La depresión en adolescentes se considera un problema de salud pública1 y su estudio es prioritario porque se halla asociada con numerosas conductas disfuncionales: consumo de drogas, fracaso escolar, conducta antisocial, etc.1; pero su abordaje debe estar sustentado por evidencia que permita conocer la magnitud de su presencia en diversos contextos.
A partir de medidas de autoinforme es difícil determinar la presencia de un cuadro depresivo propiamente dicho, pero su uso sirve como una aproximación a la realidad. Anteriormente fueron realizados estudios de prevalencia en Lima metropolitana, pero recientemente no se han hallado investigaciones que den cuenta del estado de la sintomatología depresiva en adolescentes limeños utilizando instrumentos de evaluación de alcance internacional que permitan comparar resultados.
Dado el creciente interés en este tópico, fueron evaluados los síntomas depresivos en adolescentes escolarizados utilizando el Patient Health Questionnarie-2 (PHQ-2)2. Este instrumento consta de 2 ítems que exploran aspectos emocionales y cognitivos vinculados con la depresión (desánimo, desesperanza, displacer y desinterés en las cosas). El PHQ-2 cuenta con apropiada evidencia de validez que acredita su uso en adolescentes3,4, tomando como punto de corte una puntuación de ≥23,4, así como ≥3 que es utilizado como punto de corte en adultos2. Fue utilizada la versión adaptada al español hablado en Perú (http://www.phqscreeners.com/select-screener/36). La confiabilidad de las puntuaciones en la presente muestra fue apropiada (α=0,618, IC 95%: 0,565 a 0,666)5. La investigación contó con la aprobación de las autoridades de la institución educativa en la que se aplicó la encuesta. Todos los participantes fueron informados acerca del objetivo de la investigación y se les pidió su participación voluntaria, además de indicarles que la encuesta era anónima y que el manejo de la información sería confidencial. Solo fueron evaluados aquellos adolescentes que aceptaron participar.
La muestra de carácter intencional estuvo compuesta por 587 adolescentes (50,1% mujeres) de edades comprendidas entre 13 y 17 años (M=20,62; DE=3,428), pertenecientes al 3.er (11,8%), 4.o (42,2%) y 5.o grado (46,0%) de educación secundaria de 2 instituciones educativas estatales de Lima metropolitana, ambas ubicada en un distrito de nivel socioeconómico medio-bajo.
De acuerdo con los resultados un 42,1% (38,15-46,11%) presenta una puntuación≥2, y un 22,7% una puntuación≥3. Teniendo en cuenta la capacidad discriminativa del PHQ-2 en adolescentes3,4, es una magnitud elevada, considerando el 8,6% hallado previamente1. Con respecto a la comparación según el sexo, existen diferencias estadísticamente significativas entre varones (M=1,37; DE=1,413) y mujeres (M=1,684; DE=1,675) a favor de las últimas (t(585)=–2,383; p=0,017; d=0,20), tal como en investigaciones preliminares1. No se asoció con la edad —F(4.581)=0,588, p=672— ni con el grado —F(2,584)=0,302, p=739—.
Aun con los posibles sesgos inherentes a las medidas de autoinforme, esta situación es preocupante, dado que expone cifras aún mayores que las mostradas hace más de una década en Lima. Todo ello indicaría que los planes orientados al incremento de la salud mental no tienen el alcance esperado en la población adolescente, ya que no se han considerado aquellos factores personales que son moderadores del afecto depresivo, como las estrategias de regulación cognitiva de las emociones6 o las estrategias de afrontamiento7, los cuales podrían abordarse en contextos de riesgo debido a los estresores constantes a los que se ve expuesta la población estudiada.
Por último, si bien solo se ha evaluado a adolescentes de un distrito, probablemente en otras localidades el panorama sea similar. Por ello, para lograr intervenciones eficientes es necesario tener en cuenta los aspectos mencionados anteriormente y elaborar modelos explicativos en función de investigaciones rigurosamente planificadas, y finalmente involucrar en el proceso a aquellas personas que siguen de cerca el desarrollo de los menores (padres, maestros, etc.).