Sr. Editor:
Los trastornos de conducta alimentaria (TCA) son frecuentes en la población escolar, con una proporción mujer/varón de 4:21. Se ha reportado que este aumento puede estar relacionado con la presión generada por los medios de comunicación, particularmente la televisión, al mostrar modelos de delgadez o de un tipo corporal2,3.
Los realities son un grupo de programas que profundizan este tipo de modelos corporales, donde seleccionan jóvenes atléticos y delgados, particularmente aquellos que son de competencias físicas4. Los realities están cada vez más presentes en la programación de la televisión latinoamericana; en Perú actualmente hay tres programas con alta audiencia que se transmiten de lunes a viernes en televisión nacional.
Por ello, exploramos la potencial relación entre ver realities a través de la frecuencia semanal con que se ven estos programas y su preferencia en escala Likert de 5 puntos (me disgusta mucho – me gusta mucho) y el riesgo de padecer TCA evaluados con el EAT-265 en escolares de octavo a undécimo grado de un colegio privado de Lima.
Se evaluaron 75 escolares mujeres de 14,4 ± 1,2 años y un índice de masa corporal (IMC) promedio de 22,4 ± 3,5. Encontramos que 18 (24%) tenían TCA (EAT > 19) y 14 (19%) manifestaron que les disgustaban estos programas y que no los veían. En el análisis de regresión lineal se encontró que aquellas escolares a quienes más les disgustan los realities tienen mayor puntaje en el EAT (coeficiente: 7,6; intervalo de confianza [IC] del 95%: 1,4-13,8; p = 0,010) tras ajustar por edad e IMC. Estas diferencias ajustadas solo se encontraron en la subescala de dieta (coeficiente: 5,5; IC del 95%: 1,4-9,5; p = 0,009), mas no en las subescalas de bulimia y control oral.
Estos resultados son diferentes a lo que inicialmente pensábamos, que aquellas personas que ven o a quienes les gustan más estos programas estarían más expuestas a estos modelos corporales y podrían presentar mayor riesgo de TCA. Sin embargo, esta relación inversa puede explicarse en que el disgusto hacia estos programas puede reflejar una frustración de no alcanzar el ideal corporal mostrado en ellos, sintiéndose insatisfechos con su imagen corporal6.
A pesar de que estos trastornos son multicausales, es innegable que existen elementos detonantes; nuestros hallazgos muestran una potencial relación entre los realities de competencia y el TCA. Futuras investigaciones podrían profundizar en el estudio de esta asociación, evaluando también la insatisfacción corporal6 y la presión ejercida por los medios de comunicación7. Como profesionales de la salud, debemos preocuparnos por encontrar las causas frecuentes de TCA, así como la potencial influencia de los medios de comunicación sobre este trastorno.