INTRODUCCIÓN
La osteoporosis ha sido definida como una enfermedad esquelética caracterizada por baja masa ósea y alteración de la microarquitectura del tejido óseo con un incremento de la fragilidad ósea y mayor predisposición a las fracturas1. Asimismo, es la enfermedad del metabolismo mineral más frecuente del mundo occidental, pero la más subdiagnosticada y subtratada. Estudios epidemiológicos realizados en Estados Unidos han estimado que el 40% de las mujeres y el 13 % de los hombres mayores de 50 años experimentarán una fractura por fragilidad ósea en algún momento de su vida2. El costo estimado en salud pública de la osteoporosis y de las fracturas de cadera es aproximadamente de 18 billones de dólares por año en los Estados Unidos, asociada a una alta tasa de morbimortalidad. Se estima que la tasa de mortalidad, en el primer año de haber presentado la fractura de cadera, es del 6% al 44%, mientras que la morbilidad es igualmente significativa estimándose que casi el 50% de las mujeres con fracturas de cadera no pueden desarrollar una vida en forma independiente, debiendo ser la mayoría de ellas institucionalizadas3,4. En nuestro país no existe un registro de fracturas centralizado ni del gasto que ellas representan para la salud pública. Los datos epidemiológicos de osteoporosis en Argentina se han obtenido de estudios realizados en las ciudades de La Plata, Mar del Plata, Tucumán y Rosario, en pacientes mayores de 50 años, evaluando la incidencia de fracturas de cadera5-8 (fig. 1). Los resultados de estos estudios son concordantes entre sí. Al compararlos con los datos obtenidos en otros países, Argentina tiene una incidencia similar a la de Estados Unidos, Holanda, Escocia y Francia9-12; una incidencia mayor presentan los países escandinavos, menor los países como España e Italia, mientras que los países orientales presentan una baja incidencia de fractura de cadera13-19.
Fig. 1. Incidencia de osteoporosis en Argentina evaluada por número de fracturas de cadera/100.000 habitantes mayores de 50 años/año en las ciudades de La Plata, Mar del Plata, Tucumán y Rosario.
La Sección Osteopatías Médicas del Hospital de Clínicas, Universidad de Buenos Aires, llevó a cabo una campaña de detección de factores de riesgo y de prevención de osteoporosis, con el fin de concienciar a la población, brindarles el espacio para exponer sus dudas e inquietudes, ofrecer orientación médica y una evaluación de la masa ósea periférica (radio distal) en un subgrupo de los asistentes. En el presente trabajo se presentan los resultados obtenidos de dicha campaña.
MATERIALES Y MÉTODOS
La campaña se realizó de lunes a viernes (durante una semana) en el Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires, organizada por la Sección Osteopatías Médicas. La invitación a participar en la misma fue realizada a la población mayor de 50 años a través de un amplio programa de difusión radial, gráfico y televisivo, efectuado por la Secretaría de Comunicación Institucional, Prensa y Difusión del Hospital de Clínicas.
Para cumplir con los objetivos propuestos, la campaña se diseñó de la siguiente manera: los participantes fueron recibidos en la entrada del Hospital, donde se les entregaban folletos informativos sobre osteoporosis, prevención de caídas y recomendaciones nutricionales sobre ingesta de alimentos con calcio y se los invitaba a charlas sobre osteoporosis dictadas todos los días por los médicos de la Sección. Estas exposiciones tenían una duración de una hora en las cuales se realizaba una explicación del tema y luego se respondían las preguntas realizadas por los concurrentes.
A todos los participantes se les entregaba una ficha donde completaban los siguientes puntos:
1. Datos personales.
2. Presencia de factores de riesgo: menopausia temprana (antes de los 45 años); antecedentes de fracturas osteoporóticas (definida como aquella fractura que se origina ante traumatismos mínimos o con una caída desde su propia altura), y antecedentes de corticoterapia (dosis > 5 mg/día de prednisona)
3. Antecedentes de tratamientos para osteoporosis actuales o previos al momento de la campaña para osteoporosis.
A todas las pacientes de edad superior a 65 años se les realizó una densitometría ósea de radio no dominante con un equipo Lunar Pixi Dual (DXA).
Los resultados de la densitometría de radio fueron clasificados de acuerdo al T-score (cantidad de desvíos estándar que presenta el individuo comparado con el promedio de la población joven del mismo sexo) en las siguientes categorías: a) normal: T-score superior a 1,0; b) osteopenia leve: T-score entre 1,0 y 2,0, y c) osteopenia moderada a grave: T-score inferior a 2,0. Se ofreció una consulta médica de orientación a las pacientes que presentaban factores de riesgo (evaluados por la ficha completada) y a todas aquellas mujeres que realizaron la densitometría, explicándoles los resultados de la misma y aconsejándoles la conducta a seguir.
VARIABLES ANALIZADAS
Para evaluar la concurrencia se dividió a la población de acuerdo a la edad, sexo y presencia de factores de riesgo en tres grupos:
1. Mujeres entre 50 y 64 años y hombres de 50 años o más, sin factores de riesgo.
2. Similar composición de sexo y edad que el grupo 1, pero con factores de riesgo.
3. Mujeres de 65 años en adelante.
Se evaluó entre los factores de riesgo la prevalencia de fracturas osteoporóticas y su asociación con otros factores de riesgo (menopausia temprana y antecedentes de corticoterapia). En el subgrupo de participantes con fracturas osteoporóticas previas se analizó si recibían o habían recibido tratamientos para osteoporosis. Mediante la densitometría de antebrazo distal se evaluó la masa ósea periférica de las participantes mayores de 64 años.
Los datos extraídos fueron analizados cuantificando las variables y obteniéndose los porcentajes de cada una de ellas.
RESULTADOS
CONCURRENCIA
Participaron en total 1.305 personas de edad igual o superior a 50 años durante la presente campaña, 1.202 (92,1%) fueron mujeres y 103 (7,9%) hombres.
Su distribución por grupos quedó conformada de la siguiente manera (fig. 2):
Fig. 2. Distribución de la población asistente a la campaña de acuerdo a la edad, sexo y presencia de factores de riesgo.
Grupo 1: población total 364 participantes; 281 mujeres (23,4% del total de mujeres) y 83 hombres (80,6% del total de hombres).
Grupo 2: población total 315 participantes, 295 mujeres (24,5% del total de mujeres) y 20 hombres (19,4 % del total de hombres).
Grupo 3: total 626 mujeres (52,0% del total de mujeres participantes).
FACTORES DE RIESGO
El principal factor de riesgo analizado fue el antecedente de fracturas osteoporóticas. Ciento ochenta y cuatro participantes reportaron un total de 210 fracturas osteoporóticas previas, de los cuales 180 eran mujeres, 64 de ellas con edades entre los 50 y 64 años, 116 participantes de 65 años en adelante y 4 hombres de edad igual o superior a 50 años. De las 180 mujeres con fracturas osteoporóticas, 89 (49%) presentaban además otros factores de riesgo como menopausia precoz (30%), corticoterapia (12%) o ambos factores asociados (7%).
Las áreas esqueléticas fracturadas y el número de fracturas se detallan en la tabla 1.
TRATAMIENTO PARA OSTEOPOROSIS
Del total de los participantes con fracturas osteoporóticas previas (184), sólo 48 habían recibido o recibían los siguientes tratamientos: sólo calcio oral 26 participantes (14%), combinación de calcio y vitamina D 9 participantes (5%) y tratamientos específicos para osteoporosis (antirresortivos) asociado a calcio y/o vitamina D (7%). Ciento treinta y seis
participantes con fracturas osteoporóticas previas (74 %) no habían recibido ni recibían ningún tratamiento para la osteoporosis (fig. 3)
Fig. 3. Antecedentes de tratamientos para osteoporosis de los pacientes con fracturas osteoporóticas previas.
DENSITOMETRIA OSEA
Seiscientas veintiséis mujeres de edad igual o superior a 65 años realizaron una densitometría de antebrazo distal. De acuerdo a los resultados obtenidos, las participantes fueron asignadas a las siguientes categorías (fig. 4):
Fig. 4. Resultados de la densitometría en la población mayor de 65 años. Normal: T-score superior a 1,0; osteopenia leve: T-score entre 1,0 y 2,0; osteopenia moderada a marcada: T-score inferior a 2,0.
1. Densitometría normal: 100 participantes (16%).
2. Osteopenia leve: 188 participantes (30%).
3. Osteopenia moderada a marcada: 338 participantes (54%).
Como se aprecia, el 84% de las pacientes presentaban baja masa ósea, con una densitometría de radio distal con un T-score < 1.
CHARLAS SOBRE OSTEOPOROSIS
La asistencia promedio por día a las charlas sobre osteoporosis fue de 80 personas, siendo un total de 400 personas que concurrieron durante los 5 días de realización de la campaña de Prevención de Osteoporosis y Fracturas de Cadera.
DISCUSIÓN
Esta campaña fue diseñada dentro de un programa de detección de población en riesgo para desarrollar osteoporosis y fracturas de cadera, organizada por la Sección Osteopatías Médicas del Hospital de Clínicas, Universidad de Buenos Aires.
Dadas las características de esta campaña el grado de convocatoria superó las expectativas, señalando la enorme demanda de la población tanto para adquirir conocimientos para preservar su salud ósea como así también por una evaluación médica especializada para determinar el grado de afectación esquelética provocada por la osteoporosis.
Por medio del cuestionario de factores de riesgo se determinó que el antecedente más relevante dentro de los analizados fue la presencia de fracturas previas por fragilidad ósea. Ciento ochenta y cuatro participantes (14% del total), de los cuales el 98% eran mujeres y el 2 % eran hombres, tenían antecedentes de fracturas osteoporóticas previas, aconsejándoles que realizaran una consulta médica especializada. En la mitad de los casos las fracturas más frecuentes fueron de muñeca, seguida por tobillo/pie y húmero. Diferentes autores han reportado que el antecedente de haber presentado una fractura osteoporótica duplica o triplica el riesgo de presentar una nueva fractura por fragilidad ósea. También el sitio esquelético afectado por la primera fractura influye en la tasa de incidencia y el área esquelética en riesgo de presentar una nueva fractura osteoporótica20-23. Por ejemplo, aquellas mujeres que han padecido fracturas vertebrales presentan un riesgo 2,3 veces mayor de sufrir una fractura intertrocantérica y 1,4 veces una fractura de cuello femoral con
respecto a las mujeres sin fracturas. En cambio las mujeres que han tenido una fractura de húmero o de costillas presentan un riesgo relativo de 2,5 y 3 veces, respectivamente, de tener una fractura de cadera, mientras que las pacientes con una fractura de cadera previa presentan entre 2 y 5 veces incrementado el riesgo de sufrir una fractura de la cadera contralateral9,24. Es cuestionable el valor que posee la fractura de muñeca como predictor de fracturas de cadera25, sin embargo, numerosos autores han comunicado la presencia de este antecedente en las historias clínicas pertenecientes a pacientes con fracturas de cadera por fragilidad ósea, observándolo entre un 18% y un 30% de los casos26. Se ha publicado recientemente un estudio basado en el análisis de varios trabajos de incidencia de fractura de cadera y la influencia de las fracturas previas de columna y muñeca (fractura de Colles), encontrando diferencia en el valor predictivo según el sexo. En los hombres la fractura de Colles se asoció con un riesgo relati-
vo de fractura de cadera mayor que el antecedente de fractura de columna, a diferencia de las mujeres posmenopáusicas, en las cuales tuvo mayor valor predictivo la fractura previa de columna27.
La corticoterapia fue otro factor de riego para desarrollar fracturas osteoporóticas de cadera evaluado en la presente campaña. Numerosos estudios han comunicado que el uso de corticoides incrementa el riesgo de fracturas osteoporóticas28-31. Dicho riesgo está asociado a la dosis administrada. El estudio GPRD (General Practice Research Database) reportó que los pacientes que recibían una dosis inferior de prednisolona o sus equivalentes de 2,5 mg/día presentaban un riesgo relativo para desarrollar una fractura de cadera de 0,99, mientras que a una dosis entre 2,5-7,5 mg el riesgo relativo era de 1,77. A una dosis superior a 7,5 mg/día de prednisolona o sus equivalentes el riesgo relativo se incrementaba a 2,27. Hasta una dosis de 5 mg/día de prednisolona o equivalente se observaba un riesgo leve y estable de fractura (, 20%), pero a partir del mismo se observaba un marcado incremento29,32.
Otro factor reconocido para el desarrollo de fracturas osteoporóticas es la menopausia temprana. Se ha estudiado en mujeres con menopausia temprana que la pérdida de la densidad mineral ósea es mayor en las áreas esqueléticas con predominio de hueso trabecular y más intensa que las que tienen una menopausia a la edad habitual33,34.
Los datos obtenidos demuestran que gran parte de la población (74%) con fracturas óseas por osteoporosis nunca habían realizado algún tratamiento para osteoporosis. Solamente el 7% recibían tratamiento antirresortivo para la prevención de futuras fracturas óseas y el 19% restante recibían sólo calcio con o sin vitamina D.
La importancia de tratamientos específicos para osteoporosis para disminuir la pérdida ósea y la incidencia de fracturas ha sido ampliamente demostrada, fundamentalmente en aquellos pacientes con antecedentes de fracturas osteoporóticas previas35-39.
El hecho de que porcentajes tan elevados de pacientes con fracturas osteoporóticas previas no reciban tratamiento específico marca una falta de alerta en la Atención Primaria del impacto del antecedente de la fractura osteoporótica como factor de riesgo, como de la importancia del tratamiento para evitar progresión de la osteoporosis. Recientemente un estudio efectuado en Australia mostró que el 29% de las mujeres que concurrían a centros de Atención Primaria presentaban antecedentes de fracturas no traumáticas en la posmenopausia y que sólo el 28% recibían tratamiento específico para osteoporosis y el 7% calcio40. También estas pacientes con fracturas osteoporóticas presentaban mayor incidencia concomitante de otros factores de riesgo como menopausia precoz, corticoterapia y antecedentes familiares de osteoporosis41.
En la mitad de los participantes mayores de 65 años se observó una osteopenia moderada a marcada indicándoles realizar una consulta médica especializada para evaluar el metabolismo mineral y masa ósea con equipos centrales (columna lumbar y fémur) y determinar el tratamiento específico a realizar. En total, en base a los antecedentes o la densitometría, 653 participantes (50% del total) fueron derivados a una consulta médica especializada para prevención o tratamiento de la osteoporosis.
Si bien los datos obtenidos de esta campaña no pueden tomarse como pertenecientes a la población general, ya que tienen el sesgo de la convocatoria en una población presumiblemente afectada por la enfermedad, consideramos que los mismos son indicadores de la gran demanda de la población por obtener conocimientos sobre osteoporosis y prevenir fracturas, así como también por el conocimiento del estado de salud ósea en que se encuentra. Es fundamental destacar la gran proporción de pacientes con factores de riesgo para osteoporosis (principalmente fracturas osteoporóticas previas) que no recibían ningún tratamiento específico.
AGRADECIMIENTOS
A la compañía Merck Sharp & Dohme por proporcionarnos los equipos de densitometría que se utilizaron durante el desarrollo de la campaña.
A los alumnos de la Facultad de Medicina UBA por su colaboración en la campaña, sin la cual no hubiera sido posible llevar a cabo la misma.
A los profesionales de la Sección de Osteopatías Médicas que colaboraron: Dra. Cristina Casco, Dra. Silvana DiGregorio, Dra. Claudia Gómez Acotto, Dra. Diana González, Dra. Marta Ladizesky, Dr. Carlos Mautalen, Dra. Zulema Rubin, Dr. Eduardo Vega, Dra. Susana Zeni, Técnica Julia Somoza y Sra. Laura Joffre.