Esta revista nace de la concurrencia de intereses estructurales, económicos y científicos de las tres sociedades que agrupan el más amplio espectro de profesionales del laboratorio clínico en España. Como herramienta de comunicación científica, su objetivo es la transmisión de los avances en el conocimiento y la difusión de los beneficios que las nuevas tecnologías aportan al laboratorio clínico. Pero, además, sus editoriales, revisiones, artículos originales, notas técnicas, documentos, cartas y otras formas de expresión han de contribuir a la discusión entre colegas, el fomento de la capacidad crítica, la ayuda en las pequeñas decisiones cotidianas y también en las decisiones estratégicas importantes, sin olvidar, en lo posible, el debate ético y la mirada hacia los grandes retos del futuro.
No nace para ser simplemente una buena revista científica. Por el prestigio de las sociedades que la impulsan y por la consideración que merecen sus asociados, ha de ser la mejor revista en lengua española. Siguiendo los estándares de las publicaciones científicas acreditadas, los originales, aceptados según criterios de seriedad y rigor científico, son revisados por expertos, cuya colaboración desinteresada es esencial y merece el agradecimiento por su difícil tarea.
Con este ánimo, la prioridad inmediata es alcanzar el máximo de visibilidad y crédito, mediante su indexación en las bases de datos de mayor reconocimiento internacional. Para favorecer este logro, se ha creado un Comité Asesor, cuyos miembros, con vasta experiencia en el campo de las publicaciones científicas y reconocida excelencia profesional, han de contribuir a su introducción en los foros apropiados.
Un Consejo Editorial, formado por miembros de las tres sociedades, ha puesto los fundamentos y ha marcado el camino. Su principal función es ahora velar para que la línea señalada se mantenga y se cumplan las expectativas.
El trabajo más directo lo asumen un director y tres editoras, con el respaldo de la empresa editorial más importante de España, que aporta sus profesionales cualificados y una potente infraestructura tecnológica.
El nacimiento de esta revista ha sido como el de un bebé. Todo nacimiento genera una cierta expectación pero, siendo una espléndida promesa de futuro, un bebé, al nacer, tiene sus limitaciones. Así es como conviene mirar este primer número, que no es otra cosa que el primero de una serie que se quiere que sea muy larga: es el inicio de una nueva trayectoria vital que, sin duda, crecerá y madurará.
Se dice que un bebé nace con la necesidad de ser querido. Y este bebé-revista, que ya es muy querido por quienes han vivido su gestación, quiere ser aceptado y querido por la comunidad científica a la que se abre, porque su viabilidad depende de la respuesta de los autores. Quienes la han hecho nacer y están comprometidos en hacerla crecer desean que los buenos investigadores en el campo del laboratorio clínico, especialmente los miembros de las tres sociedades que la sostienen, perciban que éste es el cauce natural para publicar sus artículos y los invitan a que aporten sus manuscritos.
Aunque la revista se enfoca irrevocablemente hacia el futuro, es inevitable ahora mirar hacia atrás: se han cerrado tres revistas con una historia muy digna y es justo reconocer las horas de dedicación altruista de quienes han tenido la responsabilidad de su confección. Se merecen el homenaje más respetuoso y el agradecimiento sincero.
La preparación de un primer número de una revista es complicada porque se deben tomar decisiones que la singularizarán para siempre. La selección y la preparación de los primeros originales es también una tarea delicada. Pero todo se ha podido llevar a cabo gracias al asesoramiento de los profesionales de Elsevier, las atinadas propuestas del Consejo Editorial, y el esfuerzo y la competencia de las editoras. El director agradece a todos su contribución y muy especialmente a Roser Ferrer quien, ejerciendo temporalmente de editora, ha facilitado decisivamente el trabajo de preparación de este número.