La principal razón de ser, y uno de los motivos que propiciaron el nacimiento de esta Revista en los comienzos de 1997 fue crear un espacio para la reflexión y el debate, orientado a la defensa de los intereses colectivos que representa nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS) y el apoyo a los cambios necesarios que le permita contribuir eficaz y permanentemente a la mejora de la salud de las personas.
En el momento que elaboramos este número de la Revista podemos constatar la existencia de un amplio y profundo debate, alentado desde diferentes instituciones y organismos, todos ellos preocupados por su futuro, su viabilidad y su subsistencia, que han colocado a nuestro Sistema Sanitario en el centro de sus reflexiones y de sus propuestas y la necesidad de un gran pacto nacional sobre nuestro SNS. Este saludable interés ha llevado al SNS al análisis de sus problemas actuales y a la búsqueda de alternativas de mejora, a escalar hasta las primeras posiciones en la agenda pública y, lo que es más importante para su futuro, en la agenda política de nuestro país. Entendemos esta situación como una oportunidad histórica que hay que apoyar en su desarrollo y aprovechar para que se materialice en avances y en garantías de un futuro SNS eficaz, sostenible, equitativo y satisfactorio para los ciudadanos y los profesionales.
La última noticia de alcance en esta línea es el acuerdo alcanzado en la Conferencia de Presidentes que aprueba el diseño técnico de una nueva financiación sanitaria que será aprobada en la primavera de 2005, que debe permitir consensuar un sistema "moderno, sostenible en su financiación, que garantice y mejore la calidad de las prestaciones al servicio de los ciudadanos".
Hay un consenso extendido, en este debate que acaba de iniciarse, en que lo importante es el propio SNS, que hay que "salvarle y protegerle" de los potenciales riegos que le amenazan y fortalecerle de cara a dejar una mejor herencia a las generaciones futuras. En otros aspectos del debate aparecen algunas diferencias en el juicio diagnóstico que pueden influir en el tratamiento a prescribir, como sucede en el ámbito de la financiación del sistema, pues aunque también existe cierto consenso sobre la necesidad de mejorarla, aparecen diferencias a la hora de identificarla como elemento unicausal de los problemas del SNS, y por tanto único problema a resolver frente a otras opiniones más extendidas, que opinan que al analizar los problemas actuales de nuestro SNS no estamos ante un modelo unicausal, sino más bien en uno multicausal, y que por tanto mejorar la financiación del SNS no sería una decisión suficiente aunque sí necesaria para garantizar su mejora y su futuro.
Algunas de las ideas que hemos oído plantean, al emitir su juicio diagnóstico, hasta serios problemas de identidad del propio SNS, preguntándose si éste realmente existe o es sólo un formalismo nominal. Es posible que algunas deficiencias en los aspectos organizativos y de coordinación recientes apoyen este análisis, pero el SNS debe resolver estos problemas que afectan a su identidad, y debemos concebirle como un futuro SNS que renazca de este pacto a partir de un juicio diagnóstico acertado, de una financiación más equilibrada y consensuada, que respete los valores de universalidad, equidad y calidad y garantice que el SNS desaparecerá en el futuro de las refriegas propias de la arena electoral y partidista.
Desde estas páginas abrazamos y apoyamos todas aquellas iniciativas que se están desarrollando y las que se emprendan que tengan como horizonte las líneas enunciadas anteriormente. No sólo apoyamos, sino que nuestras páginas seguirán abiertas para cobijar todas las posturas, opiniones y trabajos que permitan avanzar en este camino que ahora iniciamos; por tanto, vaya desde aquí nuestro ofrecimiento para colaborar, en la medida de nuestras fuerzas, en el apasionante debate que se avecina.
Como bien saben nuestros lectores y autores este debate no es una novedad en nuestras páginas, sino una constante desde su primer número, y más concretamente, en el número anterior, centrábamos la sección de "Política Sanitaria" y el conjunto de los trabajos publicados bajo el título general de "El Sistema Nacional de Salud 2004: la encrucijada de la descentralización". Francisco Sevilla recogía en su editorial queel SNS está en una encrucijada complicada que precisa, entre otras cosas, unas reglas de juego claras y, fundamentalmente, una nueva forma de gobierno del sistema. En este número continuamos publicando algunos de los trabajos recibidos que, por dificultad de espacio, no tuvieron cabida, y que profundizan en este debate. Así mismo podemos anunciar que uno de los números del año 2005 se dedicará monográficamente al análisis del futuro del SNS como primer producto de un foro periódico de reflexión que impulsará la Revista con vocación de continuidad.