Los reportes de caso son un tipo de publicación científica que representa la forma más simple de investigación en el área clínica, y se encuentran clasificados dentro de la categoría de estudios observacionales descriptivos1; este tipo de estudio presenta usualmente información minuciosa y detallada de un paciente, cuya situación clínica tiene una presentación exótica que no ha sido previamente publicada, que representa un dilema diagnóstico con una aproximación novedosa, o que propone una intervención no descrita con anterioridad.
Es innegable que los reportes de caso han jugado un papel fundamental en la historia de la medicina; el conocimiento que hoy tenemos de muchas enfermedades se inició con una publicación de este tipo2.
Las primeras descripciones se atribuyen a los antiguos egipcios (1600 a. C.), que registraron en sus papiros información detallada de pacientes con traumas de cabeza y tórax, para los que propusieron intervenciones novedosas, algunas de las cuales todavía se utilizan a día de hoy; el legado más importante de esta época se traduce en el conocimiento ganado de la experiencia práctica2,3.
Posteriormente en tiempos de Hipócrates (400 a. C.), florecieron los reportes de caso con descripciones detalladas de hallazgos clínicos y se ofreció un énfasis muy importante a la secuencia cronológica de la enfermedad y a la evolución de la misma, incluyendo, además, una propuesta de la etiología del problema del paciente, que ya en ese momento usualmente no se atribuía a fenómenos sobrenaturales2,3.
En tiempos de Galeno (130-200 d. C.), seguidor de Hipócrates, las descripciones tuvieron un estilo más de conversación, utilizando el relato en primera persona, y haciéndose evidente la participación de profesionales de diferentes disciplinas en la discusión del respectivo caso2.
Durante la edad media, en Occidente, el desarrollo de la medicina tuvo una etapa de silencio o adormecimiento, como consecuencia del papel de la iglesia en la cultura, y fue cuando floreció la medicina islamista en Oriente (alrededor de 1000 d. C.), que aportó una gran cantidad de literatura médica, con descripciones clínicas detalladas, y el uso de la inferencia clínica para el proceso diagnóstico2.
Durante los siglos XVII y XVIII, los casos presentados en la literatura médica mantuvieron el estilo galénico, pero dando un valor especial a la experiencia subjetiva del enfermo, demostrando la preponderancia de la relación médico/paciente. Los relatos tenían un estilo más literario que científico, con gran drama, y fue la época de mayor crecimiento de este género de literatura científica2.
A partir del siglo XIX y hasta la actualidad, se empezó a utilizar un estilo más sobrio, con lenguaje científico, organizado por secciones, y con pérdida de la perspectiva del paciente2, que ha sido rescatada más recientemente en la lista de comprobación CARE para reportes de caso4.
Los reportes de caso han permitido contar con descripciones detalladas de hallazgos clínicos de casos raros, su explicación fisiopatológica, propuestas diagnósticas y terapéuticas novedosas, y acordes con estos mecanismos descubiertos en el proceso de análisis en profundidad, lo que ha favorecido la generación de hipótesis y el avance de la investigación clínica; adicionalmente no se discute su valor en el proceso de enseñanza para las nuevas generaciones1,3–5.
Los reportes de caso son frecuentemente utilizados por los estudiantes de pregrado y posgrado, como su primer escalón en el proceso de aprendizaje de la escritura científica, pues implican el desarrollo de competencias de búsqueda de la evidencia, y análisis crítico de la literatura, además de competencias comunicativas, pues exigen la organización de las ideas de manera sintética, coherente y agradable para el lector6,7. También son diseños frecuentemente socorridos por especialistas clínicos reconocidos o líderes de opinión, cuyas múltiples ocupaciones limitan su posibilidad de llevar a cabo investigaciones de mayor envergadura, y la consecución de recursos para conducirlas, y que les permiten mantener su estatus de producción intelectual, a partir de este tipo de artículo1,6.
Al revisar la evolución de este tipo de publicación en las revistas científicas más reconocidas, es innegable que numerosas publicaciones seriadas han restringido su aceptación8, parcial o totalmente; algunas de las razones incluyen: el advenimiento de las valoraciones de los niveles de evidencia, que ubican al reporte de caso en la categoría más inferior de la escala dentro de los diseños de investigación, teniendo en cuenta la imposibilidad para controlar los efectos del sesgo y el azar, la difícil repetibilidad de sus hallazgos y sus limitadas conclusiones; adicionalmente, el análisis de publicaciones científicas, por ejemplo, en el área de pediatría8, demuestra cómo existe una diferencia en el factor de impacto entre las revistas que aceptan reportes de caso para su publicación, versus aquellas que no lo hacen, probablemente como consecuencia de la limitada referenciación de este tipo de estudios, que aparentemente termina penalizando este índice, en aquellas publicaciones seriadas que incluyen reportes de caso.
Quienes todavía los consideran en su proceso editorial, ocasionalmente les indican a sus potenciales autores las características deseables de estos reportes de caso, para que tengan opción de ser considerados para publicación. Estas revistas tienen en cuenta, en general, la originalidad, la presentación inusual en la clínica, el proceso diagnóstico retador, el reconocimiento de un nuevo evento adverso, el ser relevante desde el punto de vista clínico o educativo, que el caso pueda ser de interés para los lectores potenciales de la revista, y que introduzca opciones de intervención novedosas que desde el conocimiento fisiopatológico permitan solucionar la situación clínica, entre otras9.
Como consecuencia se puede observar que estas potenciales publicaciones han quedado relegadas a un segundo plano.
Con este panorama, vale la pena generar, entonces, una serie de preguntas para los editores de revistas científicas:
¿Tiene valor continuar publicando reportes de caso?
¿Cuál sería la justificación de seguir haciéndolo?
¿Qué características o requisitos debe cumplir el manuscrito para tener opción de ser considerado para publicación?
La perspectiva de la Revista Colombiana de Anestesiología (RCA) y su comité editorial, dando respuesta a estos interrogantes, es que considera que el reporte de caso tiene un valor innegable dentro del proceso educativo y de generación de hipótesis científicas, que indudablemente mantener este tipo de publicación podría afectar su factor de impacto, pero a pesar de esto, la RCA apuesta a continuar publicándolos por la importancia que tienen en la enseñanza clínica y en la formación de profesionales de la salud, además de ser la semilla de estudios con metodología más rigurosa. Esta posición había sido presentada en un editorial a principios del presente año3, cuando la revista optó por solicitar a los autores que adoptaran la lista de comprobación CARE4,10, para someter a publicación los manuscritos del tipo de reportes de caso.
Un elemento adicional que deben tener en cuenta los autores antes de iniciar la tarea de escribir el correspondiente manuscrito, es que los artículos deben cumplir unas condiciones mínimas de fondo; el autor podría plantearse las siguientes preguntas, y en caso de tener una respuesta afirmativa para alguna de ellas, avanzar con el documento:
¿Se trata de un caso novedoso o raro, con una enseñanza clara para los lectores de la revista?
¿Se propone un proceso diagnóstico o terapéutico que introduzca elementos nuevos que puedan ser evaluados en investigaciones posteriores?
¿Se generan nuevas hipótesis?
¿Podría el caso orientar agendas de investigación?
¿El caso será de interés para los lectores de la revista, por su presentación y enseñanzas potenciales?
La RCA en su firme decisión por continuar dando valor a los reportes de caso, presenta en este suplemento una selección de interesantes y novedosos manuscritos de este tipo11-26. Los lectores podrán encontrar estrategias novedosas de manejo en casos como el de «Dispositivos de insuflación-exsuflación en el fracaso respiratorio postoperatorio»19, también en el de «Sedación para recambio valvular transcatéter de una válvula pulmonar Melody®»22, solo para mencionar algunos de los que podrán disfrutar en el presente suplemento.
FinanciamientoLa autora no recibió patrocinio para llevar a cabo este artículo.
Conflicto de interesesLa autora es miembro del Comité Editorial de la Revista Colombiana de Anestesiología.