Según la publicación To Err Is Human: Building a Safer Health System1 realizado por el Institute of Medicine de los EE.UU. (IOM), entre 44.000 y 98.000 muertes al año son resultado de un error médico. En ella también se detalla el enorme impacto económico que suponen los errores médicos prevenibles, ya que supondrían entre 17 y 29 mil millones de dólares anuales2.
De los errores de medicación que producen daño en el paciente, hasta un 78% son debidos a fallos en el circuito prescripción-dispensación-administración. La gran mayoría pertenecen a la fase de prescripción y un 5% provienen de las órdenes de tratamiento3–7.
El doble chequeo es una metodología de trabajo muy extendida entre el personal de enfermería de planta con la que se consigue minimizar la tasa de errores relacionados con la administración de medicamentos8. Consiste en que 2 enfermeros comprueben de manera independiente la medicación antes de su administración9. La validez del método se basa en que es muy baja la probabilidad de que 2 personas se equivoquen en el mismo punto del mismo proceso.
La técnica de doble chequeo se ha comenzado a extender a otras áreas de la asistencia sanitaria como el servicio de farmacia. Desde el área de farmacia oncológica hemos realizado un análisis de situación identificando como un posible punto débil la dispensación de los productos en investigación clínica (PEI) por una única persona, ya que por la particularidad de estos fármacos, un error cometido en este campo tiene una repercusión importante no solo en la seguridad del paciente sino en el correcto desarrollo del ensayo clínico.
Por ello se implantó el proceso del doble chequeo en 2 actuaciones:
- 1.
Dispensación de PEI orales directamente al paciente externo.
- 2.
Entrega de muestras de PEI intravenosos al personal de farmacia para su acondicionamiento.
Para la recogida de la información del doble chequeo se elaboró un documento específico que contiene los siguientes apartados: identificación del protocolo, fecha y hora de dispensación, nombre del paciente y tratamiento (nombre del fármaco, dosis, lote, caducidad, número de envases dispensados y número de medicación asignada al paciente en el caso de que el ensayo lo requiera). Dicho documento debe ser cumplimentado por la persona que prepara el PEI y revisado de manera independiente por la persona que validará el proceso. Ambas deben firmar y poner sus iniciales en el campo correspondiente (fig. 1).
La implantación de esta nueva metodología de trabajo en el área de farmacia oncológica comenzó a realizarse en noviembre de 2012. Se llevaron a cabo 1.400 dispensaciones durante los primeros 6 meses, registrándose un índice de cumplimiento del 97%. El proceso se realizó sistemáticamente y se detectó un 2% de errores que se subsanaron in situ.
Las principales ventajas del sistema consisten en:
- –
Aumento en la seguridad del paciente. Los errores cometidos son subsanables de manera inmediata impidiendo que trasciendan y lleguen al enfermo.
- –
Mejora en la calidad de la investigación y del desarrollo del ensayo. El doble chequeo se está convirtiendo en un requisito muy demandado por parte de los promotores de ensayos clínicos.
Como principal inconveniente se encuentra el que no siempre pueda disponerse de personal para su realización. Esta es la causa de que en un 3% de las dispensaciones no se realizara el doble chequeo.
Nuestra experiencia nos permite afirmar que el doble chequeo es un proceso que minimiza los posibles errores que pueden tener lugar en la preparación y dispensación de fármacos. Debido al aumento en seguridad del paciente y en calidad en la gestión de las muestras de ensayos clínicos conseguida con esta metodología de trabajo, sería conveniente ampliar su implantación al proceso de preparación de las muestras intravenosas.
FinanciaciónNo se dispone.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.