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Inicio Revista Argentina de Radiología Jorge Francisco Giunta (1945-2014): una larga historia de imágenes
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Vol. 79. Núm. 1.
Páginas 60 (enero - marzo 2015)
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Necrológica
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Jorge Francisco Giunta (1945-2014): una larga historia de imágenes
Jorge Francisco Giunta (1945-2014): A long history of images
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R.O. Domínguez
Doctor en Medicina, Profesor Adjunto de Neurología, Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Argentina
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El Dr. Jorge Giunta nació y fue a la escuela primaria en un barrio del oeste de la Capital Federal. Ya en la mitad de su educación secundaria, se dio cuenta de que su principal objetivo estaba relacionado con las Ciencias Médicas, por lo que a sus 15 años decidió concurrir al Hospital Prof. Alejandro Posadas para realizar los cursos de Bachillerato en Sanidad, y se especializó como técnico en Radiología. Desde ese tiempo (comienzos de los años 60), empezó a observar imágenes radiológicas y fue, por esa época también, antes de que cumpla 20 años de edad, que nos conocimos.

Juntos iniciamos en 1967 los estudios en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y los finalizamos en 1973. Durante esos años, Jorge trabajó en diferentes institutos, mientras la imagenología crecía. En 1974, luego de rendir el examen de residencia médica, él ingresó al Servicio de Radiología del Hospital Escuela General San Martín y yo me incliné por la Neurología. A lo largo de esta etapa, fue entrenado en muchísimas técnicas y se convirtió en un discípulo destacado, médica y humanísticamente, del Prof. Dr. Juan Melchor Rodríguez Ballester. Además de su interés por la Radiología, la pasión por el tango los mantuvo unidos hasta entrado el siglo XXI.

Concluida la residencia, Jorge se desempeñó como médico radiólogo en algunos institutos de Buenos Aires, pero, como se señaló al inicio, su destino estaba marcado por el oeste, ahora de la República Argentina: ya casado con la Dra. María Rosa Segatta, se radicó con su pareja primero en Coronel Pringles y finalmente en Santa Rosa (La Pampa). Al tiempo, la familia quedó ampliada y bendecida con cuatro hijos, Magalí Ariana, Jimena, Pablo y Jorge Mario; y en este último destino, además, inició con su colega Francisco Sinclair, vecino de Trenque Lauquen, un emprendimiento de Diagnóstico por Imágenes. Su socio, sin embargo, terminó prefiriendo un crecimiento en su propia ciudad, por lo que Jorge quedó a cargo del Instituto de La Pampa. Hasta el 2014, allí se desarrollaron imágenes radiológicas, de ecografía, tomografía computada, resonancia magnética y mamografía. Su esposa fue un pilar en el diagnóstico de enfermedades mamarias y su hijo Pablo, siguiendo los pasos del padre, se incorporó al equipo de especialistas.

Hasta aquí se resumen su vida familiar (con 4 hijos y 7 nietos) y 50 años de trabajo abocado al diagnóstico de patologías óseas, digestivas, torácicas, cervicales, obstétricas-ginecológicas, de vías urinarias y del sistema nervioso. Ahora bien, espiritualmente se fue una persona con un profundo sentido ético y moral de la vida y de la profesión. Esto alcanzaba a la familia, a los amigos y a las más de 60 personas que trabajaban en el instituto. A la par de su amplio conocimiento de la medicina, Jorge también supo cosechar una gran pasión por el canto y la música. Su padre y sus raíces italianas lo llevaron a las canciones líricas de esa tierra, mientras su hermano mayor le trasmitió el amor por el tango. De hecho, en estas áreas musicales tomó clases.

Su centro de diagnóstico logró ser un modelo en la zona. Fundado en una antigua casa de la ciudad de La Pampa, poco a poco fue creciendo en espacio y tecnologías. En la celebración por el 25.° aniversario de existencia, Jorge cantó un tango de su autoría llamado “Vieja casona”.

Como ser, nunca dio señales de egoísmo ni buscó su privilegio personal. Al Instituto le brindaba sus máximos esfuerzos y, después de asistir a centenares de pacientes por mes, se recluía en el núcleo familiar y de privilegiados amigos. Su recuerdo permanecerá arraigado en todos aquellos que supieron conocerlo y quererlo.

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