Objetivos docentes: Repasar conceptos claves de la epidemiología, fisiopatología y clínica de la EIP. Definir los diferentes estadios de la enfermedad y establecer su espectro diagnóstico mediante la tomografía computarizada (TC). Revisar los diagnósticos diferenciales frecuentes de la EIP.

Revisión del tema: El diagnóstico de la EIP es con certeza un desafío. La TC es con frecuencia la primera prueba de imagen empleada en las pacientes con EIP, debido a que los síntomas de presentación son poco específicos, mimetizando enfermedades abdominales o pélvicas como apendicitis, diverticulitis, endometriosis o torsión de ovario, entre otras. La RM aunque presenta una elevada sensibilidad y especificidad, suele reservarse para aquellos casos ya diagnosticados en los que se requiere información adicional o refractarios al tratamiento. Existen signos tomográficos característicos que permiten decantarse por una patología específica dentro del espectro diagnóstico de la EIP. Las manifestaciones tempranas de la EIP se pueden reconocer en el TC como engrosamiento del cérvix, pérdida de la definición del borde uterino o engrosamiento de las trompas de Falopio. Las manifestaciones tardías se presentan como engrosamiento y captación de las paredes de las trompas o la presencia de gas endometrial. La TC permite detectar complicaciones de la EIP, así como, descartar diagnósticos diferenciales como la apendicitis o la torsión ovárica.

Conclusiones: La EIP es una enfermedad prevalente en mujeres de edad fértil. Su detección en estadio temprano puede reducir el riesgo de infertilidad tubárica, embarazo ectópico y dolor pélvico crónico; es por tanto de extrema importancia que el radiólogo conozca el espectro diagnóstico de la EIP mediante TC.