Desde el Instituto Nacional de Estadística1, simularon el envejecimiento de la población residente desde el 2016 hasta el 2066. Si observamos la figura 1, el porcentaje de población de 65 años y más, que actualmente se sitúa en el 18,7% del total de la población, pasaría a ser del 25,6% en 2031, y del 34,6% en 2066. La población centenaria (los que tienen 100 años o más) pasaría de las 16.460 personas en la actualidad a más de 222.104 dentro de 50 años. Esta situación afectará al sistema nacional de salud negativamente debido a la cantidad de recursos que necesitaremos para cubrir las demandas de la sociedad. Nuevas estrategias sanitarias son necesarias para prevenir que la sanidad del futuro se vea dañada.
Ante ese posible futuro, la salud digital se configura como la gran oportunidad para mantener la atención sanitaria y reducir los costes. Los beneficios derivados2 de la implantación de la salud digital se centran principalmente en mejorar la toma de decisiones compartida, atención más personalizada e incluso disminución de pérdidas de tiempo asociadas a registros. Por lo tanto, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) aplicadas a los sistemas sanitarios pueden ayudar a los profesionales de la salud y a los pacientes a mejorar su calidad de vida.
Internet se ha convertido en una biblioteca de salud abierta las 24 h, con millones de páginas webs y artículos a los que uno puede tener acceso de manera libre y gratuita. Un acceso ilimitado a través de buscadores como google, hace plantearse algunos aspectos importantes con relación a la comunicación con los profesionales. Más del 60% de la población3 española utiliza Internet para consultar información sobre salud y uno de cada 5 lo hace a través de redes sociales.
La sociedad está en continua evolución y las TIC están cada día más al alcance de todos, logrando niveles de maduración de un 86% en la penetración4 de las redes sociales en la población entre 16 y 65 años durante el 2017. La gran pregunta sería, ¿estamos los profesionales de la salud utilizando las redes sociales para mejorar los cuidados de nuestros pacientes?
Para hablar del uso de las redes sociales en el ámbito profesional, tenemos que saber su importancia en nuestra práctica clínica diaria. Las redes sociales son destacados canales de relación y comunicación con otros compañeros de profesión, pero también con nuestros pacientes. Algunas de sus ventajas serían:
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Fuente de información para actualizar conocimientos.
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Ayudan a la difusión de información rigurosa de salud a la sociedad.
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Permite mejorar la comunicación con los pacientes y, por tanto, su compromiso e implicación en su salud.
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Inspiran cambios de estilos de vida.
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Permiten mejorar nuestra reputación.
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Nos ayudan a ser referentes en nuestro sector.
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Son una vía para establecer nuevos contactos y colaboraciones con compañeros de profesión.
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Mejoran nuestra visibilidad colectiva como grupo y posicionamiento.
La comunicación es la clave del éxito. Afirmar que las TIC son un complemento a incorporar en nuestra forma de trabajar como profesionales es una situación ideal, pero dista mucho de la realidad actual.
Cada profesional debe ser capaz de comunicarse de manera eficiente con el resto de la organización, así¿ como con el exterior, utilizando todos los medios y formatos disponibles. El conocimiento digital se adquiere y se desarrolla y, por ende, es imprescindible obtener nuevas competencias digitales. Podemos definir «competencia digital» como la combinación de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes que nos sirven para alcanzar objetivos con eficacia y eficiencia.
Son las competencias digitales necesarias para que organizaciones y profesionales puedan aprovechar y emplear al máximo las oportunidades digitales, con la finalidad de ofrecer un cuidado personalizado y de calidad. Las principales competencias según el modelo de Chema Cepeda5 serían:
Competencias en comunicación digital- 1.
Visión innovadora.
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Gestión de la información.
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Identidad digital.
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Red.
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Aprendizaje permanente.
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Publicación de contenidos.
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Comunicación.
Un estudio reciente6 sobre el efecto de la utilización de diferentes webs sobre salud ha concluido que los médicos están preocupados por 2 factores: la fiabilidad de la información que se encuentra en Internet y la pérdida de confianza con los profesionales.
El exceso de contenido en Internet de dudosa calidad es denominado como infoxicación, término que constituye un gran reto para los que nos dedicamos a lidiar contra las seudociencias. Posicionarse en Internet es el objetivo de la gran mayoría de los internautas y, en términos de salud, eso puede jugar en nuestra contra debido a que en Google® se posiciona lo más visitado, no el material con elevado rigor científico.
Los bulos en salud son cada día más frecuentes debido a que se prima la consecución de visitas cibernéticas antes que la veracidad de la información publicada.
Si conseguimos como profesionales ser competentes en salud digital, seremos capaces de mejorar la comunicación con pacientes, sociedades científicas y asociaciones de pacientes contribuyendo a la disminución de bulos sobre salud en Internet. El futuro de la salud digital fiable y de calidad, será posible con proyectos colaborativos y trasversales. Como he dicho anteriormente, la comunicación es la clave para el éxito. Mientras tanto, algunas de las recomendaciones7 para obtener una buena información de salud en Internet serían:
Competencias digitales para luchar contra la infoxicación sanitaria- -
Una web fiable nunca debe ser anónima.
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Verifica si la web tiene algún certificado de calidad.
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No confiar en una información por la calidad de su redacción.
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La información en Internet también caduca.
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Enumerar las fuentes y pruebas aporta credibilidad.
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La información y la publicidad tiene que estar bien diferenciadas.
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Contrasta la información con tu profesional de la salud de referencia.
Un paciente informado, es un paciente con mejor salud.