrían elevada relación con iguales delincuentes. Vemos que los ACL con perfil de ajuste asumen relaciones sociales heterogéneas. El verbatio lo explica:

«Estos tienen más posibilidades, no desentonan en ningún sitio» (Experto 3).

«Estos críos son muy adaptativos y lo hacen rápido, tanto en espacios de control social como con otros chavales que delinquen» (Experto 2).

«Yo tenía mis amigas buenecicas, que no robaban, iban al instituto y no se drogaban; y luego tenía otras que me iba de fiesta y a robar al Berskha. Ahora algunas están en la universidad y otras presas» (Joven 1).

En relación con las capacidades de afrontamiento ante problemas cotidianos, el 55% presentó riesgo bajo. El 39% mostró unas posibilidades RIC. Tan solo el 6% presentaría una tipología RIA incidiendo para alto estrés soportado. Además mostrarían altas complejidades para resolver las dificultades de manera asertiva. Prácticamente el 45% (RIA y RIC) tendría dificultades para resolver problemas adecuadamente y por sí mismos. Los discursos inciden en este aspecto:

«Necesitan que un adulto les diga: eh tú, por ahí. Son autónomos para ciertas cosas pero para esto no» (Experto 3).

«A veces, tratando de resolver los problemas los complican más» (Experto 6).

«Si me vacilaba alguien se llevaba un tortón. Las cosas las arreglaba antes con ostias que con palabras» (Joven 4).

«A lo mejor veíamos que unas pavas nos vacilaban o nos miraban asín… y decíamos: ¡venga!, a robarles… ya íbamos y les decíamos: ye, tal ¿llevas hora?… y les quitemos el móvil» (Joven 1).

Respecto a la relación entre resolución de conflictos con el entorno (S13) y riesgo de reincidencia, la prueba de independencia aplicada mostró también una relación significativa y fuerte, con χ2 (2)=60.229; p<0.001; tau-b de Kendall=0.602. Los resultados muestran un aumento en la probabilidad de reincidir si existen dificultades para manejar el enfado (tabla 4).

Tabla 4.

Resolución de problemas e impulsividad (S13) y reincidencia

  SAVRY 2 valoresTOTAL 
Problemas con el manejo del enfado  Bajo riesgo de reincidencia  Riesgo de reincidencia   
RIB
89  93 
% S13  95.7  4.3  100 
RIC
25  28  53 
% S13  47.2  52.8  100 
RIA
11 
% S13  18.2  81.8  100 
Total
116  41  157 
% S13  73.9  26.1  100 

% S13: porcentaje de problemas con el manejo del enfado; RIA: reincidencia de intensidad alta; RIB: reincidencia de intensidad baja; RIC: reincidencia de intensidad contenida-moderada; SAVRY: Structured Assesment of Violence Risk in Youth.

Presentamos para la tabla 5 la prueba de chi-cuadrado: χ2 (2)=54.762; p<0.001; tau-b de Kendall=0.575. Los porcentajes de reincidencia bajan a medida que incrementa la colaboración hacia las normas de control. El discurso incide en este aspecto:

«Alguien dijo una frase que a mí me pareció espectacular: que muchas veces en casa, los padres, sacrifican la educación por la relación con la idea de mantener una buena relación con el hijo, sacrificamos el hábito educativo» (Experto 2).

«Mis padres querían que tuviese un horario y unas normas; me apuntaron a tocar la guitarra y al gimnasio, y así tenía menos tiempo para liarme con otras cosas» (Joven 6).

Tabla 5.

Desobediencia a padres/normas de control (S23) y reincidencia

  SAVRY 2 valoresTotal 
Desobediencia a normas de control  Bajo riesgo de reincidencia  Riesgo de reincidencia   
RIB
93  100 
% S23  93  100 
RIC
20  24  44 
% S23  45.5  54.5  100 
RIA
10  13 
% S23  23.1  76.9  100 
Total
116  41  157 
% S23  73.9  26.1  100 

% S23: porcentaje de desobediencia a los padres y a las normas de control; RIA: reincidencia de intensidad alta; RIB: reincidencia de intensidad baja; RIC: reincidencia de intensidad contenida-moderada; SAVRY: Structured Assesment of Violence Risk in Youth.

En relación con las redes de apoyo social, el 70% de los ACL sujetos a este perfil mantendrían un RIB atendiendo a esta variable, ya que sus entornos de referencia familiar serían prosociales. La tipología RIC se situaría en un 30%, reflejando sistemas familiares con apoyos pero con dificultades para mantenerlos. Solo un 2% presentaría RIA, con serios problemas para orientar en positivo.

«Familias con muchas posibilidades y contactos» (Experto 8).

«Hay nanos que saben algo de inglés, o que dibujan que no veas, o tal porque de pequeños han hecho de todo. Repaso aquí, idiomas, Taekwondo allá… Y este nido, y ese, y ese…en todos los nidos van ampliando su red de apoyo» (Experto 6).

«La verdad que los contactos de mi familia luego me ayudaron a estar más centrada. Ellos veían que estaba mejor y podían dar la cara por mí… Mi padre y mi madre conocen a mucha gente» (Joven 5).

La estimación de riesgo en variables individuales supone establecer una predicción atendiendo a factores de riesgo dinámicos, de relación con el entorno y sujetos a la subjetividad de los ACL. Comprenden las variables asunción de riesgos (S17) a S24 del SAVRY. Analizamos especialmente el compromiso escolar (S24), atendiendo a que además constituye el eje vertebrador de la socialización secundaria.

«Yo creo que lo que marca la diferencia de los perfiles está en las posibilidades reales que tengan individualmente para cambiar su vida» (Experto 12).

En apego hacia el contexto escolar, los niveles de RIB se situaron en el 75% de ACL de la muestra. Esto nos indica que los ACL mantenían cierto vínculo en el aprendizaje formal, pudiendo ser desde el ámbito de la educación obligatoria, tanto reglada como no reglada, o desde la inserción laboral. Un 19% se vinculó a la tipología RIC manifestando poco interés en la escuela o mostrando una asistencia irregular. Un 6%, asociado a la tipología RIA, demostró una desafección por estas cuestiones y muy baja implicación en actividades integradas. Derivado de las entrevistas a profesionales, informaron:

«Por lo general estos chavales han tenido un contacto más tardío con los problemas, por tanto mantienen bases más o menos sólidas de la infancia que les ayuda a salir airosos del precipicio» (Experto 1).

«Sabía que la vida que llevaba no me iba a dar alegrías y por eso creo que mi subconsciente me decía que no me dejara el instituto» (Joven 3).

La ausencia de interés por la formación o poco compromiso laboral estimulan la reincidencia. Se pone a prueba mediante la relación entre los indicadores compromiso escolar/laboral (S24) y vínculos de aprendizaje (P5) con la reincidencia. En primer lugar se verifica la relación entre el compromiso escolar y laboral (S24), vinculación a los procesos de aprendizaje (P5) y la reincidencia. Así, vemos que la relación es estadísticamente significativa, con χ2 (2)=48.019; p<0.001; tau-b de Kendall=0.534 (tabla 6). Coinciden los datos proporcionados a partir del compromiso escolar, pues a mayor apego hacia el aprendizaje, menor riesgo de reincidencia.

«Me ayudó mucho conservar los amigos del colegio de toda la vida. En los malos momentos fueron ellos los que me sacaron de la cueva en la que me había metido yo solo» (Joven 6).

«En la cárcel tienes mucho tiempo libre, y a mi me dio por leer. Yo tenía colegas en el chabolo que no sabían leer y eso hace que lo lleves peor porque no te entretienes con nada y todo el día estás dándole vueltas y maquinando cosas que por lo general no son buenas» (Joven 2).

Tabla 6.

Relación entre compromiso con aprendizaje formal (S24), (P5) y reincidencia

  SAVRY 2 valoresTotal 
Compromiso escolar/laboral  Bajo riesgo de reincidencia  Riesgo de reincidencia   
RIB
103  15  118 
% S24  87.3  12.7  100 
RIC
12  17  29 
% S24  41.4  58.6  100 
RIA
10 
% S24  10.0  90.0  100 
Total
116  41  157 
% S24  73.9  26.1  100 

% S24: compromiso escolar/laboral; P5: fuerte compromiso con la escuela o el trabajo; RIA: reincidencia de intensidad alta; RIB: reincidencia de intensidad baja; RIC: reincidencia de intensidad contenida-moderada; SAVRY: Structured Assesment of Violence Risk in Youth.

Se observa cómo los factores psicosociales dinámicos ejercen de protectores de las prácticas de riesgo en este perfil de ACL de ajuste; entre ellos, destacan el apoyo prosocial de adultos, la participación en diferentes actividades y el interés o vinculación hacia el aprendizaje. También la relación con diferentes grupos de iguales, aunque no es en sí mismo un factor protector, sí favorece la adaptación y conexión del ACL a diferentes contextos de relación. Por otro lado, emergen circunstancias que inciden en la asociación a comportamientos inestables, como son el manejo de situaciones adversas, la gestión de los riesgos y una escasa autonomía en la resolución de problemas o la dificultad de los padres para educar o afrontar la educación de sus hijos con pautas de control adecuadas. En la relación entre estas variables se hallaron estadísticos significativos.

Discusión

Este estudio examina los factores dinámicos que colaboran en la conducta delictiva de los adolescentes; este fue el primer objetivo del trabajo. Tolbert (2012) señala el apoyo social como una fuente de capital que agrupa las posibilidades económicas, culturales y de recursos, potenciando los factores dinámicos y colaborando en el empoderamiento individual de los sujetos. En esta línea, otro de los factores dinámicos que destaca el estudio se vincula al compromiso hacia el aprendizaje o la formación reglada/no reglada. Catroppa y Anderson (2003) refieren que factores estáticos asociados a condiciones de prosocialidad en la socialización primaria de los niños colaboran al reducir el riesgo de abandono prematuro de la educación obligatoria en la adolescencia. Hawkins y Weiss (2004) identifican la escuela como uno de los ejes prioritarios en el mantenimiento de comportamientos prosociales. Moffitt et al. (2011) predicen que experiencias positivas en la escuela primaria colaboran en la futura relación del adolescente hacia contextos de aprendizaje. Los hallazgos evidencian que los ACL con perfil de ajuste se aproximan a la inadaptación de manera tardía, convirtiéndose en factor protector. Estos datos coinciden con las aportaciones de Monahan et al. (2009) en la prevención del delito, argumentando además que una tardía relación con la delincuencia, acompañada de apoyos estructurales como la educación, la parentalidad positiva o la conexión con el mundo laboral, facilitan la desvinculación del adolescente hacia el delito. En esta línea, los resultados del presente trabajo nos muestran, concretamente en la tabla 2, como a menor profundización delictiva (tipologías RIB y RIC), mayor edad en el inicio de comportamiento de riesgo (EICR) del ACL.

Diferentes autores han destacado la importancia de la familia como fuente de socialización (Milevsky, 2011; Sen y Broadhurst, 2011; Whitaker et al., 2015). Esta dimensión favorece el afrontamiento de la adolescencia con mayores recursos (Lambert et al., 2015; Paul, 2015), destacando entre estos el apoyo social proporcionado por los padres y las posibilidades que la red de relaciones genera. En este sentido, los resultados asociados a las tipologías de prevalencia en riesgos motivaron que un 68% de la muestra contó con posibilidades efectivas de integrarse a través de redes de apoyo social en la forma de recursos educativos, culturales, deportivos, etc. Coinciden estos porcentajes con los análisis de Milevsky (2011) y Siu et al. (2012) que constatan la importancia de una afectividad estable en la adolescencia como fuente de equilibrio en el ajuste conductual, incidiendo en padres, hermanos y adultos con ascendencia —entrenadores, tutores, etc.—. Estudios como los de Lambert et al. (2015) nos informan de que la falta de apoyo social en figuras representativas repercute en la conducta delictiva de menores de edad. Kokcis (2013) relacionó el compromiso en la educación de los padres con la alta prosocialidad del adolescente; en esta línea, nuestros resultados muestran similitudes ya que el 73.9% de los ACL con perfil de ajuste evidenciaron apoyo familiar, estimando baja reincidencia.

Describir las redes de relación en las que socializan los adolescentes constituyó el segundo de los objetivos de la investigación. En este sentido, hemos analizado como los adolescentes se relacionan en diferentes escenarios. Esta extensión de la socialización supone que dispongan de más oportunidades para entrenar la resolución de conflictos (Grant, 2008; Meyers y Schmidt, 2008; Wade et al., 2011). A medida que los escenarios de relación crecen, también lo hace el empoderamiento de los adolescentes ante el manejo de diferentes situaciones (Biscione y Picornell, 2015; Guralnick, 2011; Halpern-Meeking et al., 2013). En esta línea, los resultados señalaron que el 32% de los ACL se relacionaron con diferentes grupos y actividades, tanto lícitas como de riesgo. Por tanto, coincidimos con Van Doorn et al. (2011) en que los ACL con perfil de ajuste frecuentaron diferentes escenarios de relación, factor que dinamiza sus relaciones sociales y permite ampliar conexiones futuras. Esta asociación destaca la importancia de los factores dinámicos (Rodríguez et al., 2012; Thompson y McGrath, 2012), o las relaciones sentimentales (Vitopoulos et al., 2012). Según Eisenberg et al. (1999), las relaciones que establece el adolescente como sujeto individual, no determinan la protección frente al riesgo que pudieran representar las actividades de su grupo de pares.

El tercero de los objetivos del estudio trataba de aproximar las tipologías de reincidencia a la relación con pares y actividades de riesgo. En este sentido, a mayor incidencia en los tipos predictivos RIA y RIC, también son más graves las consecuencias derivadas de la relación con pares de riesgo. Las investigaciones científicas así lo corroboran (Aebi et al., 2012; Boccaccini et al., 2012; Hayden et al., 2007; Monahan et al., 2009; O’Donnell et al., 2008). Por tanto, es importante considerar las distancias con los adultos atendiendo a la ascendencia que el grupo represente para el ACL; es decir, no es lo mismo que la distorsión incida prácticamente en todas las esferas de la vida activa, como podría representar el perfil RIA, que afecte a la relación con los padres pero que consiga estar conectada con el contexto escolar, como representa el relato del Joven 3 (RIC), o la planificación de actividades de ocio, como el caso del Joven 6 (RIB). Con base en estos criterios, Farrell et al. (2008) y Monahan et al. (2009) elaboraron programas de prevención incidiendo en factores dinámicos como fuente de protección, cuyas experiencias de evaluación (Caldwell, 2010) confirman nuestro análisis.

Otras investigaciones se han hecho eco de la asociación entre relaciones personales, agresividad y problemas de conducta como clave para la reincidencia de los ACL (Cattlet et al., 2010; Van der Helm, Beunk, Stams y van der Laan, 2014); de hecho, Rodríguez et al. (2012, p. 33) afirman que existe «alto riesgo cuando no se aprecia control emocional». Además, Scandroglio y López (2010) hallaron alta predicción en adolescentes con dificultades de integración en la sociedad. Nuestros hallazgos ahondaron en esta línea, evidenciando que las vulnerabilidades de los ACL dependían de su autogestión con la dificultad, de ahí su vinculación a las diferentes tipologías de reincidencia.

Conclusiones

La delincuencia juvenil constituye actualmente un fenómeno de naturaleza global, que excede los marcos físico-territoriales del problema. Hasta hace solo una década eran casos puntuales los adolescentes con perfil de ajuste social que llegaban a los juzgados de menores; sin embargo, en la actualidad se ha convertido en una constante. Respecto a la utilización del instrumento, destacar que el SAVRY a través del ítem crítico permite tomar en consideración factores influyentes en la predicción del riesgo de los adolescentes. Está diseñado para ser utilizado en la planificación de las intervenciones y en la evolución de los procesos de reeducación. Ante fenómenos de naturaleza global se requieren marcos especializados de tratamiento. Considerando la capacidad de cambio como una constante en los factores dinámicos, es un instrumento idóneo para ajustar la planificación a los objetivos de intervención.

Los datos presentan una progresión aritmética a medida que pasan los años. El cambio en las tendencias de los comportamientos delictivos experimentados por los adolescentes con perfil de ajuste desvirtúa las tradiciones del estudio del delito (Lamo de Espinosa, 1993) y manuales de criminología clásica (Gross, 1968), que desclasifican los ACL con perfil de ajuste como delincuentes. Las relaciones tóxicas con iguales o un negativo manejo en la resolución de conflictos inciden en el mantenimiento de factores de riesgo. Estos factores dinámicos logran equilibrase a partir de experiencias que favorecen la relación con ambientes consistentes y estructuras de apoyo estable que incrementan las posibilidades de promoción; la inserción laboral y otros planteamientos de corte inclusivo colaboran en la desafección del delito. Es decir, este perfil goza de ciertas garantías que permiten reducir dinámicas desviadas con las que interactúan.

En definitiva, destacamos la existencia de elementos de riesgo que son determinantes con adolescentes procedentes de entornos de exclusión; sin embargo no lo son tanto con ACL con perfil de ajuste, ya que los factores dinámicos son reconducibles. Las fuentes de protección son más consistentes y esto redunda en un contacto con el riesgo intermitente que protege al ACL con perfil de ajuste. Los factores estáticos en adolescentes de este perfil no responden a vivencias especialmente traumáticas y esto produce un desarrollo afectivo positivo. Por otro lado, las redes de soporte social y familiar son fuertes, a pesar de las vicisitudes y experiencias compartidas entre el adolescente y su familia, factor que prioriza la protección mediante redes y mecanismos de inclusión y control social frente a la vulnerabilidad. Por tanto, los factores dinámicos para este perfil permiten canalizar la inclusión mediante pautas prosociales. Los ACL con perfil de ajuste que hemos presentado gozan de conexiones y apoyos, traduciéndose en bajas tasas de evaluación de riesgo y reincidencia delictiva.

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

Anexo 1

El SAVRY contiene 24 factores de riesgo (desde S1 hasta S24) y 6 factores de protección (desde P1 hasta P6). Los factores se distribuyen de la siguiente manera: 10 factores que pertenecen al pasado del sujeto (factores estáticos desde S1 hasta S10), 6 factores sociales/contextuales (dinámicos, desde S11 hasta S16) y 8 factores individuales (dinámicos, desde S17 hasta S24). Además, cuenta con 6 factores de protección (dinámicos, desde P1 hasta P6).

Factores de riesgo históricos  Violencia previa (S1)
Inicio temprano de la violencia (S2)
Historia de actos delictivos (S3)
Fracaso de intervenciones anteriores (S4)
Intentos de autolesión o suicidio previo (S5)
Exposición a la violencia en el hogar (S6)
Historia de maltrato infantil (S7)
Separación temprana de cuidadores (S8)
Delincuencia de los padres o cuidadores (S9)
Bajo rendimiento en la escuela (S10) 
Factores de riesgo sociales/contextuales  Delincuencia en el grupo de iguales (S11)
Rechazo de grupo de iguales (S12)
Estrés e incapacidad para enfrentar dificultades (S13)
Escasa habilidad de los padres para educar (S14)
Falta de apoyo social (S15)
Entorno marginal (S16) 
Factores de riesgo individuales  Asunción de riesgos (S17)
Impulsividad (S18)
Problemas de consumo de sustancias (S19)
Problemas de manejo del enfado (S20)
Baja empatía (S21)
Hiperactividad (S22)
Baja colaboración en intervenciones/actitud negativa (S23)
Bajo interés/compromiso escolar o laboral (S24) 
Factores de protección  Implicación prosocial (P1)
Apoyo social fuerte (P2)
Vínculos con adulto prosocial (P3)
Actitud positiva hacia intervenciones y autoridad (P4)
Fuerte compromiso con la escuela o el trabajo (P5)
Resiliencia (P6) 

Fuente: elaboración propia.

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