Joaquín Argonz nació en Rosario, el 22 de noviembre de 1898. Cursó sus estudios en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y se especializó en clínica, medicina legal y ginecología.
El Dr. Juan Carlos Ahumada y el Dr. Enrique B. del Castillo describieron en 1932 un síndrome de amenorrea-galactorrea, llamado «síndrome de Ahumada-del Castillo» que, 25 años después, se descubrió que era producido por el aumento de los niveles de prolactina en sangre, y reconocido en la actualidad a nivel internacional como uno de los escasos síndromes con nombre propio descritos por médicos argentinos1. La paciente tenía amenorrea y galactorrea, síntomas de insuficiencia estrogénica y ausencia de gonadotrofinas urinarias. El caso se publicó en una revista ginecológica argentina2. El Dr. Ahumada había nacido en La Plata en 1890, se desempeñó como cirujano en el Hospital de Clínicas, y llegó a ser Profesor de Ginecología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.
Casi 20 años después, en 1951, los médicos estadounidenses Anne Poppenheimer Forbes y Fuller Albright presentaron un caso prácticamente idéntico en una reunión de la Endocrine Society; el resumen de esa ponencia apareció en The Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism. Unos meses después, Joaquín Argonz y Enrique del Castillo enviaban a esta misma revista un artículo en el que, además de señalar la primacía de Ahumada y del Castillo, presentaban 4 casos más, de entre los muchos ya estudiados en el Servicio de Endocrinología del Hospital Rivadavia3. De ahí que el síndrome sea conocido indistintamente como de Forbes-Albright, de Ahumada-del Castillo, o de Argonz-del Castillo. Forbes et al. reconocieron en un artículo posterior, en la misma revista, la primacía del artículo con la descripción original del cuadro clínico4.
Este tiene puntos de similitud con el síndrome de galactorrea prolongada posparto, higoponadismo, atrofia útero-ovárica, que puede acompañarse o no de un prolactinoma, y que se conoce como síndrome de Chiari-Frommel1.
A uno de los autores de esta viñeta (A.S.) le llamó la atención enterarse del origen rosarino de Joaquín Argonz, detalle que nunca había sido mencionado durante sus años de estudiante en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario. Lo supo al leer un artículo en una revista de temas históricos5. De hecho, Argonz no fue incluido entre los nombres de los médicos y bioquímicos pioneros de la endocrinología en la ciudad de Rosario6.
Joaquín Argonz militó en la Unión Cívica Radical; fue diputado nacional por la provincia de Santa Fe desde el 20 de enero de 1932 hasta el 30 de abril de 1934. También fue ministro de Hacienda y Obras Públicas de la provincia entre 1937 y 1940; ministro de Gobierno, Justicia y Culto en 1940, y gobernador provincial desde el 10 de abril de 1941 hasta junio de 1943, acompañado por el Dr. Emilio G. Leiva como vicegobernador. Durante su gobierno se impulsó la educación, se creó el Ministerio de Salud Pública y Trabajo (primero en el país), y también se creó la Caja de Asistencia Social a la vejez, a la invalidez, a la madre y a los huérfanos. El 24 de octubre de 1941 se sancionó la Ley 2.986, por la cual los empleados de la administración provincial gozarían, además del sueldo fijado por el presupuesto anual, una asignación familiar que consistía en la cantidad de 5 pesos por hijo legítimo, y se extendía al cónyuge cuando estuviese incapacitado. Argonz la reglamentó el 1.° de enero de 1942, lo que colocó a la provincia de Santa Fe entre las más avanzadas en materia de protección social para sus empleados y familias, en la línea impulsada por los grandes pontífices católicos a través de las encíclicas Rerum Novarum y Quadragesimo Anno. Escribió en su libro Justicia Social que «la imprevista terminación de mi mandato me impidió incorporar una ley de seguro social, cuyo estudio estaba muy adelantado en 1943».
Publicó 6 libros, entre ellos uno sobre Semiología de las glándulas de secreción interna7, (en colaboración con el Dr. Enrique B. del Castillo), y Justicia Social: Soluciones argentinas en 1945, por citar algunos. Escribió además numerosos artículos, entre los que merece citarse Ciento cuarenta y cinco observaciones de escarlatina (en la revista La Medicina Íbera, 1930).
Argonz nunca ejerció la medicina en Santa Fe. Se dedicó a la ginecología y atendió primordialmente su consultorio particular en Buenos Aires. Tuvo descendencia médica: su hijo Joaquín Julio fue endocrinólogo (ejerció en el Hospital de Clínicas de la Capital Federal y en el ámbito privado); su nieto Joaquín Eduardo también lo es y continúa practicando la especialidad en Buenos Aires5. Su hermano Emilio también era médico, graduado en la UBA. Como su hermano, era ginecólogo; llegó a ser profesor de Obstetricia en la Facultad de Ciencias Médicas de Rosario. Un nieto de Emilio, el Dr. Víctor Argonz, fue cirujano oncológico; se especializó en la patología quirúrgica de las glándulas endocrinas, y operaba en el Sanatorio Británico de Rosario.