La aparición de la rueda, de la escritura o de la agricultura han sido hitos relevantes en la historia de la humanidad, sobre todo a nivel de avance tecnológico, hecho que ha mejorado nuestra calidad de vida. La aparición del formato digital ha supuesto una revolución tan importante como las citadas anteriormente y esta revolución ha sido posible por la rápida generalización de este formato a la mayoría de la población. Los formatos analógicos son sustituidos a marchas forzadas por formatos digitales: vinilo por CD, VHS por DVD, la TV analógica por la TDT, libros de texto por PC y eBooks y un largo etcétera.
Lo impresionante de esta revolución es su extrema velocidad de cambio. Los primeros pasos de la Web comenzaron en la década de los noventa. Enseguida adoptamos la comunicación a través del e-mail y quince años más tarde mil cien millones de usuarios estaban «conectados» en todo el planeta. El famoso buscador Google inició sus pasos en 1998 y en la actualidad hay más de 63.000 millones de páginas web. El 2006 fue la explosión de los «blogs», en 2008 nace Facebook (actualmente con 16 millones de usuarios en España) y un año más tarde Twiter (con 2,8 millones). Comienza el boom de la Internet social.
Según el Instituto Nacional de Estadística, el 53,8% de la población busca información de salud en Internet, en el Google en español hay 107.000.000 de palabras clave sobre salud. La utilización de Internet en España ha subido de un 30% de la población en 2006 a un 59% en el 2010.
El gran potencial de la red social, al tener Internet un alcance mundial a unos costes muy bajos, hace que su utilización se globalice. En Estados Unidos se ha calculado que el uso de estas tecnologías puede producir un ahorro de un 6% en los gastos anuales de sanidad.
Los profesionales de la salud, y también los pacientes, tenemos cada vez mayor facilidad para acceder a datos, a información. Se están redefiniendo los canales donde consultar los conocimientos, la opinión ante un problema de salud, los tipos de pruebas complementarias y su efectividad. Ahora bien, la aplicación de las tecnologías de la información y comunicación van mucho más lejos de la historia clínica informatizada, de la receta electrónica o de la solicitud de citación a través de las páginas web. Ya empiezan a aparecer diferentes plataformas según los tipos de pacientes o enfermedades, se ha empezado a crear una atención especializada para grupos de pacientes, también para comunidades con los mismos intereses, como una forma de compartir información y conocimiento. Con la introducción de la carpeta nacional de salud, el propio enfermo se gestionará las actividades preventivas y será él, el responsable máximo de su salud. Dentro de las redes se está consolidando la figura del paciente experto.
La información está al alcance de diferentes agentes y la atención sanitaria en línea está a la vuelta de la esquina. Ya se han empezado a utilizar diferentes medios como complemento a la visita presencial; visitas domiciliarias a través de Skype, consejos médicos por teletexto, instalación de cajeros telemáticos, el uso de mensajes SMS (sobre resultados de laboratorio, citación, controles de pacientes crónicos, etc.).
Una de las preguntas peor valoradas en las encuestas de satisfacción que hacemos los laboratorios a los clínicos es la comunicación de cambios y novedades. Debemos plantearnos que, si esto es así, es porque no utilizamos los canales adecuados; seguramente será preciso combinar diferentes canales dependiendo de los hábitos y de los medios de que disponga el clínico.
La red social comienza a ser el foro más importante donde obtener esta información. La utilización de la web 2.0 plantea una nueva forma de comunicarse los profesionales entre sí. Actualmente ya se están utilizando más las redes sociales que las web corporativas. Esta nueva herramienta tiene como características una posibilidad creciente de interacción, amplitud social, gratuidad, facilidad de uso, y la capacidad de mejorar considerablemente la gestión de la información entre los profesionales (inter consultas).
También deberemos utilizar las redes sociales como una nueva forma de comunicarnos con los pacientes. Hemos de tener en cuenta que los jóvenes (nuestros futuros clientes) son los que las utilizan más; en España, un 79% de los jóvenes en edades comprendidas entre 16 y 24 años.
La digitalización de nuestro medio laboral es un hecho y en nuestro campo tenemos que liderar esta nueva perspectiva de futuro, esta nueva forma de intercambio de información, de intercambio de datos, de intercambio de ideas. Compartir la información permite crear una inteligencia colectiva.
Nos encontramos en un punto de consolidación de la digitalización de la información y de crecimiento del potencial que tiene el intercambio de información a través de las redes sociales. Tenemos que saber aprovecharlo. Debemos estar presentes en estos cambios ya que de lo contrario, otros ocuparán nuestro lugar.