El trabajo de Gómez-Palacios et al.1 resulta muy interesante ya que expone aspectos poco tratados en la bibliografía española sobre cirugía tiroidea (CT) y establece cómo los cambios en la gestión mejoran los resultados clínicos (morbilidad) y de gestión (tiempo quirúrgico, estancia media) con la consecuente reducción del coste.
Es oportuno razonar sobre la influencia de los detalles técnicos y la tecnología empleada en dichos resultados.
La morbilidad más frecuente en CT se relaciona con la hemostasia, la parálisis del nervio laríngeo recurrente (NLR), el hipoparatiroidismo y los incidentes en la vía aérea. Estos eventos deben estar monitorizados. El sangrado intraoperatorio dificulta la técnica e incrementa el riesgo de parálisis del NLR, de hipoparatiroidismo y de hemorragia postoperatoria que puede precisar revisión quirúrgica y traqueotomía en caso de bloqueo de la vía aérea (por hematoma sofocante o parálisis laríngea bilateral). El factor comúnmente asociado a la lesión del NLR es el fallo inicial en su identificación facilitado por el sangrado intraoperatorio, que propicia mayor manipulación y daño inadvertido por varios mecanismos (tracción, electrotérmico, ligadura, isquemia, sección o succión)2,3. La identificación más segura del NLR está en su relación con la arteria tiroidea inferior4. Las complicaciones en CT dependen de las condiciones anatómicas locales y naturaleza de la patología (malignidad, hipertiroidismo, enfermedad de Graves, extensión subesternal, distorsión anatómica con afectación de estructuras vecinas, rigidez cervical, variaciones anatómicas o irradiación previa), la extensión de la cirugía, reintervención, comorbilidad (tratamiento anticoagulante o antiagregante) y la experiencia del equipo quirúrgico2,4.
Dos avances técnicos incrementan la seguridad en CT: la hemostasia mediante ultrasonidos (Harmonic Ultracision®) y la neuromonitorización intraoperatoria del NLR (NIOM). Harmonic® reduce el sangrado intraoperatorio y acorta el tiempo quirúrgico al realizar simultáneamente disección, corte y hemostasia2. El menor sangrado facilita la ejecución de la técnica mejorando la identificación de estructuras aminorando la incidencia de parálisis del NLR y de hipoparatiroidismo persistente. En general, disminuye significativamente la probabilidad de presentar complicaciones (hemorragia, seroma, traqueotomía) y mejoran los parámetros de actividad quirúrgica (reducción del tiempo quirúrgico, incremento de la actividad quirúrgica, reducción de la estancia media y anulación de la estancia en UCI) y reduce el coste2,5,6. Por otro lado, la NIOM aumenta la seguridad del cirujano en la identificación y disección del NLR, permite conocer su estado funcional al finalizar la intervención y ayuda en las decisiones en caso de pérdida de señal4,7. Pasado el periodo de entrenamiento, la monitorización reduce el tiempo operatorio especialmente en cirugías complejas4. El empleo simultáneo de Harmonic® y NIOM puede representar entre el 5,4 al 6,8% del coste de una tiroidectomía total8.
Como conclusión, la tecnología influye en los resultados clínicos y de gestión en CT.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.