Se trata del análisis descriptivo del caso de una mujer de 60 años de edad que consultó esencialmente por una masa en la región anterior del cuello, de consistencia firme y que, al parecer, pulsaba. La sola inspección de la lesión hace pensar en un tumor sólido derivado del mediastino superior independiente de los grandes vasos del tórax. Las dilataciones aneurismáticas de la aorta torácica o de una de sus ramas, por su localización anatómica, no protruyen de la forma en que se muestra en la fotografía. Un aneurisma a nivel del tronco braquiocefálico podría explicar una masa en la base derecha del cuello, pero no de tal calibre que se expanda hacia fuera en la región anterior. No tienen, por otro lado, los vasos, la fuerza suficiente para rechazar la masa ósea, y antes de salirse del tórax cuando se dilatan, se rompen ocasionando una urgencia de tal magnitud que, si no se corrige, lleva inexorablemente a la muerte.
El tumor pudo haber tenido zonas de necrosis, lo que explicaría la disminución temporal de su tamaño, seguido de episodios hemorrágicos, y más tarde, su invasión local haber dado lugar a fenómenos respiratorios, ulceración del mismo, hemorragia y muerte.
Igualmente, los resultados de la autopsia no son claros, pues describen la aorta hasta el cayado de un calibre aneurismático, sí, pero sin una rotura que deforme completamente el vaso, como suele suceder. Solo aparece descrito un pequeño orificio en la parte superior de la aorta descendente, que se interpretó como probable sitio de rotura, pero quizás se trataba de una adherencia del tumor.
En conclusión, es notable la diligencia con que se estudió el caso, pues con los conocimientos de la época, fue todo un reto diagnóstico y terapéutico. En la actualidad, con los recursos clínicos producto de muchos años de experiencia y evidencia, la orientación del caso resulta más fácil, sobre todo con las ayudas diagnósticas modernas, pues una tomografía simple da luces suficientes para aclarar dudas. Un estudio anatomopatologico mediante biopsia de una masa tumoral, casi siempre establece el diagnóstico exacto de la lesión y, por ende, la conducta.
Conflicto de interesesEl autor declara no tener ningún conflicto de intereses.