La necrosis de la cabeza femoral es una entidad bien reconocida. Su etiología incluye lesiones traumáticas (fractura subcapital o transcervical del cuello de fémur)1 y no traumáticas, como alcoholismo, síndrome de Cushing (yatrogénico o no), hepatopatía crónica, embarazo, hemoglobinopatías, enfermedad de Gaucher, barotrauma, pancreatitis, hiperlipidemia, gota, vasculitis, sinovitis con elevación de la presión intraarticular, artritis juvenil, enfermedad celiaca, etc., por citar sólo algunas2-6, y varios fármacos7. Existen además raros casos familiares8.
La mayor parte de los casos se deben a alcoholismo o a tratamiento esteroideo. Se ha calculado la incidencia de esta entidad en pacientes que reciben corticoides: por cada 1.000 pacientes tratados con corticoides aparecería un caso de osteonecrosis cada año9, aunque en algunos casos la responsabilidad tal vez resida no en los propios corticoides, sino en la enfermedad subyacente (en muchos casos, de tipo vasculítico). En efecto, la necrosis isquémica desempeña un papel en su patogenia6; tras un episodio inicial de infarto, con necrosis ósea, se produce un colapso trabecular y formación de un secuestro. Una reacción osteosclerótica intensa de la región sana de la cabeza femoral genera el desarro-
llo de marcada osteofitosis y cambios artrósicos. Todo ello deforma la cabeza femoral de una manera bastante característica (tan sólo las formas graves de la enfermedad de Legg-Calvé-Perthes pueden dar lugar a una alteración similar10) y genera una imagen radiológica hiperdensa a la que contribuyen las trabéculas colapsadas, el depósito de sales cálcicas en el área de secuestro y la intensa reacción reparativa osteosclerótica. Tanto la deformidad de la cabeza femoral (deformidad en seta o champiñón) como la intensa hiperdensidad radiológica son perfectamente visibles en las figuras que ilustran este caso (figs. 1 y 2).
Fig. 1. Vista lateral de la cabeza femoral, con intensa osteofitosis y deformidad en champiñón.
Fig. 2. Imagen radiológica de la cabeza femoral. Destaca la intensa osteosclerosis y el colapso de las trabéculas, que son sin embargo perfectamente visibles en la región trocantérea.
Este caso, perteneciente a un individuo prehispánico de la isla de La Palma, inhumado en una cueva funeraria del Barranco del Agua (Garafía), excavada en su día por J. Pais Pais11 no presenta otras
alteraciones que sugieran una etiología traumática. Se trata de un sujeto, probablemente varón por la robustez de las inserciones musculares, y adulto; la ausencia del resto del esqueleto no nos permite detectar signos sugestivos de otras entidades nosológicas causantes de osteonecrosis o procesos similares. El tipo de yacimiento y las características de la inhumación permiten adscribirlo a la población prehispánica de la isla de La Palma o benahoaritas (el término "guanche", en sentido estricto, hace referencia sólo a la población prehispánica de Tenerife, aunque, por extensión, se suele emplear para denominar a toda la población prehispánica de Canarias). Esta población prehispánica es de origen bereber norteafricano12 y colonizó las islas, posiblemente en distintas oleadas, hace unos 2.500 años, aunque la antigüedad exacta del caso presentado no es conocida.
Que sepamos es éste el primer ejemplo de un caso de osteonecrosis en la población prehispánica de Canarias; no obstante, esta entidad ha sido descrita en otras poblaciones antiguas13.
AGRADECIMIENTOS
A J. Pais Pais, doctor en Historia, por habernos permitido estudiar este caso.