En enero de 2000 se implantó en el Servicio de Medicina Nuclear del Hospital Puerta de Hierro un nuevo sistema de control de dosis administradas a los pacientes. Las modificaciones sobre el sistema primitivo afectaban a los programas de gestión de pacientes y de material radiactivo. El uso de esta información, que utiliza un número de dosis para cada paciente, es relativamente compleja y se realiza de forma manual en varios procesos. Esta situación puede dar origen a errores en su tratamiento, por lo que desde el principio se planteó mantener una mejora continua de la calidad con el uso de indicadores.
El objetivo es realizar un estudio de calidad para cuantificar los errores cometidos en el banco de datos de información de pacientes al incluir la trazabilidad de las monodosis administradas. El uso de estos indicadores a lo largo del tiempo repercutirá lógicamente en una mejora de la calidad. El procedimiento seguido para el cálculo de indicadores se basa en el análisis informático de las dos bases de datos del Servicio: pacientes y material radiactivo. Para detectar los errores debidos al personal de enfermería o administrativo se ha realizado un muestreo de protocolos de entrada de datos con cuyos resultados se han obtenido los indicadores correspondientes.
El estudio se ha realizado sobre un total de 7.352 pacientes que recibieron monodosis en el año 2000. El porcentaje de dosis desperdiciadas es similar en los dos períodos (7,65 y 7,56%), habiendo aumentado considerablemente el porcentaje de registro correctos (80,94 y 87,05%) y disminuido el de registros erróneos por cada causa registrada. Así pues, los resultados del primer y segundo semestres se concretan en 13,28 y 8,14%, para el número de los pacientes sin registro de dosis, y los errores de transcripción pasaron de un 5,36% a un 4,71%.
Es inevitable la existencia de errores en el proceso general del registro de dosis en cada paciente. Se considera que los resultados obtenidos son bastante satisfactorios incluso en la primera etapa, cuya mejora fue ostensible en la segunda etapa de su funcionamiento. Consideramos que esta precisión es susceptible de mejorar con el uso de estos indicadores y la concienciación del personal involucrado sobre la importancia del proceso. Posteriormente, se ha puesto en marcha un programa de seguimiento mensual con la utilización de gráficos de control. En un futuro, alcanzada la estabilidad del proceso, se plantea definir unos estándares para fijar el error máximo admitido.
In January 2000 a new system of quality control of the doses administered to patients was introduced in the Nuclear Medicine Service of the Clínica Puerta de Hierro. The changes in the old system affected the administrative programs of both patients and radioactive material. The use of this information, which involves a specific dose for each patient, is relatively complex and is usually carried out manually. This can lead to mistakes in treatment and a decision was made to improve quality through the use of indicators from the outset.
The system consists of a “quality study” to estimate the mistakes made in the information databank of patients when entering the single doses administered. With time, the use of these indicators will naturally result in quality improvement. The process followed for the calculation of indicators is based on computer analysis of the two databanks in the Service: patients and radioactive material. To detect human errors made by the nursing and administrative staff, a sample of protocols for data input was carried out. The results were then used to obtain the corresponding indicators.
This study was carried out in 7,352 patients who received single doses in 2000. The percentage of wasted doses was similar in both periods (7.65% and 7.56%), while the percentage of correct dosages registered increased considerably (80.94% and 87.05%) and that of erroneous dosages decreased. Thus the results for the first and second half of the year showed that the number of patients without a registered dosage were reduced from 13.28% to 8.14% and that mistakes in transcription were reduced from 5.36% to 4.71%.
It is impossible to avoid mistakes being made in the general process of registering the doses of each patient. The results obtained, however, are considered fairly satisfactory and the results of the second period showed notable improvement over those of the first. We believe that these results will improve with the use of the indicators and with general awareness of their importance among the personnel involved. A program of monthly follow-up was subsequently introduced with the use of quality control graphics. Once the process is stable, we plan to define certain standards for fixing the maximum number of errors allowed.