El dolor y la contractura muscular cervical son motivos de consulta usuales en los servicios de urgencia pediátrica. El primer enfrentamiento es la anamnesis y examen físico minucioso. Ante la sospecha de etiología musculoesquelética se debe solicitar radiografía de columna cervical. El hallazgo de calcificación de los discos intervertebrales, en ausencia de otras lesiones radiológicas, nos debe hacer sospechar de una discopatía calcificante de la infancia.
ObjetivoPresentar un caso de discopatía calcificante de la infancia, enfermedad infrecuente, que se debe tener en cuenta como diagnóstico diferencial de tortícolis y dolor cervical en la infancia.
Caso clínicoPaciente varón de 7 años, sin antecedentes mórbidos ni historia de traumatismo o deportes bruscos. Consultó por historia de dolor y contractura cervical de 6 días de evolución. La velocidad de eritrosedimentación y proteína C reactiva estaban discretamente elevadas. La radiografía de columna cervical y la tomografía computarizada mostraron calcificación discal C5-C6 y protrusión discal anterior. Se hospitalizó para estudio y tratamiento del dolor, con buena respuesta clínica, continuando el manejo ambulatorio con antiinflamatorios no esteroidales y collar blando. Evolucionó con resolución de la sintomatología clínica y de las calcificaciones a 6 meses de seguimiento.
ConclusionesEl hallazgo de calcificaciones de los discos intervertebrales es una infrecuente causa de tortícolis adquirida, de evolución benigna y autolimitada. Se recomienda manejo conservador por tiempo acotado y seguimiento clínico e imagenológico.
Pain and cervical muscle spasm are common reasons why parents bring children to the pediatric emergency department. The first steps are the gathering of medical history of the patient and a physical examination. If musculoskeletal damage is suspected, cervical spine x-rays should be obtained. An intervertebral disc calcification finding, in the absence of other radiological lesions should suggest pediatric intervertebral disc calcification.
ObjectiveTo present a case of intervertebral disc calcification, a rare condition that must be considered in the differential diagnosis of torticollis and neck pain in childhood.
Case reportA seven-year-old male patient without morbid history and no history of trauma or rough sport practice. He consulted the emergency room for pain and cervical contracture for the last six days. C reactive protein and red cell sedimentatio rates were slightly elevated. Imaging studies showed calcification of the C5-C6 intrvertebral disc and anterior disc protrusion. The patient was hospitalized for evaluation and pain management, with good clinical response and continue afterwards with non-steroidal anti-inflammatory drugs and a soft collar. At the 6-month-follow up, the patient had resolved symptoms and calcifications.
ConclusionsPediatric intervertebral disc calcification is a rare cause of acquired torticollis, with a benign and self-limited outcome. Conservative management, as well as clinical and imaging follow-up is recommended.
La tortícolis o contractura involuntaria de los músculos del cuello, que provoca una posición permanente y asimétrica de la cabeza respecto al plano de los hombros, es un motivo que genera consulta en pediatría. Se describe que 0,6% del total de atenciones en centros de urgencia pediátrica se deberían a molestias cervicales1. Las causas son diversas, pudiendo agruparse en traumáticas, infecciosas, posturales o misceláneas, predominando las de origen musculoesquelético2. Si bien la mayoría tienen curso benigno, la tortícolis puede ser indicio de cuadros más severos, por lo que es importante la anamnesis detallada y examen clínico acucioso, complementados con estudios de imágenes, que son de gran ayuda para la orientación diagnóstica3,4.
Frente a la sospecha de compromiso musculoesquelético a nivel cervical, la primera aproximación de estudio por imágenes es la radiografía de columna cervical anteroposterior, lateral y transoral. Con esta técnica se descartan malformaciones congénitas y lesiones óseas adquiridas, pudiendo pesquisarse además otros hallazgos tales como calcificaciones o lesiones de partes blandas. En la proyección lateral se evalúa el grosor de las partes blandas prevertebrales, el alineamiento vertebral, el tamaño y la forma de los cuerpos vertebrales y las características de los espacios discales. Ante la pesquisa de lesión ósea o calcificaciones en la radiografía cervical, la tomografía computarizada (TC) caracteriza mejor las calcificaciones y el esqueleto. Sin embargo, la resonancia magnética (RM) permite una mejor evaluación de las partes blandas paravertebrales, del contenido del canal raquídeo y de los canales foraminales, de los discos intervertebrales y de la médula ósea. El ultrasonido (US) apoya la evaluación de las partes blandas de la región cervical y el uso del doppler la evaluación de las estructuras vasculares.
La presencia de calcificaciones del núcleo pulposo de los discos intervertebrales, demostradas en diferentes estudios por imágenes, en ausencia de otras lesiones, hace planteable el diagnóstico diferencial de discopatía calcificante de la infancia (DCI). Esta es una entidad poco frecuente que afecta los discos intervertebrales, el cuerpo vertebral y las estructuras músculo-ligamentosas adyacentes, resultando en dolor local, contractura y, ocasionalmente, alteraciones sensorio-motoras, pero puede ser también un hallazgo en pacientes asintomáticos5.
La DCI fue descrita por Baron hace casi un siglo, no obstante, su conocimiento es fragmentado y su etiología aún no está dilucidada6. No se ha encontrado asociación con trastornos metabólicos y se ha planteado una posible relación con traumatismo menor. En una revisión de 65 casos publicados Tsutsumi et al. identificaron el antecedente de traumatismo solo en 5 niños7. Kusabiraki y Tsubata describieron 2 casos de DCI en niños que practicaban karate, y a pesar de que no había antecedente de traumatismo cervical evidente, se sospechó de microtraumas repetitivos8.
La teoría más aceptada actualmente es la inflamatoria o infecciosa, incluso vasculitis posvirales, avalada en el hecho que estos pacientes pueden presentar fiebre baja y moderada elevación de reactantes de fase aguda9. La evolución de la DCI es benigna y autolimitada; la sintomatología clínica suele resolverse espontáneamente en semanas, mientras que los signos radiológicos lo harán luego de algunos meses o incluso años.
Nuestro objetivo es presentar un caso de DCI, diagnosticado clínica e imagenológicamente, como ejemplo de entidad infrecuente que se debe tener en cuenta en el diagnóstico diferencial de tortícolis en la infancia.
Caso clínicoPaciente de 7 años, de género masculino, sin antecedentes mórbidos de importancia, ni historia de traumatismo o deportes bruscos. Consultó por historia de dolor cervical de 6 días de evolución, que aumentó considerablemente 24h previo al ingreso, agregándose marcada impotencia funcional y postura antiálgica. Preguntando dirigidamente, se descartó historia de fiebre, síntomas respiratorios u otros síntomas asociados.
Al examen físico de ingreso se encontraba en buenas condiciones generales, afebril, hemodinámicamente estable. Destacaba contractura cervical con desviación de la cabeza a la derecha. Dolor a la flexión y rotación cervical a izquierda, sin compromiso del resto de las articulaciones. Se palpaban pequeñas adenopatías cervicales bilaterales, sin presentar otras alteraciones al resto del examen segmentario. El examen neurológico era normal.
En el estudio de laboratorio se obtuvo hemograma normal, con discreta elevación de la velocidad de eritrosedimentación 36mm/h (rango normal 1-10) y proteína C reactiva 3,2mg/dl (normal <0,5).
La radiografía de columna cervical mostró calcificación discal C5-C6, menor amplitud comparativa de ese espacio intervertebral y leve aumento de volumen de partes blandas prevertebrales; sin evidencia de otras alteraciones (fig. 1).
La RM confirmó los hallazgos antes descritos y evidenció, además, una protrusión discal anterior y cambios inflamatorios paravertebrales de predominio izquierdo. El contenido del canal raquídeo no mostró alteraciones (figs. 2 y 3).
La TC de columna cervical complementaria permitió una mejor definición de la calcificación fragmentada del disco intervertebral (fig. 4) y la presencia de material denso de extensión ventral y lateral izquierda, afectando el canal transverso y rodeando la arteria vertebral izquierda (fig. 5A y B).
Con el objeto de evaluar o descartar compromiso vascular secundario, en especial de la arteria vertebral izquierda, se realizó US doppler, que demostró indemnidad de los vasos cervicales (fig. 6A y B).
El paciente fue hospitalizado por 24h para completar el estudio y para el tratamiento del dolor, con buena respuesta clínica. Al concluir el diagnóstico de DCI se decidió continuar el manejo ambulatorio con analgesia oral con antiinflamatorios no esteroideos por 5 días y uso permanente de collar blando por 4 semanas. Se controló al mes y a los 6 meses posteriores al alta, constatando marcada remisión de la sintomatología. Al examen físico lograba movilidad cervical completa, persistiendo leves molestias dolorosas en los rangos extremos de esta (flexo-extensión, rotaciones y lateralizaciones). Los controles radiográficos seriados demostraron disminución progresiva de las calcificaciones hasta su completa remisión (fig. 7A y B).
DiscusiónLa tortícolis y el dolor cervical son causas usuales de consulta en la urgencia pediátrica1. En el enfrentamiento de estos síntomas un examen clínico minucioso orienta al diagnóstico etiológico y tratamiento requerido en la mayoría de los casos. La elección de imágenes de apoyo depende de la edad, la orientación clínica y de las modalidades de imágenes disponibles.
En el caso presentado, la historia y el examen físico, la ausencia de antecedentes mórbidos o traumatismos conocidos, la edad de presentación y la detección de calcificaciones discales en la radiografía simple, fueron elementos claves para plantear el diagnóstico de DCI.
El conocimiento de la DCI se basa fundamentalmente en el registro de casos o series clínicas, con reportes que totalizan no más de 300 publicaciones a nivel mundial. En una revisión sistemática, Tsutsumi et al. encontraron que el dolor y la contractura cervical eran las manifestaciones clínicas más frecuentes, seguidas de compromiso sensorio-motor y fiebre; el 15% de los casos reportados fueron asintomáticos7.
Entre los estudios por imágenes la radiografía simple es clave y permite sospechar el diagnóstico al visualizar calficaciones discales, con o sin alteraciones de la amplitud del espacio discal o de las partes blandas prevertebrales.
La RM mostrará una disminución de la señal discal en todas las secuencias, producto del depósito de calcio. En caso de existir cambios inflamatorios peridiscales se hará evidente una alteración de la señal de las partes blandas paravertebrales captante del gadolinio. Además, este es el método de elección para demostrar herniaciones discales, que si son posteriores pueden disminuir el calibre del canal raquídeo, pudiendo condicionar una raquiestenosis, o si son posterolaterales determinar una foraminoestenosis10. La TC es el estudio de complemento que confirma y caracteriza de mejor manera la calcificación discal y eventuales herniaciones. Tiene el inconveniente de irradiar al paciente.
Los exámenes de laboratorio, si bien son poco específicos, se recomiendan en el contexto de un niño con tortícolis y signos de compromiso inflamatorio-infecciosos, especialmente en caso que se asocie fiebre. De estos, la velocidad de eritrosedimentación es el indicador más sensible7. Se sabe que la evolución de la DCI es benigna y autolimitada. En 17 niños seguidos por Dai durante 5 años, todos presentaron remisión completa de los síntomas en un tiempo promedio de 34,3 días (rango 17 a 173 días) y resolución de la calcificación en promedio de 15 meses (rango 3 a 60 meses), ninguno presentó recurrencias11. No se ha reportado asociación entre el tiempo de resolución y la severidad de los síntomas, compromiso del canal espinal o edad de presentación11. Confirmando lo descrito, Bagatur reportó el caso de un niño de 5 años con compromiso de 2 segmentos asociado a herniación del núcleo pulposo, cuyo tratamiento fue sintomático con recuperación completa a 4 años de seguimiento10.
El manejo recomendado es analgesia, reposo y collar blando. La opción quirúrgica se plantea en casos específicos, como podrían ser el compromiso neurológico agudo y progresivo o presencia de dolor inmanejable12–14. El seguimiento clínico y radiológico permite objetivar la resolución espontánea, lo que a su vez confirma el diagnóstico7,15. En el caso presentado, a 6 meses de seguimiento, se pudo documentar la significativa mejoría clínica e imagenológica.
ConclusionesEn un niño con tortícolis y dolor cervical en el que se encuentran calcificaciones discales en la radiografía, en ausencia de otras lesiones, se debe sospechar de una DCI. Esta entidad, de evolución benigna y autolimitada, requiere de manejo conservador por tiempo acotado. La evolución esperada es la remisión clínica e imagenológica en un plazo de semanas o meses.
Responsabilidades éticasProtección de personas y animalesLos autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.
Confidencialidad de los datosLos autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.
Derecho a la privacidad y consentimiento informadoLos autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.
Conflicto de interesesEste trabajo cumple con los requisitos sobre consentimiento/asentimiento informado, comité de ética, financiación, estudios animales y sobre la ausencia de conflicto de intereses según corresponda.