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Inicio Revista Colombiana de Psiquiatría Humildad cultural: una habilidad que desarrollar en la formación clínica
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Vol. 51. Núm. 2.
Páginas 85-86 (abril - junio 2022)
Vol. 51. Núm. 2.
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Humildad cultural: una habilidad que desarrollar en la formación clínica
Cultural Humility: A Skill to Develop in Clinical Training
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William Tamayo-Agudeloa,b
a Centro de Habilidades Cognitivas (CHC), Universidad Cooperativa de Colombia, Medellín, Colombia
b Division of Psychiatry, University College London, Londres, Reino Unido
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Sr. Editor,

Debido a las múltiples afectaciones físicas, económicas y anímicas derivadas del confinamiento a causa de la nueva pandemia, los profesionales en salud mental en muy poco tiempo estarán abocados (si acaso ya no lo están) a la atención de un grupo creciente de personas con necesidades de acompañamiento psicológico y psiquiátrico. Esto exige considerar las habilidades que deben desarrollar y fortalecer los profesionales en formación en evaluación, diagnóstico e intervención para cumplir con esta labor. En el caso de la formación en psicología, las habilidades para realizar entrevistas clínicas, aplicar pruebas psicológicas que apoyen el diagnóstico clínico, formular casos siguiendo alguna de las diversas aproximaciones teóricas y el diagnóstico con base en los criterios de la CIE-11 y el DSM-5 son básicas. Algunas de estas habilidades requieren un ajuste a las condiciones actuales. Por ejemplo, el entrenamiento en la realización de entrevistas clínicas a través de videollamadas, la capacidad para realizar intervenciones inmediatas a distancia, en situaciones en las cuales el evaluado manifieste conductas que pusiesen en riesgo su vida o la de otros; la adaptación de pruebas para su aplicación online, con la respectiva comprensión de la nueva fuente de variabilidad e introducción de error de medida en la interpretación de los resultados.

Además, uno de los aspectos de la formación que, a mi modo de ver, debe comenzar a discutirse con los aprendices en evaluación e intervención psicológica y psiquiátrica es la humildad cultural. Como virtud1, la humildad del terapeuta se empieza a señalar cada vez más como una de las habilidades fundamentales para el éxito de las intervenciones psicológicas2. Recientes aproximaciones teóricas3 proponen 3 elementos constitutivos de la humildad: apertura, autoevaluación precisa y orientación hacia los demás. Asimismo, se han destacado 3 tipos: relacional, cultural e intelectual. La primera, concerniente a la humildad en las relaciones con los otros; la segunda, enfocada en la humildad manifiesta hacia las creencias culturales y la diferencia; y la tercera, en relación con los puntos de vista y las ideas de los demás. El entrenamiento en cualquiera de ellas debería tener repercusiones en las otras 2. Particularmente, me concentro en la humildad cultural, puesto que considero que es necesario hacer manifiesta ante los aprendices la importancia de la inclusión e integración de las diferencias culturales presentes en nuestro país como una parte central de los procesos de evaluación e intervención.

La humildad cultural se define como «ability to maintain an interpersonal stance that is other-oriented (or open to the other) in relation to aspects of cultural identity that are most important to the client (or supervisee)»4. Uno de los prejuicios más arraigados en nuestras disciplinas clínicas es que los mecanismos que subyacen a los trastornos responden a elementos generales, y la sensibilidad hacia los factores culturales es poco relevante en los análisis que se realizan de los casos. Incluso, a pesar del reiterado llamado a reconocer a Colombia como un país de regiones, en los procesos formativos en clínica pareciera que al ejemplificar se tendiera a la homogeneización cultural, a dar por supuesto que cada aprendiz tiene la habilidad para trasvasar los conocimientos a su cultura particular (si proviene de otra región del país) o a que, durante el ejercicio de su profesión, solo evaluará a personas de la región en la cual estudia, dejándose de lado, como hecho colateral, la posibilidad de que evalúe a alguien llegado de fuera.

Entre las múltiples falencias que se han hecho patentes durante la pandemia, destacan las diferencias en acceso a salud y las conductas en respuesta a las medidas sociales aplicadas para la ralentización del contagio. En múltiples ocasiones hemos sido testigos de las reprensiones mediáticas dirigidas hacia diversas zonas del país por no acatar los decretos nacionales o por la aparente falta de perspicacia grupal para seguir las recomendaciones de distanciamiento físico, lavado de manos y uso de tapabocas. No obstante, las intervenciones de los representantes de los organismos de salud en pocas ocasiones dan cuenta de las particularidades de cada región respecto a sus prácticas culturales en aseo, vida en comunidad y utilización de prendas de vestir. Asimismo, muchos de los profesionales a los que se solicita su opinión sobre el asunto hablan desde la generalidad, y no pocos hemos sentido un tono de reproche hacia las prácticas culturales de muchos de nuestros connacionales. Esto no significa que se justifiquen o no ciertos comportamientos grupales, significa que nuestros puntos de vista deben pasarse por un tamiz más amplio guiado por la humildad cultural para interpretar las condiciones regionales.

La humildad cultural implica asumir una postura abierta a la perspectiva del otro desde sus creencias y lo que para él o ella signifique su diversidad cultural. Esto conlleva, entonces, en primera medida detener los juicios evaluativos sin antes conocer las particularidades de los implicados en nuestras evaluaciones e intervenciones. Muchos de los aprendices en formación clínica tendrán que apoyar procesos en otra región del país con diferencias culturales respecto de aquella en la cual fueron entrenados. Si no se les acompaña en el desarrollo de la humildad cultural, probablemente repetirán el ciclo de imposición y crítica tan común en nuestro contexto y carecerán de una habilidad necesaria para llevar a cabo intervenciones satisfactorias y benéficas para sus clientes o pacientes.

Bibliografía
[1]
J.C. Wright.
Humility as a foundational virtue.
Humility., pp. 146-174
[2]
H. Nissen-Lie.
Humility and self-doubt are hallmarks of a good therapist.
Aeon., (2020),
[3]
C.E. Watkins Jr., D.K. Mosher.
Psychotherapy trainee humility and its impact: conceptual and practical considerations.
J Contemp Psychother., 50 (2020), pp. 187-195
[4]
J.N. Hook, D.E. Davis, J. Owen, E.L. Worthington Jr., S.O. Utsey.
Cultural humility: Measuring openness to culturally diverse clients.
J Couns Psychol., 60 (2013), pp. 353-366
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